Desde el pasado 3 de junio, Mercurio se encuentra en su movimiento directo, es decir, avanzando en el zodíaco, luego de haber estado tres semanas en su fase de retrogradación.

Cuando Mercurio empezó a retrogradar el 10 de mayo, se encontraba en Géminis, y en su retroceso llegó a Tauro el 22 del mismo mes, y ahora, que ha reiniciado su habitual movimiento directo, seguirás transitando por el signo del toro, hasta el 13 de junio, cuando volverá a Géminis.

Mercurio en Tauro suele impregnar el ambiente de cierta lentitud, porque este es un signo que genera reflexión; así como un rumiante tiene 4 estómagos y por tanto digiere los alimentos con bastante lentitud, Mercurio en Tauro “digiere” las ideas de manera lenta también; para la toma de decisiones se toma su buen tiempo.

Si esto es así normalmente, con Mercurio retrógrado en Tauro mucho más, porque es una energía de por sí introspectiva y reflexiva, por lo que las cosas pueden ponerse tan lentas que llegan casi a la parálisis.

Sin embargo, ahora que Mercurio vuelve a avanzar, se produce un empujón energético que nos puede llevar a reactivar el ambiente, pero como este “empujón” ocurre en Tauro, no será tan fluido, habrá alguna resistencia, un avance “de a poquito”, con prudencia, como cuando nos despertamos con sueño y nos vamos quitando la pereza poco a poco.

El tiempo de Mercurio retrógrado en Tauro puede haber servido para una reflexión a fondo de nuestras próximas acciones, y ahora que está directo en el mismo signo, nos puede permitir tomar decisiones en firme, con paso seguro y luego, cuando el planeta llegue a Géminis, aceleremos el paso y hagamos la cosas con mucha mayor fluidez.

Ilustración: Pedro González Rondón

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