Las Naciones Unidas («ONU»), el Foro Económico Mundial («FEM»), intereses privados, organizaciones de cambio de comportamiento y organizaciones no gubernamentales han pedido un «Nuevo Pacto por la Naturaleza». No nos equivoquemos: este acuerdo no beneficia ni a la naturaleza ni a la humanidad.

Quienes están detrás de este «nuevo acuerdo» predicen que habrá que crear nuevas inversiones o mercados financieros por valor de unos 10 billones de dólares a lo largo de esta década para ofrecer a las empresas la oportunidad de «involucrarse» en este plan.

Este acuerdo engloba el infame plan 30 por 30 consistente en reservar el 30% de la tierra y los océanos como «zonas protegidas», es decir, zonas en las que la actividad humana está limitada o prohibida. Survival International, una organización no gubernamental internacional de derechos humanos, declaró recientemente a Down to Earth que el objetivo de «30 por 30» provocará el desplazamiento de unos 300 millones de indígenas de sus tierras y bosques nativos en nombre de la «conservación».

La semana pasada publicamos un artículo sobre una declaración emitida por Indigenous Environmental Network, una iniciativa estadounidense para proteger los lugares sagrados, la tierra, el agua, el aire, los recursos naturales y la salud tanto de los pueblos indígenas como de todos los seres vivos.  La declaración denuncia los intereses comerciales privados que durante la COP15 planean aprovecharse de la «Madre Tierra».

Durante la reciente COP15 -la conferencia del Convenio de las Naciones Unidas sobre la Diversidad Biológica («UNCBD»)- el Marco Global para la biodiversidad, conocido bajo el nombre de cuadro mundial para la  biodiversidad de Kunming-Montreal, ha sido doptado

«El resultado de la COP15 de la UNCBD deja a la Madre Tierra expuesta la compra  y a la venta por el sector privado y a través del comercio de carbono. Violando el Conocimiento Tradicional Indígena, el acuerdo adopta la arriesgada y peligrosa tecnología de extinción por manipulación genética… En definitiva, la COP15 priorizó la continua mercantilización y explotación de la Madre Tierra sobre la finalización de un marco global que defienda los derechos indígenas y humanos». – Indigenous Environmental Network (Red Indígena Medioambiental).

Independientemente, la campaña «No Deal for Nature» ha investigado y detallado el monstruoso ataque sin precedentes a nuestro mundo vivo bajo el pretexto de la biodiversidad. «La campaña afirma que «la aceleración de la pérdida de biodiversidad, de la que depende toda la vida, es una amenaza muy real que ahora se comercializa y explota para impulsar la economía mundial».

(Lea más: Stop WWF’s New Deal for Nature, No Deal for Nature)

Detrás de la petición de un « New Deal for Nature » -recientemente rebautizado como Nature Positive, también llamado “Global Deal for Nature“, “Global Goal for Nature” o «Acuerdo de París por la Naturaleza«- se encuentran los intereses privados y adinerados más poderosos del mundo, organizaciones de cambio de comportamiento como Avaaz y grandes ONG de conservación como el World Wildlife Fund (« WWF »), la Wildlife Conservation Society (« WCS ») y The Nature Conservancy (« TNC »), que se asocian  a los más grandes contaminadores del mundo.

La organización WWF, que viola los derechos humanos, lidera de este acuerdo, que consiste esencialmente en un acaparamiento neocolonial de tierras de los pueblos más autosuficientes del planeta, principalmente en África y Asia.  La amenaza para las personas y su medio ambiente proviene de la creación de «Áreas Protegidas». A la industria de la «conservación» le gustaría que el número actual de Áreas Protegidas en tierra (y mar) aumentara al 30% para 2030 – «30 por 30», también abreviado como «30×30» o «30by30«.  En África y Asia, estas zonas están controladas por la fuerza militar para mantener fuera a la población local, lo que provoca violaciones generalizadas de los derechos humanos e incluso asesinatos.

