El gobierno francés no lo niega, pero se niega a informar sobre la remuneración de la consultora. El caso es hay un Estado paralelo: el de los funcionarios de carrera y el de los “asesores exernos”, que cumplen la misma función con el doble de gasto.
La pericia médica de la consultora también es conocida: en febrero de 2021 fue condenada a pagar 573 millones de dólares por su papel en la crisis de los opioides que ha llevado a la muerte por sobredosis a 400.000 estadounidenses.
Entre McKinsey y Macron hay una larga historia. En 2016 la consultora fue uno de los pilares de la creación del partido ¡En Marche! de Macron o, dicho en otras palabras, Macron es un político de plástico, uno de los productos publicitarios de la consultora estadounidense.
La relación entre McKinsey y Macron empezó a gestarse en 2007, cuando fue nombrado ponente adjunto de la Comisión Attali, que tenía por objeto proponer reformas económicas a Sarkozy, el anterior Presidente francés.
“El joven desconocido [Macron] impresionó a los cerca de cuarenta miembros, todos ellos grandes jefes o expertos influyentes. Entre ellos, Eric Labaye, entonces director de McKinsey en Francia, y Pierre Nanterme, su homólogo en Accenture”, señala el diario Le Monde (*).
“Nos reuníamos por la tarde hasta medianoche en una sala del Senado con Attali y Macron”, recuerda un miembro de la comisión. “En los asientos del público, había tres o cuatro jóvenes de McKinsey. Estaban haciendo simulaciones en Excel. Normalmente, no se permite hablar a los consultores, pero su cabecilla era tan brillante que le escuchamos como si fuera un miembro de pleno derecho”.
Aquel cabecilla es Karim Tadjeddin. En aquel momento tenía 32 años. Pasó por dos de las más grandes escuelas de la República, la politécnica y la de ingenieros de caminos. Sabe cómo funciona el Estado, ya que pasó cuatro años en el Ministerio de Economía. Participó en la creación de la Agencia de Participaciones Estatales y en la apertura del capital de EDF, antes de ser cazado por McKinsey, dice Le Monde. Tadjeddin fue el autor de un capítulo del libro “El Estado en modo empresa emergente”, prologado por Macron.
En 2010 Tadjeddin y el actual presidente de Francia entraron a formar parte del consejo de administración del equipo de análisis “En Temps Réel”. Fueron reclutados por un miembro del consejo, Stéphane Boujnah, un banquero que había trabajado en la oficina de Dominique Strauss-Kahn en Bercy.
El diario francés señala la intervención de McKinsey en la creación del partido ¡En Marche! Es una empresa llamada LMP la que se encargará de recoger y tratar los datos y políticas del nuevo partido, es decir, el puerta a puerta por toda Francia para recoger quejas y deseos sobre una candidatura.
La empresa LMP es propiedad de un estrecho colaborador de Macron llamado Guillaume Liegey, también exempleado de McKinsey. Posteriormente, los especialistas de McKinsey se encargaron de dar formato a las políticas del nuevo partido.
A pocas semanas del anuncio de la candidatura de Macron, las reuniones se sucedieron. En cada reunión había expertos de McKinsey. “Emmanuel Macron aún no ha anunciado su candidatura, pero en el verano de 2016 ya se crearon grupos de trabajo para elaborar su programa. Nos reunimos con Thomas Cazenave, pero también con una docena de empleados de McKinsey. Trabajan tanto en economía como en cuestiones gubernamentales. En McKinsey, Guillaume de Ranieri dirige la práctica encargada de la defensa y el sector aeroespacial. Se une al grupo de trabajo en cuestión”, revela el periódico.
Tras su victoria de Macron en las elecciones de 2017, Macron no dudó ni un segundo en reclutar a los cachorros, trepas y sicarios de McKinsey para su gobierno.
(*) https://www.lemonde.fr/m-le-mag/article/2021/02/05/de-la-creation-d-en-marche-a-la-campagne-de-vaccination-mckinsey-un-cabinet-dans-les-pas-de-macron_6068833_45000
Una consultora estadounidense dirigió la creación del partido de Macron