Un grupo de investigadores está buscando utilizar el aprendizaje automático de la IA para traducir los «lenguajes» animales en algo que los humanos puedan entender, y quieren aplicarlo a todo el reino animal, un plan muy ambicioso por decir lo menos.
La iniciativa está siendo llevada a cabo por Earth Species Project (ESP), una organización sin fines de lucro con sede en California —que se fundó en 2017 con la ayuda de inversores de Silicon Valley como el cofundador de LinkedIn, Reid Hoffman—.
Como primer paso, el plan contempla decodificar la comunicación animal a través del aprendizaje automático y luego hacer que sus hallazgos estén disponibles a todos.
El confundador y presidente de ESP, Aza Raskin, dice que el grupo, que publicó su primer artículo en diciembre de 2021, no discrimina y busca ayudar a los humanos a comunicarse, o al menos comprender, a tantas especies como sea posible.
«Somos independientes de las especies», dijo Raskin a The Guardian, y agregó que los algoritmos de traducción que está desarrollando el ESP están diseñados para «funcionar en toda la biología, desde gusanos hasta ballenas».
Como ir a la Luna
En la entrevista, Raskin comparó las ambiciones del grupo con «ir a la Luna», pues la idea tampoco es llegar allí de una vez. Más bien, la hoja de ruta de ESP implica resolver una serie de problemas más pequeños necesarios para que se realice el panorama general. Esto debería ver el desarrollo de herramientas generales que pueden ayudar a los investigadores que intentan aplicar la IA para descubrir los secretos de las especies en estudio.
Por ejemplo, está el tema de la comunicación no verbal, como las abejas que hacen un «baile de meneo» especial para indicarse entre sí que deben aterrizar en una flor específica. O también el llamado «problema del cóctel», en el que es difícil discernir qué individuo de un grupo de los mismos animales está vocalizando en un entorno social ruidoso.
Uno de los objetivos del proyecto implica el uso de IA para generar nuevas llamadas de animales, con ballenas jorobadas como especie de prueba. Crédito: Todd Cravens.
Aún así, y a pesar de los desafíos aparentemente insuperables que enfrenta el grupo, el proyecto ha logrado al menos algunos avances, incluido un algoritmo experimental que puede generar llamadas de animales imitadas para «hablar» directamente con ellos.
«Es hacer que la IA hable el idioma, aunque todavía no sabemos qué significa», reconoció Raskin.
Si bien este tipo de investigación ciertamente tiene implicaciones emocionantes, particularmente cuando se trata de la conservación y de convencer a los escépticos de que vale la pena salvar a los animales, Raskin admite que es probable que la IA no sea la única respuesta para salvarlos.
«Estas son las herramientas que nos permiten quitarnos las gafas humanas y comprender sistemas de comunicación completos», concluyó.
Fuente: The Guardian. Edición: MP.