En 1986, en un poblado militar cerrado en la región de Tomsk, ocurrió un incidente que intentan no recordar. La situación era extraordinaria. En la mañana del 27 de junio, los residentes locales, en particular el oficial Anton Egorov, observaron dos objetos triangulares de color gris oscuro. Se movieron en silencio de un edificio a otro y liberaron un brillo verdoso apenas perceptible en forma de rayo.
Entonces a todos les pareció que estaban «sondeando» la ciudad. Exploración. Muy posiblemente lo fuera. Claramente no parecía un ataque, no quedaron rastros ni en las paredes ni en el vidrio. Por cierto, una observación interesante, cuando el rayo se refractó a través del vidrio, luego, más adentro del apartamento, penetró en un color lila rosado. Se desconoce por qué razón cambió su color.
Ese día, todo sucedió durante 3-4 minutos, después de lo cual los dispositivos comenzaron a acelerar y rápidamente, pero al mismo tiempo, en absoluto silencio, subieron a algún lugar. Durante algún tiempo todavía se podían ver con los ojos más grandes, pero luego desaparecieron por completo. Bueno, volaron y volaron. Nadie recordaría esta visita. Si no fuera por la terrible pérdida de animales y personas.
En primer lugar, desaparecieron tres perros y seis gatos domésticos, se desconoce cuántos gatos de jardín. En segundo lugar, dos soldados desaparecieron: Sergei Mikhailov y Levon Gongadze. Más tarde, por la noche, resultó que la enfermera del hospital de 62 años, Anna Boykaya, también estaba desaparecida. El incidente fue reportado arriba. La respuesta llegó: “Empieza a buscar. Una comisión de expertos llegará por la mañana». Y así sucedió.
A la mañana siguiente llegaron a la ciudad tres helicópteros con personal. Entrevistaron a los residentes y organizaron búsquedas a gran escala en las cercanías de la ciudad. No hay señales de escape. No hay detalles dentro de la ciudad. Absolutamente nada. El comando estaba confundido. ¡Admitir que personas desconocidas llevaron personas en aviones en plena luz del día es un escándalo! Tuve que torcer.
Los desaparecidos fueron puestos en la lista de buscados en todos los asentamientos más cercanos, sin mucha publicidad. Advirtieron a la policía, enviaron manuales con retratos fotográficos a los inspectores de la policía de tránsito. Han pasado varios años, los desaparecidos no han aparecido. Por una extraña coincidencia, Mikhailov, Gongadze y Boyka no tenían parientes. Solo los vecinos sabían del incidente. Cuando la URSS se derrumbó, comenzaron los elegantes años 90. A escondidas, se cerró el caso de la misteriosa desaparición, con el pretexto de que habían escapado por voluntad propia.
Desde entonces, nadie ha recordado el incidente de 1986. La ciudad recibió el estatus de asentamiento ordinario. Se levantan las prohibiciones de entrada y salida. Y ahora, lo que sucedió hace más de 35 años es tratado como una leyenda urbana local. No tengo la certeza de que lo que pasó fue una invención. Más bien, en realidad sucedió lo contrario. Pero qué era exactamente y con qué propósito llevarse animales y personas es una gran pregunta.
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