América Latina, devorada por la crisis de fertilizantes: cómo dejó 2022 la región

Las afectaciones al mercado mundial de fertilizantes a raíz del conflicto en Ucrania golpearon duro a América Latina, una región que durante 2022 se vio obligada a gastar más por la adquisición de este producto, aunque la cantidad importada disminuyó.

De acuerdo con un reporte del Instituto Interamericano de Cooperación para la Agricultura (IICA), en los primeros seis meses del 2022 el valor de las importaciones de fertilizantes a América Latina y el Caribe aumentó 136,6%, mientras que las toneladas importadas apenas crecieron un 4%.

El encarecimiento de este producto responde a varios factores, pues desde hace años se advierte que el precio de este producto aumenta de precio. Según datos del Banco Mundial, en septiembre de 2021, cuando ya había signos de recuperación económica tras la pandemia, el precio de la urea y el Fosfato de Amoníaco (DAP, por sus siglas en inglés) aumentaron 300% y 200%, respectivamente, en contraste con su valor en 2020.

En mercados como el mar Negro, por ejemplo, entre noviembre de 2020 y noviembre de 2021, el precio por tonelada pasó de 245 dólares a 901 en promedio, según datos de la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO).

El incremento impactó directamente a los agricultores. En México, por ejemplo, la tonelada de fertilizante pasó de 8.000 pesos (400 dólares) a 24.000 (1200 dólares), según datos de la Confederación Nacional Campesina. En Centroamérica, el costo de producción por hectárea subió entre 45% y 66% para la siembra de maíz, frijoles, arroz y papas entre 2021 y 2022, acorde con entrevistas a agricultores realizadas por el Banco Mundial.

En 2022, las sanciones económicas contra Rusia a raíz del conflicto en Ucrania afectaron aún más a las cadenas de suministros, lo que encareció más del 10% los precios. La estimación del Banco Mundial consiste en que el incremento llegue hasta el 70% al cierre del año.

Parte del problema es que el 80% de la producción agrícola de América Latina y el Caribe depende de las importaciones de fertilizantes, según datos de la FAO. En países como Brasil, uno de los principales importadores del mundo, el porcentaje aumenta a 85%.

Medios como Bloomberg apuntan que otro factor es la devaluación de las monedas latinoamericanas en contraste con la apreciación del dólar, lo que afecta aún la inflación de alimentos, tasada en un 14% en la región americana. Esta situación puede agravar aún más la pobreza alimentaria de la zona, en la cual la hambruna creció un 30% entre 2019 y 2021, por varios factores, entre ellos, la dependencia a las importaciones de fertilizantes.

“El fortalecimiento de los sistemas de protección social en las zonas rurales, particularmente orientados a agricultores familiares; y eliminar las restricciones al comercio internacional de alimentos y fertilizantes serán medidas clave en el proceso de respuesta de la actual crisis”, declaró el pasado 6 de diciembre Mario Lubetkin, subdirector general y representante regional de la FAO.

Más gasto, menos fertilizantes

Un reporte de la IIAC ilustra la gravedad del problema que enfrenta América Latina respecto al mercado de fertilizantes, pues la región aumentó sus gastos de importación, sin que esto se tradujera en más fertilizantes.

De acuerdo con el informe con cifras al cierre de septiembre de 2022, el valor de las importaciones aumentó un 136,6%. Esto representa un incremento de 127,4% del valor unitario de cada tonelada, pero apenas se traduce en un aumento del 4% en la cantidad del producto.

Los principales países afectados fueron Panamá, cuyo gasto por tonelada de fertilizante pasó de 394 dólares en el primer semestre de 2021 a 1.006 en el mismo periodo de 2022, es decir una variación de 155%, y le sigue Perú con un aumento de 143% al pasar de 288 a 700 dólares

Brasil y Chile ocupan el tercer y cuarto lugar, respectivamente, con un 141% al alcanzar un valor de 663 dólares en contraste con los 275 del 2021, en el caso del primero, y al pasar de 416 a 1.002 dólares en el caso del segundo.

Bolivia, Chile y Panamá son los tres países que menos fertilizantes recibieron, pese al aumento del valor de las importaciones, con porcentajes de 38,4%, 35,2% y 29,5%, acorde con el análisis de IICA.

Resalta el caso de Barbados, el único país que reportó un decrecimiento del 12% en el valor unitario de la tonelada de fertilizante.

El informe destaca que, pese a las sanciones, durante el primer semestre del 2022 las importaciones de fertilizantes rusos apenas pasaron de 28% a 24%, en comparación con el mismo periodo, lo que se traduce en un impacto para América Latina de un 12,8% menos.

Medidas a nivel gubernamental

Para contrarrestar los incrementos, los países de América Latina han optado por diferentes medidas. Apenas en noviembre, la Comisión de Presupuesto de la Asamblea Nacional de Panamá aprobó una partida de 3,6 millones de dólares para apoyar al campo y subsanar los incrementos en la producción agrícola.

En el caso de México, el presidente Andrés Manuel López Obrador anunció en julio una inversión de 500 millones de dólares para paliar los incrementos de la producción agrícola y con el objetivo de fortalecer la producción interna hasta a 2.500 toneladas diarias de urea que beneficiarían entre 25.000 y 30.000 hectáreas.

Asimismo, países como Argentina, Chile y Uruguay han apostado por otros proveedores como Canadá, cuyas exportaciones aumentaron 50,6% (en el caso de fertilizantes potásicos), mientras que Ecuador, El Salvador y Honduras han comprado 15,4% más a EEUU.

Brasil, con producto “sobrante”

Brasil es un caso particular, pues si bien está dentro de los que más cantidades de fertilizantes importa desde Rusia con el 27,36% del total, seguido por México con 18,35%, se espera que el consumo de este producto baje un 7,2% al cierre del año.

Parte de este fenómeno responde a que Brasil aumentó sus importaciones desde 2021, 21,4%, lo que refrenda su posición como uno de los mayores importadores del mundo junto con la Unión Europea, Estados Unidos, la India y China.

Previo al inicio de la operación militar especial en Ucrania, el Gobierno de Jair Bolsonaro aumentó sus compras de fertilizantes para evitar el desabasto y a pesar de que los precios ya reportaban incrementos inusuales.

Las compras aumentaron tanto que en junio Brasil tuvo que reexportar 17.000 toneladas de fertilizantes que había importado desde Jordania debido a la falta de almacenamiento. En noviembre, un segundo embarque de 23.400 salió también con dirección a Turquía.

https://diario-octubre.com/2022/12/15/america-latina-devorada-por-la-crisis-de-fertilizantes-como-dejo-2022-la-region/

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