Nikola Tesla, las Pirámides de Egipto y la energía

Nikola Tesla desarrolló ideas muy avanzadas para su época y se atrevió a experimentar más allá que cualquier otro científico. Asimismo, Tesla tenía una verdadera obsesión por las pirámides de Egipto, ya que creía que las pirámides de Giza tenían un propósito muy distinto al de sólo servir como enormes mausoleos. Por esta razón dedicó gran parte de su vida a investigar su posible funcionalidad. En 1905 Tesla presentó en Estados Unidos una patente con el sugestivo título de “El arte de transmitir energía eléctrica a través del medio natural”. Se sabe que Tesla estuvo muy interesado por los campos electromagnéticos. Pero más allá del descubrimiento de los generadores de corriente alterna, Tesla veía a Imagen 3

la propia la Tierra como un enorme generador de electricidad. Y justamente eso es lo que aborda en la patente antes mencionada. En ella Tesla describe el diseño de una serie de generadores repartidos por todo el mundo que aprovecharían la ionosfera para recolectar energía. Según Tesla, las pirámides de Egipto eran uno de estas fuentes ilimitadas de energía, ya que estaban recubiertas por piedra caliza blanca, que tiene grandes propiedades aislantes. Además, sus bloques internos contienen pequeños cristales y metales, siendo sus núcleos de granito. Este último elemento es ligeramente radiactivo y permite la ionización del aire. Y para hacerlo todavía más misterioso, las pirámides de Giza se construyeron sobre canales de agua subterráneos. Ello me ha hecho recordar lo que sabemos sobre los senderos del Dragón, los caminos de la Serpiente o las líneas Ley, que son los distintos nombres con las que son conocidas, desde tiempos prehistóricos, unas misteriosas alineaciones de energía, que se localizan en vórtices magnéticos en la mayoría de los lugares sagrados del mundo, como los círculos de piedras o monumentos megalíticos, iglesias, cementerios, etc… Habrían sido construidas con algún propósito desconocido por pueblos prehistóricos, como las culturas megalíticas, y modificadas por el tránsito acuífero de los subsuelos o de las grietas de terrenos que entran en fricción. Algunos investigadores del fenómeno creen que distintas asociaciones esotéricas, como la francmasonería, los templarios, los rosacruces y otros grupos, poseen un gran conocimiento de tales líneas, por lo que construían sus edificaciones siguiendo dichas líneas. Por esta razón  las principales capitales del mundo occidental, incluyendo las de América, se edificaron en vórtices de estas líneas. En la actualidad hay algunos investigadores que utilizan métodos estadísticos para buscar los equivalentes a las líneas Ley en otras culturas, intentando demostrar que tales caminos no se formaron al azar y que quienes los construyeron poseían ciertos conocimientos sobre estas líneas de energía.

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Se considera que hay un gran vórtice en cada continente y en la antigüedad el centro de cada vórtice se consideraba un lugar sagrado. Desde este centro sagrado, el vórtice se expande de un modo circular y su radio se extiende por cientos de kilómetros. Todos los vórtices se expanden y se contraen de acuerdo a complejas condiciones que pueden afectarles y los vórtices también tienen profundidad y altura. Así, la superficie total de un vórtice terrestre es esférica, con extensiones verticales hacia la atmósfera y en una dirección subterránea para conectar con las estructuras más profundas de la Tierra. En Gran Bretaña se han trazado miles de líneas Ley y los defensores de la teoría comenzaron a descubrirlas por todo el mundo, como Alemania y Australia. En el continente americano, por ejemplo, especulan que una línea de energía conecta el Monk’s Mound, un montículo artificial prehistórico, situado en la ribera del Mississippi, con Mystery Hill, cerca de Salem del Norte, así como con el desierto de Mojave y con el White Horse, en Uffington (Inglaterra). Las líneas y otros diseños grabados en el suelo de la llanura de Nazca, en Perú, se basan en el mismo concepto. Entre los dibujos encontrados en Nazca, las líneas Ley encontradas van desde 8.2 metros la más pequeña hasta la más grande de 137 metros, en sus 1295 km. cuadrados. También en China se encuentran los Lunng mei (‘Sendas del Dragón’), que parece se construyeron para atraer las energías positivas hacia el Emperador. Las primeras  leyendas conocidas de estas Líneas de Poder nos llegaron desde la Gran Bretaña prehistórica. Los Druidas creían que esta energía se deslizaba como una serpiente a través del suelo como las corrientes telúricas. La religión druídica creía que estas líneas telúricas son vías espirituales que recubren todo el planeta. Creían también que estas energías nacían del tránsito acuífero de los subsuelos o de las grietas de terrenos que entran en fricción, al igual que los magmas subterráneos del planeta. Así pues, en la creencia druida; estas energías serían la manifestación misma de la vida sobre la tierra y el origen de su fertilidad. Algunos de sus lugares sagrados son Glastonbury o la catedral de Chartres, erigida sobre un antiguo bosque sagrado de los celtas galos. Mitos y leyendas iluminan la función de cada vórtice, en que cada vórtice es dinámico y lleno de energías sutiles. En algunas situaciones, estas fuerzas giran y ascienden tanto en sentido de las agujas del reloj como en sentido contrario. En otras circunstancias, la fuerza de un vórtice puede seguir una línea recta a lo largo de los conocidos como sendas de Dragón o líneas Ley. Estos caminos conectores son análogos a los sistemas nerviosos, circulatorios o energéticos humanos.  Las grandes arterias Ley de la Tierra conectan entre si los grandes vórtices continentales.

Uno de los principales vórtices se encuentra en el Monte Shasta, situado en el extremo sur del macizo Cascade, el cual recorre, como un dragón, el norte de California a través de Oregón y Washington hasta la frontera canadiense. Hay muchas montañas poderosas en este macizo, siendo el Monte Shasta y el Monte Rainer, situado en Seattle, los más conocidos. Si el Monte Shasta es la cola del dragón, el Monte Rainer es su boca o cabeza, con los impulsos generados desde el Monte Shasta y dirigidos al Monte Rainer. Shasta es el primero de los vórtices terrestres y está en la base del sistema energético del planeta. El Monte Shasta es como un gran torrente de energía. Un segundo vórtice se encuentre en el Lago Titicaca. En la Isla del Sol, en el lago Titicaca, está localizada una piedra que es el centro geométrico de este vórtice. La energía del vórtice del Monte Shasta es transmitida al Lago Titicaca a través de la gran arteria Ley planetaria: ¿la Serpiente Emplumada?. Esta corriente telúrica rodea el mundo y tiene su hogar de evocación en el árbol en Tollan (antiguo México). El Lago Titicaca es uno de los dos grandes cruces Ley de la Tierra. Estas dos gigantescas arterias Ley también se cruzan en la isla de Bali en Indonesia. Si se dibuja este segundo vórtice sobre un mapa, con una circunferencia que pase por la unión de los ríos Napo y Marañón, cerca de Iquitos, Perú, donde comienza el río Amazonas, se verá que este gran círculo incluye el corazón de los Andes e incluye muchos otros lugares sagrados como Cuzco y Machu Picchu. Todos los lugares sagrados dentro de la esfera expandida de un vórtice terrestre se caracterizan por tener las mismas cualidades. Así, Machu Picchu es también una fuerza de este segundo vórtice. El tercer vórtice se encuentra en Uluru y Kata Tjuta. Estos lugares en el Norte de  Australia constituyen un vórtice planetario importante. Uluru, comúnmente conocido como Ayer’s Rock, es el más conocido de los dos. Este gran monolito rojo es el icono del continente australiano. Kata Tjuta es igualmente impresionante. Más que de un solo monolito, el lugar está formado por un gran número de piedras masivas de color rojizo. La conocida Serpiente del Arco Iris viaja por el sendero de la vida. Surge de debajo de la superficie de la Tierra y emerge en primer lugar en Uluru. La serpiente del Arco Iris es una importante figura en la mitología de los aborígenes australianos. Se dice que surgió de un charco durante el Tiempo de los Sueños, en el momento de la creación, al que aún se puede acceder durante las ceremonias religiosas. Al desplazarse por el territorio, sus movimientos crearon los cerros y los valles, y sobre todo los ríos del paisaje ancestral, que son los lugares más sagrados de la cultura aborigen. La gran serpiente forma un arco sobre la tierra, el arco iris, y también se puede ver al reflejarse la luz en el agua, en el mar por la noche, en los charcos de agua, o en las gotas de agua en una cascada, y en sustancias como el cristal y el cuarzo y en la madreperla.

La magia de Uluru es transmitida a través de una línea especial que existe en su parte occidental, en la cueva de los hare-wallaby, una especie extinta de liebre australiana. Después de empaquetar la energía del vórtice en el Valle de los Vientos, la Serpiente del Arco Iris deja esta área de la gran roca en forma de corazón, Ngunngarra (fucsia escarlata) y viaja a Bali. Las energías del segundo vórtice, en el lago Titicaca, son enviadas directamente al tercer vórtice – Uluru y Kata Tjuta – vía la arteria mundial Ley, llamada la Serpiente del Arco Iris, que cruza el sur del Océano Pacífico, se extiende bajo Nueva Zelanda y entra en el continente australiano por el promontorio Wilson. En la vieja leyenda de la creación del “Tiempo de sueño” hay una historia sobre un gran ritual que tiene que ser completado en Uluru. Este ritual tiene que completar el gran plan del espíritu de la Tierra. Cuando el ritual se complete, entonces la perfección se expandirá por la Tierra y la muerte desaparecerá de todas las especies. Este evento es simbolizado por un gran cordón umbilical cósmico que está destinado a unir el Sol con la Tierra. El cuarto vórtice se encuentra en Glastonbury y Shaftesbury. Glastonbury, Somerset, y Shaftesbury, en Dorset, Inglaterra, definen el centro de este cuarto vórtice. Significativamente Glastonbury es el hogar del Santo Grial. El gran círculo de la Serpiente del Arco Iris viaja desde Uluru a Bali, al Monte Kailash, a Sergiev Posad (Zagorsk), luego cruza Dinamarca antes de entrar en Inglaterra cerca de Great Yarmouth. Cuando este ancho río  energético Ley cruza Inglaterra, recorre muchos famosos lugares sagrados, todos los cuales contribuyen a este cuarto vórtice. El Círculo de Piedras de Avebury y la Torre en Glastonbury son quizás los dos puntos de energía  más famosos. Si nos imaginamos la arteria Ley con una cierta anchura, entonces Shaftesbury está cerca de su zona sur, mientras Glastonbury está en su zona norte. Durante la Edad Media se decía que si el Abad de Glastonbury se casara con la Abadesa de Shaftesbury, sus hijos serían más ricos que el Rey de Inglaterra. Esto es un acertijo alquímico. Para aquellos que estudian la Cábala, esta fórmula alquímica une Binah (Grial) con Chokmah (Vara). Se dice que el Grial tiene el poder de disolver todas las fronteras entre naciones. La leyenda más famosa de Glastonbury nos cuenta la historia de José de Arimatea y del Santo Grial. Se supone que tras la resurrección de Jesús, José de Arimatea trasladó el arquetipo de la Vida Eterna – el Santo Grial – de Jerusalén a Glastonbury.

Para mover las energías a este cuarto vórtice, la dirección principal viaja desde Uluru-Kata Tjuta a Bali, luego al Monte Kailash (en Tibet), a Sergiev Posad (en Rusia), hasta llegar a Shaftesbury y Glastonbury. Como esta fuerza de la Serpiente del Arco Iris viaja alrededor del mundo, absorbe y entrega información energética en los diferentes lugares. También es posible trasladar la fuerza del tercer al cuarto vórtice utilizando la dirección contraria en la Serpiente del Arco Iris, desde Uluru al Lago Titicaca, pasando por las Azores hasta Cornwall y hasta Glastonbury/Shaftesbury. También en ambas direcciones se completaría un gran círculo mundial involucrando a los distintos vórtices terrestres. El quinto vórtice está situado en las zonas de la Gran Pirámide, el Monte Sinaí y el Monte de los Olivos. Es el único vórtice que no está ni sobre la corriente Ley de la Serpiente del Arco Iris ni de la Serpiente Emplumada (en América). Por su función giratoria este vórtice ayuda a conducir la energía a lo largo del sendero de la Serpiente del Arco Iris, pero desde una gran distancia. Esta esfera de energías del quinto vórtice en Oriente Próximo es también muy importante. Tres lugares son presentados aquí como los que mejor definen el centro de este vórtice. El Monte Sinaí, de gran importancia para los “dioses” del antiguo Sumer, situado entre los otros dos, Es un lugar útil desde el cual construir el círculo expandido. La Gran Pirámide es uno de los pocos vórtices terrestres artificiales. El sexto vórtice, como los demás, tiene un centro geométrico y una circunferencia ideal expandida. La diferencia es que este vórtice se mueve una doceava parte del camino alrededor del planeta hacia el oeste, en el inicio de cada nueva Era. Las grandes Eras son determinadas por una lenta revolución del eje de la Tierra (precesión de los equinoccios). Los nombres dados a estas Eras son tomados de los doce signos del zodiaco. En la actualidad, estamos dejando la Era de Piscis y entrando en la Era de Acuario. En el tiempo actual el sexto vórtice coincide  geográficamente con el cuarto vórtice que se encuentra en  Glastonbury y Shaftesbury.

El séptimo vórtice se encuentre en el Monte Kailash, que es la montaña más sagrada de los Himalayas y es el centro de este vórtice. Situada en el Tíbet, es el foco del evento anual de la luna llena de Escorpio, también llamada «la convergencia de Wesak«. Esta conjunción astrológica es ocasión del «Gran Festival de Oriente«, el festival de Buda. Se dice que la principal actividad del sexto vórtice es controlado desde el  Kailash a través de cuatro grandes ciclos temporales de 19 años basados en lunas llenas especiales de Escorpio. Un segundo ciclo más frecuente de 12 años, llamado Ciclo Melchizedek, se inicia cuando Júpiter está en el signo de Aries. Hay una leyenda sobre el acorde perdido de la Creación, parecida a la historia del Santo Grial. Si tres notas perdidas pudieran ser encontradas y hechas sonar conjuntamente, el mundo podría desvelar su naturaleza eterna y todas las cosas mortales desaparecerían. En ambientes esotéricos se afirma que es posible reconstruir este acorde desaparecido trabajando con los vórtices terrestres. Tal como hemos visto, la Tierra tiene su propio sistema nervioso y arterias de circulación. Muchas culturas han desarrollado sistemas para trabajar con estas líneas de energía. En Europa, la investigación de líneas Ley comenzó en Inglaterra y Alemania en las décadas de 1920 y 1930. Basado en esta teoría, los chinos desarrollaron el arte del Feng Shui. Los aborígenes australianos tienen sus líneas de sonido. Estas líneas tienen diversos largos y anchos. En el cuerpo humano hay tanto vasos microscópicos como la gran arteria aorta del corazón. Lo equivalente en la Tierra a la arteria aorta son las dos grandes arterias Ley que rodean la tierra.

Volviendo a Tesla, tenemos que sus investigaciones lo llevaron a pensar que las pirámides en realidad eran sistemas generadores de iones. Y, para comprobar su teoría, construyó sus propias versiones de las pirámides. Para ello creó una instalación conocida como la Estación Experimental Tesla, en Colorado, y la Torre Wardenclyffe o Torre Tesla, en la costa Este. Estas instalaciones estuvieron destinadas a probar la transmisión inalámbrica de energía. Además, sus localizaciones no se situaron al azar, sino que para ello Tesla se basó en la ubicación de las pirámides y su relación con la órbita elíptica del planeta y el ecuador. En noviembre de 1890 Tesla consiguió iluminar un tubo de vacío sin cables, haciéndole llegar la energía a través del aire (o eter). Éste fue el comienzo de la gran obsesión de Tesla: la transmisión inalámbrica de energía. La transmisión inalámbrica de energía, de forma funcional y práctica, es una de las grandes asignaturas pendientes de la tecnología moderna. Aún hoy es investigada por numerosos científicos, que en los últimos años han presentado tímidos avances. En 2007, varios investigadores del Instituto Tecnológico de Massachusetts lograban iluminar una bombilla de 60 vatios situada a unos pocos metros de la fuente eléctrica. Por supuesto, para lograrlo utilizaban las llamadas bobinas Tesla, que se utilizan para transmitir la electricidad sin hilos basándose en la resonancia, haciendo vibrar ambas bobinas, la emisora y la receptora, a la misma frecuencia. Tesla dedicó muchos años a cumplir su gran sueño. Quería transmitir energía de forma aérea, sin cables, aprovechando la conductividad de la ionosfera, la capa superior de la atmósfera. Su intención era distribuirla gratuitamente por todo el planeta para uso y beneficio de todo el mundo. Para conseguirlo construyó una enorme torre de más de sesenta metros de altura llamada Wardenclyffe Tower, popularmente conocida como «la torre de Tesla«, con la que intentó demostrar que era posible enviar y recibir información y energía sin necesidad de utilizar cables. Sin embargo, la falta de presupuesto impidió que la estación de radio se terminara siquiera de construir. Nunca llegó a funcionar del todo y la torre fue derribada, aunque Tesla continuó trabajando en los edificios del complejo. Situada a unos cien kilómetros de Manhattan, la torre debía su nombre a James S. Warden, abogado y banquero que ofreció los terrenos para que Tesla pudiera desarrollar su idea. Tras la muerte de éste, el complejo de Wardenclyffe pasó por distintos propietarios. La multinacional Agfa fue hasta 1992 el último inquilino de las instalaciones, abandonadas desde entonces y puestas a la venta en 2009. Actualmente los jóvenes de la zona se reúnen en su interior para beber cerveza.

