Después de haber entrado en Acuario, el 23 de Marzo de este año, estacionándose en el 0º 22′ de este último signo de Aire, dejando atrás el último signo de Tierra del zodíaco, donde hace sólo 2 años y 6 meses se formaba la Gran Conjunción Júpiter-Saturno que culminaba y comenzaba 3 grandes ciclos: uno de 20 años, uno de 200 año y uno de 800 años, (leer el artículo para entender esto), lo que detonó un movimiento, un cambio extraordinario, una RE-dirección en la forma en que entendemos la vida (sobre todo en lo social y laboral), Plutón nos trae otra propuesta de cambio global casi inimaginable.
En su tránsito por Capricornio desde el 2008, cuando por primera vez en nuestra historia, Estados Unidos votaba por un presidente afroamericano, inaugurando su presidencia con la quiebra de Lehman Brothers el 15 de septiembre de 2008 que fue el clímax de la crisis de las hipotecas de alto riesgo, que provocó una extraordinaria crisis financiera mundial, Plutón no ha parado de sacar todo aquello que huele mal y que normalmente nos negamos a ver a la luz, particularmente lo que emerge de los corredores del poder, en todo el mundo, como pide Capricornio. La corrupción de aquellos en las altas esferas ha quedado clarísima para todos, particularmente ante la generación de los 90, que nacieron con la conjunción Urano-Neptuno en Capricornio, y observaban como todo aquello que sus padres y abuelos habían apreciado, valorado y admirado, se derrumbaba frente a sus propios ojos, sin ninguna propuesta saludable que lo reemplace.
Ahora, con la entrada en Acuario, Plutón se prepara para entrar y salir de este 0º en este último signo de Aire, y retornar al 28º-29º de Capricornio, el último signo de Tierra, hasta finales del 2024, cuando finalmente hará su último salto a Acuario, esta vez para quedarse hasta Enero del 2044. Los fracasados atentos de Amazón, Elon Musk, Richard Branson de (Virgin), de los Chinos y de los Japoneses de despegar sus costosos cohetes al espacio parecen evocar esta extraordinaria transición entre dejar la Tierra y aventurarnos al Espacio (Aire). No es ni será fácil, como ellos mismos lo admiten.
Desde la maravillosa poesía astrológica, esto queda claramente evocado en el hecho que estamos dejando atrás el último signo o estado de Ser de Tierra, como es Capricornio, estamos concluyendo una parte de nuestra evolución como especie, de magnitudes nunca vistas antes, por lo menos, para todos los que estamos vivos hoy, o en la memoria reciente. Como ya he comentado en mi artículo sobre Plutón en Acuario, la aventura hacia tiempos de Aire que ha comenzado, no sólo en esta transición de la Era de Piscis a Acuario, algo que no ocurría hace más de 26.000 años, también marcada por la recepción mutua entre Urano en Piscis y Neptuno en Acuario de principio de Siglo XXI (2004-2010) como por la conjunción Júpiter-Saturno en Acuario de finales del 2020, nos está llevando a un pasaje entre el Viejo orden, el Status Quo conocido hacia un Nuevo Orden, de dimensiones que no podemos concretamente ver aún. La maravillosa película «Blade Runner» original de 1982, interpretada por Harrison Ford, Rutger Hauer y Sean Young, cuyo lanzamiento coincidía con la gran conjunción Júpiter-Saturno Plutón de esos años, viene a la mente.
El Ser Humano no ha cambiado mucho desde su emerger como Homo Sapiens, más que en maquillaje, como explica maravillosamente Yuval Noah Harari, pero ahora sí lo hará. Por primera vez nos confrontamos con la posibilidad de convertirnos en Super Humanos ayudados por una tecnología que se nos escapa de las manos, creada por un grupo de hombres demasiado jóvenes como para comprender la magnitud de lo que están creando, como afirma uno de ellos, Elon Musk, en sus momentos de lucidez. Aún así todo esto es inevitable ya y lo que este retorno de Plutón a Capricornio hará, es que la Resistencia del Viejo Orden, de aquellos que no quieren abandonar su ilusión de poder, de «forma de ser», aquellos que aseguran que el mundo «nunca cambiará» por que el ser humano no lo hará, están invitados a la gran sorpresa. La realidad es que todo YA cambió y no hay vuelta atrás. Ya no podemos descartar nuestra adicción a la tecnología y esto irá en aumento. Aún así, el Viejo Orden se resistirá con todo su poder, como lo está haciendo Putin, nacido con Plutón y Lilith en Leo en su Medio Cielo, con un Sol-Mercurio-Saturno-Neptuno en Libra en cuadratura a Urano en Cáncer. Este y otros como él, resistirán el cambio como lo demuestra esa cuadratura con su propia vida y su propio pueblo si es necesario. El Nuevo Orden significa el final de su poderío, ya que Acuario nos trae «colaboración», postergar el Ego en beneficio del grupo. Todos trabajando y colaborando, y no Uno en el poder, dando órdenes al resto. Por supuesto que Putin no está solo en ese desafío banal, ya que lo acompañan muchos otros, en Asia, en África, en Latinoamérica y en el mundo entero. No dejarán ir de su ilusión de poder tan fácilmente y esto lo veremos elocuentemente en estos próximos 2 años, particularmente.
