Flavio Estilicón, de madre romana, era hijo de un jefe vándalo que había militado bajo las banderas de Valente. Estilicón se ganó la confianza de Teodosio. El emperador le distinguió hasta el punto de entregarle por esposa a su propia sobrina, Flavia Serena, a la que había adoptado.
A la muerte de Teodosio a principios del 395, fue su hijo Honorio quien recibió el título de emperador de Occidente. El poeta Claudiano llamó a Honorio Porfirogénito, “nacido en la cámara de la púrpura”, es decir, cuando su padre era ya emperador, mientras que su hermano mayor, Arcadio, había nacido en España, la tierra natal de Teodosio.
A pesar de la grandiosidad de sus títulos, el nuevo emperador era un niño de solo diez años, anémico y enfermizo, destinado a convertirse en un adulto tímido y débil, carente de ambiciones y hasta de pasiones. Junto a él se situaba, protector y dominante, el tutor que Teodosio había designado en su lecho de muerte: su leal servidor y excelente soldado, el general Estilicón, que contaba 35 años por entonces. Alto y solemne, su aspecto era suficiente para infundir todo el respeto que no era capaz de recabar la imagen de un niño sentado en el trono.
Mientras tanto, aquel mismo año, los godos elegían como rey a Alarico. El rey de los godos se había sentido comprometido por el juramento de fidelidad a Teodosio, pero no se consideraba vinculado a sus sucesores. Alarico rompió el tratado que había firmado con Roma y condujo a sus hombres hacia Tracia. Estilicón acudió a desalojarlo de esos territorios y consiguió rodearlo. De hecho parecía haberse asegurado la victoria cuando el enemigo huyó a través de un paso no vigilado.
Hacia febrero del 398 el vándalo casaba a su hija María con el emperador, y dos años más tarde era elegido cónsul. Los más aferrados a sus tradiciones entre los romanos tuvieron que aceptar de mala gana que fuera un bárbaro quien tuviera el privilegio de dar nombre al año en curso. Los vientos soplaban favorables para él hasta que de pronto se presentó Alarico al frente de sus hordas en los pasos de los Alpes Julianos, rumbo a Roma. Hacía siglos que su suelo no era hollado por tropas extranjeras, de modo que el asombro fue grande. Los augurios eran inquietantes: en el cielo había aparecido un cometa, y mientras el emperador pasaba revista se decía que vio huir de entre sus filas a dos lobos que fueron muertos y descuartizados. En los vientres de los animales se encontraron dos manos.
Los senadores sugirieron a Honorio atravesar el Tirreno y fundar una nueva urbe en Cerdeña o en Córcega. En medio del pavor, solo Estilicón parecía mantener la calma, según narra Claudiano.
—Cesad en esos lamentos —les dijo— que no son propios de hombres. Es verdad que los godos nos han atacado a traición. Pero Roma ha triunfado sobre peligros más graves: los de los galos, los cimbrios y los teutones. Si Roma cayese no quedaría en el mundo, para sus hijos, una patria segura… Marcharé al norte a fin de reunir un ejército para vengar la injuriada majestad de Roma, pero entretanto seguiré participando de vuestra ansiedad, porque dejo entre vosotros a mi mujer, a mis hijos y a este yerno mío, Honorio, que me es más querido que la vida misma.
A comienzos del 402 marchó contra Alarico, que se había acercado a Turín y asediada la plaza fuerte de Pollenzo. Según Claudiano un veterano aconsejó al godo que no presentara batalla, pero el rey, furioso, le respondió que había oído una voz que le aseguraba que entraría en la plaza.
Alarico debió seguir el consejo. La batalla que allí se libró constituyó para él una derrota, si bien pudo reorganizar sus maltrechas falanges y retirarse hacia el Véneto. Con toda cortesía, Estilicón le envió allí a la esposa y los hijos del rey de los godos, que habían caído en sus manos.
En Roma trabajaban mientras tanto a destajo en una nueva muralla que debía reforzar la de Aureliano. Presas del terror, oteaban constantemente el horizonte esperando ver aparecer al ejército godo. El entusiasmo fue indescriptible cuando Estilicón apareció a la vista de las murallas. El general vencedor hizo su entrada triunfal en un carro, sentado junto a Honorio y María. Para celebrar la victoria hubo un gran espectáculo de gladiadores, sin respetar que esa clase de luchas habían sido prohibidas por Constantino casi un siglo antes. Pero entonces se desencadenó la tragedia: un monje llamado Telémaco saltó a la arena para poner fin a tanto derramamiento de sangre, con el resultado de que fue apedreado y muerto por la muchedumbre.
En el 405 Estilicón fue elegido cónsul por segunda vez, y se le concedió el título de Salvador de la Ciudad. El enemigo en esta ocasión no era Alarico, sino otro jefe bárbaro llamado Radagaiso, en palabras de Orosio, “el más salvaje de todos los enemigos que Roma haya tenido nunca”. Traía un ejército de 200.000 hombres, pero Estilicón consiguió encerrarlo en los valles al pie de Fiésole. No fue preciso entablar batalla; bastaba con dejar al enemigo morir de hambre hasta que solo quedaron unos pocos con vida, demasiado extenuados para combatir.
