La rica simbología de la coronación de Carlos III y sus guiños a la historia y mitología inglesas

Aunque la coronación de Carlos III será menos ostentosa por los nuevos tiempos, no dejará por ello de ser una ceremonia llena de un grandísimo interés a nivel internacional

Foto: Ensayo de la coronación en las calles de Londres. (LP)
Ensayo de la coronación en las calles de Londres. (LP)

Europa tiene actualmente diez monarquías parlamentarias, pero solo una, la británica, corona a sus reyes en un templo sagrado. Esto hace que la ceremonia que tendrá lugar el próximo sábado 6 de mayo sea considerada a nivel mundial como un hito. Varias son las razones. La primera, la mencionada, ya que le imprime un ceremonial ligado a lo sacro que no ofrece la misma belleza que lo hace una civil. La monarquía noruega tiene una bendición en la catedral de Nidaros, pero no es coronación.

Carlos III será coronado 70 años después de la última vez, la de su madre, la recordada Isabel II. Cada monarca en historia es hijo de su tiempo y esta vez no va a ser distinto. El propio rey ya ha advertido que la ceremonia irá con los nuevos tiempos aún a pesar de que conservará parte del ceremonial que está plagado de símbolos totalmente entroncados con la historia inglesa.

El lugar, la abadía de Westminster

Lugar de coronación de todos los monarcas ingleses a excepción de dos, Eduardo V y Eduardo VII. El primero, de trece años, tan solo reinó de abril a junio de 1483, y su asesinato (más que probable) a manos del rey Ricardo III durante la guerra de las Dos Rosas lo impidió. El segundo porque abdicó once meses después de ser proclamado rey, no dando tiempo a celebrar dicha ceremonia por la costumbre de esperar un tiempo de luto por el monarca predecesor, en este caso, Jorge V.

La coronación es la consagración del monarca como gobernador supremo y protector de la Iglesia anglicana de Inglaterra, esto último a partir de Isabel I, hija de Enrique VIII, primer monarca erigido como tal tras su ruptura con Roma durante la Reforma Anglicana, aunque cuando fue coronado era todavía católico.

placeholderLa abadía de Westminster. (Reuters/Toby Melville)
La abadía de Westminster. (Reuters/Toby Melville)

La abadía tiene la peculiaridad de no estar controlada por la Iglesia de Inglaterra ya que se trata de un ‘peculiar real’, es decir, está bajo la jurisdicción de la monarquía británica (en realidad es propiedad del English Heritage), motivo por el cual no está sujeta al mando de ningún obispo ni arzobispo, sino que su administración corre a cargo de su lord gran chambelán. Pasa lo mismo con la capilla de San Jorge en el castillo de Windsor, la Real en el palacio de Holyrood y algunas capillas más en Londres.

La tradición, que no la historia, cuenta que primero fue una iglesia levantada en el siglo VII. La ‘reconstrucción’ de lo que pergeñaría con los siglos lo que hoy conocemos fue responsabilidad del rey san Eduardo el Confesor entre 1042 y 1052. A lo largo de la historia ha experimentado diversas transformaciones y ampliaciones. Su principal estilo arquitectónico es el gótico. Además de ser lugar de coronación, lo es también de bodas reales (hasta la fecha, 16) y lugar de descanso eterno para muchos monarcas, primero ingleses y después británicos, además de personajes relevantes en la historia de Reino Unido como Charles Dickens.

El arzobispo de Canterbury

Constituye una de las figuras de mayor relevancia dentro de Reino Unido. Es el primado de la Iglesia de Inglaterra, así como el líder espiritual de la fe anglicana (la cabeza de esta es el monarca). Es considerado como ‘primus inter pares’ (el primero entre iguales), por lo que su posición jerárquica es simbólica y nominal. El encargado de coronar la testa de Carlos III el próximo sábado será Justin Welby, actual arzobispo desde el 21 de marzo de 2013.

Tradicionalmente es siempre esta figura quien oficia la coronación, pero ha habido excepciones a lo largo de la historia, todas ellas curiosas. La de Guillermo I porque el arzobispo de su época había sido excomulgado por el papa Alejandro II (siglo XI). Isabel I, considerada ilegítima por los prelados, fue coronada por el obispo de Carlise.

María Tudor, en su momento reina consorte de España por su matrimonio con Felipe II, declinó, por su condición de católica, ser coronada por el arzobispo de Canterbury, Thomas Cranmer. Lo hizo el obispo de la Iglesia católica Stephen Gardiner, quien fue, además, lord canciller durante el reinado de la reina católica.

