Incluso para los verdes más recalcitrantes, es preferible llenar la atmósfera de CO2 que comprar gas a Rusia. Es el papel que le ha correspondido representar a Robert Habeck, ministro alemán de Economía, perteneciente a Los Verdes, que gobiernan en Berlín de la mano de la socialdemocracia.
Habeck ha anunciado que Alemania tendrá que volver a poner en marcha sus centrales de carbón para generar electricidad. En un comunicado de prensa publicado ayer el gobierno de Olaf Scholz confirmó que las centrales eléctricas de carbón tomarían el relevo.
El objetivo del gobierno alemán es reducir el consumo de gas del país reduciendo la cantidad de gas necesaria para producir electricidad. Para ello sustituirán el gas por el carbón, que emite muchos más gases de efecto invernadero que el gas.
Austria, Bulgaria, Alemania, Italia, Reino Unido, Holanda y Francia van a hacer lo mismo. La generación de energía a partir del carbón alcanzará su punto máximo este mismo año. La famosa Agenda 2030 se ha ido al garete y las política europeas de transición ecológica también. Las pusieron en marcha los seudoecologistas y ellos mismos las han acabado enterrando. Las sanciones económicas a Rusia han tenido ese “efecto boomerang”. Querían poner de rodillas al Kremlin y han acabado arrodillados por partida doble: ante Rusia y ante Estados Unidos.
Naturalmente, dicen en Berlín, se tata de una decisión temporal, a la espera de que luego todo vuelva a su cauce, como si alguna vez la historia diera marcha atrás. Alemania no es un caso aislado; todos los países de la Europea están atrapados por su mansedumbre ante Estados Unidos.
Francia ya no recibe gas de Moscú, excepto por barco. La situación en Italia es crítica. Todos andan recorriendo el mundo en busca de gas. Han estado en Argelia, en Qatar, en Israel y últimamente en Egipto. Han recibido promesas, e incluso han firmado contratos a la desesperada, al precio que fuera.
Algunos efectos de la crisis son, no obstante, paradógicos. La semana pasada Agnès Pannier-Runacher, la ministra francesa de Transición Energética confesó que el gobierno está estudiando la posibilidad de renacionalizar EDF, uno de los grandes monopolios franceses del sector, además de construir más reactores nucleares.
Los farsantes de los medios de comunicación despotrican contra Rusia, a quien culpan de la penosa situación económica en la Unión Europea. Es completamente falso. Bruselas ya tenía proyectos para adelantar la puesta en marcha de la Agenda 2030 e independizarse del gas ruso.
Los funcionarios de la Comisión Europeo pasan la jornada de trabajo haciendo planes para todo. Por la mañana hablan de “cero emisiones” y por la tarde reabren las centrales de carbón.
Es preferible llenar la atmósfera de CO2 que comprar gas a Rusia