Hoy, el Tesla Science Center y el gobierno del condado de Suffolk, en el que se ubica, estudian hacerse con el lugar, restaurarlo y convertirlo en un centro educativo y un museo científico. En el edificio principal del complejo se colocó en 1976 una placa conmemorativa con motivo del 120 aniversario del nacimiento de Nikola Tesla. Dos ejemplos de inventos que contribuyeron al oscurecimiento de la figura de Tesla fueron la máquina de generar terremotos y el conocido como «rayo de la muerte de Tesla«, aunque yo creo que principalmente fue debido a su idea de crear energía ilimitada y gratuita.. Se supone que el rayo de la muerte consistía en un pulso electromagnético muy potente, capaz de derribar una flota de aviones situada a cientos de kilómetros de distancia. Tesla creía ingenuamente que si entregaba esta arma a cada país como arma defensiva terminarían las guerras que él tanto odiaba. En 1908, una explosión miles de veces más potente que la bomba atómica de Hiroshima arrasó decenas de millones de árboles en un área de más de dos mil kilómetros cuadrados en Tunguska, Siberia. Los medios de comunicación de la época relacionaron la enorme explosión con «el rayo de la muerte de Tesla«. Aquel episodio tergiversó la imagen de Tesla, quien patentó numerosos inventos que han influido en distintos avances tecnológicos. Nikola Tesla habría descubierto que las pirámides de Egipto en realidad habrían funcionado como sistemas generadores de iones negativos, que eran capaces de ser transmitidos inalámbricamente a través de la propia atmósfera. Lo verdaderamente increíble es que aún no tengamos transmisión de energía de manera inalámbrica. Pero, según Tesla, los antiguos egipcios sabían cómo hacerlo. Por otro lado sabemos que se construyeron pirámides en todo el mundo, incluyendo América y Asia, así como numerosos monumentos megalíticos siguiendo las líneas Ley y los vórtices energéticos terrestres. Y gracias a las pirámides y la transmisión de energía inalámbrica, probablemente se podía usar energía en todo el mundo de forma gratuita. No es de extrañar que Tesla investigase la forma de transmisión de energía inalámbrica que usaban los antiguos egipcios. En efecto, hay evidencias de que realmente construyó una gran torre y realizó un experimento de transmisión inalámbrica de energía. Se produjo un resplandor tan grande que despertó a toda una ciudad. Esta energía se transmitió inalámbricamente y fue capaz de encender a distancia unas lámparas. Tesla no ocultó que para este descubrimiento utilizó el conocimiento adquirido del antiguo Egipto. De esta manera Tesla fue la primera persona en confirmar que el antiguo Egipto utilizaba energía inalámbrica.

Desafortunadamente Tesla tenía muchos adversarios, por lo que la torre fue destruida. Parece claro que la Torre de Tesla utilizó el mismo principio que las pirámides para que funcionase la transmisión inalámbrica de energía. La parte superior de las pirámides parece que estaba hecha de oro, que es eléctricamente conductor. Y en las pirámides había granito como transceptor de energía. Si lo juntamos obtenemos energía inalámbrica. El arqueólogo alemán Wilhelm König, a cargo del Museo Nacional de Bagdad (Irak), fijó su atención en una antigua vasija de arcilla, proveniente de la antigua región de Partia (noreste de Irán), a la que identificó como una probable pila eléctrica. Los vestigios que nos dejaron Sumeria, el Antiguo Egipto o las civilizaciones precolombinas, indican que algunas ramas de la ciencia, como la metalurgia, la medicina, la química, la física, la electroquímica o el electromagnetismo estuvieron al alcance de antiguas civilizaciones hace miles de años. Y aquí damos entrada a Christopher Dunn, que fue ingeniero de proyectos y Gerente de Operaciones Láser en DMS, un fabricante aeroespacial del Medio Oeste americano. Christopher Dunn se interesó por las pirámides en 1977 cuando leyó el libro Secrets of the Great Pyramid de Peter Tompkins. Su reacción inmediata al leerlo fue que la Pirámide de Giza era una máquina gigantesca. Descubrir el propósito de esta máquina y documentarlo le ha llevado unos veinte años de investigación. En el proceso, ha publicado una docena de artículos en distintas revistas, así como varios libros como The Giza Power Plant: Technologies of Ancient Egypt y  Lost Technologies of Ancient Egypt – Advanced Engineering in the Temples of the Pharaohs. Asimismo, en su investigación ha hecho referencia a libros como Fingerprints of the Gods, de Graham Hancock, y From Atlantis to the Sphinx, de Colin Wilson. La Tierra es un cuerpo dinámico y energético que ha sostenido la demanda de combustible durante siglos. Hasta la actualidad esta demanda ha sido predominantemente de energía en forma de combustibles fósiles. Pero más recientemente los avances científicos nos han permitido aprovechar el poder del átomo, mediante la fisión nuclear, y ya se está investigando para utilizar la fusión nuclear durante la segunda mitad del siglo XXI . Hay, sin embargo, otra forma de energía abundante en la Tierra que ha sido ignorada en gran medida como fuente potencial de energía utilizable y a la que se refiere Christopher Dunn. Esa energía es sísmica y es el resultado de que las placas de la Tierra son impulsadas por la agitación constante de la roca fundida dentro de la Tierra. La mayoría de los terremotos son el resultado de un desplazamiento de estos grandes bloques de roca, o placas, que componen la superficie de la Tierra.

En un proceso llamado tectónica de placas, estas placas se empujan una contra la otra, alejándose una de la otra. No se deslizan libremente, sino que acumulan energía a lo largo del tiempo y luego se deslizan de manera espasmódica. Cada sacudida provoca un terremoto porque la energía elástica almacenada en la roca se libera repentinamente como energía sísmica en la forma de ondas que se propagan desde el epicentro. Los límites entre estos bloques de roca se denominan fallas y es en estos puntos donde se produce el cambio repentino. Por ejemplo, la falla de San Andrés, en California, es probablemente la falla más conocida en América del Norte. También contribuye a la tensión dentro de la corteza terrestre la relación gravitatoria entre la Tierra y la Luna. Las mareas no solo están en los océanos del mundo, sino que los continentes también están en constante movimiento, subiendo y bajando ligeramente mientras la Luna gira alrededor de la Tierra. Estas vibraciones sísmicas producidas en la capa exterior de la Tierra, o corteza terrestre, pueden variar desde movimientos apenas perceptibles hasta movimientos destructivos causantes de catástrofes. Hay seis tipos de ondas de choque generadas en este proceso. Dos tipos de ondas viajan por el interior de la Tierra, mientras que las otras cuatro son ondas superficiales. El movimiento de las rocas distinguen un tipo de onda de otro. Las ondas primarias o de compresión (llamadas ondas P) envían partículas que oscilan de un lado a otro en la misma dirección en que viajan las ondas. Las ondas de corte secundarias o transversales (llamadas ondas S) oscilan perpendicularmente a su dirección de movimiento. Las ondas P siempre viajan a velocidades más altas que las ondas S y son las primeras en ser registradas por un sismógrafo.

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Los científicos consideran que la Tierra es análoga a una dínamo gigante, con corrientes de convección de metal fundido cargado eléctricamente que circulan en el núcleo de la Tierra. Es este flujo de corriente eléctrica en el núcleo el que genera el campo magnético terrestre. Pero los científicos aún no han considerado el magnetismo creado por este flujo de electricidad como una fuente potencial de energía, tal vez debido a que la fuerza de este campo es relativamente débil. Edward Leedskalnin fue un emigrante letón en los Estados Unidos y un escultor amateur, aunque también son destacadas sus inusuales teorías acerca del magnetismo. Leedskalnin mantenía que toda la materia está sometida a lo que denominó «imanes individuales«. También mantuvo que sus científicos contemporáneos buscaban una explicación a la electricidad en los lugares erróneos. Sobre esto escribe: «Los imanes son generalmente indestructibles. Por ejemplo, la madera y la carne humana pueden ser quemadas. Puedes destruir el cuerpo humano, pero no destruir los imanes que mantienen al cuerpo unido. Se van hacia otro sitio. El hierro tiene más imanes que la madera, y cada substancia posee un número diferente de imanes que la mantienen unida. Al hacer una batería con cobre como polo positivo y carne vacuna como polo negativo, obtengo más imanes que cuando hube usado cobre como polo positivo y batata como polo negativo. Ahí puede verse que no hay dos cosas iguales«. Quizás futuras innovaciones tecnológicas, del tipo que posiblemente usaba Edward Leedskalnin, nos permitirán aprovechar las energías eléctricas y magnéticas de la Tierra. La necesidad de energía es continua y más ahora con el tema de los suministros de gas desde Rusia, por lo que deberían verse muchas innovaciones y cambios nuevos. Con estas consideraciones en mente, sería útil si estudiáramos otra forma de energía que está asociada con una dínamo como la «materia prima» potencial para la producción de energía. Encienda cualquier motor o generador y podrá escuchar la energía en funcionamiento, ya que el motor/generador zumbará mientras gira. Este zumbido está asociado a la propia energía y no tanto a los movimientos del rotor en el aire. Este fenómeno es evidente cuando un motor se detiene mientras la energía aún está encendida. Cuando se pone una carga demasiado grande en un motor, y el motor se detiene, el zumbido se hará más fuerte. Las fuerzas eléctricas y magnéticas en el motor generan las ondas sonoras. La Tierra misma, como una dínamo gigante, produce ondas sonoras similares. Christopher Dunn resume este fenómeno: «Cualquier cambio local en la densidad de un medio elástico puede servir como fuente de sonido. Esto explica la gran variedad de fuentes acústicas porque los cambios de densidad pueden producirse de muchas maneras, incluidas acciones mecánicas, térmicas, eléctricas, magnéticas y químicas. Las ondas de sonido más comunes son producidas por las vibraciones mecánicas de sólidos, líquidos y gases. Los vibradores sólidos incluyen cuerdas y varillas, membranas y placas, caparazones (por ejemplo, campanas), así como objetos extensos tridimensionales como la Tierra misma. Las fuentes líquidas no son tan comunes, pero el flujo turbulento de agua o aire proporciona un ejemplo. Las fuentes gaseosas incluyen tubos de órgano, silbatos, llamas cantoras y explosiones, así como flujo de aire turbulento«.

Recientemente se ha discutido mucho sobre el aumento de la frecuencia de la Tierra. Parece que la frecuencia de modo primario está aumentando gradualmente, lo que apoya la creencia de que en un futuro próximo nos esperan algunos cambios significativos en la Tierra. Conocidas como la Resonancia de Schumann, en honor al físico alemán Winfried Otto Schumann (1888-1974), quien predijo el fenómeno entre 1952 y 1957, estas vibraciones fundamentales son el resultado de la actividad eléctrica entre la Tierra y sus capas atmosféricas superiores. Conocida generalmente como una «cavidad» electromagnética, los elementos que la componen son: la superficie terrestre, la ionosfera, la troposfera y la magnetosfera. La frecuencia fundamental de las vibraciones se calcula en 7,83 hercios, con frecuencias superpuestas de 14, 20, 26, 32, 37 y 43 hercios. Otros investigadores, sin embargo, contradicen la idea de que la Resonancia Schumann se está acelerando debido a que su frecuencia esté relacionada con las dimensiones físicas del planeta y la relación dimensional y eléctrica entre la superficie de la Tierra y las capas atmosféricas exteriores. Para aumentar la frecuencia sería necesario un cambio drástico en las dimensiones del planeta o la reubicación de estas capas exteriores a muchos kilómetros del planeta Tierra. Como una cuerda de guitarra que tiene una longitud fija, o límite, dentro del cual vibrará en respuesta a la entrada de energía, la Resonancia Schumann es el resultado de la actividad eléctrica dentro de los límites definidos por la superficie de la Tierra y las capas de la atmósfera exterior. La tensión, o resistencia, a la energía en una cuerda de guitarra puede ser variable, pero en la atmósfera terrestre se fija en unos 200 ohmios. La energía de la Tierra incluye acción mecánica, térmica, eléctrica, magnética, nuclear y química, cada una de las cuales es una fuente de sonido. Por lo tanto, la energía que actúa en la Tierra generaría ondas de sonido que estarían relacionadas con la vibración particular de la energía que la crea y el material a través del cual circula. El zumbido audible de un motor eléctrico, que funciona a 3.600 rpm, caería muy por debajo del nivel del oído humano si se redujera en una revolución cada veinticuatro horas, como sucede con la Tierra. Lo que pasa desapercibido en nuestra vida diaria es el pulso o ritmo fundamental e inaudible de nuestro planeta.

En el otro extremo de la escala, cualquier estimulación eléctrica dentro de la Tierra de materiales piezoeléctricos, como el cuarzo, generaría ondas de sonido por encima del rango del oído humano. Los materiales sometidos a estrés dentro de la Tierra pueden emitir ráfagas de radiación ultrasónica. Los materiales que experimentan deformación plástica emiten una señal de menor amplitud que cuando la deformación es tal que produce grietas. Se ha especulado que los relámpagos esféricos son gas ionizado por la electricidad de una roca que contiene cuarzo, como el granito, que está sujeta a tensión. No es de extrañar que cualquier sonido generado por la acción eléctrica, magnética, térmica, mecánica y química de la Tierra pase desapercibido. Con la influencia del ruido ambiental que nos rodea y que creamos en nuestra vida diaria, hemos logrado desconectarnos de cualquier sonido de la Tierra que pueda llegar a nuestros oídos. Los pájaros, los insectos y el susurro de los vientos en los árboles llenan el aire del campo con sonido, mientras que las grandes ciudades zumban literalmente con actividad. Así como la energía eléctrica puede crear vibraciones mecánicas, que son percibidas como sonido por el oído humano, a su vez las vibraciones mecánicas pueden crear energía eléctrica, como el rayo globular, un fenómeno eléctrico atmosférico no explicado y potencialmente peligroso. Podría teorizarse, por lo tanto, que siendo la Tierra una fuente de vibración mecánica, o de sonido, y siendo las vibraciones de una amplitud y frecuencia utilizables, entonces las vibraciones de la Tierra podrían ser una fuente de energía que podríamos aprovechar. Además, si descubriéramos que una estructura con determinada forma, como una pirámide, pudiera actuar efectivamente como un resonador de las vibraciones provenientes del interior de la Tierra, entonces tendríamos una fuente utilizable de energía. Así que veamos la Gran Pirámide y su relación con la Tierra. Se han registrado algunos datos increíbles sobre la Gran Pirámide que nos dan una idea de la intención de sus constructores de crear una asociación precisa con nuestro planeta. Podría pasar como una coincidencia que la Gran Pirámide esté ubicada en el centro de la masa terrestre de la Tierra, ya que el complejo piramidal cubre un área de 55.000 metros cuadrados, en que Giza está precisamente en el centro del globo terráqueo, en la intersección de la latitud y la longitud más largas del mundo. Pero otras características de esta estructura muestran una relación directa con la Tierra que es demasiado importante para pasarla por alto. La piramidología fue inventada en el siglo XIX por el librero John Taylor y el astrónomo Charles Piazzi Smyth, que pretendían demostrar que la Gran Pirámide era un calendario universal repleto de profecías Cuando John Taylor escribió sobre la Gran Pirámide, «Fue para hacer un registro de la medida de la Tierra que se construyó«, lo que estaba basando en su evaluación de algunos análisis matemáticos asombrosos, que habían surgido a través de su investigación sobre las medidas de la Gran Pirámide. Según Taylor: «Sabían que la Tierra era una esfera; y al observar el movimiento de los cuerpos celestes sobre la superficie de la Tierra, habían averiguado su circunferencia, y estaban deseosos de dejar tras de sí un registro de la circunferencia tan correcto e imperecedero como era. posible que ellos construyan«.