El método de la coronación: Liber Regalis

La coronación se lleva a cabo según las reglas establecidas en el Liber Regalis (Libro Real) del siglo XIV. En él se observan cómo han de ser llevadas las sagradas prendas. Se conserva en la Biblioteca de la Abadía. Se trata de un manuscrito de tan solo 34 páginas hecho antes de la coronación del rey Ricardo II. Lógicamente a lo largo de los siglos ha habido variaciones para adaptarse a los tiempos, pero la esencia se sigue respetando. En la coronación de Carlos III se esperan cambios sustanciales acordes con los nuevos tiempos y sensibilidades actuales (medioambiente o el hecho de no ser ya un imperio).

Es importante señalar que, a pesar de que el origen de las tradiciones se remonta al citado Liber Regalis, la reina que le confirió la pompa y ceremoniosidad que conocemos fue Victoria de Inglaterra

Los símbolos

El acto está lleno de símbolos entroncados directamente con la historia y la mitología inglesa medieval, así como con el folclore inglés y escocés.

– Capa de Estado: El rey entrará en la abadía con dicha capa hecha en terciopelo carmesí, aunque es posible que haya un guiño en la misma a la sostenibilidad y el medioambiente, ambas causas defendidas por el actual monarca. Es la misma que se usa en la ceremonia oficial de la apertura del Parlamento.

– El Colobium Sindonis. Es una túnica y se lleva durante la unción, un momento íntimo que ni los asistentes en la abadía pueden ver. En la única retransmisión televisada hasta la fecha, la de Isabel II, no se pudo ver por cuanto es un acto extremadamente íntimo entre Dios y el rey con la única presencia del arzobispo. Es el momento de mayor carga religiosa y de hecho se hace en un apartado del templo, concretamente en la tumba donde está enterrado el rey san Eduardo el Confesor. Simboliza el compromiso del rey de desprenderse de la vanidad presentándose ante Dios ‘desnudo’.

– La supertúnica o túnica superior, de inspiración bizantina, es una capa larga de seda dorada con adornos de encaje dorados de la época de Jorge V y que Isabel II lució en su coronación. Se desconoce si Carlos III ha encargado una nueva.

Tras esto se le coloca al monarca la estola real, que es una banda estrecha de seda con los emblemas nacionales, religiosos y de la Commonwealth. Esto último, por ser un tema delicado, podría no estar en esta coronación.

placeholderLa supertúnica que lucirá Carlos III. (CP)
La supertúnica que lucirá Carlos III. (CP)

Los emblemas nacionales:

– Las rosas, que hacen alusión a la guerra de las Dos Rosas, que dio como resultado la instauración de la dinastía Tudor desde 1485 hasta 1603. La rosa Tudor, como es conocida, consta de diez pétalos, cinco blancos en el centro y otros tantos rojos en el exterior. Simboliza la unión de la Casa de York y la de Lancaster, así como el fin de la guerra civil que aupó a los Tudor al trono.

– El cardo. Es el símbolo, junto al tartán, que mejor identifica a Escocia. Se adoptó como emblema durante el reinado de Alejandro III en el siglo XIII. Según la leyenda (no hay datos históricos que lo confirmen), las tropas del rey Haakon de Noruega arribaron a la costa de Largs de noche mientras los miembros del clan escocés dormían. Los soldados del noruego se descalzaron para no hacer ruido y al pisar los cardos (con sus espinas) comenzaron a gritar despertando a los escoceses que reaccionaron a tiempo y ganaron la batalla.

– El trébol. Símbolo de IrlandaEsto es muy curioso ya que la planta está muy vinculada a la festividad nacional más importante que es el Día de San Patricio, quien eligió, según la leyenda, las tres hojas del trébol para explicar el dogma central de la religión cristiana, que es el misterio de la Santísima Trinidad (Padre, Hijo y Espíritu Santo). Digo que es curioso porque dicho santo es católico, entre otras cosas porque es del siglo IV, por tanto, muy anterior a la Reforma Anglicana. Es el patrón de toda Irlanda, siendo solo Irlanda del Norte miembro del Reino Unido y, en su mayoría, de religión protestante.

– El Pallium Regale o palio real está inspirado en las vestiduras de los sacerdotes. El recién coronado lo llevará puesto en el momento que el arzobispo coloque la corona sobre la cabeza de Carlos III. Está bordado con motivos nacionales y también se coloca por encima de la túnica del sudario en el momento de la investidura. Este manto dorado es la túnica más antigua de la colección y fue confeccionado para la coronación de Jorge VI, en 1821. Tanto la túnica superior como el palio real se retiran antes de que el monarca atraviese el crucero de la abadía para salir de ella con la corona imperial, el cetro y el orbe.

