Un estudio realizado por la Oficina Nacional de Estadísticas del Reino Unido halló que el 50.1% de las mujeres en Inglaterra y Gales que nacieron en 1990 no tenían hijos cuando cumplieron 30 años en el año 2020.
La diferencia en 50 años de este fenómeno es radical, pues las mujeres nacidas en 1941 tenían una inclinación más temprana hacia formar familias y tener hijos, siendo que sólo el 17.9% no había tenido hijos para 1971.
En parte esto se explica porque las mujeres tienen hijos más tarde, muchas de ellas teniendo su primer hijo ya pasados sus 30, pero esta circunstancia en por sí misma parte de un fenómeno social, cultural y personal más amplio de nuestra época relacionado con la maternidad.
Entre las razones por las que las mujeres eligen tener hijos más tarde en su vida se puede sugerir el hecho de que actualmente tienen mayores oportunidades laborales y por ello mismo existe una tendencia cultural a dar más importancia al desarrollo de la carrera profesional. Esto a su vez es efecto de un movimiento socioeconómico mayor, ocurrido al menos a partir de la década de 1960, por el cual se incorporó a las mujeres a la actividad económica cada vez con mayor amplitud. De esta condición se derivaron también cambios en el costo de criar hijos y, como consecuencia de ello, efectos en las prácticas de las relaciones de pareja.
En otro campo, avances en la medicina y en la calidad de vida también han hecho menos complicado tener hijos a una edad más avanzada (si bien los riesgos de un embarazo pasada cierta edad no han desaparecido del todo).
A este respecto vale la pena anotar que aunque el retraso en la maternidad puede tener la ventaja de ser el resultado de una decisión más madura, tiene también desventajas importantes. Los embarazos en mujeres de 35 años o más suelen correr ciertos riesgos de salud, los cuales pueden propiciar abortos espontáneos o afectar la salud del bebé a mediano y largo plazo.
Por otro lado, estudios recientes han detectado una baja en los índices de fertilidad tanto de mujeres y en los hombres, por causas que todavía se debaten (siendo las más aceptadas de orden ambiental, especialmente los alimentos que consumimos y los químicos involucrados en su cultivo, así como la contaminación general a la que la mayor parte de la población está expuesta).
Cabe mencionar que, según este estudio, también se ha incrementado el número de mujeres tiene un único hijo, sin perspectiva de continuar con la procreación, alcanzando actualmente un 17% de las mujeres consideradas. En contraste, únicamente el 13% de la generación anterior de mujeres tenía hijos únicos.
Esta última tendencia ha sido observada también en otros países europeos y en general se empieza a presentar en una gran cantidad de países, si bien existen algunos países fuera de Occidente donde la tendencia es mucho menor.
Asimismo las estadísticas mostraron un aumento en el número de mujeres que tienen hijos sin estar casadas. Por cierto, el estudio en cuestión se puede consultar en este enlace (en inglés).
Este panorama general sugiere para algunos una crisis en el paradigma de la familia y de los valores y los recursos afectivos que ésta provee. Con todo, recordemos que dicha «crisis» podría considerarse más bien en curso al menos desde inicios del siglo XX, cuando el modelo de la familia burguesa tradicional comenzó a derruirse, como efecto de los cambios socieconómicos de la época.
https://pijamasurf.com/2023/02/maternidad_mujeres_estudio_mas_30_anos_sin_hijos_menos_hijos_familia_tradicional_crisis/