Se ha descubierto que el agua de lluvia de todo el mundo contiene niveles peligrosos de «sustancias químicas para siempre» fabricadas por el hombre y relacionadas con el cáncer y otras enfermedades, según un estudio.
Las sustancias perfluoroalquiladas y polifluoroalquiladas (PFAS) tienen muchos usos, como las espumas contra incendios, los revestimientos antiadherentes de las sartenes y los textiles.
Se cree que llegan al medio ambiente a través de las emisiones industriales, la transferencia desde los envases, las aguas residuales y la evaporación de las espumas.
Investigadores de la Universidad de Estocolmo y la ETH de Zúrich han realizado trabajos de laboratorio y de campo sobre la presencia y el transporte de PFAS durante la última década.
Afirman que pueden encontrarse en el agua de lluvia y la nieve incluso en los lugares más remotos de la Tierra, como la Antártida y el Tíbet.
Las sustancias químicas fluoradas se han relacionado con una amplia gama de problemas de salud humana, como el cáncer, los trastornos del sistema inmunitario, la obesidad y los problemas de fertilidad.
Se descubrió que la contaminación por cuatro PFAS diferentes superaba los niveles recomendados en Europa y Estados Unidos.
Estos resultados, publicados en Environmental Science & Technology, llevaron a los autores a concluir que se ha cruzado un «límite planetario»: no hay ningún lugar en la Tierra en el que se puedan evitar estas sustancias.