La Agencia Estatal de Meteorología (AEMET) ha advertido a través de su blog de la pronta llegada de El Niño, un fenómeno oscilatorio que afecta a las condiciones meteorológicas y climáticas de buena parte del planeta. Y, previsiblemente, de España.
Aviso de AEMET. Los modelos que utiliza la Organización Meteorológica Mundial (OMM) para la predicción estiman que la probabilidad de que El Niño llegue entre los meses de mayo y julio es del 60%, mientras que si incluimos los meses de agosto y septiembre la probabilidad pasa a rondar el 70-80%.
Se trata de una revisión al alza de las probabilidades antes asignadas al fenómeno. En cualquier caso, los expertos señalan que las peores consecuencias de este fenómeno no llegarían hasta 2024.
¿Qué nos puede traer este fenómeno? Según continúa explicando AEMET, el principal efecto que este fenómeno tendrá sobre la meteorología mundial será un aumento de las temperaturas. No sabemos con qué intensidad incrementarán las temperaturas medias, pero cabe tener en cuenta que llevamos tres años bajo la influencia de La Niña, un fenómeno asociado con bajas temperaturas.
“Acabamos de vivir los ocho años más cálidos de los que se tiene constancia, a pesar de que durante los tres últimos años el episodio de La Niña ha ejercido un efecto de enfriamiento que ha ralentizado transitoriamente el incremento de la temperatura mundial”, señalaba Petteri Taalas, Secretario General de la OMM.
¿El fin de la sequía? El fenómeno viene también asociado a cambios en las tendencias de las precipitaciones. Con respecto a esto puede hablarse de buenas y malas noticias. Por una parte, porque este cambio de tendencia podría llegar implicar más precipitaciones (muy necesarias) en España.
Por otra parte, el fenómeno también se vincula con episodios meteorológicos extremos, lo que limita nuestra capacidad para aprovechar el agua de las precipitaciones, además de los problemas asociados a estos fenómenos (como el riesgo para la vida humana).
Las pequeñas variaciones hacen único a cada episodio de El Niño, y cabe recordar que el aumento de las temperaturas promedio también generan episodios de sequía en determinados lugares, advierte Taalas. Aunque episodios húmedos o secos son habituales en unas u otras regiones del mundo España no muestra un patrón definido a este respecto.
El Niño-Oscilación del Sur. El escenario meteorológico que da pie a esta fase de ENSO está vinculado con temperaturas superiores a la media en las aguas superficiales del Pacífico tropical. Esto es precisamente lo que lleva observándose desde febrero de este año, con un incremento especialmente notorio en la costa sudamericana.
El Niño es una de las situaciones entre las que oscila el fenómeno conocido como El Niño-Oscilación del Sur (siendo la otra La Niña). Los ciclos de ENSO tienen una duración variable y en estos momentos nos encontramos en una situación de equilibrio. Es decir, a medio camino entre estos dos puntos de la oscilación, pero los expertos creen que pronto entraremos en un nuevo episodio de El Niño.
Los episodios de El Niño duran entre nueve y 12 meses y se repiten en ciclos irregulares de entre dos y siete años durante los que se El Niño y La niña tienden a alternarse.
Tres episodios consecutivos. El Niño llegará tras tres episodios consecutivos de La Niña en los últimos años. Esta concurrencia ha afectado notablemente a nuestra meteorología pero tiene un lado oscuro: se trata de un fenómeno “frío”, en contraste con El Niño.
Esto implica que, ya sea con El Niño o manteniéndonos en una situación “neutral”, las temperaturas podrían tender al alza este verano.
https://www.xataka.com/ecologia-y-naturaleza/ultimo-aviso-aemet-claro-debemos-prepararnos-para-nino-antes-que-sea-tarde
A ver, no hace falta ser climatólogo ni meteorólogo ni pitoniso ni trabajar en la NOA o en la OMM para saber lo que va a ocurrir.
Si hemos tenido dos años con poca lluvia y mucho calor, con veranos de mayo a noviembre, es de sentido común que vendrán lluvias copiosas y torrenciales. Del tipo gota fría o DANA. ¿ Por qué ?
Cuando hace mucho calor durante mucho tiempo, el agua de los océanos se evapora más tiempo y más cantidad, y si escasean las precipitaciones durante largos períodos de ése calor, el agua evaporada sigue estando ahí arriba; y tarde o temprano cae de nuevo. Al haber una cantidad elevada de agua en la atmósfera, esta tiende a caer de forma abrupta, es decir torrencialmente y con episodios violentos. Si le añadimos que en otoño suele removerse el clima, tenemos altas probabilidades de que sea una época de mucha lluvia y mucha tormenta. Y ésto ha pasado siempre. Aún tengo fotos y árboles caídos de la última gota fría.
¿ Y qué vamos a hacer ? ¿ salir a las calles gritando desesperados, mudarnos de planeta, arrancarnos las pestañas ?
El caso es vender siempre miedo y desgracia.