Italia parecía por fin liberada de la amenaza de las invasiones, pero ese respiro se había conseguido a base de dejar desguarnecidas las demás provincias del Imperio. Hacia ellas se precipitaban vándalos, suevos, alanos, francos y burgundios, que se iban estableciendo en aquellas tierras.
En el año 408 moría el emperador de Oriente dejando como sucesor a Teodosio II, un niño de siete años. La tutora del nuevo emperador era su madre, la emperatrizEudoxia, una princesa de sangre franca. Y entonces tuvo lugar un episodio bastante embarazoso para Estilicón: Alarico se había dirigido a Epiro, provincia de Constantinopla, pero súbitamente se dio la vuelta y envió una embajada a Roma para solicitar una compensación por los gastos hechos en Epiro, “ya que no le habían dejado concluir la empresa”.
Era obvio, por tanto, que allí había alguien que le había ordenado atacar el territorio y después le había hecho detenerse.
Estilicón explicó en el senado que el godo, al dirigirse contra Epiro, había creído servir los intereses del emperador Honorio, pero que, como se le había impuesto el cese de las hostilidades, era preciso compensarle. Solo uno de los senadores se levantó para objetar algo:
—Esto no es paz —dijo—, sino aceptación de la esclavitud.
Pero apenas pronunciadas estas palabras, corrió a refugiarse en una iglesia cercana mientras la propuesta fue aprobada. Nada se oponía a la voluntad de Estilicón.
Para entonces su hija María había muerto, pero fue sustituida por la hermana menor, Termancia, como esposa de Honorio. En la cúspide de su poder, las conspiraciones acechaban al general, cuya sangre bárbara nunca y fe arriana nunca habían terminado de ser aceptadas. El emperador preparaba un viaje a Constantinopla para reclamar su derecho a ejercer la tutela del pequeño Teodosio. Estilicón le persuadió para que le enviara a él en su nombre, arguyendo los peligros y el coste de aquel viaje. Olimpio, un cortesano que se había convertido en confidente de Honorio, vio entonces la ocasión de intrigar contra él, insinuando insidiosamente que si el vándalo estaba tan interesado en viajar a Constantinopla era porque quería sentar a su hijo Euquerio en el trono de Oriente.
Salieron a relucir todas las quejas contra él, la principal de las cuales era su extraño comportamiento con Alarico, con el que parecía practicar un doble juego. Se decía, además, que su esposa había robado una joya del templo de Rea, y que el propio Estilicón se había apoderado de una de las placas de oro del templo de Júpiter. Honorio declaró al general enemigo público de Roma.
Estilicón nada sospechaba de las maniobras del consejero cuando sus tropas se sublevaron y comenzaron a asesinar a todos sus amigos y partidarios del Tesino. Sus propios generales se volvieron contra él, y se vio obligado a emprender la huida hacia Ravena con un puñado de leales. Olimpio había prometido al godo Saro un buen premio si acababa con la vida del vándalo. Saro aniquiló a su guardia personal, pero se le escapó la presa que perseguía.
Llegó la orden de arresto. Estilicón se refugió en una iglesia de Ravena, donde no podían entrar los soldados. Al amanecer, el obispo condujo a unos cuantos, desarmados, ante él.Los soldados juraron que la pena dictada contra el general era tan solo la de un confinamiento temporal en un lugar vigilado. Estilicón, convencido, los siguió, peroapenas abandonar el recinto sagrado se le entregó una carta de Honorio en la que“por delitos contra el Estado, le comunicaba la condena a muerte, que había de cumplirse inmediatamente”.
Un grupo de amigos y de soldados bárbaros se reunía en torno a él. Al escuchar el veredictodesenvainaron las espadas dispuestos a defenderlo, pero Estilicón los detuvo. Entonces, hincando una rodilla en tierra, inclinó la cabeza y se entregó a su destino.
Fue decapitado el 23 de agosto del 408, tras serle retiradas sus insignias de magister militum. Así terminaba aquel que en palabras de Gibbon fue “el último de los generales romanos”.
El verdugo, Heracliano, fue nombrado general en recompensa por el servicio prestado.El hijo de Estilicón, también refugiado en una iglesia, fue asesinado meses después, y la emperatriz Termancia devuelta por Honorio a su madre. Se creó un comité de depuración presidido por Olimpio, con la misión de deshacerse de los funcionarios y oficiales seleccionados por Estilicón. En las guarniciones, los romanos llevaron a cabo matanzas entre los auxiliares bárbaros, sin excluir a las mujeres y los niños.
Fue una enorme torpeza, porque trajo como consecuencia el que 30.000 soldados bárbaros se pasaran al campo de Alarico, a quien, sin Estilicón para frenar su avance, nada impidió plantarse ante las puertas de Roma. Después de un asedio de dos años, el godo entró en la ciudad.
Bibliografía:
Historia de la Edad Media – Indro Montanelli y Roberto Gervaso
http://themaskedlady.blogspot.com/2012/01/estilicon-el-general-vandalo.html
fin de ROMA!!! 🙂
LAS IMAGENES PERTENECIENTES A «ROMA»…muy ilustrativas…
me gusto bastante la serie omonima de la H.B.O
YA SABES ,SOLO KITA LAS VESTIDURAS,Y DISFRUTA DE LA AUTENTIKA
DESNUDEZ(REALIDAD).
🙂
EMPODERADOporKONOCIMIENTO!!
🙂
OS aMo a tod@S!! 🙂