Por ejemplo, en el sureste de Camerún, los baka y sus vecinos están siendo expulsados ilegalmente de sus tierras ancestrales en nombre de la «conservación». Se les acusa de «caza furtiva» porque cazan su comida. Corren el riesgo de ser detenidos y golpeados, torturados y asesinados por escuadrones de lucha contra la caza furtiva respaldados por la WWF. Numerosos baka -como la mujer que habla en este vídeo- llaman  a los escuadrones contra la caza furtiva «dobi-dobi» (es decir, WWF), ya que no distinguen entre WWF y el Ministerio de Bosques y Fauna de Camerún.

Detrás del impulso mundial para «proteger y restaurar la naturaleza» está también el FEM, que se asoció con la ONU el 13 de junio de 2019 para alcanzar los Objetivos de Desarrollo Sostenible u Objetivos Mundiales («ODS»). En la reunión anual del FEM en Davos en 2019, Peter Thomson, Enviado Especial del Secretario General de la ONU para los Océanos, habló sobre el ODS 14 de la ONU para los océanos y los mares.

Utilizó el arrecife de coral como ejemplo del daño humano al medio ambiente. Sin embargo, en contra de las predicciones apocalípticas de los alarmistas climáticos, la Gran Barrera de Coral, por ejemplo, se está recuperando. Las predicciones de los alarmistas climáticos eran totalmente inexactas porque se hicieron a partir de un uso dudoso y selectivo de los datos.

«Si tomamos algo como las áreas marinas protegidas», dijo Thomson, «el ODS 14 tomó prestado de los objetivos de Biodiversidad de Aichi, y dijo ‘debemos tener, hay un objetivo que para 2020 … debemos tener un objetivo de tener el 10% del océano cubierto por áreas marinas protegidas’ … la conversación se está llevando a cabo en la COP sobre biodiversidad en Beijing y la conversación va a girar en torno a que queremos llegar al 30%».

Le preguntaron que si pudiera ser rey por un día, qué es lo que «absolutamente ordenaría y haría cumplir». Thomson respondió: «Tenemos un plan… y ese plan es el acuerdo climático de París y los Objetivos de Desarrollo Sostenible de la ONU… que ha diseñado la humanidad».

«Que la humanidad ha diseñado»: una interesante elección de palabras, ya que nada podría estar más lejos de la realidad. Unas cuantas «élites» cuidadosamente seleccionadas en la ONU o el FEM no son, ni representan, a la humanidad.

El FEM y el WWF han seleccionado a tres personalidades influyentes -Greta Thunberg, Jane Goodall y David Attenborough- para ayudar  a obtener una licencia social para lo que sería la mayor apropiación de tierras del mundo (a través del objetivo «30×30») de miles de comunidades rurales en gran medida autosuficientes del Sur global. Estas propuestas se comercializan actualmente bajo las marcas #NaturePositive, #ForNature y #NatureNow.

En un vídeo de 2019, las tres especialistas en marketing se unieron para promover la ideología del FEM/WWF. Jane Goodall afirma dramáticamente: «Hemos robado el futuro de nuestros hijos, y seguimos robándolo, y debemos unirnos ahora.

Satya Nadella, de Microsoft, Cristiana Pasca Palmer, de las Naciones Unidas, Daniela Fernández, de Sustainable Ocean Action, Brune Poirson, Malek Sukkar y Heather Koldewey se unieron al trío de marketing del FEM.

A mediados de diciembre de 2022, en la COP15, más de 190 países adoptaron el plan de la ONU «30 para 30«.

Si este plan continúa, todos pagaremos el precio. Esta no es sólo una lucha de los pueblos indígenas, todos debemos unirnos a la lucha para detener el plan 30 por 30.

Juntos debemos detener este plan, la mayor apropiación de tierras de la historia.

Expose-news

http://www.verdadypaciencia.com/2023/01/wef/agenda-2030-quieren-para-empezar-el-30-de-las-tierras-y-oceanos-que-seran-prohibidos-para-los-humanos.la-mayor-apropiacion-de-tierras-y-mares-de-la-historia-comercializada-bajo-el-pretexto-de-proteger-la-biodiversidad.html