Autoridades europeas ceden y aseguran que el glifosato no es peligroso para la salud ni para el medio ambiente

Autoridades europeas ceden y aseguran que el glifosato no es peligroso para  la salud ni para el medio ambiente

El mensaje de la Agencia Europea de Sustancias Químicas (ECHA, por sus siglas en inglés) fue muy claro: La evidencia científica no justifica la clasificación de uno de los herbicidas más usados en el mundo y con mayor potencial cancerígeno.

A pesar de que el glifosato se clasifica como causante de «daño ocular» y «tóxico para la vida acuática», sigue siendo el herbicida que más se usa en el mundo.

En un comunicado la ECHA afirmó que «Basado en una amplia revisión de la evidencia científica, el comité concluye nuevamente que clasificar el glifosato como cancerígeno no está justificado».El uso de glifosato tiene autorización de uso hasta el 15 de diciembre, después de esta fecha la Comisión analizará si renueva el permiso.

En marzo de 2015 el Centro Internacional de Investigaciones sobre el Cáncer de la Organización Mundial de la Salud clasificó al glifosato como «probablemente cancerígeno para los humanos».

Gracias a la evidencia científica del daño que provoca el glifosato, estos países prohibieron su uso: Austria, Canadá, Inglaterra, Escocia, España, Australia, Nueva Zelanda, Malta, Eslovenia, Suiza y algunos estados de EEUU. En otros países su uso está limitado, como por ejemplo en Francia, Bélgica, Dinamarca, Portugal y los Países Bajos. Alemania lo prohibirá a partir de 2023. Mientras que México, a través de un decreto presidencial emitido el 31 de diciembre de 2020, planea la prohibición del glifosato para 2024.
Los daños a la salud que provoca el glifosato llevaron a Bayer-Monsanto a pagar indemnizaciones de 10,000 millones de euros tan sólo en EEUU, gracias a una serie de denuncias en las que se detallan las afectaciones a más de 125,000 personas. Esto solo hace evidente que la Unión Europa decidió hacer caso omiso a toda evidencia científica que prueba lo dañino y peligroso que es el herbicida. Entre los daños que provoca el glifosato, están aquellos que se vinculan todo tipo de problemas de fertilidad, malformaciones y casos de cáncer.

Pero los daños a la salud de los humanos no son los únicos provocados por el glifosato. De acuerdo con una nota de Teresa de Miguel, periodista de El País, entre 2011 y 2012 murieron más del 70% de las abejas de los apicultores de Hopelchén, Campeche.
La muerte de las abejas coincidió con la llegada de Bayer-Monsanto (en ese entonces sólo Monsanto) a los cultivos de soya transgénica en la península de Yucatán. Cabe destacar que las semillas Bayer-Monsanto están genéticamente modificadas para resistir al glifosato. El cual acaba con plagas en los cultivos, pero también mata a las abejas. Nada extraordinario cuando sabemos que desde 1974 Bayer-Monsanto es quien lo produce. Al mismo tiempo que Bayer-Monsanto produce glifosato, el gigante agroindustrial modifica semillas genéticamente para que sean resistentes a este y a otro tipo de herbicidas.

En muchos de los pueblos indígenas y campesinos de la península de Yucatán, el glifosato también hizo presencia en otros espacios de la vida, pues apareció en muestras de orina, en agua embotellada y en los pozos de agua de los que se abastecen las comunidades.

¿Por qué si a todas luces hay evidencias de lo dañino que es el glifosato y con las decisiones de otros países para prohibirlo como ejemplo, la Unión Europea ha extendido el permiso de su uso? Sabemos que hay intereses políticos y económicos detrás de una decisión tan grande como ésta. Si hay situaciones comprobadas científicamente del daño que el glifosato provoca, ¿qué más se necesita hacer para prohibir su uso en los cultivos de los alimentos que consumimos?

Prohibir este herbicida también es proteger nuestra autonomía alimentaria.

https://pijamasurf.com/2022/06/autoridades_europeas_ceden_y_ratifican_que_el_glifosato_no_es_peligroso_para_nadie/

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