Si hubiera una montaña toda hecha de oro,
duplicada eso no sería suficiente
para satisfacer a una sola persona:
sepa esto y viva en consecuencia.
Saṃyutta Nikāya 1.156
Dice Atisha que el deseo es como beber agua salada. Nuestros deseos nunca se verán saciados en el reino del deseo.
El deseo nace del yo, de lo que yo deseo para mi. La única manera de contener el deseo es contener el yo y desbordar la compasión.
maestroviejo