Fue el descubrimiento del conocimiento del número pi (π), registrado en la Gran Pirámide, lo que llevó a Taylor a concluir que el perímetro de la Gran Pirámide podría ser análogo a la circunferencia de la Tierra en el ecuador, mientras que la altura representaría la distancia desde el centro de la Tierra hasta los polos. Estudios posteriores de las dimensiones de la Gran Pirámide revelaron inferencias sorprendentes sobre el conocimiento de sus constructores. Al buscar una unidad que se ajustara a la pirámide en números enteros y que aún mantuviera la proporción pi, Taylor concluyó que la unidad de medida egipcia excedía la pulgada británica por 0,0011 pulgadas, y Taylor descubrió que esta unidad se ajustaba a la Gran Pirámide en múltiplos de 366. Tenemos que tener en cuenta que una pulgada británica equivale a 2.54 centímetros. Aún más sorprendente, la investigación geodésica de la Tierra estableció la pulgada egipcia como una unidad de medida precisa para las dimensiones del radio polar. Peter Tompkins, en Secrets of the Great Pyramid, escribió: «Para Taylor, la inferencia era clara: los antiguos egipcios debían haber tenido un sistema de medidas basado en las verdaderas dimensiones esféricas del planeta, que usaba una unidad que estaba dentro de una milésima parte de ser igual a una pulgada británica«. Se especuló que la pulgada británica ha perdido una milésima parte después de muchas generaciones de uso. El astrónomo Charles Piazzi Smyth se comunicaba con John Taylor con frecuencia. Después de la muerte de Taylor, en 1864, Smyth pudo confirmar sus cálculos y también la correlación entre la Gran Pirámide y la Tierra. Smyth calculó que el peso de la Gran Pirámide era de 5.273.834 toneladas piramidales, mientras que el peso de la Tierra es de 5.273 x 1018 toneladas piramidales. Como tal, calculó que era un número entero equivalente al 1015 del peso de la Tierra. Según Taylor, tal como ya hemos dicho, una pulgada piramidal es 0,001 pulgada más grande que una pulgada británica. Hay 25 pulgadas piramidales en un codo y había 365,24 codos en la base cuadrada de la Gran Pirámide, que coincide con los 365.24 días de un año. Una pulgada piramidal equivale en longitud a 1/500 millonésima parte del eje de rotación de la Tierra. Esta relación sugiere que los constructores de la Gran Pirámide no solo conocían las dimensiones del planeta, sino que basaron su sistema de medición en dichas dimensiones. Además, aunque tiene forma de pirámide, su geometría posee una asombrosa aproximación a las propiedades únicas de un círculo o esfera. La altura de la pirámide está en relación con el perímetro de su base, tal como el radio de un círculo está en relación con su circunferencia. Una pirámide perfectamente construida con un ángulo exacto de 51°51′ 14,3″ tiene el valor pi incorporado en su forma. Pi (3,1415926) es un número inconmensurable que, antes de que se inventaran las calculadoras, los ingenieros solían redondearlo a un decimal de tres o cuatro cifras. Es sorprendente leer, por lo tanto, que en 1883 el importante egiptólogo británico William Matthew Flinders Petrie publicó sus minuciosas medidas de la Gran Pirámide y registró lo siguiente: «En general, probablemente no podamos hacer nada mejor que tomar 51°52′ ± 2′ como la aproximación más cercana a la ángulo medio de la pirámide, permitiendo algo de peso en el lado sur. Siendo la base media 9068,8 ± 0,5 pulgadas, esto produce una altura de 5776,0 ± 7,0 pulgadas«.

El escritor William R. Fix, en su libro Pyramid Odyssey, nos dice lo siguiente: «Sabemos que alguien en una antigüedad muy remota conocía el tamaño y la forma de la Tierra con gran precisión. Las tres medidas clave de la tierra están incorporadas en las dimensiones de la Gran Pirámide El perímetro de la Pirámide es igual a medio minuto de latitud ecuatorial. el perímetro de las cuencas es igual a medio minuto de longitud ecuatorial, o 1/43.200 de la circunferencia de la tierra. La altura de la Pirámide, incluida la plataforma, equivale a 1/43.200 del radio polar de la Tierra… No sabemos cómo lo midieron, pero que lo hicieron es ahora un artículo de conocimiento«. Hay diversos escritos sobre las medidas de la Gran Pirámide, pero cada investigador produce resultados ligeramente diferentes a los demás. Seguramente es más fiable escoger el enfoque más realista de los datos obtenidos por el egiptólogo británico William Matthew Flinders Petrie, ya que proporciona una banda de tolerancia en sus mediciones, que indican una relación entre las mediciones de la Gran Pirámide y la Tierra, incluyendo su ubicación. Cuando analizamos la correlación entre las dimensiones de la Tierra y la Gran Pirámide, nos encontramos con tres posibles alternativas. Una alternativa es que los constructores quisiesen demostrar su conocimiento de las dimensiones del planeta Tierra, por lo que consideraron era necesario encapsular este conocimiento en una estructura indestructible, que pudiesen visualizar las generaciones futuras, miles de años después. Otra alternativa podría ser que la Tierra afectase la función de la Gran Pirámide. Al incorporar las mismas medidas básicas en la pirámide que se encontraron en la Tierra, tal vez se mejoró la eficiencia de la pirámide, por ejemplo mediante un número entero armónico del planeta. Una tercera alternativa podría implicar las dos alternativas anteriores. Las dimensiones incorporadas en la Gran Pirámide pueden haber sido incluidas para demostrar el conocimiento de los constructores o, tal vez, para simbolizar la relación entre el verdadero propósito de la Gran Pirámide y la misma Tierra. O quizás las dimensiones no eran necesarias para la función de la pirámide, pero se incluyeron para algún otro objetivo de los constructores.

Posiblemente la segunda alternativa sea la más apropiada, ya que creemos que los constructores de la Gran Pirámide no se tomaron tantas molestias solamente para transmitir su conocimiento a alguna generación futura. Probablemente tuvieron un propósito más práctico, ya que parece clara la relación entre las dimensiones de la Gran Pirámide y la Tierra. Sabemos que la Tierra es un cuerpo dinámico vibrante con tremendas fuerzas que se acumulan a lo largo del tiempo, fuerzas que de vez en cuando resultan en una liberación repentina de una tremenda cantidad de energía. Nos podemos preguntar si podemos aprovechar esa energía, así como si hay alguna manera de extraer esta energía durante un cierto período de tiempo, disminuyendo así su intensidad y tal vez impidiendo las fuerzas destructivas de un terremoto. La ciencia nos ha demostrado que es posible, en una escala más pequeña, que un objeto extraiga energía mecánica de otro objeto que vibra, en el caso de que ambas frecuencias vibratorias estén en armonía. Pero extraer energía mecánica de la Tierra sería una tarea tremendamente compleja. Nos podemos preguntar, ¿qué requerimientos serían necesarios para lograrlo? Primero veamos lo que sabemos con respecto a la resonancia y los armónicos, ya que estos son los fenómenos naturales necesarios para lograr el anterior objetivo. La resonancia es la vibración simpática de un objeto con respecto a otro. La transferencia de energía se debe a la resonancia, ya que la transmisión de energía y vibración van de la mano. Por ejemplo, las cuerdas de un instrumento musical son inducidas a vibrar y la energía llega a nuestros oídos en forma de ondas sonoras. Cuando el sonido en el aire fuerza vibraciones mecánicas en varias cuerdas de piano que vibran a diferentes frecuencias, se produce el fenómeno conocido como armónicos. Las cuerdas absorberán la energía de una fuente de manera más eficiente si tienen la misma frecuencia. Múltiplos de la frecuencia de fuerza fundamental, conocidas como frecuencias armónicas, también absorberán eficientemente esta energía y vibrarán en su resonancia natural. La resonancia probablemente se puede describir mejor con un ejemplo de cómo este fenómeno natural puede desencadenar un poder asombroso y destructivo. Era la mañana del 7 de noviembre de 1940 en el Estado de Washington. El puente Tacoma Narrows había estado abierto solo durante cuatro meses cuando ocurrió la tragedia. Con ráfagas de viento de tan sólo 68 km. por hora, el puente comenzó a oscilar, balanceándose violentamente de un lado a otro. Lo curioso es que las ráfagas de viento barrían el puente a una frecuencia que coincidía con la frecuencia de resonancia natural del puente. A medida que continuaban las ráfagas de viento, las vibraciones torsionales del puente se amplificaron hasta el punto de que los tirantes se soltaron de sus amarres y el puente comenzó a romperse. Afortunadamente, se cerró al tráfico a tiempo y no se perdieron vidas.

La demolición del puente Tacoma Narrows por parte de la naturaleza se considera un ejemplo clásico de las fuerzas destructivas que pueden ser inducidas en una estructura. En este caso, la energía fue proporcionada por el viento, que barrió el puente a la frecuencia de resonancia adecuada de la estructura. Con una amortiguación insuficiente, cualquier estructura que vibre puede eventualmente destruirse, siempre que extraiga energía de la fuente. Otro ejemplo de la fuerza potencialmente destructiva de la resonancia y como evitarla, es cuando soldados en formación cruzan un puente. Cada paso de un soldado individual actúa como una fuerza en el puente. Si el resto de la compañía marcha al unísono por el puente, la energía proporcionada por ese paso se amplifica muchas veces y el puente vibrará al ritmo de la marcha. Si la frecuencia de los pasos coincide con la frecuencia natural a la que resuena el puente, la absorción de energía se maximizará y la vibración del puente será mucho mayor, pudiendo provocar el colapso del puente. Parece evidente que para generar vibraciones mecánicas y disminuir las tensiones que se acumulan en la Tierra, necesitaríamos un objeto que respondiera de manera simpática a la frecuencia fundamental de la Tierra. Este objeto tendría que ser diseñado de tal manera que su propia frecuencia resonante fuera la misma o un armónico de la de la Tierra. De esta manera, la transferencia de energía desde la fuente estaría en su máxima carga. En armonía con las vibraciones de la Tierra, este objeto tendría el potencial de convertirse en un oscilador acoplado, que es un objeto que está en resonancia armónica con otro objeto vibrador, generalmente más grande. Cuando se pone en movimiento, el oscilador acoplado extraerá energía de la fuente y vibrará en simpatía mientras la fuente continúe vibrando.

Sabemos que la Tierra genera constantemente un amplio espectro de vibraciones, por lo que podríamos utilizar estas vibraciones como fuente de energía si tuviésemos la tecnología adecuada. Cualquier dispositivo que atrajera mayores cantidades de esta energía de la que normalmente se irradia desde la Tierra mejoraría considerablemente la eficiencia del equipo. Debido a que la energía sigue el camino de menor resistencia, cualquier dispositivo que ofrezca menos resistencia a esta energía que el medio circundante tendría una mayor cantidad de energía canalizada a través de dicho dispositivo. Como la Gran Pirámide representa un número entero matemático de la Tierra, sería capaz de vibrar a una frecuencia armónica de la frecuencia fundamental de la Tierra. Los datos acústicos recopilados respaldan la teoría de que la Gran Pirámide responde a las vibraciones del interior de la Tierra. El consultor de la NASA e ingeniero acústico Tom Danley ya realizó un análisis acústico dentro de la Cámara del Rey. Aunque su investigación en Egipto se encuentra bajo un acuerdo de confidencialidad con la Fundación Schor, una organización de investigación privada, otro miembro del grupo, Boris Said, productor del documental The Mysteries of the Sphinx. describió los experimentos de Danley, que involucraron el uso de grandes amplificadores, subwoofers y acelerómetros, un instrumento diseñado para detectar vibraciones, que fueron colocados estratégicamente en la Cámara del Rey y en cada uno de las cámaras por encima de la Cámara del Rey. Mucho de lo que Danley descubrió permanece secreto, pero lo que Boris Said ha revelado es bastante revelador. Los experimentos posteriores realizados por Tom Danley en la Cámara del Rey de la Gran Pirámide y en las cámaras por encima de la Cámara del Rey sugieren que la pirámide fue construida con un propósito sónico. Danley identifica 10 frecuencias, o notas, que se ven realzadas por la estructura de la pirámide y por los materiales utilizados en su construcción, como las notas de un acorde de fa sostenido, que según los textos egipcios antiguos eran la armónica de nuestro planeta y que, curiosamente, utilizan frecuentemente los Beatles en sus canciones. Además, las pruebas de Danley muestran que estas frecuencias están presentes en la Cámara del Rey incluso cuando no se producen sonidos. Están ahí en frecuencias que van desde medio hercio hasta los 16 hercios, muy por debajo del rango del oído humano, que va de 20 a 20.000 hercios. Según Danley, estas vibraciones son causadas por el viento que sopla a través de los extremos de los llamados ejes, de la misma manera que se crean los sonidos cuando soplamos en la parte superior de una botella.

Danley ha propuesto una interesante teoría en que plantea el viento como fuente del sonido infrasónico (de baja frecuencia). Se han instalado ventiladores dentro de las bocas de los ejes a los que se refiere Danley; y en el lado oeste del pasaje que conduce a la Cámara del Rey hay un túnel excavado en el eje norte, que se ha abierto a lo largo de varios metros, evitando que cualquier vibración en la Cámara del Rey sea causada por el efecto típico de una botella. Además, los ventiladores se instalaron para eliminar el exceso de calor y humedad, así como para extraen aire de las cámaras de la pirámide a través de los pozos hacia el exterior. Ello lleva a preguntarnos si la fuente más probable del sonido infrasónico dentro de la Cámara del Rey es la misma Tierra. Un ingeniero acústico llamado Robert Vawter que había realizado un análisis de estudio de una grabación en cinta que se había hecho dentro de la Cámara del Rey, afirmó que la Cámara del Rey fue diseñada específicamente como una cámara resonante en la que resonarían sonidos de frecuencias específicas. Dijo que cada característica dimensional de la cámara que había estudiado indicaba la manifestación y forma de resonancia armónica. Hay un informe del militar y egiptólogo británico Howard-Vyse, en que afirma que estuvo en la Cámara del Rey y pudo escuchar una conversación que tenía lugar en el Pozo Subterráneo. Vawter afirmó que esto se debe a que todo el pasillo interior fue diseñado para maximizar el rendimiento del sonido. Con esta evidencia experimental y con lo extrapolable de las dimensiones y masa de la Gran Pirámide, tenemos un objeto que se ajusta a los criterios que se consideran necesarios para que un objeto sintonice las vibraciones de la Tierra. Aquí tenemos que una antigua civilización sabía que mientras la Luna continuara orbitando la Tierra, la relación especial que existía entre los dos cuerpos aseguraría a los egipcios grandes cantidades de energía. La fuente de energía es la Tierra misma, en forma de energía sísmica. Los antiguos egipcios entendieron el gran valor en esta forma de energía y emplearon un considerable esfuerzo para aprovecharla. Los beneficios que recibieron pueden haber sido la energía para alimentar a su civilización y la capacidad de estabilizar la corteza terrestre extrayendo energía sísmica durante un determinado período de tiempo en lugar de permitir que se acumulase hasta niveles destructivos.

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La Gran Pirámide está, de hecho, en resonancia armónica con la vibración de la Tierra, lo que representa una estructura que podría actuar para recolectar, canalizar y/o enfocar la vibración terrestre. Ello implica que la energía asociada con la forma de pirámide se extrae porque la pirámide actúa como un receptor de energía desde el interior de la Tierra misma. Tal vez estas ondas sonoras infrasónicas proporcionen una explicación para los fenómenos físicos que algunas personas han sentido al entrar en la Gran Pirámide. La conocida como «energía piramidal«, que ha inspirado a innumerables personas desde la época de Napoleón, puede ser el efecto del sonido infrasónico en el cerebro, que parece resuena a unos 6 hercios. Si bien las vibraciones infrasónicas de alrededor de 6 hercios pueden influir en el cerebro y producir varios efectos en los humanos, parece que debe haber otros tipos de energía u otras frecuencias para explicar los fenómenos que se observaron en la Gran Pirámide cuando Sir William Siemens, un ingeniero, metalúrgico e inventor anglo-alemán, experimentó un extraño fenómeno energético en la Gran Pirámide. Más tarde, experimentó una ligera descarga eléctrica. Siemens envolvió un periódico humedecido alrededor de una botella, convirtiéndola en una botella de Leyden, que se cargó de electricidad hasta el punto de que las chispas comenzaron a volar. La botella de Leiden es un dispositivo eléctrico realizado con una botella de vidrio que permite almacenar cargas eléctricas. Históricamente, la botella de Leyden fue el primer tipo de condensador eléctrico. El científico francés Antoine Bovis visitó la Gran Pirámide y al pasar por la Cámara del Rey vio algunos gatos muertos y otros animales en un cubo de basura. Bovis notó que estos animales no tenían el olor pútrido habitual que normalmente se asocia con la carne en descomposición y quedó intrigado con este descubrimiento, ya que los animales parecían estar momificados. Curioso por saber qué condiciones estaban creando este fenómeno, Antoine Bovis prestó atención a la forma real de la pirámide. A su regreso a Francia, construyó su propia pequeña pirámide, usando una base de aproximadamente 1 metro y manteniendo el ángulo preciso de 51°51′ de la Gran Pirámide. Para su sorpresa descubrió que podía duplicar el proceso de momificación que había observado en la pirámide y descubrió que también se podían conservar frutas y verduras. El fenómeno que detectó Bovis puede indicar la presencia de radiación ultrasónica dentro de la pirámide. Sus afirmaciones, y las de otros defensores de energía piramidal, parecen correlacionarse con algunas aplicaciones que ya se han encontrado para el sonido ultrasónico:

Uno de los ejemplos es el envejecimiento de las bebidas fermentadas. Se ha observado que el vino tiene un sabor más suave después de ser tratado con energía piramidal. Una técnica moderna para acelerar el proceso de envejecimiento del vino es irradiar el vino con sonido ultrasónico. Quizás el vino de sabor suave que disfrutan los entusiastas de la energía piramidal fue envejecido por la pirámide de la misma manera. Otro ejemplo lo constituye la terapia medica. Una de las afirmaciones más frecuentes de la energía piramidal es el efecto terapéutico que tiene sobre las personas que se someten a su influencia. Los ultrasonidos han obtenido éxitos clínicos en el tratamiento de la artritis, el reumatismo muscular y la ciática. Asimismo, tenemos el efecto sobre las bacterias y otros microorganismos. La radiación ultrasónica de suficiente intensidad puede destruir bacterias y otros microorganismos; y si la intensidad es baja, se estimula el crecimiento. Tenemos el caso de Karl Drbal, un técnico de radio checoslovaco que comenzó a experimentar con pirámides a fines de la década de 1940. Los experimentos mostraron algunos fenómenos interesantes que llevaron a Drbal a solicitar una patente. Por ejemplo, Drbal descubrió que el filo de una hoja de afeitar se mantenía más tiempo de lo normal cuando la hoja se mantenía dentro de una estructura piramidal. En 1949, presentó su «dispositivo de afeitado de los faraones» en la oficina de patentes, pero los funcionarios no tomaron en serio la solicitud y la rechazaron. Ante este rechazo, Drbal se puso a estudiar cómo funcionaba la forma de la pirámide y luego lo explicarla al mundo en términos físicos. Para encontrar respuestas al funcionamiento de la pirámide, Drbal colaboró con algunos de los mejores expertos metalúrgicos de Europa, como el Dr. Carl Benedicks de Estocolmo, Suecia, que experimentó el efecto del agua sobre el acero. Sus resultados mostraron que el agua redujo la dureza del acero hasta en un 22%. Las pruebas de Benedicks en hojas de afeitar desgastadas revelaron que la humedad en las microcavidades disminuía el filo de la hoja y, para detener este deterioro, era necesario disipar las moléculas de dipolo de agua del borde de la hoja de afeitar. Los hallazgos de Benedicks fueron que la forma de pirámide creaba un campo vibratorio o de resonancia. La resonancia provocaba la deshidratación del agua en las microcavidades de la hoja de afeitar, lo que permitía que la hoja conservase su filo.

