En 2003, los científicos lograron una proeza sacada directamente de la ciencia ficción: la clonación de la extinta cabra montés de los Pirineos. Sin embargo, el clon resultante murió poco después de su nacimiento debido a un defecto pulmonar. Si un clon de un animal extinto que se había extinguido solo tres años antes no pudo sobrevivir, ¿existe alguna posibilidad de un Parque Jurásico real? Debido a que no existen dinosaurios para producir descendencia, la clonación es la única forma de crear un embrión de dinosaurio viable.

Pero independientemente de la técnica, Jurassic Park fue la advertencia del escritor y visionario Michael Crichton, un parque temático de dinosaurios terminará en muerte y destrucción. Tal como señala el ingeniero jefe en la película, el parque tenía los mismos problemas de un gran parque temático y zoológico. Si un león se escapa de un zoológico, los cuidadores del zoológico están preparados. Si una montaña rusa no funciona correctamente, los ingenieros y los mecánicos están equipados para repararla. Si un dinosaurio sale de un recinto electrificado, nadie sabe lo suficiente sobre el comportamiento de los dinosaurios vivos. Y lo mismo sirve para animales extintos y que dentro de muy poco volverán a estar entre nosotros.

El regreso del dodo

El dodo, el ave no voladora, endémico de la isla de Mauricio, se extinguió oficialmente en el siglo XVII debido a una combinación de caza por parte de los marineros y la destrucción de sus hábitats por especies invasoras traídas a la isla del Océano Índico por sus barcos. Pero después de más de 400 años desde el último avistamiento registrado del ave, los científicos esperan provocar un sorprendente regreso al estilo de Jurassic Park.

La empresa estadounidense Colossal Biosciences, que hace dos años anunció planes para traer de vuelta al mamut lanudo, ahora dice que también quiere traer de vuelta al icónica ave. La empresa de biotecnología e ingeniería genética de Dallas, Texas, EE.UU. ya ha recaudado más de 150 millones de dólares para llevar a cabo el proyecto. La compañía espera poder recrear el dodo a través del ADN, al igual que los científicos en la película de Steven Spielberg de 1993.

En el blockbuster, los científicos combinaron ADN de dinosaurio incrustado en mosquitos fosilizados en ámbar combinado con ADN de rana para devolver la vida a los dinosaurios. En el mundo real, los investigadores de Colossal Biosciences esperan utilizar ADN del pariente vivo más cercano del dodo, la paloma de Nicobar, y editarlo para que parezcan células de dodo.

Es posible poner estas células modificadas en huevos en desarrollo de otras aves, como palomas o pollos, para crear crías que a su vez puedan producir huevos de dodo de forma natural, según Beth Shapiro, bióloga molecular del consejo asesor científico de Colossal, quien ha estado estudiando el dodo durante dos décadas. El concepto aún se encuentra en etapa de desarrollo para los dodos.

El equipo de la Dra. Shaprio ahora quiere estudiar las diferencias de ADN entre la paloma de Nicobar y el dodo para comprender cuáles son los genes que realmente hacen que “un dodo sea un dodo”. Pero Shaprio advierte que no es posible recrear una copia 100% idéntica de algo que ya no está. Esto se debe a que los animales son producto tanto de su genética como de su entorno, que ha cambiado drásticamente desde que se avistó al dodo por última vez en el siglo XVII.

Jugando a ser dios

Mientras tanto, otros científicos se muestran escépticos acerca de la idea del proyecto y advierten que las inversiones de la llamada “desextinción” deberían utilizarse para salvar especies que aún están en la Tierra.

“Existe un peligro real al decir que si destruimos la naturaleza, podemos volver a armarla, porque no podemos”, dijo el ecologista de la Universidad de Duke, Stuart Pimm. “¿Y dónde demonios pondrías a un mamut lanudo, además de en una jaula?”

Boris Worm, biólogo de la Universidad de Dalhousie en Halifax, Nueva Escocia, también advirtió que evitar que las especies se extingan en primer lugar debería ser “nuestra prioridad” y, en la mayoría de los casos, es mucho más barato.

Por su parte, Josh Milburn, profesor de filosofía moral y política en la Universidad de Loughborough, Reino Unido, explicó que traer dodos de regreso no ayuda a la especie, es más considera que no tiene ningún sentido.

“Tampoco ayuda a los dodos reales que fueron víctimas de las actividades humanas”, dijo Milburn a Newsweek. “Simplemente crea nuevos dodos. ¿Nos ayuda? Crear animales solo por nuestra propia curiosidad no suena respetuoso; parece que estamos instrumentalizando a estos animales.»

Milburn argumenta que los dodos recién extinguidos no tendrían una buena vida, y tampoco los otros animales afectados por el proyecto.

“Si los esfuerzos de extinción tienen éxito, ¿qué pasará con los dodos creados? ¿Se mantendrán en zoológicos para nuestra diversión?”, enfatiza el profesor de filosofía moral. “Eso suena mal. No debemos crear animales solo para poder explotarlos. Es posible que estos no sean los únicos animales vivos dañados por los esfuerzos de eliminación de la extinción. Por ejemplo, es casi seguro que la tecnología requerirá el uso de los llamados ‘sustitutos’ para estos animales. ¿Serán tratados con respeto estos sustitutos o serán confinados, sufriendo y enfrentando una muerte prematura? Este es el tipo de preguntas que deben hacerse. Si las tecnologías de extinción implican dañar a los animales vivos, entonces este es un argumento sólido en contra de su uso.”

Colossal dice que si logra traer de vuelta al dodo, serán liberados para vivir en su hábitat ancestral, la isla de Mauricio.

“Si el plan es volver a liberar dodos en Mauricio, debemos preguntarnos sobre el impacto que tendrá tal liberación en las personas y los animales que viven allí ahora. Si el impacto será negativo, eso nos da una muy buena razón para hacer una pausa”, concluye Milburn.

De nuevo nos encontramos con que la ciencia está jugando a ser dios. Ellos deciden quién vive o quién muere, o en este caso quién revive, sin pensar en las consecuencias, solo por el gusto de sentirse dioses. Y tal vez, cuando estos animales revivan nos podemos encontrar con que comenzará nuestra propia desaparición. Y entonces, ¿quién nos revivirá?

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