Más objetos con simbolismo

– Silla de la coronación. Una vez Carlos III termine de prestar juramento se sentará en la llamada silla de la coronación, que tiene la friolera de 716 años de historia. Es de madera y fue usada por vez primera en 1307 en la coronación de Eduardo II (dinastía Plantagenet), hijo de Eduardo I y de Leonor de Castilla. Recientemente ha sido restaurada. Está recubierta de pan de oro y mide dos metros. Reposa sobre cuatro leones, que en iconografía representan valores como el poder, la fuerza, el valor, la realeza o la dignidad.

– La piedra del destino. Conocida como piedra de Scone o de la Coronación, se trata de una pieza de piedra arenisca que históricamente fue conservada en la derruida abadía de Scone (Escocia). Fue empleada durante la coronación de los reyes escoceses en la Edad Media. Eduardo I de Inglaterra la robó en el siglo XIII y la llevó a la abadía de Westminster para usarla en la coronación de los reyes ingleses. En 1996, en un gesto de buena voluntad, el Gobierno de Tony Blair decidió devolverla a Escocia con la condición de que volviera a Londres para su uso en las coronaciones. El pasado 30 de abril fue trasladada a Londres.

placeholderLa piedra de la Coronación, en la abadía de Westminster. (CP)
La piedra de la Coronación, en la abadía de Westminster. (CP)

– La Corona Imperial. Es, sin lugar a duda, la joya de la Corona. Solo se usa para la ceremonia de la coronación. Con un peso de 2,23 kilos, a modo de anécdota, la reina Isabel II tuvo que practicar varios días con ella puesta en palacio antes de su coronación para fortalecer los músculos de su cuello. La actual fue elaborada para coronar a Carlos II (dinastía Estuardo). Por cierto, al finalizar su reinado, en realidad en su lecho de muerte, se convirtió al catolicismo. Fue durante su reinado cuando se desarrollaron los partidos Whig (liberal) y Tory (conservador). Simboliza el poder de la monarquía a través de los siglos y tienen un profundo significado religioso y cultural de la historia de Inglaterra.

– Orbe y cetro. El primero representa el poder del soberano y de la cristiandad. El segundo, hecho para la coronación del citado Carlos II, representa el poder temporal del rey (finitud) y se asocia al buen gobierno (justicia).

– Espadas. Son tres: la de la Justicia Temporal, que representa al rey como jefe de las Fuerzas Armadas; la de la Misericordia y la de la Justicia Espiritual, que simboliza al monarca como defensor de la fe. Los encargados de portarlas a la abadía son los pares de Inglaterra, que las portarán desenvainadas y con la punta hacia arriba. Esta tradición proviene de la coronación de Ricardo Corazón de León en 1189. Este monarca es de los más mitificados de la Edad Media. De la dinastía Plantagenet, fue conocida su afición por el combate. Era hijo de Leonor de Aquitania, una de las reinas más poderosas de la historia de Francia e Inglaterra (de ambos países llegó a ser reina consorte).

– Espuelas y anillo. Las primeras se colocan en los tobillos del rey y simbolizan los valores caballerescos. Se hace desde la coronación de Ricardo Corazón de León. En cuanto al anillo, con forma de la cruz de San Jorge, será colocado en el dedo anular de Carlos III como símbolo de la dignidad del monarca.

– Óleos sagrados. El aceite de la coronación se consagra en la iglesia del Santo Sepulcro en Jerusalén a partir de una fórmula de 1626 de la coronación de Carlos I, quien, por cierto, fue decapitado por Oliver Cromwell, cabeza de los que se levantaron contra la tiranía del monarca que gobernó de manera autoritaria.

En muchas monarquías ha existido siempre la idea de la sacralidad y esto es muy importante ya que hace referencia a la Biblia: David es ungido por el profeta Samuel, Jesucristo también fue ungido. Es la traslación al ámbito civil de algo sagrado en la unción de un rey. Es, como hemos comentado anteriormente, un acto profundamente íntimo precisamente por su carácter sagrado.

Todos y cada uno de los detalles y actos de la coronación tienen un enorme significado en la historia civil de Inglaterra, así como una fortísima vinculación con lo sagrado. Aunque la de Carlos III será menos ostentosa por los nuevos tiempos, no dejará por ello de ser una ceremonia llena de un grandísimo interés a nivel internacional. En esto la monarquía inglesa es única y el sábado 6 de mayo el mundo entero volverá a contemplar todo su esplendor.

Gema Lendoiro 

https://www.vanitatis.elconfidencial.com/casas-reales/2023-05-03/coronacion-mitologia-inglesa-guinos-historia_3622028/

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