Las sondas gemelas de la NASA se preparan para radiografiar la Luna

Tras realizar con éxito complejas maniobras, una de las dos sofisticadas sondas ‘GRAIL’ lanzadas el 10 de septiembre a bordo de un cohete Delta II, logró la pasada noche ingresar en la órbita de la luna.

Se espera que su sonda gemela, ‘GRAIL B’, complete el mismo proceso en las próximas horas, según ha anunciado la NASA. Si todo marcha según lo previsto, se situará en la órbita lunar a las 23.05 del 1 de enero (hora peninsular española).

Los científicos de la NASA han depositado grandes esperanzas en las sondas GRAIL (‘Gravity Recovery And Interior Laboratory’): «Mi propósito para el nuevo año es desvelar los misterios de la Luna y comprender mejor nuestro satélite, de la Tierra y de otros planetas rocosos», afirmó Maria Zuber, principal investigadora de la misión ‘GRAIL’ en el Instituto de Tecnología de Massachusetts de Cambridge (MIT), en EEUU. «Esta misión va a reescribir los libros de ciencia sobre la evolución de la Luna», aseguró la científica.

Un mapa gravitacional en alta resolución

Las sondas, que despegaron el pasado 10 de septiembre desde Cabo Cañaveral (Florida), han tardado casi cuatro meses en llegar a su destino debido a que se ha intentado que consumieran muy poca energía. Los astronautas de la misiones ‘Apollo’ recorrieron la misma distancia (unos 402.336 kilómetros) en unos tres días.

Cada una de las sondas está equipada con dos paneles solares y una batería de litio, que les suministrará energía cuando orbiten en zonas que permanezcan a la sombra.

La información recabada durante esta misión se utilizará para elaborar un mapa gravitacional en alta resolución de nuestro satélite, que permitirá a los científicos comprender qué hay más allá de la superficie lunar. Investigar la Luna servirá también para aumentar nuestro conocimiento sobre el origen y formación de la Tierra y de otros planetas del Sistema Solar.

Estudiar su estructura interna

Los datos que tomarán las sondas, que se situarán a una altitud de 55 kilómetros, ayudarán a los científicos a estudiar su estructura interna y su evolución termal. Podrán investigar qué hay bajo la corteza lunar y si su núcleo es sólido, líquido o una combinación de ambos.

Cada una de las naves tiene un tamaño parecido al de una lavadora y pesa unos 200 kilogramos. Son casi idénticas y prácticamente sólo se diferencian en la orientación de sus antenas. GRAIL-A seguirá a su nave gemela, GRAIL-B, cuando viajen alrededor de la Luna, una órbita que tardarán aproximadamente 11 horas y media en completar.

En marzo, cuando los científicos hayan confirmado que ambas se encuentran adecuadamente dispuestas y que todo funciona a la perfeccionará, comenzarán su trabajo científico, que se prolongará durante nueve meses.

Al final de su misión, que cuenta con un presupuesto de 496 millones de dólares (unos 382 millones de euros), las dos sondas se estrellarán sobre la superficie de la Luna.

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