La mayor ingeniería social de la historia: los pueblos originarios de Europa ya no tienen niños necesarios para renovar las generaciones

Estadísticas “étnicas” en Europa: Londres está poblada en un 45% de población no autóctona, Bruselas cuenta con el 76% de su población directa o indirectamente de la inmigración y la île-de-France (región francesa que cuenta con 11,6 millones de personas, más habitantes que Grecia, Bélgica o Suecia), cuenta que el 60% de los nacimientos son el resultado de las poblaciones no europeas.

Las proyecciones de las Naciones Unidas indican que en los próximos 50 años, las poblaciones de prácticamente todos los países de Europa, así como Japón, sufrirán el declive de la población y el envejecimiento de la población.

Según el departamento de Asuntos Sociales y Económicos de Naciones Unidas, los nuevos desafíos de la disminución y el envejecimiento de las poblaciones requerirán revaluaciones amplias de muchas políticas y programas establecidos, incluidos los relacionados con la inmigración internacional.

El informe considera las migraciones de sustitución de ocho países de baja fecundidad (Francia, Alemania, Italia, Japón, República de Corea, Federación de Rusia, Reino Unido y Estados Unidos) y dos regiones (Europa y Unión Europea). La inmigración de reemplazo se refiere a la inmigración internacional que un país necesitaría para contrarrestar el declive de la población y el envejecimiento de la población debido a las bajas tasas de fecundidad y mortalidad.

Este proceso de rápida erosión de las poblaciones europeas de origen y su sustitución por los inmigrantes no viene de la nada. Esta política conducirá al desarrollo de la minoría de la población cristiana y tradicional de Europa, que se decidió en Nueva York (Naciones Unidas) y en Bruselas (UE).

La demografía europea resulta que, como se sabe, es una causa perdida, los pueblos originarios de Europa ya no tienen suficientes niños para renovar las generaciones. Esto es inevitable y la tendencia va en aumento de manera significativa. Por el contrario, las poblaciones de África y Asia experimentan sin precedentes un boom demográfico inversamente proporcional a su calidad de vida y a los recursos disponibles para la población local. En este estudio existe una doble fatalidad: virtual desaparición de algunos y el agotamiento y hacinamiento de los demás, y la ONU había encontrado la solución, explicándose minuciosamente en su “informe sobre las migraciones de reemplazo publicado por la División de Poblaciones de Naciones Unidas”.

Tomando nota del desequilibrio demográfico mundial dará lugar a una explosión de la población africana (multiplicado por 3 antes de fin de siglo) y la inducción de Asia a una pobreza aún mayor y crisis insalvable humana y ecológica, y las élites de las Naciones Unidas han elaborado un plan de la inmigración a Europa (y en otros países llamados desarrollados) que va a resolver un lado, la desaparición (o casi) de la población europea, así como aliviar la superpoblación del tercer mundo, que se ha vuelto tan grave como el declive demográfico del “viejo continente”.

En el 2100, la población autóctona europea será menos de un tercio de la población de Europa (170 millones) frente a una abrumadora mayoría de inmigrantes o personas de origen inmigrantes (para un total de 520 millones de personas, casi la continuación de la población actual). Las Naciones Unidas decidieron “recomendar” cuotas de inmigración para el reemplazo de los europeos originarios que desaparecen mediante su demografía, que es el concepto de “reemplazo de población” que se está implementando. “Todos los países y regiones estudiados en este informe requerirán un flujo de inmigración para evitar que la población disminuya. Sin embargo, el nivel de la inmigración, en la experiencia pasado, es muy variable”. Para la Unión Europea, las tasas continuas de inmigración observadas en la década de 1990, era casi lo suficiente para evitar una disminución de la población total, mientras que para el conjunto de Europa entera, debe ser el doble de la tasa de inmigración observada en la década de 1990. (Extracto del informe de la ONU)

A finales de la década de 1990-2000, la ONU recomendó una “importación” de inmigrantes de 4,5 millones de personas cada año, sabiendo que la presente población de origen inmigrante ya “ayuda a los europeos de pura cepa” a mejorar su fertilidad. Curiosamente, la cifra aumentó en esta década a 13,5 millones de personas por año. A este paso, los mismos expertos predicen que para el año 2050 algunos países superarán el curso de la mitad (o casi) de la población de origen inmigrante. Esto significa que las grandes ciudades metropolitanas tendrán más cristianos que monumentos y cementerios. Estos serán los únicos lugares donde el “blanco” predominará en la mayoría.

Lejos de culpar a los inmigrantes, también es necesario como la Unión Europea ha empezado a poner en práctica su nueva política de inmigración llamado “seleccionada”. El proyecto “tarjeta azul” fue lanzada por la Comisión en 2007 y aprobada en 2009 (Directiva Europea 2009/050/CE). Se trata de un permiso de trabajo expedido a los residentes de un país no miembro de la UE, que les permite, en determinadas condiciones, venir de forma más fácil a trabajar en el territorio de la Unión.

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