La electrificación de los vehículos no es algo nuevo. Sin embargo, por el momento no está muy extendido. Uno de los principales problemas que hacen que no merezca la pena aprovechar los coches fabricados y convertirlos en eléctrico es la burocracia, costes excesivos y precios prohibitivos.

Convertir combustión en eléctrico

Hasta que llegue el momento de la prohibición de los coches de combustión, hay que pensar en soluciones sostenibles. En una propuesta del Partido Popular, se propone al Ejecutivo destinar fondos europeos para convertir vehículos de combustión en eléctricos. Mañana mismo se producirá la votación para ver si se da luz verde a esta normativa de lo que se conoce como retrofit, la transformación de vehículos de combustión en eléctricos.

Además de la economía circular y de aprovechamiento, este reciclaje de los actuales vehículos de combustión tendría otros beneficios. Por ejemplo, el ahorro en emisiones asociadas a la fabricación si se usan chasis existentes, con todo lo que se puede aprovechar salvo motor, sistema de escape, depósito, etc.

De votarse favorablemente la proposición de Ley para favorecer la conversión de vehículos térmicos en eléctricos, se introduciría una nueva disposición en el decreto ley 29/2021, por el que se adoptan medidas urgentes en el ámbito energético para el fomento de la movilidad eléctrica, el autoconsumo y el despliegue de energías renovables.

Para llevar a cabo este sistema de conversión a vehículos de baterías eléctricas o pilas de combustible se espera que se destinen parte de los fondos que España recibe en el marco del Plan de Recuperación. Serán los fondos conocidos como Next Generation, los de recuperación económica tras el COVID que suponen la principal fuente de financiación del PERTE del Vehículo Eléctrico y Conectado los que financien este cambio de paradigma.

Menos papeleo y más agilidad

Se solicita que en un plazo de seis meses el Ejecutivo adopte las medidas necesarias para agilizar los procedimientos de conversión de motores de combustión a otros verdes. Para ello deberá someter a consulta, con carácter previo, las reformas a desarrollar con el sector y los actores implicados.

Según el PP, la transformación del sector es compleja, por lo que proponen destinar parte de los fondos que la Comisión Europea asigna a España dentro del marco del Plan de Recuperación para esta materia. Además, solicitan la creación de una línea específica dentro del PERTE (proyectos estratégicos para la recuperación y transformación económica) que permita la simplificación y abaratamiento de los procesos de conversión.

La Unión Europea ya ha regulado el proceso de conversión. Transformar un coche en eléctrico en España está legislado en el Real Decreto 866/2010, pero la normativa es un poco ambigua en el caso de los vehículos más antiguos. Lo más costoso del proceso, además de la conversión técnica del coche, es el gasto en las homologaciones, que es lo que se podría simplificar con una nueva normativa. La Asociación Española para la Conversión de Vehículos Eléctricos ha sido una de las principales encargadas de buscar soluciones para solventar y reducir el gasto. No obstante, el coste quizá siga siendo demasiado elevado para los consumidores

En Francia, como ejemplo cercano, se simplificó bastante el proceso de retrofit. Redujeron bastante el papeleo necesario para realizar la conversión, haciéndolo más fácil, mucho más barato (a coste completo, convertirlo no está muy lejos de comprar otro coche, así que no suele merecer la pena), con menos trabas y menos requisitos de homologación. Desde entonces, su industria de retrofit ha crecido bastante.

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