Los científicos alemanes Born y Lertes demostraron que las moléculas dipolares de agua se veían afectadas por la energía de microondas dentro de una cavidad sonora como una pirámide, en que las microondas de longitud de onda centimétrica y sus armónicos pueden generar una rotación acelerada de las moléculas dipolares, iniciando el proceso de deshidratación necesario para la momificación. Una molécula es un dipolo cuando existe una distribución asimétrica de los electrones debido a que la molécula está formada por átomos de distinta electronegatividad. Como consecuencia de ello, los electrones se encuentran preferentemente en las proximidades del átomo más electronegativo. Todo ello indicaría que por la Gran Pirámide pasa una amplia gama de frecuencias vibratorias a través de su masa. Comparando matemáticamente las dimensiones de la Gran Pirámide con las dimensiones de la Tierra, todo indica que esta correspondencia no fue una coincidencia, sino que fue la intención expresa de los constructores. Si las dimensiones de la Tierra determinan las características ondulatorias de las vibraciones que emanan del núcleo terrestre, entonces parecería lógico incorporar estas dimensiones en un receptor de estas vibraciones. El receptor respondería armónicamente a la influencia de aquellas vibraciones y estaría en un estado de resonancia con ellas. Sabemos que la energía terrestre es enorme, del que dan fe las perturbaciones sísmicas en todo el mundo y el impresionante poder liberado por una erupción volcánica. Y estas tensiones energéticas acumuladas son un factor constante en la evolución de la propia Tierra. Si tenemos en cuenta que la energía es la base para crear electricidad utilizable, entonces la pregunta sería cómo podemos aprovechar el poder de un terremoto o un volcán. Pero, para que el sistema funcione la pirámide necesitaría acoplarse mecánicamente con la Tierra y vibrar en simpatía con ella. Para hacer esto, tendríamos que iniciar la oscilación de la pirámide antes de poder aprovechar las oscilaciones de la Tierra. Sin embargo, después del pulso de cebado inicial, la pirámide se acoplaría con la Tierra y podría extraer su energía. En efecto, la Gran Pirámide alimentaría a la Tierra con un poco de energía y recibiría una enorme cantidad a cambio. Pero aquí surge la pregunta de cómo hacemos oscilar una masa de piedra que pesa 5.273.834 toneladas. Parecería una misión imposible. Sin embargo, Nikola Tesla afirmó que podía hacer precisamente eso.

En efecto, Nikola Tesla, un inventor con más de seiscientas patentes en su haber, una de ellas la utilización de la corriente alterna, creó un dispositivo al que llamó «máquina de terremotos«. Aplicando vibración a la frecuencia resonante de un edificio, afirmó que podía demolerlo. De hecho, parece que tuvo que apagar su máquina antes de que el edificio en el que la estaba probando se derrumbara a su alrededor. El New York World-Telegram informó sobre los comentarios de Tesla al respecto en una rueda de prensa en el hotel New Yorker el 11 de julio de 1935:  «Estaba experimentando con vibraciones. Tenía una de mis máquinas funcionando y quería ver si podía sintonizarla con la vibración del edificio. Lo puse muesca tras muesca. Se oyó un peculiar crujido. Pregunté a mis asistentes de dónde procedía el sonido. No sabían. Subí la máquina unas cuantas muescas más. Hubo un crujido más fuerte. Sabía que me estaba acercando a la vibración del edificio de acero. Empujé la máquina un poco más arriba. De repente, toda la maquinaria pesada del lugar estaba volando. Agarré un martillo y rompí la máquina. El edificio habría estado sobre nuestras orejas en unos pocos minutos. Afuera, en la calle, hubo un pandemónium. Llegó la policía y las ambulancias. Les dije a mis asistentes que no dijeran nada. Le dijimos a la policía que debía haber sido un terremoto. Eso es todo lo que sabían al respecto«. Entonces un reportero le preguntó a Nikola Tesla qué necesitaría para destruir el Empire State Building. Tesla respondió: «Cinco libras de presión de aire. Si coloco la máquina oscilante adecuada en una viga, esa es toda la fuerza que necesitaría, cinco libras. La vibración hará cualquier cosa. Solo sería necesario aumentar la vibración de la máquina para adaptarse a la vibración natural del edificio y el edificio se derrumbaría. Por eso los soldados rompen el paso al cruzar un puente». El científico norteamericano Tom Bearden, en un artículo para la Sociedad Internacional Tesla en 1988, habló sobre la investigación de Tesla con respecto al uso de la Tierra como fuente de energía y propuso que «todo lo que se necesita hacer para extraer una energía enorme es ingresar la ‘señal de red’ en la Tierra, y recibir la enorme respuesta de ‘señal de placa’. La onda S estacionaria se repone continuamente a partir de la energía de estrés en la tierra misma, por lo que la energía puede extraerse continuamente«. Bearden advirtió, sin embargo, que su modelo estaba basado en un «medio isotrópico idealizado, y nuestros resultados finalmente deben modificarse para tener en cuenta la anisotropía de la Tierra«. La anisotropía (opuesta a la isotropía) es la propiedad general de la materia según la cual cualidades como elasticidad, temperatura, conductividad, velocidad de propagación de la luz, etc., varían según la dirección en que son examinadas.

Si aplicamos la tecnología de Tesla en la Gran Pirámide, usando pulsos cronometrados alternos en el vértice de la pirámide y en la Cámara Subterránea, una característica que tienen todas las pirámides egipcias, podemos poner en movimiento las 5.273.834 toneladas de piedra. Una vez que la vibración de la pirámide se acople a la vibración de la Tierra, la transferencia de energía de la Tierra a la pirámide podría mantenerse hasta que se invierta el proceso. Una vez acoplada la pirámide a la Tierra, tendríamos que diseñar un sistema que manejara la energía. Posiblemente los antiguos egipcios, o quienes fuesen los constructores de las pirámides, que personalmente creo eran seres extraterrestres conocidos como «dioses«, habrían creado tal sistema utilizando cristales y otros elementos naturales. Creo que los secretos de la tecnología antigua pueden estar comenzando a emerger. Asimismo, las dificultades energéticas que sufre el planeta en el siglo XXI está reavivando el interés por los científicos heterodoxos. La existencia del éter y de la energía “punto cero”, antigravitatoria o del orgón sitúa el debate científico actual a un paso del esoterismo. Aunque en las diferentes tradiciones esotéricas siempre se ha creído en la existencia de esta energía ilimitada, Nikola Tesla fue el primer científico moderno que formuló una teoría sobre ella. A finales del siglo XIX la llamó “energía cósmica” e incluso la llevó a la práctica. En 1931, el misterioso convertidor de energía de Nicola Tesla puso en funcionamiento un lujoso coche, marca Arrow, llevándolo hasta alcanzar los 128 km/hora. Posteriormente la energía cósmica de Tesla ha sido rebautizada como “energía taquiónica”. Durante el siglo XX, la física cuántica volvió a conectar la ciencia con la alquimia, en que diversos experimentos están redefiniendo muchos conceptos. ¿Cómo sería nuestro mundo si pudiésemos tener energía libre, tal como propugnaba Tesla?  Según Nikola Tesla “La potencia eléctrica está presente por todas partes de forma ilimitada y puede hacer funcionar toda la maquinaria del mundo sin necesidad de carbón, petróleo, gas ni ningún otro combustible”. Albert Einstein nos dijo: “La mayoría de las ideas fundamentales de la ciencia son esencialmente sencillas y por regla general pueden ser expresadas en un lenguaje comprensible para todos”. Por otro lado, Arthur C. Clarke opinaba que: “Cualquier tecnología suficientemente avanzada es indistinguible de la magia”. Vemos pues que actualmente Ciencia y magia a veces se confunden.

 

La energía taquiónica tiene cierto parecido con el “orgón” de Wilheim Reich. Ambas tienen connotaciones esotéricas, aunque el orgón está más relacionada con la vibración. El orgón o energía orgónica es una idea propuesta y promovida en la década de 1930 por el psicoanalista Wilhelm Reich (1897-1957), que creó originalmente ese término para describir una fuerza vital universal. La idea fue rápidamente desacreditada y el consenso actual de la comunidad científica es que la teoría orgónica es un ejemplo de pseudociencia. Reich, originalmente parte del círculo de Sigmund Freud en Viena, creía que el concepto de libido de Freud tenía en realidad una base biológica, y desarrolló una práctica terapéutica diseñada para liberar esta energía corporal, debido a que, de acuerdo a Freud, la salud mental dependía de un flujo libidinal sin inhibiciones. Esta teoría biofísica culminó en el desarrollo del concepto de orgón, que según Reich era una substancia sin masa y omnipresente, similar al éter, pero fuertemente asociada con la energía vital en lugar de con la materia inerte. La orgonita es una sustancia compuesta por briznas de metal, cuarzo y resina de poliéster en proporciones aproximadamente iguales, que ordenaría y potenciaría esa energía según las tesis de Reich. El invento de la orgonita se atribuye al doctor Wilhelm Reich, quien habría descubierto una energía vital, conceptualmente similar al pranaqikundalini, etc. de diversas religiones y filosofías místicas orientales, presente en todas partes, pero que puede ser básicamente positiva o negativa, teniendo según cual fuese la polaridad efectos buenos o malos sobre los organismos vivos. Según su teoría, la orgonita «ordena» esa energía provocando consecuencias positivas en el entorno más inmediato. Existen diversos tipos de comunidades alrededor de este tema, algunas pertenecen a creencias minoritarias que emplean la orgonita como herramienta, otras buscan negocio con la venta de dispositivos de orgón, pero ninguna ha demostrado científicamente ninguna de las utilidades que se le atribuyen a la orgonita. La orgonita y sus supuestos beneficios entrarían pues en el campo de la pseudociencia, ya que no existen estudios científicos comprobables y experimentados.

 

Wilhelm Reich, un heterodoxo psicoanalista alemán, conoció en vida las mismas dificultades que otros científicos heterodoxos como Tesla o Schumann. Su trabajo fue incluso censurado por un organismo supuestamente tan ajeno a las cuestiones científicas como el FBI. En esencia, los defensores de la energía “punto cero” argumentan, apoyándose en los fundamentos de la física cuántica, que “el espacio no es vacío, sino que está sumergido en un campo magnético muy concentrado, compuesto de partículas que se mueven más rápidamente que la luz y que constituyen una fuente de energía libre, situada fuera del campo electromagnético, independiente de la luz y el sol”. La ciencia oficial, por su parte, replica que, tanto en el interior del átomo como del cosmos, donde no hay materia (partículas, planetas o soles) existe vacío, es decir, no hay nada, incluido energía. Sin embargo, los experimentos con aceleradores de partículas y el descubrimiento de la antimateria han tendido un puente entre ambas posturas, que el Zen, una escuela de budismo mahāyāna que se originó en China durante la dinastía Tang, ya anticipó al sostener que “la naturaleza última es vacío” y “el todo está contenido en la nada”. Todo ello desemboca en varias preguntas filosóficas que hoy día dividen a los propios científicos: ¿el vacío es ausencia de materia y también de energía? En 1915 la agencia Reuters informó que Nikola Tesla y Thomas Edison compartirían el Premio Nobel de Física de aquel año. Numerosos medios informativos de todo el mundo publicaron esta noticia. Sin embargo, la distinción jamás fue recibida por ninguno de estos dos científicos. Nadie conoce la verdadera historia, pero muchos creen que Nikola Tesla se negó a aceptar el premio. Su trabajo fue aprovechado por otros para generar fortunas; pero él vivió los últimos años de su vida en extrema pobreza y murió sin reconocimiento alguno. Si es verdad que Tesla rechazó el Premio Nobel, este hecho se debió seguramente a una cuestión de principios. Desde la perspectiva de Tesla, Edison era un simple inventor que desarrolló varios dispositivos científicos muy útiles. Pero Tesla se consideraba a sí mismo un descubridor de nuevos principios científicos, y sólo incidentalmente, un inventor. Según Tesla, un descubridor sobrepasaba en importancia a un inventor. Otros creen que fue Edison el que rechazó el premio. Quizás era un modo de manifestar su enojo por la renuncia de Tesla a la Compañía Edison y su ingreso a Westinghouse, la empresa competidora.

Nikola Tesla nació en 1856 en el seno de una familia serbia que vivía en una ciudad croata del sur del Imperio Austro-Húngaro. Tesla siempre decía que su madre era la fuente de sus capacidades intelectuales. Su materia favorita en la escuela eran las matemáticas. Tesla tenía la extraordinaria capacidad de registrar en su mente todos los pasos necesarios para solucionar un problema, como si él mismo lo hubiese inventado. Esta habilidad para resolver problemas matemáticos y visualizar diseños de ingeniería le fue de gran utilidad en distintas etapas de su vida. Tesla tenía una memoria prodigiosa y era un ávido lector. También aprendió varios idiomas, lo que le permitió acceder a textos escritos en diversas lenguas. Desde su más temprana edad, Tesla construía complejos dispositivos mecánicos con cualquier material que tuviera disponible. A pesar de su debilidad física y de haber contraído malaria, Tesla completó exitosamente la carrera de ingeniero. Fue durante este período que Tesla decidió dedicarse a la experimentación eléctrica. Mientras estaba en la Universidad, Tesla pensó que podría ser posible operar un motor eléctrico sin chispas. Pero el profesor le dijo que tal motor requeriría una moción perpetua, por lo que era imposible. Tesla estaba determinado a probar que su profesor estaba equivocado. En este época (1889) Tesla patentó el generador de corriente alterna. Durante esta década, investigó intensamente otros métodos de generación de energía, incluyendo un colector de partículas cargadas, patentado en 1891. Cuando el New York Times, en junio de 1902, publicó un artículo sobre un inventor que afirmaba que había inventado un generador eléctrico que no requería una fuente externa de combustible, Tesla le escribió a un amigo que él ya había inventado tal dispositivo. Tesla pregonaba que la invención era un generador eléctrico que no consumiría ningún combustible. Tal generador sería su propio motor principal que, según los científicos, era imposible.

