El río Ganges
La leyenda del Ganges no hace sino acrecentar su popularidad. No hay ningún otro río en la India cuya popularidad pueda compararse con él. Esta arteria fluvial, que baña la emblemática ciudad de Benarés, está estrechamente ligada no sólo a la cultura y la espiritualidad locales, sino también a las de todo el subcontinente asiático. No obstante, su fascinante leyenda aún no es demasiado conocida en Occidente.
Poseedor de una longitud de 2.700 km, este río sagrado nace en el glaciar de Gangotri, en la cordillera del Himalaya (estado de Uttar Pradesh), y desemboca en el golfo de Bengala, en un extenso delta que se despliega entre Bangladesh y la India. Como curiosidad, cabe destacar que, en la parte alta de su curso, recibe el nombre de Bhagirathi. Es al unirse con el río Alaknanda, antes de entrar en Haridvar, cuando es rebautizado como Ganges.
Llegados a este punto, conviene conocer el origen del término. El topónimo ‘Ganges’ es una palabra inglesa que deriva de la voz india’ Ganga’, que es a su vez una diosa hindú. Sin embargo, ahí no acaba la importancia de las aguas y de la leyenda del Ganges. En este sentido, no hay que perder de vista que alrededor de su cuenca y de sus afluentes viven en la actualidad más de 500 millones de personas, lo que explica que muchos de ellos lo vean al Ganges como un regalo de la naturaleza creador de vida, representado por las diosas Annapurna y Parvati.
La leyenda del Ganges
De acuerdo con la leyenda del Ganges, el río fluyó del pie izquierdo de Vishnú, divinidad hindú de la destrucción. Fue el asceta Bhagirath (quien a la postre dio nombre al primer tramo del río) quien logró que bajaran del cielo unas aguas que purificarían las cenizas de los 60.000 hijos del rey Sagara. Éstos habían sido quemados por haber molestado a Kapila, un compañero de Bhagirath, mientras meditaba.
La diosa Ganga, plegándose a los ruegos de Bhagirath, lanzó agua sobre la Tierra, con tal profusión que Shiva, dios de la naturaleza, se vio obligado a detenerla.
Publicado en: Lugares sagrados