Desafortunadamente todos pagaremos por la resistencia de estos hambrientos del poder, y su desesperada lucha por mantener un Status Quo que se derrumba por su propio peso y por su inminente irrelevancia. Estos próximos años veremos este fenómeno de cambio y resistencia al cambio de una manera potente, como lo indica Plutón dejando Capricornio. Abrirnos a una nueva manera de ser donde podamos organizar jerarquías de poder menos corruptas, más colaboradoras y sobre todo, más inclinadas al beneficio de todos los humanos, si queremos sobrevivir en este magnífico planeta que tenemos por hogar, será el gran desafío. En todas nuestras aventuras al espacio, aún no hemos encontrado ningún otro planeta con las condiciones de esta Tierra, que saqueamos, polucionamos, descuidamos sin remordimiento. Me pregunto si reaccionaremos a tiempo.
Esta magnífica frase de George Bernard Shaw me viene a la mente:
«Esta es la verdadera alegría en la vida: ser utilizado con un propósito reconocido por ti mismo como algo grandioso. Ser una fuerza de la naturaleza en lugar de un pequeño terrón de achaques y agravios, quejándose de que el mundo no se dedica a hacerte feliz. Soy de la opinión de que mi vida pertenece a toda la comunidad y, mientras viva, es un privilegio mío hacer lo que pueda por ella. Deseo ser completamente consumido cuando muera, porque cuanto más trabajo, más vivo. Me regocijo en la vida por sí misma. La vida no es una vela breve para mí. Es una especie de espléndida antorcha que he tomado por el momento, y quiero hacerla arder lo más brillantemente posible antes de entregarla a las generaciones futuras.»
Seamos parte del cambio y no de la resistencia al mismo. No hay plan B, la adaptación a lo nuevo es el único plan. A nivel personal los Tauro, Leo, Escorpio y Acuario están siendo llamados particularmente a transformar ese espíritu fijo y aprender a permitir el cambio, al mismo tiempo serán los guardianes de la templanza y cordura. Los signos cardinales Aries-Cáncer-Libra y Capricornio ya fuimos empujados al cambio y lo llevamos lo mejor que podemos, pero sabemos que es posible adaptarse a lo nuevo, más rápido de lo que creemos, como claramente lo demostró el Covid. Los signos mutables Géminis-Virgo-Sagitario y Piscis, ya lo han hecho mentalmente y deben encontrar la forma de concretizarlo y creo que lo están haciendo. La gran realidad desde mi punto de vista, es que no nos queda otra, aunque de miedo, la invitación de Júpiter en Tauro, el impulso a la aventura y el descubrimiento de nuevas propuestas es mucho más potente que el temor a todo ello, como claramente lo demuestran todos los chatbots, como el ChatGPT (el que más uso).
Como alguien que no conozco dijo y como sugiere Júpiter:
«Al dejar atrás tu viejo yo y dar un salto de fé hacia lo desconocido, descubres lo que realmente eres capaz de llegar a ser.«
Desafortunadamente no todo el mundo y gente conocidos pertenecen a tu futuro, pero ese es el precio de la evolución. Los maravillosos dinosaurios ya no están. Ya no enviamos o esperamos cartas escritas a mano.
Habiendo nacido con un Ascendente a 29º de Capricornio, he vivido toda mi existencia y continuo viviendo, en esta frontera donde continuamente dejo atrás lo viejo para lanzarme a lo nuevo, como un constante «loop» que no puedo escapar.