En aquella época se creía que una máquina más pesada que el aire no podía volar, ya que violaría las leyes de la física. Por ejemplo, Simon Newcomb, astrónomo y matemático estadounidense, declaró en 1901: “La demostración que ninguna combinación posible de sustancias conocidas, formas conocidas de máquinas y formas conocidas de fuerza, pueden ser unidas en una máquina práctica por la cual el hombre volaría largas distancias a través del aire”. Ahora aceptamos como algo normal el vuelo de objetos más pesado que el aire. Pero actualmente la mayoría de los físicos están en contra de la idea de las tecnologías de energía libre. Las invenciones de energía libre se supone que son dispositivos que pueden captar un ilimitado suministro de energía del universo, sin quemar ninguna clase de combustible, representando una solución perfecta a la crisis mundial de energía y la contaminación asociada. Al contrario de los dispositivos fotovoltaicos, para captar la energía solar, o aerogeneradores, para captar la energía del viento, los dispositivos de energía libre necesitan poca o ninguna capacidad de almacenamiento de energía, porque pueden captar tanta energía como se necesite y cuando se necesite. Si son diseñados correctamente, los dispositivos de energía libre no tienen ninguna clase de limitaciones. El 10 de Julio de 1931, en el periódico Brooklin Eagle, Tesla anunció que: “Yo he atrapado los rayos cósmicos y los he hecho operar un dispositivo de movimiento«. Pero, ¿Qué son los rayos cósmicos?  Nuestro planeta recibe constantemente una lluvia de partículas cargadas, en que cada segundo 1000 partículas por metro cuadrado golpean las capas más exteriores de la atmósfera terrestre. Este flujo de partículas (llamado rayos cósmicos), proveniente en su mayoría de nuestra Galaxia, y consisten en un 90% de protones, 9% de partículas alfa y el resto son núcleos más pesados que el hidrógeno. Desde épocas muy remotas, los astrónomos han observado la aparición repentina de estrellas en lugares donde antes no se veía ningún objeto astronómico. Estas estrellas nuevas o supernovas, se producen en una explosión termonuclear que proyecta una gran cantidad de partículas energéticas en el espacio interestelar. La fuente más importante de rayos cósmicos son las supernovas en nuestra galaxia. El viento solar también contribuye al flujo de partículas que llegan a la Tierra. Cada segundo, el Sol emite un promedio de 300.000 toneladas de materia en forma de gas ionizado que sopla como un viento en una región que cubre todo el sistema solar. En las cercanías de la Tierra el viento solar consiste de un flujo de 100 millones de protones y electrones por centímetro cuadrado cada segundo.

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La existencia del viento solar fue predicha en 1958 por las teorías del físico Eugene Parker, de la Universidad de Chicago, y fue directamente observado en 1961 por los detectores de la sonda espacial Explorer 10. Las partículas de mayor energía de los rayos cósmicos se originan en otras galaxias. Además de las supernovas, en una galaxia existen otras fuentes de partículas energéticas, tales como los agujeros negros, las estrellas pulsares y los núcleos galácticos activos. Los rayos cósmicos primarios que golpean las capas más externas de la atmósfera, sufren colisiones con los núcleos que allí se encuentran. De estas colisiones resultan lluvias de nuevas partículas elementales de todo tipo, como electrones, positrones, mesones pi, muones, etc…, que eventualmente llegan a la superficie. Esta lluvia de rayos cósmicos secundarios puede alcanzar una extensión de varios kilómetros cuadrados. No obstante, los rayos cósmicos no se propagan en línea recta, ya que debido a que poseen carga eléctrica sus trayectorias son afectadas por el campo magnético terrestre. Se sabe que una partícula cargada viajando en un campo magnético sigue una trayectoria curva o en forma de hélice. Como los rayos cósmicos con energías dentro de un rango determinado, quedan atrapados por el campo magnético, moviéndose en trayectorias en forma de hélice dentro de una región llamada cinturones de Van Allen, en honor de James Van Allen quien los descubrió en 1958. El confinamiento de partículas cargadas en unas regiones determinadas da origen a la emisión de luz en la atmósfera polar cuando éstas chocan con las moléculas de aire. La luz así emitida genera las espectaculares auroras boreales o auroras australes. Más tarde en el mismo artículo del periódico Brooklin Eagle, Tesla dijo: “Hace más de 25 años, yo comencé con mis esfuerzos para atrapar los rayos cósmicos, y ahora puedo afirmar que he tenido éxito”. En 1933 hizo la misma afirmación en un artículo para el periódico New York American, bajo el título: Dispositivo para Atrapar la Energía Cósmica. En dicho artículo, Tesla afirmabaEsta nueva energía para conducir la maquinaria del mundo será derivada de la energía que opera el universo, la energía cósmica, cuya fuente central para la Tierra es el Sol, el cual está por todas partes presente, en cantidades ilimitadas”. Esto significaría que el dispositivo del que Tesla hablaba se debía haber construido antes de 1908, por lo que, casi con toda seguridad, la idea se le había ocurrido a Tesla años antes. Una información más detallada puede encontrarse en su correspondencia, ahora en la Biblioteca de la Universidad de Columbia.

El 10 de junio de 1902, en una carta a su amigo Robert U. Johnson, editor de Century Magazine, Tesla incluyó un recorte de New York Herald del día anterior, en que hablaba de Clemente Figueras, un ingeniero de las Islas Canarias experto en maderas y bosques, que inventó un dispositivo para generar electricidad sin quemar combustible. Lo que sucedió con Figueras y su generador sin combustible se ignora, pero su anuncio en el periódico impresionó a Tesla, que en su carta a Johnson afirmaba que él ya había desarrollado tal dispositivo y revelado las leyes físicas subyacentes. Otras patentes estadounidenses, que  habían sido archivadas, informaban de motores que operan exclusivamente con energía continua, aparentemente usando energía que circula a través del campo magnético de la Tierra y que, tal vez, tienen alguna relación con las antes mencionadas líneas Ley. Pero requieren una red de retroalimentación para poder ser operativas. Otra patente, descrita en la revista Ciencia y Mecánicas, en la primavera de 1980, requiere imanes especiales, pero no requiere ninguna retroalimentación. Tal motor podría operar un generador eléctrico o una bomba de calor reversible en cualquier hogar, todo el año y de manera gratuita. Según Oliver Nichelson, profesor de estudios clásicos y medievales, quien ha estudiado ampliamente a Tesla y sus máquinas de energía libre, dice que el dispositivo que, en principio, parece encajar mejor con las afirmaciones de Tesla, se encuentra en su patente para un “Aparato para Utilización de Energía Radiante”, nº 685.957, que fue solicitada el 21 de marzo de 1901, y concedida el 5 de noviembre de 1901. Se trata de una plancha aislada de metal que es puesta lo más alto posible en el aire, mientras que otra plancha de metal es puesta en el suelo, actuando como un condensador eléctrico, capaz de almacenar energía sustentando un campo eléctrico. Un alambre va desde la placa de metal, a un lado del condensador y un segundo alambre va desde la plancha en el suelo hacia el otro lado del condensador. Partículas minúsculas de materia electrificada positivamente actúan sobre la plancha superior, transfiriendo continuamente una carga eléctrica a la misma. El terminal opuesto del condensador, conectado al suelo, puede ser considerado como un inmenso almacén de electricidad negativa. Una débil corriente fluye continuamente en el condensador y ya que las partículas se cargan a un potencial muy alto, esta carga del condensador puede continuar casi indefinidamente. Actualmente llamaríamos a este dispositivo un panel solar eléctrico.

Aunque la invención de Tesla es muy diferente, lo más cercano en tecnología convencional es la energía solar fotovoltaica, que es una fuente de energía renovable que se obtiene directamente de la radiación solar mediante un panel solar que, a su vez, la transforma en energía eléctrica. Una diferencia importante es que los paneles solar-eléctricos convencionales tienen un substrato cubierto con silicón cristalino, mientras que el de Tesla usa silicón amorfo. Los paneles solares convencionales son caros, pero el panel solar de Tesla es solo una plancha brillante de metal con un recubrimiento transparente de un material aislante, en que se consigue que la energía solar cargue este condensador. Conectando alguna especie de dispositivo interruptor, para que pueda ser descargado a intervalos, ya se tendría una salida eléctrica. La patente de Tesla muestra que es muy simple conseguir energía eléctrica. Mientras más grande sea el área de la plancha aislada, más energía se consigue. No obstante, esto es más que un panel solar, porque no necesariamente utiliza luz solar para operar. También produce energía por la noche. Por supuesto, esto es imposible, según la ciencia oficial. Por esta razón, no se puede conseguir una patente de tal invento actualmente. El receptor de energía libre de Tesla se refiere al Sol, así como a otras fuentes de energía, como los rayos cósmicos. El dispositivo funciona por la noche debido a la disponibilidad de rayos cósmicos durante la noche. Tesla también se refiera al suelo terrestre como un inmenso almacén de electricidad negativa.

Tesla estaba fascinado por la energía radiante y sus posibilidades como energía libre. La energía radiante es la energía que poseen las ondas electromagnéticas, como la luz visible, las ondas radiantes, los rayos ultravioletas (UV), los rayos infrarrojos (IR), etc… La característica principal de esta energía es que se propaga en el vacío sin necesidad de soporte material alguno. Se transmite por partículas llamadas fotones, como con la luz. Tesla consideraba al radiómetro de Crooke como un gran invento. El radiómetro de Crookes o molinillo de luz (light-mill) es un dispositivo inventado en 1873 por el químico Sir William Crookes. Consiste en cuatro brazos que sostienen cada uno una placa en sus extremos, pintados de blanco de un lado y de negro del otro. Los cuatro brazos que soportan las placas están suspendidos en una aguja y sostenidos por un eje de vidrio para disminuir en lo posible la fricción. Este molinillo se encuentra dentro de una esfera de vidrio sellada y en la que se ha realizado un vacío no total. las placas rotan al ser expuestas a luz, siendo más rápido el giro cuanto más intensa es la luz que incide. Eso proporciona una medida cuantitativa de la intensidad de la radiación electromagnética. La explicación de la rotación de este dispositivo ha sido históricamente un motivo de controversia científica. Crookes tuvo la idea a raíz de algunas investigaciones químicas que realizaba. En el curso de experimentos químicos que exigían medidas cuantitativas muy precisas, estaba pesando muestras en una cámara a vacío parcial, con el objeto de reducir el efecto de las corrientes de aire. De pronto, notó que el valor de las pesadas era perturbado cuando sobre la balanza incidía luz solar. Investigando ese efecto, creó el dispositivo que lleva su nombre. Todavía se fabrican y venden radiómetros de Crookes con propósitos recreativos o didácticos. Tesla creía que sería posible atrapar energía directamente conectándose a la misma rueda de la naturaleza. Este parece un diseño que parecería cumplir con su afirmación de haber desarrollado un generador sin combustible, energizado por los rayos cósmicos. Pero, en 1900, Tesla describió una máquina auto-activante que hallaría energía en el medio ambiente, un generador sin combustible diferente de su Dispositivo de Energía Radiante. El artículo “El Problema de Incrementar la Energía Humana – A través del uso del Sol”, fue publicado por su amigo, Robert Johnson, en la revista mensual The Century, en su edición de junio de 1900. El título del capítulo en donde el discute su dispositivo es “Una Salida de Métodos Conocidos – Posibilidad de una Máquina o Motor “Automático” inanimada”. Tesla afirmó que comenzó a pensar acerca de la idea cuando leyó una declaración hecha por Lord Kelvin, quien dijo que era imposible construir un mecanismo capaz de obtener calor del medio circundante y operar por este calor. Tesla tuvo la visión de un paquete muy largo de barras de metal, extendiéndose desde la Tierra al espacio exterior.

La superficie terrestre es más cálida que el espacio exterior, por lo que el calor sería conducido por unas barras a lo largo como si fuese una corriente eléctrica. Entonces, todo lo que sería necesario sería un cable de energía muy largo que conectara los dos extremos de las barras de metal a un motor. El motor continuaría funcionando hasta que la superficie terrestre se enfriase a la temperatura del espacio exterior. Por supuesto, ahora no necesitaríamos un cable de energía para conectar los dos extremos, ya que servirían las microondas. Este sería un motor que estaría enfriando una porción del medio, por debajo de la temperatura del entorno. Y sería operado por el calor absorbido. Es decir, produciría energía directamente del ambiente, sin consumir ninguna fuente de energía material. Tesla continúa describiendo cómo trabajó en el desarrollo de tal dispositivo de energía. Comenzó a pensar en cómo derivar energía directamente del ambiente cuando estuvo en París, durante 1883. Pero fue incapaz de hacer avanzar la idea durante varios años, debido a la salida comercial de sus generadores de corriente alterna y sus motores. No fue hasta 1889 cuando de nuevo tomó la idea de la máquina de funcionamiento continuo. En 1893, Tesla obtuvo una patente de una bobina eléctrica (“Bobina para electro-imanes”) que era la candidata ideal para ser un extractor de energía no-mecánico. Es un curioso diseño, nada parecido a una bobina ordinaria, que se hace mediante un alambre que se dobla en forma de tubo. El de Tesla utiliza dos alambres puestos uno al lado del otro, pero con el extremo del primero conectado al comienzo del segundo. En la patente, Tesla explica que esta doble bobina almacenará muchas veces la energía de una bobina convencional. La patente, sin embargo, no da pista de lo que puede haber sido su capacidad. En un artículo para la Revista Century Magazine, Tesla compara la energía extraída del ambiente al trabajo de otros científicos que estaban intentando condensar los gases atmosféricos en líquidos. En particular citó el trabajo del  Dr. Karl Linde, que descubrió lo que Tesla describió como un método auto-enfriador para licuar el aire. Como dijo Tesla, “Esta es la única prueba experimental que yo estaba todavía queriendo, que la energía era obtenible del medio, del modo contemplado por mí”.

Lo que vincula el trabajo de Linde con la bobina electromagnética de Tesla es que ambas usaban un doble camino para el material con el que trabajaban. Linde tenía un compresor para bombear el aire a una alta presión, dejar que la presión cayera, conducirlo a través del tubo y luego utilizar ese aire enfriado para reducir la temperatura del aire entrante, haciéndolo viajar de regreso hacia arriba por el primer tubo y luego a través de un segundo tubo envolviendo al primero. El aire ya enfriado era agregado al proceso de enfriamiento de la máquina y rápidamente condensaba el gas en líquido. El intento de Tesla era condensar la energía atrapada entre la superficie terrestre y la parte más alta de la atmósfera y convertirla en corriente eléctrica. Tesla visualizaba al Sol como una inmensa bola de electricidad, positivamente cargada con un potencial de unos 200 billones de voltios. La Tierra, por otra parte, está cargada con electricidad negativa. La enorme diferencia de potencial eléctrico entre estos dos cuerpos constituía, por lo menos en parte, lo que Tesla llamaba energía cósmica. Variaba de noche a día y de estación en estación, pero estaba siempre presente. Las patentes de Tesla para generadores eléctricos y motores fueron concedidas a finales de 1880. Durante la década de 1890, la gran industria de energía eléctrica, como Westinghouse y General Electric, entraron en acción. Con decenas de millones de dólares invertidos en plantas y equipo, la industria no estaba para abandonar una tecnología tan provechosa por otra más nueva. Tesla vio que los beneficios podrían hacerse con el generador de funcionamiento continuo. Pero las industrias dominantes vieron el impacto negativo que tendría para ellas el dispositivo a finales del siglo XIX. Al final del artículo en la revista mensual The Century, Tesla escribió: “Trabajé durante mucho tiempo totalmente convencido que la realización práctica del método de obtener energía libre del Sol sería de incalculable valor industrial”. Años más tarde, en 1933, hay una entrevista con Tesla bajo el titulo:”Tesla atrapa la Energía Cósmica”. En ella le preguntaban si la repentina introducción de su principio trastornaría el sistema económico de la época, a lo que Tesla respondió: “Ya está gravemente trastornado”. Y agregó: “Ahora más que nunca está el tiempo maduro para el desarrollo de nuevas tecnologías«. En una conferencia de prensa para celebrar sus 76 años, Tesla anunció que había inventado un motor de rayos cósmicos. Cuando le preguntaron si era mucho más poderoso que el radiómetro de Crooke, Tesla contestó, “Miles de veces más poderoso”.

Tesla afirmaba que a partir del potencial eléctrico que existe entre una plancha elevada (positiva) y el suelo (negativa), se generaba energía en el condensador. Y, después de un intervalo conveniente de tiempo, la energía acumulada producía una poderosa descarga. Desafortunadamente, esta invención, como muchas otras que Tesla efectúo hacia el final de su vida, nunca fue mostrada en público. Cuando murió había el equivalente a un vagón entero de ferrocarril lleno de materiales y documentos de Tesla confiscados por el gobierno. Desde 1942 hasta 1945, durante la llegada a Estados Unidos de numerosos científicos de la Alemania nazi y de los archivos secretos de guerra de la Alemania nazi, a través de la Operación Paperclip, oficiales de la Base de la Fuerza Aérea Wright-Patterson tomaron posesión de todos los documentos y otros materiales de Tesla, que fueron clasificados como secretos del más alto nivel. El resto de los documentos de Tesla en manos del gobierno todavía están clasificados como secretos. Hay literalmente toneladas de notas, documentos, dibujos y planos, así como más de veinte cajas de material de Tesla todavía no encontrado. El gobierno norteamericano trató de negarlo. Actualmente no hay manera de saber si el motor de rayos cósmicos de Tesla es operativo o no. Sin embargo, evidencias encontradas en los diarios perdidos de Tesla parecen indicar que la energía libre es posible. Y, dentro del marco de trabajo de la ciencia conocida. Richard Scott McKie diseñó y probó en 1991 un pequeño modelo de un Módulo de Energía. El esquema se basa en las teorías de Tesla sobre el flujo de electrones, resonancia y magnetismo, combinados con modernas teorías sobre electrónica de alta frecuencia y antenas de radio para generar directamente energía, sin la ineficiente conversión de energía de otras fuentes. Tesla aplicó el conocimiento obtenido en sus experimentos en Colorado, en la construcción de la torre de Wardenclyfrfe, aparentemente como una imitación de la Gran Pirámide egipcia, en lo que ahora es Shoreham, Long Island, precursor de un Centro Mundial de Telegrafía. Tesla tuvo la visión de no utilizarlo solo para la difusión de noticias y transmisión de mensajes personales codificados, sino también como un código de tiempo universal y la transmisión inalámbrica de electricidad.

