Aunque la caída de Bajmut no va a determinar por sí sola el resultado de la guerra, es una victoria importante para Rusia. Es tan importante que la OTAN y Ucrania tardaron demasiado en reconocer la evidencia y, cuando lo hicieron, tratan de minimizarla, tender cortinas de humo, como la incursión en Belgorod, e incluso silenciarla.
La derrota concierne a la OTAN, que armó al ejército ucraniano con lo mejor que podía ofrecerle, no sólo en términos de material de guerra, sino también de inteligencia, incluyendo sus numerosos satélites y dispositivos electrónicos.
Eso demuestra que la estrategia de la OTAN es equivocada y que su error deriva de la experiencia en guerras asimétricas contra enemigos pequeños. Pero Bajmut ha sido la primera batalla convencional entre adversarios afines que utilizan sistemas de armas y equipamiento modernos.
Una tecnología avanzada es insuficiente para ganar una batalla cuando el rival también está bien equipado.
La batalla ha sido de desgaste y ha durado nueve meses, en los que Rusia ha agotado los arsenales de los 30 países de la OTAN, que no han sido capaces de superar al ejército ruso prácticamente en ningún terreno.
En Bajmut el ejército ucraniano se ha roto la espina dorsal. Le llevará tiempo reagruparse, y es más que dudoso que pueda organizar una última línea de defensa en otra ciudad. Si lo intenta, probablemente será el choque que los doblegue de manera definitiva.
Bajmut ha sido una “picadora de carne” porque el objetivo del ejército ruso no era capturar la ciudad, sino destruir las fuerzas ucranianas y, muy especialmente, el equipo militar de la OTAN.
El 80 por cien de esa tarea no ha sido obra de Wagner, sin de la artillería y el apoyo aéreo de cercanía, es decir, de las unidades regulares ejército ruso.
No había forma de que los ucranianos ganaran en Bajmut, al igual que no hay forma de que ganen la guerra y, lo que es peor, ni siquiera podrán recuperar lo que llevan perdido desde 2014.
La participación de la OTAN en la Guerra de Ucrania está siendo contraproducente en un sentido capital: el ejército ruso conoce ahora de primera mano cómo funciona el nuevo armamento occidental. Esta información vale su peso en oro.
La batalla se ha caracterizado por una guerra posicional urbana en la que los rusos siempre llevaron la iniciativa. Lucharon casa por casa.
No hay cifras exactas del número de víctimas. Las imágenes de vídeo de los cementerios y las operaciones de combate geolocalizadas indican que los ucranianos sufrieron mucho más que los rusos en número.
Sean cuales sean las cifras, Bajmut se ha ganado a pulso el sobrenombre de “la picadora de carne”, en referencia a los numerosos soldados ucranianos muertos, heridos y desaparecidos.
El ejército ucraniano se obstinó en introducir en la zona numerosas unidades militares, equipadas con avanzados sistemas de armamento suministrados por la OTAN, y siguió haciéndolo hasta el final.
En Bajmut el ejército ucraniano ha perdido el equivalente a 3 ó 4 divisiones, todo un cuerpo de ejército. Supone un tercio de sus fuerzas militares. La mayoría de las unidades fueron destruidas o han quedado incapacitadas para realizar operaciones militares.
Más de una docena de brigadas ucranianas de infantería mecanizada participaron en la batalla en algún momento. En cambio, los ataques rusos fueron llevados a cabo principalmente por los miembros de la misma unidad, Wagner, apoyados por artillería, blindados y ataques aéreos rusos regulares.
El uso de este tipo de tropas como punta de lanza es novedosa. Ha servido para proteger al ejército regular ruso, minimizar las pérdidas y mantener grandes fuerzas en reserva.
Los rusos han llevado a cabo descargas de artillería masivas y continuas, que han tenido un efecto devastador. Tanto en términos de piezas de artillería como de proyectiles disparados, la OTAN no ha sido capaz de igualar la cadencia de fuego, ni siquiera acercarse a ella.
El ejército ruso ha demostrado que es posible llevar a cabo con éxito operaciones de infantería urbana durante largos periodos de forma sostenida y abastecerlas de suministros.
La batalla de Bajmut es la más importante y sangrienta en lo que va de siglo XXI
» La participación de la OTAN en la Guerra de Ucrania está siendo contraproducente en un sentido capital: el ejército ruso conoce ahora de primera mano cómo funciona el nuevo armamento occidental. Esta información vale su peso en oro. »
……….sobre todo para China.
En Bajmut hemos perdido todos.