Tras las revelaciones del programa espía Pegasus y el pirateo de miles de líneas telefónicas, también en España, la implicación del servicio secreto marroquí quedó debidamente establecida mucho antes de la investigación sobre el caso de los sobornos pagados por Qatar a ciertos políticos de Bruselas.
La red de eurodiputados que ha sido desmantelada recibió grandes sumas de dinero para defender la causa de Marruecos y su ocupación del Sáhara en los distintos comités de la Unión Europea. La investigación iniciada por la policía belga revela la existencia de una red organizada de corrupción que puede alcanzar a más de sesenta eurodiputados.
Uno de los implicados, Francesco Giorgi, compañero de Eva Kaili, la depuesta vicepresidenta del Parlamento Europeo, ha admitido haber cometido actos de corrupción en favor de Marruecos. Pero Giorgi es algo más que el compañero de Kaili. Durante varios años fue el asistente parlamentario de Pier Antonio Panzeri, antiguo eurodiputado socialista italiano actualmente en prisión por ser el principal eslabón de la red de espionaje y corrupción.
Según Giorgi, Panzeri intentó influir en las políticas europeas sobre el Sáhara, territorio ocupado por Marruecos desde 1975, y sobre el flujo de inmigrantes. Sus revelaciones se apoyan en una nota fechada en 2011, que algunos medios europeos han publicado. Entonces, hace más de diez años, la red ya estaba operativa.
En el documento, el entonces embajador marroquí ante la Unión Europea, Abderrahim Atmoun, mencionaba el caso del Sáhara, que estaba en el centro de las preocupaciones del Parlamento Europeo en aquel momento. “La mejor manera de manejar esta presión es canalizarla a través de Antonio Panzeri. En esta cuestión, Antonio Panzeri trabaja metódicamente desde su elección como jefe de la delegación magrebí”, señalaba el embajador.
Desde su fracaso en la reelección y su salida del Parlamento en 2019, la labor de cabildeo la llevó a cabo Panzeri a través de la ONG Lucha contra la Impunidad. El dinero sucio llegaba a través de Atmoun, que ahora es embajador de Marruecos en Polonia. También fue copresidente, con Panzeri, de la comisión mixta Marruecos-Unión Europea desde 2011. Gracias a él, en 2019, el eurodiputado llegó a un acuerdo con el servicio secreto marroquí.
Estas revelaciones se apoyan en la petición de extradición de la esposa y la hija de Panzeri solicitada por los tribunales belgas. Un resumen de las escuchas telefónicas indica que las dos mujeres estaban al corriente de las actividades de Panzeri e incluso participaban en el transporte del dinero y los obsequios entregados por el diplomático.
Panzeri no es el único que ha recibido dinero de Marruecos. Según las revelaciones de Giorgi, el italiano Andrea Cozzolino (miembro de la delegación parlamentaria para las relaciones con los países del Magreb) y el belga Marc Tarabella (miembro de la delegación para las relaciones con la Península Arábiga) también son peones de Rabat.
Los sobornos explican las dudosas resoluciones de la Unión Europea sobre el Sáhara, sancionando su ocupación de facto. El ejemplo de los acuerdos de pesca Unión Europea-Marruecos, declarados nulos por el Tribunal Europeo, pero defendidos por algunos eurodiputados, es el más llamativo.
El gobierno marroquí empieza a quemarse los dedos y podría pagarlo caro cuando las comisiones que investigan el uso del programa espía Pegasus empiecen a entregar sus conclusiones. Algunos de los ministros del gobierno español sufrieron el pirateo de sus teléfonos.
En plena crisis entre Rabat y Madrid tras el intento de miles de marroquíes de entrar en Ceuta y Melilla, un periódico madrileño reveló que los servicios marroquíes habían “bombeado” miles de archivos y fotos del teléfono de Pedro Sánchez.
Las acusaciones son tan graves que deberían comprometer las relaciones diplomáticas de España con Marruecos. Si no ha sido así se debe a las presiones de Estados Unidos e Israel, beneficiarios últimos de la red marroquí de espionaje, que harán todo lo posible para tapar la porquería que ha anidado en Bruselas.
Marruecos sobornó a los parlamentarios europeos para defender la ocupación del Sáhara