El científico Patrick G. Bailey, en su “Repaso de Energía de Punto Cero y Teoría de la Energía Libre, Progreso y Dispositivos”, escribe que el estudio del campo de la energía libre se solapa con un gran número de otras áreas de ciencia y tecnología que no son bien entendidas. Bailey cree que investigaciones en estas áreas descubren importante información y datos que pueden relacionarse a varias preguntas que ocurren en el estudio de la energía libre. El Dr. Gary Johnson, profesor y miembro fundador del Institute of Electrical and Electronics Engineers (IEEE), publicó una revisión de los investigadores en esta área y concluyó su informe con la siguiente declaración: “Hay mucho ruido en la literatura. Algunos conceptos son obviamente absurdos. Otros probarán estar en error. Pero ¿hay alguna señal en todo ese ruido? Si la hay, Tesla, Moray y Bearden están en lo correcto. La rentabilidad potencial es enorme, por lo que la búsqueda deberá ser continuada si hay alguna oportunidad de éxito”. Tal vez existe una conspiración para suprimir los dispositivos de energía libre, como lo sufrió Tesla. Todo indica que existe una red de grupos de interés que se oponen a su despliegue. El consultor Ken MacNeill publicó en 1983 un artículo en que señalaba que se han hecho desaparecer más de 3.000 patentes. La resonancia Schumann es un conjunto de picos en la banda de ELF (extremely low frequencies: ‘frecuencia extremadamente baja’) del espectro electromagnético de la Tierra. Este fenómeno sucede porque el espacio entre la superficie terrestre y la ionosfera (que existe entre los 90 y los 500 km de altura) actúa como una guía de onda. Las limitadas dimensiones terrestres provocan que esta guía de onda actúe como cavidad resonante para las ondas electromagnéticas en la banda ELF. La cavidad es excitada de manera natural por los relámpagos, y también, dado que su séptimo sobretono (armónico) se ubica aproximadamente en 60 Hz, también influyen en las redes de transmisión eléctrica en los territorios en donde se emplea corriente alterna en esa frecuencia. La frecuencia más baja, y al mismo tiempo la intensidad más alta de la resonancia de Schumann se sitúa en aproximadamente 7,83 Hz. Los sobretonos detectables se extienden hasta el rango de los kHz (kilohercios). Toby Grotz ha presentado sus teoría y resultados sobre el Proyecto Tesla para determinar si la cavidad resonante para las ondas electromagnéticas de Schumann puede ser resonada, si la energía que es suministrada por la cavidad se propaga con muy poca pérdida, y si la energía podría ser extraída de otras ubicaciones dentro de la cavidad. Este fenómeno se llama así en honor de Winfried Otto Schumann, que predijo matemáticamente su existencia en 1952, aunque fue observado por primera vez por Nikola Tesla, formando la base de su esquema para transmisión de energía y comunicaciones inalámbricas. La primera representación espectral de este fenómeno fue preparado por Balser y Wagner en 1960.

La diferencia de potencial entre la ionosfera y la superficie terrestre se mantiene por la acción de bombeo de las descargas de los rayos de las tormentas. En la cavidad ionosfera-Tierra, el campo eléctrico y la conducción de la corriente en la atmósfera inferior están controladas principalmente por iones. Los iones tienen parámetros característicos, tales como la movilidad, el tiempo de vida, y la tasa de generación que varían con la altitud. Tal como hemos dicho, la Resonancia Schumann es un conjunto de picos espectrales en la parte de ELF del espectro del campo electromagnético de la Tierra. Un análisis teórico del misterioso “Rayo de la Muerte” de Tesla fue también presentado por Toby Grotz (1991). Examinando expedientes históricos, este diseño de 1937 fue probablemente el primer intento de construir un dispositivo de rayo de partículas de alto voltaje. Una esfera de metal, de cinco metros de diámetro, cargada con 60 millones de voltios podría proyectar un rayo de partícula cargado con alta energía hasta 60 kilómetros a través del aire en una dirección dada. En 1991, Oliver Nichelson resumió dos de los más tardíos diseños de Tesla, incluyendo un diseño de una Dínamo Unipolar en forma de turbina para una máquina que podría continuar produciendo electricidad después de haber sido desconectada de una fuente externa de energía. Este documento es importante porque también describe la “Bobina de Tesla» patentada en 1893. A principios del siglo XX, el Dr. Thomas Henry Moray, de Salt Lake City, produjo su primer dispositivo para obtener energía de las oscilaciones de meta-frecuencia del vacío del espacio. Eventualmente, Moray pudo producir un dispositivo de energía libre, que  pesaba sesenta libras y producía 50.000 watts de electricidad durante varias horas. Pero aunque demostró su dispositivo repetidamente a científicos e ingenieros, Moray fue incapaz de obtener fondos para desarrollar el dispositivo para una central de energía eléctrica que produciría corriente eléctrica a escala masiva.

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Como Tesla, Moray se enfrentó con aquellos que tenían el “monopolio de la energía”, que no estaban dispuestos a compartir. Cuando era un muchacho joven, Moray había sido profundamente inspirado por Nikola Tesla. Moray estaba especialmente entusiasmado por las afirmaciones de Tesla sobre la energía libre y su énfasis sobre las frecuencias en la materia del universo. Moray al principio teorizó con que la energía estaba viniendo desde el interior de la Tierra. A través de experimentación continua, y a pesar de las dudas de la comunidad científica, Moray descubrió que la energía no estaba viniendo del interior, sino de una fuente externa, lejos de la Tierra. La energía venía en oleadas continuas, como las olas del mar, más durante el día que durante la noche. En ese tiempo, Moray obtuvo la suficiente energía como para encender una lámpara. El definió la fuente de energía viniendo del cosmos a la Tierra y radiando de regreso a su origen. Alrededor de 1920, Moray produjo su primer dispositivo elemental que suministraba energía eléctrica mesurable, y continuó trabajando en dispositivos de energía. En las décadas de 1920 y 1930, mejoró sus dispositivos, particularmente su tubo detector, el único secreto real del dispositivo, según el mismo Moray. En su libro The Sea of Energy In which the Earth Floats (El Mar de Energía en el que flota la Tierra), Moray presenta evidencia documentada de que él inventó la primera válvula tipo transistor en 1925. En su tubo detector de energía libre, Moray aparentemente usó, dentro del mismo tubo, una variación de su idea de transistor. Se trataba de una pequeña pelota recubierta de una mezcla de zinc triboluminiscente, un material semiconductor y radioactivo. Canalizando las ondas de energía por medio de una antena conectada a tierra, cebada y luego sintonizada, el dispositivo obtendría energía eléctrica. Los resultados de esta experimentación probaron que la generación de energía no se originó desde el interior del dispositivo. El dispositivo, mediante la canalización de la energía radiante, produjo hasta 50.000 watts de energía y funcionó durante largos períodos de tiempo. Según Moray, los rayos cósmicos del espacio, altamente energizados, son detectados por la máquina, la cual está en resonancia sub-armónica con esta alta frecuencia de energía, y convierte este nivel de energía en una forma útil de electricidad. Sin embargo, el uso por Moray del término “rayo cósmico” no es necesariamente el mismo que aquel de la física moderna, sino, de hecho, es el mismo que el actual concepto de energía de punto cero de vacío.

En física, la energía de punto cero es la energía más baja que puede poseer un sistema físico de la mecánica cuántica, siendo la energía del estado fundamental del sistema. El concepto de la energía del punto cero fue propuesto por Albert Einstein y Otto Stern en 1913, y fue llamada en un principio «energía residual«. El término energía del punto cero es una traducción del alemán. Todos los sistemas de la física cuántica tienen energía de punto cero. El término emerge comúnmente como referencia al estado base de un oscilador armónico cuántico y sus oscilaciones nulas. En la teoría de campos cuántica, es un sinónimo de la energía del vacío o de la energía oscura, una cantidad de energía que se asocia con la vacuidad del espacio vacío. En cosmología, la energía del vacío es tomada como la base para la constante cosmológica. A nivel experimental, la energía del punto cero genera el efecto Casimir, un efecto predicho por la teoría cuántica de campos que resulta medible y consiste en que, dados dos objetos metálicos separados por una distancia pequeña comparada con el tamaño de los objetos, aparece una fuerza atractiva entre ambos debido a un efecto asociado al vacío cuántico, y es directamente observable en dispositivos nanométricos. Debido a que la energía del punto cero es la energía más baja que un sistema puede tener, no puede ser eliminada de dicho sistema. Moray previó que todo el espacio estaba lleno con vibraciones de una tremenda alta frecuencia, aportando incalculables cantidades de energía pura. Él previó un Universo dinámico, como una turbulenta fuente de gran energía, tal como las olas del océano acarrean energía. Esta idea también la compartía Tesla. La aplicación de la patente de Moray, que jamás fue concedida, fue archivada el 13 de julio de 1931, mucho antes de la llegada del transistor de los Laboratorios Bell. Moray demostró exitosamente su dispositivo de energía radiante a profesores de ingeniería eléctrica, congresistas, dignatarios y otros visitantes a su laboratorio. Moray incluso movió su dispositivo varias millas afuera, en el campo, lejos de todas las líneas de energía, para probar que él no estaba simplemente sintonizándose clandestinamente con una cierta parte de su laboratorio. Varias veces permitió a investigadores independientes a que desmontaran completamente su dispositivo y lo volvieran a montar, para que pudieran ellos mismos reactivarlo. En todas las pruebas tuvo éxito demostrando que el dispositivo podía producir energía sin que la energía tuviese que venir de otro dispositivo o enchufe exterior de energía.

Diversos físicos, ingenieros eléctricos y científicos, que llegaron al laboratorio de Moray como escépticos, se fueron convencidos que Moray había tenido éxito en obtener energía de una fuente Universal, que podría producir electricidad a partir de energía libre. Pero, a pesar de su éxito, la Oficina Estadounidense de Patentes se negó a concederle una patente. Según el escritor Tom Bearden, uno de los esfuerzos de Moray para desarrollar la máquina implicaba una asociación con la Agencia de Electrificación Rural (A.E.R.) durante un corto período antes de la Segunda Guerra Mundial. En ese tiempo, la A.E.R. estaba aparentemente infiltrada en los más altos niveles por simpatizantes comunistas. Se dice que estos ejecutivos urgían continuamente a Moray para que entregara todos los detalles de su dispositivo a la Unión Soviética, e incluso arreglaron la visita de científicos soviéticos de alto nivel al laboratorio de Moray, para ver el dispositivo en funcionamiento. Se piensa que, debido a los tratos de Moray con el A.E.R., parte de su importante trabajo fue obtenido clandestinamente por la Unión Soviética. Bearden especula que el trabajo de Moray inspiró a los soviéticos para desarrollar los llamados amplificadores del hiperespacio, que fueron más tarde usados en su armamento psicotrónico. La psicotrónica es el término bajo el que se agrupan algunas de las técnicas utilizadas en la parapsicología para interpretar algunos fenómenos paranormales de acuerdo con las teorías del bioelectromagnetismo. Se basa en la utilización de un tipo de energía que se produce supuestamente por la interacción de energías psíquicas y atómicas, las primeras provenientes del psiquismo de los seres vivos y las segundas del bioplasma o campo estructurado de las formas. En la actualidad el término es usado principalmente por grupos teosóficos y practicantes de ciencias ocultas y esoterismo. Moray se alarmó mucho por las continuas tentativas de sus contactos en el A.E.R. por poner el dispositivo en manos de los soviéticos y concluyó que se había involucrado con un grupo gubernamental lleno de radicales y reaccionarios. Como Tesla, Moray llegó a estar preocupado de que hubiese un plan para robarle su dispositivo. Quizás debido a sus sospechas, Moray fue herido por un disparo de bala en su propio laboratorio, el 2 de marzo de 1940. Ningún detalle ha emergido de quien disparó ni si Moray fue un blanco intencionado o accidental. Moray finalmente finalizó su asociación con la A.E.R. en febrero de 1941. Desgraciadamente, el dispositivo básico de Moray fue destruido en 1939 por un hombre que quería que Moray divulgara completamente el funcionamiento interno y la construcción de su dispositivo. En la época de Moray no existía ninguna teoría que predijera que el espacio vacío contenía prodigiosas cantidades de energía. Los seguidores modernos de la geometrodinámica cuántica aseguran la verdad de la visión original de Tesla. Desde hace algún tiempo se ha destacado el trabajo en geometrodinámica del físico norteamericano John Wheeler el cual, denotando gran entusiasmo, llegó a expresar su creencia de que “no hay nada más en el mundo que espacio curvo y vacío”.

Sin embargo, desafortunadamente para los que deseaban el éxito de esta suposición, lo que iban mostrando los hechos apuntaban a la imposibilidad de una geometrización análoga a la de la obtenida para la gravitación. El propio John Wheeler es quien ha propuesto que la materia prima del universo no era como pensaba Einstein y, antes que él, W. K. Clifford sobre el espacio y su geometría. Wheeler, según su criterio, explica como la deficiencia de la tesis geométrica sobre el material de construcción de las partículas y de todo lo demás ha ido conduciendo al rechazo de que la geometría estuviese en primer lugar y luego posteriormente actuase la mecánica cuántica. Por el contrario aduce que principios cuánticos como el de la incertidumbre se erigieron como inherentes a la naturaleza y luego surgieron la geometría y las partículas. Afirma el físico inglés que el mundo es de por sí un mundo cuántico. Un sistema clásico sólo se obtiene como límite para números cuánticos grandes. El físico ruso Andrei Sajarov sustentó criterios semejantes a los de John Wheeler. Ahora nosotros sabemos que un centímetro cúbico de puro vacío contiene suficiente energía para condensarla en 1.080 a 10.120 gramos de material. La mayor parte de la tesis de Tesla y Moray, de que el vacío mismo contiene energía ilimitada, es hoy aceptada por la ciencia. Con el alto precio del petróleo, que además es una fuente de energía no renovable, así como la creciente preocupación por nuestro medio ambiente, el concepto de un automóvil eléctrico está nuevamente siendo impulsado por los fabricantes más importantes de automóviles. Desafortunadamente, el problema con el peso de las baterías y el almacenamiento de energía eléctrica todavía hacen de los automóviles eléctricos algo económicamente poco operativo. En un artículo de Arthur Abrom para el periódico Dallas Morning News, se señalaba que los automóviles eléctricos eran una de las alternativas consideradas en los inicios del automovilismo. Y este modo de propulsión gozó de un breve y corto reinado. En los primeros días del desarrollo automovilístico, la propulsión eléctrica fue considerada y utilizada. Un automóvil eléctrico poseía muchas ventajas que no podían ofrecer los ruidosos y contaminantes automóviles de gasolina. Sobre todo estaba el gran silencio que uno experimentaba cuando se manejaba un vehículo con propulsión eléctrica. Uno le daba vuelta a una llave, presionaba el acelerador, y el vehículo se movía instantáneamente. Sin ningún ruido del encendido, sin bombear gasolina mediante el acelerador y sin el acoplamiento de la válvula reguladora. Uno simplemente daba vuelta al interruptor de encendido y ya funcionaba el automóvil. Si uno deseaba aumentar la velocidad, simplemente presionaba el acelerador. Soltando el acelerador se causaba que el vehículo inmediatamente fuese más despacio. Uno estaba siempre con el control total. No es difícil entender porqué estos vehículos eran tan populares hasta 1915.

