Un nuevo milagro eucarístico, en esta ocasión en Nicaragua. En la parroquia de Xalteva, situada en la parte oeste del bello municipio de Granada, en la Calle Real, tuvo lugar un insólito fenómeno el pasado 16 de junio, la festividad del Sagrado Corazón de Jesús.

Mientras los fieles asistían a la consagración, la Sagrada Forma adquirió un tono rojizo, lo que fue interpretado como un mensaje de la divinidad.

En las imágenes, difundidas a través de las redes sociales, se advierte como la hostia adquiere un tono rojizo y, al advertirlo, el sacerdote se arrodilla, al igual que otro hombre que lo ayudaba en la ceremonia.

En la liturgia eucarística, la hostia es una ofrenda o sacrificio incruento, es decir, sin derramamiento de sangre. Los católicos creen en la transubstanciación, un dogma que convierte la oblea en la carne de Cristo y el vino en su sangre.

La fiesta del Sagrado Corazón de Jesús se conmemora el viernes después de la Octava de Corpus Christi; es decir, ocho días después del jueves de Corpus Christi.

La iglesia de Xalteva debe su nombre al barrio indígena sobre el que se erige. Fue construida durante la época colonial y por su ubicación fue utilizada como una fortaleza militar. Algunos de los fieles interpretaron el presunto milagro como un mensaje divino en medio de los ataques que sufre la iglesia católica del régimen del presidente Daniel Ortega.

Los fieles han interpretado el ‘milagro’ en clave política

La tensión entre el gobierno de Ortega y la Iglesia católica se disparó en 2018, cuando el líder sandinista y la vicepresidenta, su esposa Rosario Murillo, solicitaron la intermediación de miembros del clero en la revuelta masiva que inició el 18 de abril de ese año.

detalle de la Cusodia con el Santísimo Sacramento

Los milagros eucarísticos tienen larga tradición en el seno de la Iglesia y hasta el Papa Francisco presenció uno de ellos. Sucedió en 1996, en una iglesia de Buenos Aires. Una Hostia consagrada fue abandonada en un candelabro y, en lugar de consumirla, el sacerdote la colocó en agua dentro del Sagrario de la capilla del Santísimo Sacramento. Pocos días después, la sagrada forma se convirtió en una sustancia sanguinolenta.

Los análisis científicos revelaron que se trataba de tejido de un corazón humano vivo, sometido a estrés severo, lo cual era científicamente imposible. Además, las células del tejido parecían estar vivas, mostrando movimientos y latidos similares a los de un corazón humano.

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