En un artículo publicado en el International Journal of Astrobiology, la científica Irina K. Romanovskaya propone que la búsqueda de inteligencia extraterrestre (SETI) puede tener más posibilidades de tener éxito al incluir la búsqueda de civilizaciones extraterrestres migratorias.

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Por ejemplo, las civilizaciones extraterrestres pueden abandonar sus sistemas planetarios de origen cuando enfrentan amenazas existenciales. Una de las formas de hacerlo es viajar en planetas que flotan libremente. Los planetas que flotan libremente pueden ofrecer espacio y recursos, así como protección contra la radiación espacial, para poblaciones muy grandes que se embarcan en viajes interestelares. Es técnicamente imposible que enormes naves estelares —también llamadas naves mundiales— puedan ofrecer lo mismo.

Las civilizaciones extraterrestres también pueden usar planetas que flotan libremente para enviar especies biológicas o posbiológicas a estudiar el espacio interestelar, las estrellas y los sistemas planetarios, o para establecer sus colonias en varios sistemas planetarios para preservar y expandir sus civilizaciones incluso antes de que enfrenten amenazas existenciales en su mundo natal.

En su artículo, Romanovskaya analiza cómo las civilizaciones extraterrestres pueden viajar en planetas que flotan libremente que están traspasando sus sistemas planetarios de origen, o pueden viajar en objetos similares a planetas expulsados ​​​​de sus sistemas planetarios por estrellas anfitrionas moribundas.

Alternativamente, las civilizaciones extraterrestres pueden usar sistemas de propulsión y eventos de asistencia gravitatoria para convertir objetos equivalentes a nuestro Sedna en la nube de Oort en un medio de transporte interestelar.

Colonización

Romanovskaya señala que con poca luz de las estrellas que llega a los planetas que flotan libremente, los extraterrestres podrían usar la fusión nuclear controlada como fuente de energía, y podrían vivir en hábitats subterráneos y océanos para protegerse de la radiación espacial. Eso también los prepararía para la colonización de océanos en sistemas planetarios.

Sedna​ es el cuerpo menor del sistema solar; concretamente es un objeto transneptuniano. Su afelio alcanza las 960 unidades astronómicas (ua) —32 veces la distancia de Neptuno—, por lo que es uno de los objetos más lejanos conocidos del sistema solar, que no sean los cometas de período largo. Una civilización extraterrestre migratoria podría usar cuerpos como este como autobús hacia el sistema solar interior.

Tras su acercamiento a los sistemas planetarios, los extraterrestres podrían transferirse desde sus planetas de libre flotación a objetos seleccionados de nubes de Oort que los llevarían hacia el interior y hacia los planetas principales de los sistemas a colonizar. O bien, los sistemas planetarios podrían capturar esos planetas que flotan libremente. Entonces, los extraterrestres colonizarían tales sistemas planetarios.

Para descubrir extraterrestres en planetas que flotan libremente, Romanovskaya propone buscar ciertas firmas tecnológicas —emisiones electromagnéticas producidas por tecnologías extraterrestres en los planetas que flotan libremente y en sus alrededores— y, en algunos casos, encontrar signos coincidentes de terraformación que puedan estar indicando un proceso de colonización.

Señales Wow

Si los astrónomos detectan firmas tecnológicas producidas en un planeta que flota libremente sin detectar el propio planeta, podrían malinterpretar el origen de las señales. Por ejemplo, el 15 de agosto de 1977, los astrónomos detectaron la famosa señal Wow! en la constelación de Sagitario. Cuarenta y cinco años después, los científicos continúan planteando hipótesis sobre por qué la señal se detectó solo una vez.

Según Romanovskaya, si los extraterrestres enviaran una señal Wow! de un planeta flotante no detectado y el planeta se alejara de la línea de observaciones, la señal no se volvería a detectar a lo largo de tal línea. Por lo tanto, los astrónomos deberían buscar planetas que floten libremente siguiendo las líneas de las observaciones de señales inusuales y potencialmente artificiales provenientes del espacio.

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Romanovskaya propone que puede haber una posibilidad muy pequeña de que en los últimos miles de millones de años, los planetas que flotan libremente con especies extraterrestres inteligentes hayan viajado en nuestro vecindario estelar, y analiza diferentes formas de buscar sus artefactos en el sistema solar y en los sistemas planetarios cercanos.

En la actualidad, en algún lugar del espacio, a cientos de años luz de la Tierra o más cerca, especies biológicas inteligentes migratorias o seres posbiológicos con inteligencia artificial pueden estar viajando en planetas que flotan libremente y buscando un nuevo hogar. Romanovskaya recomienda que la búsqueda de tales viajeros espaciales, la búsqueda de inteligencia extraterrestre migratoria (SMETI), debe ser parte de nuestra búsqueda de vida inteligente en el universo.

Fuente: Phys.org. Edición: MP.