La gran desventaja de aquellos automóviles eléctricos, entonces y actualmente, era su poca autonomía y la necesidad de recargar las baterías cada noche. Todos esos vehículos eléctricos usaban una serie de baterías y un motor de corriente directa. Las baterías requerían una constante recarga y la autonomía de viaje estaba restringido hasta unos 161 km., no demasiado alejado de las limitaciones actuales. Muchas empresas que actuaban en entorno urbanos comenzaron a comprar vehículos de reparto de mercancías eléctricos, ya que eran silenciosos y no emitían contaminantes. Eran casi el automóvil perfecto. Además, el mantenimiento era mínimo en vehículos accionados eléctricamente. Así pues, a principios del siglo XX el entorno urbano parecía apostar por el automóvil eléctrico. Pero sucedieron dos hechos que bajaron la popularidad del automóvil eléctrico. Uno era el anhelo subconsciente por la mayor velocidad, que afectó a la mayoría de los entusiastas del automóvil de aquella época. En aquellos tiempos los vehículos eléctricos no podían alcanzar velocidades superiores a los 80 km. por hora, ya que esto hubiera descargado las baterías rápidamente. Solo las velocidades no superiores a 56 km. por hora podían ser mantenidas regularmente. Pero la velocidad normal de conducción, dependiendo de las condiciones del tráfico, era de unos 24 a 32 km. por hora, según los estándares entre 1900 y 1910. Esta era una velocidad límite aceptable que se podía obtener con un vehículo eléctrico. Además, el automóvil eléctrico no podía adaptarse para utilizar el motor polifásico de corriente alterna de Tesla. Entonces, de repente, alrededor de 1915, el automóvil eléctrico se convirtió en solo un recuerdo. En 1931, bajo el financiamiento de Pierce Arrow y George Westinghouse, un Pierce-Arrow de 1931 fue seleccionado para ser probado en las tierras de la fábrica en Búfalo, New York. El motor de combustión interna estándar fue quitado para instalar un motor eléctrico de 80 HP a 1800 r.p.m.. El motor de corriente alterna media 1 metro de largo y 0,77 metros de diámetro, y los extremos de los conductores de energía fueron dejados en el aire, sin fuente externa de energía. En el tiempo acordado, Nikola Tesla llegó al lugar e inspeccionó el automóvil Pierce-Arrow. Luego fue a una tienda local de radio y compró un puñado de tubos, alambres y resistencias. Montó una caja que medía 9,6 metros de largo, 0,3 metros de ancho y 0,15 metros de alto, cubriendo el circuito.

Entonces la misteriosa caja fue colocada en el asiento delantero y con sus cables conectados al motor enfriado por el aire. De la caja salían dos barras. Tesla se metió en el asiento del conductor, empujó las dos barras y declaró, “ahora tenemos energía” y puso el automóvil en marcha. Este vehículo, accionado por un motor de corriente alterna, fue conducido a velocidades de 145 km. por hora, funcionando mejor que cualquier motor de combustión interna de aquellos días. Se invirtió una semana en probar el vehículo y varios periódicos en Búfalo registraron estas pruebas. Cuando le preguntaban de donde venía la energía, Tesla contestó, “de los éteres alrededor nuestro”. Muchas personas sugirieron que Tesla estaba loco y, de algún modo, ligado a fuerzas siniestras del universo. Ello le molestó mucho, quitó su misteriosa caja del vehículo y regresó a su laboratorio en la ciudad de Nueva York. Su secreto, al parecer, murió con él. Se especula que Tesla era capaz de atrapar el campo magnético de la Tierra que rodea  nuestro planeta. Y él, de algún modo,  fue capaz de extraer tremendas cantidades de energía cortando estas líneas de fuerza o causando que se amplificaran. La naturaleza exacta de este aparato permanece todavía en el más riguroso misterio. En 1969, Joseph R. Zubris tomó su automóvil Mercury del 1961 y le sacó el motor interno de combustión. Entonces instaló un motor eléctrico como fuente de energía. Su sistema duplicó la eficiencia eléctrica del motor eléctrico cuando estaba operando. La oficina estadounidense de Patentes le otorgó una patente, pero nadie parecía estar interesado. Y su sistema todavía no está en el mercado. En la década de 1970 un inventor usó un generador Ev-Gray, que intensificaba la corriente de la batería, permitiendo al motor cargar baterías separadas al operar el dispositivo con pequeñísimas corrientes. El dispositivo fue probado en el Instituto Crosby de Investigaciones de Beverly Hills, California. Un motor EMA de 10 caballos de fuerza corrió durante más de una semana con cuatro baterías estándar de automóvil. Los inventores estimaron que un motor eléctrico de 50 caballos de fuerza podría viajar 483 km. a 80 km. por hora, antes de necesitar recarga. El Dr. Keith E. Kenyon descubrió una discrepancia en las leyes normales y largamente aceptadas relacionadas con los imanes de motores eléctricos. El Dr. Kenyon demostró su invención ante muchos científicos e ingenieros en 1976, pero la reacción de estos fue deprimente. Aunque admitieron que el dispositivo del Dr. Kenyon funcionaba, no vieron apenas aplicación práctica del mismo.

El objetivo para un automóvil exitoso, accionado eléctricamente, sería tener un motor eléctrico que no requiriera una fuente externa de energía. Suena imposible, porque viola todas las teorías científicas actuales. No obstante, ha sido inventado, y al Sr. H.R, Johnson se le ha extendido una patente de tal dispositivo el 24 de abril de 1979. Este nuevo diseño, aunque originalmente sugerido por Tesla en 1905, es un motor de imanes permanentes. El Sr. Johnson ha ajustado una serie de imanes permanentes en el rotor, y otra  serie, con espaciamiento variable, en el estator. Uno simplemente tiene que mover el estator a su posición y la rotación del rotor comienza de inmediato. La patente de Johnson dice: “La invención es dirigida al método de utilizar los giros impares de los electrones en ferro-magnética y otros materiales, como fuente de campos magnéticos para producir energía sin que ocurra ningún flujo de electrones en conductores normales y a motores de imanes permanentes para utilización de este método para producir una fuente de energía«. En la práctica, este invento se basa en el giro de electrones dentro de imanes permanentes, que son usados para producir una fuente de energía solamente a través de las características superconductoras de un imán permanente. Y el flujo magnético creado por los imanes es controlado y concentrado para orientar las fuerzas magnéticas generadas, de tal manera que hagan un trabajo continuo, tal como el desplazamiento de un rotor con respecto a un estator. La sincronización y orientación de fuerzas magnéticas especiales en los componentes del rotor y el estator, producidos por imanes permanentes en un motor, es alcanzada con la apropiada relación geométrica de los componentes. Los ingenieros de Hitachi Magnetics Corp, en California, declararon que el funcionamiento de un motor únicamente mediante imanes es factible y lógico, pero la política de la empresa hace inviable la búsqueda del desarrollo de un motor de imanes o cualquier dispositivo que compitiera con los cárteles de energía. De hecho, parece que tales dispositivos han sido deliberadamente eliminados o mantenidos en lugares secretos, para prevenir cualquier competencia de máquinas que pueden generar energía sin una fuente externa de combustible. Estas invenciones sacarían a los grandes cárteles de petróleo y otras fuentes de energía fuera del gran negocio de la energía.

Según los diarios personales de Tesla, extrañas transmisiones de voz, escuchadas a través de su receptor especial de radio, discutían el calentamiento del planeta mediante contaminantes atmosféricos, causado por fuentes naturales o provocado por el hombre. Y esta afirmación de Tesla le causó muchos problemas entre la comunidad científica, muy escéptica sobre estos temas. Tesla también tuvo la impresión de que las voces desconocidas apoyaban este calentamiento, y pudieran realmente haber acelerado el proceso mediante la estimulación del desarrollo del motor de combustión interna. Tesla puede bien haber sido el primer humano en saber acerca de lo que hoy en día se refiere como “Calentamiento Global” y “Efecto Invernadero”. Tesla, convencido de que las voces que estaba recibiendo eran de una fuente hostil extraterrestre, comenzó un esfuerzo concertado para desarrollar un medio de energía que no usara la quema de madera o combustibles fósiles. Una fuente de energía que fuera limpia e ilimitada, y que no produjera contaminantes, al menos los producidos por los humanos, que llenasen la atmósfera y causasen la retención del calor del Sol. Tesla fue el primero en volverse consciente de uno de los temas más controvertidos en los círculos de la teoría de la conspiración, tal como Alternativa Tres y la destrucción de la Tierra. Un documental sacó a la luz en 1977 un supuesto proyecto secreto de las grandes potencias para garantizar la pervivencia de parte de la Humanidad en Marte, que posteriormente ha sido fuertemente cuestionado. La opinión pública mundial creía hace cuarenta años que Washington y Moscú competían en una carrera por la conquista de la Luna. La verdad, sin embargo, era que colaboraban en el proyecto espacial más grande jamás montado. Dejó de ser un secreto el 20 de junio de 1977, cuando la ITV inglesa emitió ‘Alternativa 3‘, un documental de la serie Science Report presentado por Tim Brinton, veterano de los informativos de la BBC. Al día siguiente, toda la prensa británica hablaba del reportaje, según el cual la vida en la Tierra tenía los días contados. TVE emitió ‘Alternativa 3‘ seis años después dentro del programa ‘La Puerta del Misterio’. Fernando Jiménez del Oso alertó en su presentación de que todo lo que se dice en el documental de Anglia TV «merece ser escuchado con atención» y dio por hecho que el programa sacaba a la luz una inquietante verdad, algo a lo que él achacaba que no se hubiera permitido su emisión en Estados Unidos y la Unión Soviética. ‘Alternativa 3‘ empieza con unos periodistas que preparan un reportaje sobre la fuga de cerebros en Reino Unido y descubren que algunos científicos han desaparecido del país sin dejar rastro y otros han muerto en extrañas circunstancias.

Uno de estos últimos es el astrofísico William Ballantine, quien, antes de fallecer, había enviado una cinta de vídeo codificada a un amigo. Simultáneamente, el documental se hace eco de que las sequías son las mayores de la Historia. «No ha cundido el pánico; sólo la sensación de que lo que estamos viviendo no es natural, de que el clima está sufriendo un cambio radical», dice Brinton, antes de recordar que los últimos terremotos de China y Oriente Próximo «han matado a más gente que un ataque nuclear» y llamar la atención sobre las erupciones volcánicas del Caribe. El físico Carl Gerstein, de la Universidad de Cambridge, confirma ante la cámara que el mundo camina hacia un cambio climático fatal para la vida humana debido al efecto invernadero provocado por la contaminación. Y explica que las superpotencias consideraron al principio tres posibilidades: dos de ellas, abrir agujeros en la atmósfera mediante bombas atómicas para dejar escapar la polución y excavar refugios para una élite, fueron descartadas y prefiere no hablar de la tercera. Los reporteros de ‘Alternativa 3‘ sólo sabrán la verdad después de que Bob Grodin, supuesto astronauta del proyecto Apolo, les cuenta que cuando pisó la Luna en 1972 estaba llena de gente y de ver la cinta del desaparecido Ballantine gracias a un circuito electrónico que la descodificó. La película del astrofísico es la del primer aterrizaje de una nave humana en Marte ¿el 22 de mayo de 1962!, sólo cinco años después del lanzamiento del ‘Sputnik’. Según los informantes de Brinton, la tercera alternativa, en la que soviéticos y estadounidenses trabajan en secreto desde la década de 1950 y de la que Gerstein no quiere hablar, es crear una colonia en el planeta rojo como refugio de la élite de la Humanidad. Para eso, las personas que desaparecen en la Tierra son de dos tipos: los sabios y los esclavos que construyen en la cara oculta de la Luna la estación de tránsito desde la que partirán los elegidos hacia el planeta rojo. «Es posible que ya se haya establecido en Marte una colonia humana o que todavía se estén haciendo los preparativos para su traslado desde la Luna», sentencia Brinton antes de los créditos finales, quien lamenta que «las perspectivas sean tan poco halagüeñas respecto al futuro de la vida en la Tierra». Pero hay serias dudas sobre la veracidad de este informe sobre Alternativa 3, aunque coincidiría con lo que pensaba Tesla cuando captó comunicaciones desde fuera de la Tierra.

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Un examen detallado de la historia de Egipto revela la sofisticación de sus sistemas de iluminación, ya que en ninguno de los pasadizos de las pirámides ni de las supuestas tumbas de los reyes se ha encontrado un solo rastro de hollín, que sería lógico si se hubiesen utilizado antorchas para poder ver. La razón es que esas zonas, casi con total seguridad, se iluminaban con sistemas eléctricos. Los relieves grabados en la piedra revelan que los egipcios utilizaban linternas de mano alimentadas por fuentes de energía inalámbricas, sin cables. Las lámparas de arco eléctrico usadas en el Faro de Alejandría es otra prueba más de que la electricidad se usó en el antiguo Egipto. La electricidad requerida para alimentar el Faro de Alejandría durante 24 horas al día sólo pudo ser generada mediante una fuente regular de energía eléctrica inalámbrica. Todo ello lo podemos inferir de numerosos restos arqueológicos, testimonio de la sociedad de aquella gran civilización. Debemos ser conscientes de que, al igual que nosotros plasmamos en nuestras obras de arte detalles de nuestra sociedad y forma de vida, nuestros antepasados también lo hacían. Es algo inherente al ser humano, ya que es una manera de perpetuar nuestra sociedad y nuestros logros. Veamos en qué momento nuestra Ciencia contemporánea empezó a descubrir el gran secreto de las antiguas pirámides y su asombrosa capacidad de generar energía eléctrica inalámbrica. La Gran Pirámide es una construcción perfecta. Algunos científicos han demostrado que incluso la estructura natural de la pirámide se presta bien a las teorías de la transmisión energética. Tras el análisis detallado de las dimensiones y proporciones de la Gran Pirámide, se ha llegado a la conclusión de que parecen integrarse armónicamente con la Tierra, lo cual significa que los constructores de las pirámides tenían un excelente conocimiento del tamaño y forma de nuestro planeta. Los lados de la base la Gran Pirámide se alinean de manera asombrosa con los puntos cardinales. En concreto, nuestra mejor tecnología ha comprobado que apunta al Norte de forma tan precisa que convierte a esta construcción en la mas perfecta que jamás se haya realizado. Su error, medido en la actualidad, es de unos 3 minutos de arco. Están rotadas ligeramente en sentido contrario de las agujas de reloj en relación con los puntos cardinales. No sólo la pirámide llamada de Keops presenta esta ligera desviación, sino que también las otras dos lo tienen. En nuestro tiempo, la estructura orientada con una mayor precisión es el observatorio astronómico de París, pero no supera la precisión de la Gran Pirámide.

El 22 de septiembre de 2016, el ingeniero y arqueólogo Glen Dash pareció demostrar el porqué de este ligero error. Precisamente ese día era el equinoccio de otoño. Clavó una estaca en el suelo sobre una plataforma de madera, y marcó las posiciones de la sombra de la madera a lo largo del día. «En el equinoccio, el observador ve que la punta de la sombra recorre una línea casi perfecta del Este al Oeste», dijo Dash. Este supuesto error es leve y desplaza los puntos cardinales predichos en contra de las agujas del reloj en relación con los reales, al igual que se observa en las pirámides egipcias. Otros estudios han demostrado que este error de 3 minutos de arco se debe bien a un desplazamiento del polo de la Tierra o bien a la deriva del continente africano. Estiman que, en su construcción, la Gran Pirámide estaba orientada al verdadero norte de manera exacta. Ni en nuestras mejores construcciones contemporáneas hemos podido lograr tal precisión, de modo que la Gran Pirámide nos deja en una situación algo embarazosa. ¿De dónde les venían estos conocimientos a sus constructores? ¿Con qué tecnología contaban? Tal vez es erróneo pensar que un «pueblo tan primitivo» no podía tener tanto conocimiento tecnológico. Muchos de los afortunados que han podido subir a lo más alto de la Gran Pirámide han podido experimentar pequeñas transferencias de energía, sensación de hormigueo en sus extremidades o incluso evidentes descargas eléctricas. Las medidas de campo electromagnético realizada en torno a la Gran Pirámide es idéntica a la realizada durante una tormenta eléctrica. Actualmente no puede ascenderse a lo alto de la Gran Pirámide sin un permiso muy especial. Sin embargo, en el siglo XIX, el ingeniero alemán William Siemens tuvo la fortuna de poder hacerlo. Una vez alcanzado el punto más alto, uno de sus guías observó que cuando levantaba su mano con sus dedos separados, sus oídos captaban un sonido extraño, como un repiqueteo agudo. Siemens entonces levantó su dedo índice y sintió un ligero hormigueo que surgía de la punta de su dedo y se extendía a lo largo de su mano. Al poco rato, el ingeniero se dispuso a aplacar su sed con un sorbo de vino para celebrar aquella experiencia. En ese momento recibió una descarga eléctrica cuando sus labios tocaron la botella.

