George Soros, inversor húngaro de 92 años que cuenta con un patrimonio estimado de 25.000 millones, ha tomado la decisión de dejar todo su imperio económico a su hijo Alexander, de 37 años y fruto de su segundo matrimonio. A través de la Open Society Foundations (OSF), como empresa filantrópica, se aumentará el apoyo al derecho al voto y al aborto. “Soy más político”, afirma el descendiente en comparación con su padre.
Una decisión que, sin embargo, sorprende. En más de una ocasión George soros ha cambiado de opinión sobre la idoneidad de Alex para ejercer como su sucesor. Durante una entrevista aseguró que preferiría alguien “más adecuado”, mientras que algunos dudaban de que cediera el trono mientras estuviera vivo. “Yo no quería que la fundación la tomara uno de mis hijos, por una cuestión de principios. Pensé que debería ser manejado por alguien más adecuado”, llegó a decir. A lo largo de su dilatada carrera, George Soros ha donado más de 32.000 millones de su fortuna personal para el trabajo de OSF, una red internacional que apoya económicamente con el objetivo de promover la justicia, la educación y la salud pública.
El principal candidato a su sucesión era su hermano Jonathan, un abogado de 52 años con probada experiencia en finanzas y que trabajó en la fundación, ayudando a estabilizar el fondo de cobertura de Soros en tiempos difíciles. Pero finalmente será su hijo Alex Soros, quien trabajó a tiempo parcial en la fundación entre 2004 y 2006. Tras ello se unió a la junta directiva, donde no llegó a causar una buena impresión. “Solía venir a las reuniones, pero apenas hablaba”, afirma Neier, expresidente de OSF, a The Wall Street Journal.
Aumento de la confianza
Estas malas experiencias laborales pronto dieron un giro, cuando finalmente se ganó la confianza de George hasta el punto de reemplazarlo en los viajes a las oficinas de la organización repartidas por el mundo. En diciembre del año pasado dio un nuevo paso en su carrera, al ser nombrado presidente por la junta de OSF. De hecho, es el único miembro de la familia en el comité de inversiones que supervisa la gestión de fondos de Soros.
Ahora, según un portavoz de la familia, gran parte de los 25.000 millones serán destinados a seguir contribuyendo con OSF en los próximos años. Pero su trabajo será totalmente diferente al ejercido por su padre durante los últimos años. Entre otras cosas, se ocupará de otras tareas que George solía ignorar. “Puede volver loca a la gente de la fundación porque es muy práctico”, asegura Anthony Romero, director ejecutivo de Unión Americana de Libertades Civiles, una de las organizaciones que recibe fondos de OSF.
Preocupación por la posible vuelta de Donald Trump
George Soros, con una fortuna personal de 7.100 millones de dólares según el índice de multimillonarios de Bloomberg, es conocido por sus ideas progresistas y en favor del libre mercado. Debido a sus ideas y su agenda política ha sido blanco de algunas teorías conspiratorias. Su hijo, por su parte, se considera un pensador de centro izquierda que piensa igual que su padre sobre el aborto y el derecho al voto.
De hecho, planea seguir empleando el patrimonio familiar para ayudar a los políticos estadounidenses de izquierda. Porque, si hay algo que le preocupa especialmente, es la posible vuelta del expresidente Donald Trump a la Casa Blanca. “Por mucho que me encantaría sacar dinero de la política, mientras la otra parte lo haga, nosotros también tendremos que hacerlo”.