Siemens pensó que estas curiosas experiencias no fueron sólo una casualidad, de modo que empapó una hoja de periódico y envolvió con ella la botella de vino para crear así una improvisada botella de Leyden. Cuando sujetó sobre su cabeza este condensador primitivo, estallaron chispas eléctricas que saltaron por el aire. Uno de los guías, muy nervioso, intentó agarrar la botella. Siemens, bien para evitar que se interrumpiera su experimento o bien como un acto reflejo de protección, apuntó la botella hacia el agitado guía, el cual fue lanzado hacia atrás al suelo y quedó inconsciente por la corriente recibida. La pirámide tiene su propia capacidad eléctrica, que le permite acumular una cierta cantidad de carga eléctrica. Si llega mucha carga eléctrica a la pirámide, el exceso provoca descargas en la cúspide de la misma. Se cree que, originalmente, dicha cúspide estaba constituida por una gran pieza piramidal, a la que se llamaba «piramidón», construida con oro macizo, un excelente conductor eléctrico. Para conmemorar la entrada en el nuevo milenio, el gobierno egipcio planeó volver a cubrir la punta de la Gran Pirámide con una pieza piramidal de 9 metros. Sin embargo, el 16 de diciembre de 1999, el plan fue cancelado. El equipo técnico encargado de llevar a cabo su colocación con la ayuda de un helicóptero, comprobó que no causaría ningún daño en la estructura, pero las autoridades consideraron que podría provocar actos terroristas. Sin embargo, otras personas se han preguntado si el gobierno egipcio temió que se pudiera reactivar la capacidad energética de la pirámide, con todo lo que ello implicaría, que no sería otra cosa que la generación de energía eléctrica inalámbrica, lo que implicaba una revolucionaria ciencia detrás de las pirámides. Desde hace bastantes años, existen disciplinas científicas y constantes investigaciones a las que podríamos poner el adjetivo de revolucionarias. Por citar algunos ejemplos, la antigravedad, la levitación sónica o la energía de punto cero. Pero en la actualidad hay muchos científicos que no les prestan la debida atención. Algunos de ellos se suelen referir a ellas como «ciencia ficción». Pero cualquier científico nunca debe olvidar la frase «Lo que hace varios siglos parecía magia, ahora es ciencia«. Un ejemplo claro de ello es el magnetismo.

De todos los estudios científicos sobre las pirámides, se destaca por ejemplo la investigación sobre la energía eléctrica de nuestro propio planeta, sobre cómo recogerla, almacenarla y aprovecharla. El investigador independiente croata Hrvoje Zujic desarrolla la idea que motivó a Nikola Tesla a construir la Torre de Wardenclyffe. Pretendía, según el autor, desarrollar un enorme y óptimo generador de iones negativos. En su opinión, la torre, las pirámides, los obeliscos y otras construcciones antiguas tenían este mismo propósito. Nikola Tesla defendía la idea de que la superficie terrestre constituye la placa de un enorme condensador esférico, siendo la ionosfera la otra placa. Mediciones recientes han determinado que la diferencia de voltaje entre la superficie terrestre y la ionosfera es de unos 400.000 voltios. Las líneas de fuerza de la carga eléctrica junto con los campos que proceden del Sol, actúan perpendicularmente sobre los lados de las pirámides. Las líneas equipotenciales de campo magnético muestran una gran densidad en la cima de la pirámide. El voltaje creado por el campo eléctrico, según Hrvoje Zujic, crece 100 voltios/metro en altura. El campo eléctrico de la Tierra alcanza su máximo valor y máxima densidad en lo más alto de la pirámide. Por lo tanto, en el punto más alto tendríamos disponible un potencial de 14.600 voltios. La conclusión es que la Gran Pirámide generaba energía eléctrica inalámbrica según los numerosos estudios realizados durante décadas por multitud de egiptólogos, investigadores y científicos. La parte exterior de la gran pirámide fue recubierta por toba caliza blanca, colocada en su construcción de manera tan ajustada que incluso una cuchilla no cabría entre los bloques. La toba caliza blanca no contiene magnesio y posee una alta capacidad aislante. Esta peculiar característica  evitaba que la electricidad dentro de la pirámide se liberase sin control. Los bloques de piedra utilizados en el interior de la pirámide se componen de otro tipo de caliza, que contiene cristales y pequeñas cantidades de metal, lo cual le confiere una gran conductividad eléctrica. Se sabe que esta conductividad es directamente proporcional a la masa de la pirámide o, lo que es lo mismo, a su altura. Las propiedades conductoras y aislantes de la pirámide son el claro un ejemplo de una ingeniería perfecta.

Solamente la descripción de los tipos de roca utilizada nos sugiere que se perseguía un objetivo, y este no era otro que poder generar energía eléctrica inalámbrica. Pero se necesitaba una gran fuente de energía para generarla. La meseta de Giza, donde se levantan las pirámides, está repleta de canales de agua subterránea. Las pirámides se levantan sobre capas de roca caliza y los espacios entre ellas están llenos de agua. A estas estructuras se les denomina acuíferos. El agua de estos acuíferos viaja a través de túneles subterráneos y se filtra hacia arriba por capilaridad a través de la roca caliza. El elevado flujo del río Nilo que pasa a través de estos acuíferos produce una corriente eléctrica. A este fenómeno se le denomina fisio-electricidad. Ahora veamos algo asombroso de la Gran Pirámide. Las cámaras y pasadizos subterráneos de la pirámide están construidos con enormes cantidades de bloques de granito rosa ensamblados a la perfección. Parece realmente extraño puesto que el granito es una de las rocas más duras del planeta. Esto la convierte en la roca más difícil de trabajar, supuestamente aún más para aquella época. Una dificultad añadida es que no existía ningún terreno rico en granito en las inmediaciones de la meseta de Giza. Eso hizo que las 8.000 toneladas de granito utilizadas en la Gran Pirámide tuvieron que ser traídas por el Nilo desde Asuán, a unos 800 km. de distancia. Una dificultad tremenda, que nos hace reflexionar acerca de la necesidad de tener que utilizar precisamente ese tipo de roca. Sin duda sólo ese tipo de roca cumplía los requisitos necesarios para su propósito. La más importante del cuarzo son sus propiedades vibratorias y electromagnéticas. Se sabe que el granito también es ligeramente radioactivo y posee una alta proporción de cristales de cuarzo. Esto le confiere la propiedad de ser una material piezoeléctrico. Este efecto, por ejemplo, se utiliza en los relojes de cuarzo. También se sabe que el granito tiene la capacidad de ionizar el aire que le rodea, lo cual también contribuye a incrementar la conductividad eléctrica. ¿Qué significa y qué implica utilizar estos específicos materiales en esta situación en concreto? Se ha demostrado que hace miles de años el cauce del gran río Nilo atravesaba la zona de las pirámides. ¿Fueron éstas construidas para aprovechar la capacidad piezoeléctrica de las corrientes de estos ríos? ¿Puede esto explicar la vasta red de cámaras subterráneas y túneles? ¿Era esto la clave para, a su vez, poder generar energía eléctrica inalámbrica?

La cámara Kirlian, una cámara capaz de plasmar en una imagen el efecto corona de cualquier objeto u organismo al aplicar un campo eléctrico sobre una placa, desvelaba el flujo helicoidal de energía que emanaba de una bobina de Tesla en el interior de una pirámide. En 1979, el Dr. Dee J. Nelson y su esposa, experimentaron con una bobina de Tesla activada en el interior de una estructura piramidal. Se valieron de una pequeña pirámide de cobre para generar este flujo de energía, que se visualizó con una cámara Kirlian. Podemos concluir que las cámaras subterráneas de la pirámide fueron construidas con granito, una roca cargada con electricidad. Esta corriente eléctrica es conducida hacia arriba, directamente a las cámaras interiores de la pirámide cubiertas con granito. Como ya hemos dicho anteriormente, el granito es un buen conductor de electricidad. El campo electromagnético que se forma en la base de la pirámide es transmitido de forma concentrada a las capas superiores de la pirámide. Era lógico que el vértice superior de la Gran Pirámide tuviese una pieza de oro con forma piramidal, ya que es un excelente conductor de electricidad. Pero en algún momento a lo largo de la historia la pirámide perdió su geometría original. Este cierre de oro constituía un camino conductor perfecto para la transferencia de los iones negativos hacia la ionosfera, es decir, para generar energía eléctrica inalámbrica. De esta manera es como se generaba y se emitía la corriente eléctrica. Todo indica que Nikola Tesla utilizó una tecnología muy similar a la utilizada hace miles de años en Egipto. Gracias a ella construyó la Torre Wardenclyffe entre 1901 y 1917, con una altura de 30 metros y coronada por una bóveda metálica de 55 toneladas. Anteriormente Tesla había investigado en la tecnología eléctrica, descubriendo la corriente alterna, el motor eléctrico, la radio, etc…. Para sus experimentos utilizó una fuente externa de electricidad y aplicó tecnología de generación de energía eléctrica inalámbrica. Tesla era un buen conocedor de la capacidad de la Gran Pirámide para generar electricidad y fue gracias a su obsesión con la gran pirámide lo que lo llevaría a desarrollar el proyecto de la Torre Wardenclyffe.

Para mostrar su conocimiento de este tema, a su patente, publicada en 1905, le puso como título «La Pirámide Electromagnética de Tesla». Además es preciso señalar que Tesla también construyó su torre sobre un acuífero con la intención de aprovechar la carga electrostática que genera. La tecnología electromagnética que utilizó en su famosa torre parece que es idéntica al campo electromagnético establecido en la construcción de las pirámides. Ambos sistemas generan iones negativos que se transmiten sin la necesidad de cables eléctricos. Una vez que hemos establecido el proceso de la generación eléctrica, lo más probable es que la Gran Pirámide estuviera coronada con una pieza piramidal de oro, constituyendo pues el vértice superior. El oro, de hecho, es uno de los materiales mas conductivos que existen en nuestro planeta. Esta pieza entonces proporcionaría un camino libre para que los iones negativos fueran emitidos hacia la ionosfera, esto es, la generación de energía eléctrica inalámbrica. De la misma manera funcionaba la esfera metálica de 55 toneladas de la Torre de Wardenclyffe de Tesla. Las investigaciones efectuadas indican que la Gran Pirámide es capaz de concentrar energía electromagnética. En 2018 fue publicado un exhaustivo estudio e investigación teórica de un grupo de científicos rusos acerca de la respuesta de resonancia de la Gran Pirámide cuando interactúa con ondas electromagnéticas de longitud de onda entre 200 y 600 metros, en la banda de ondas medias, entre 1.500 kHz y 500 kHz. El equipo de investigación pertenece a la Universidad ITMO de San Petersburgo, en Rusia, y al Laser Zentrum Hannover, en Alemania. En su estudio aplicaron métodos de física teórica para investigar la respuesta electromagnética de la Gran Pirámide a las ondas de radio. Los científicos predijeron que, bajo condiciones de resonancia, la Gran Pirámide de Giza puede concentrar energía electromagnética en sus cámaras internas, como las cámaras del Rey y de la Reina, y debajo de la base. El grupo de investigación planea usar estos resultados teóricos para diseñar nanopartículas capaces de reproducir efectos similares dentro del rango óptico. Tales nanopartículas pueden usarse, por ejemplo, para desarrollar sensores y células solares altamente eficientes. El Templo de Dendera, dedicado al Dios Hathor, es uno de los más misteriosos templos construidos por los egipcios hace miles de años. Situado a unos 2,5 km de Dendera, este antiguo templo es uno de los mejor conservados, especialmente su templo central. Conocido como la «Luz de Dendera», un misterioso relieve, que parece representar una lámpara eléctrica, ha generado numerosas preguntas entre los expertos. ¿Es posible que hace miles de años la tecnología existente fuera mucho mayor de lo que nunca hemos pensado?

En un trabajo de investigación, Mohamed Osman, del Instituto de Ciencias Naturales y Aplicadas de Estambul, de la Universidad Aydin, describe en detalle todos los elementos representados en los relieves. Uno serían relieves que algunos expertos identifican como lámparas eléctricas y que estarían alimentadas por energía eléctrica inalámbrica. Estas lámparas son una reminiscencia de las descripciones de Nikola Tesla, que muestran que su fuente de energía alternativa era viable. En la Exposición Universal de Chicago de 1893, Tesla transmitió corriente eléctrica, a través de su cuerpo, hasta una lámpara que mantenía en su mano, todo ello sin utilizar ningún cable eléctrico. Hoy en día es muy habitual presenciar este llamativo fenómeno en cualquier demostración del funcionamiento de una bobina de Tesla. Todo indica que los egipcios usaban antenas y energía libre sin cables para su comunicación inalámbrica. Ello parece indicar que los egipcios utilizaban energía eléctrica inalámbrica para, al menos, su iluminación. Probablemente también lo harían para algún otro tipo de comunicación inalámbrica. Es conocido el hecho de que muchos objetos provenientes del antiguo Egipto fueron bañados en oro. Trabajos tan precisos, más aún en este tipo de piezas, requieren el uso de la electricidad. Los egipcios también debieron usar la electricidad para sus fábricas de tejidos. Lo que es evidente es que las pirámides no fueron utilizadas como tumbas. para sus faraones. De hecho no han aparecido inscripciones de ningún tipo ni jeroglíficos en los corredores y cámaras de la Gran Pirámide. Este hecho sugiere que su uso fue más bien funcional y no como un mausoleo. En el eje interior central de la Gran Pirámide se encontró una cámara, bautizada como Cámara del Rey. En su interior había una cofre rectangular de granito, de 2,27m de longitud, 0,98m de anchura y 1,05m de altura. Se propuso la teoría de que ese misterioso cofre de granito era el ataúd del faraón, pero estaba vacío porque su cuerpo fue robado en algún momento de la historia. Pero un examen de las dimensiones del cofre de granito y su especial ubicación revela una interpretación muy diferente. Si se analiza la posición de la cámara, así como su diseño global y el hecho de que dicho hueco se encuentre justamente en el centro de la estructura conductora, nos revela algo asombroso. Si un material altamente conductor fue instalado allí, la pirámide pudo producir una cantidad enorme de electricidad, quizás para todo Egipto. Imaginemos que este superconductor fuese ni más ni menos que la misteriosa Arca de la Alianza, la cual, según muchos historiadores, estuvo en Egipto en la antigüedad. Además, sus supuestas dimensiones, 1,11m x 0,67m x 0,67m, cabrían en el cofre de granito, lo cual significa que ésta pudo servir como contenedor del Arca de la Alianza, situada en la misteriosa Cámara del Rey.

Una de las fases de aprendizaje por las que un futuro faraón tenía que pasar en el antiguo Egipto era la enseñanza de todos los secretos de Egipto y el conocimiento de la energía. Hay varias referencias al Arca de la Alianza indicando que servía como condensador y que era la «fuente de poder» de Egipto. También se menciona que era capaz de emitir «mortales descargas a modo de rayos». Esto suele interpretarse como algo metafórico y religioso, pero tal vez fuese una afirmación literal. En las Sagradas Escrituras encontramos esta cita en Apocalipsis 11-19: «Entonces se abrió el templo de Dios que está en el cielo, y en el templo se veía el arca de su alianza. Y hubo relámpagos, voces, truenos, un terremoto y una gran granizada». Los historiadores nos dicen que el profeta Moisés llevó consigo el Arca de la Alianza cuando huyó de Egipto y el faraón de aquella época, que parece fue Ramsés II, trató de capturarlo a toda costa. Una de las razones para ello sería recuperar el Arca de la Alianza pues era consciente que toda la gloria y magnificencia de Egipto podría terminarse sin aquel dispositivo. Y aquí viene otra pregunta: ¿fueron los antiguos egipcios los únicos que utilizaron la energía eléctrica inalámbrica? Los relieves dejados por mayas y asirios también contienen imágenes que sugieren la utilización de técnicas similares a las que se emplearon en la construcción de las grandes pirámides. Toda esta información otra vez nos demuestra que las antiguas sociedades eran más avanzadas de lo que creíamos. Una sociedad como la egipcia, que existió hace miles de años, parece que disfrutaba de una tecnología muy avanzada para la que atribuimos a aquella época, ya que podían utilizar energía eléctrica inalámbrica. Y esto nos enseña que en la historia de la Humanidad, vista globalmente, no existe un avance lineal tecnológico desde una civilización primitiva a una más desarrollada. Partamos del hecho de que los habitantes de esas antiguas civilizaciones eran, al menos, tan inteligentes como nosotros. Por otro lado, los fenómenos eléctricos de la naturaleza también existían en aquella época. Tenemos ante nuestros ojos las increíbles y perfectas construcciones que nos han dejado esas civilizaciones, como la maya o la egipcia. Es muy evidente que su nivel de desarrollo tecnológico era bastante superior al que los libros de historia nos hacen creer. Los saltos tecnológicos no son exclusivos de nuestra sociedad actual. La civilización egipcia se desarrolló durante varios miles años y supuestamente heredaron sus conocimientos de otras civilizaciones, terrestres o extraterrestres. Tal vez los dioses de la antigüedad eran seres extraterrestres que dejaron su huella en la Tierra.

Fuentes:

Margaret Cheney – Nikola Tesla, el genio al que le robaron la luz

Tim Swartz – Los diarios perdidos de Nikola Tesla

Nikola Tesla – Selected Tesla Writings Vol.1

Nikola Tesla – Selected Tesla Writings Vol.2

Joseph P. Farrell – The Giza Death Star

Christopher Dunn – The Giza Power Plant

Juan Roland Hans Penner – The Strange Life of Nikola Tesla

Christopher Dunn – Lost Technologies of Ancient Egypt

Nick Begich – Angels Dont Play This Haarp

Nikola Tesla – My Inventions

A. López – El secreto de las pirámides de Giza

Ecoosfera  – ¿Por qué Tesla estaba tan obsesionado con las pirámides de Egipto?

Manel Sancho blog – La energía libre de Nikola Tesla, es real o ficción

Manel Sancho blog – Las sendas del Dragón

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Nikola Tesla, las Pirámides de Egipto y la energía

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