En las últimas horas, Francia está sufriendo una grave ola de violencia, saqueos e incendios, una ola alimentada por la extrema izquierda.
Un joven argelino que puso en riesgo la vida de cuatro personas
El pretexto de esta violencia es la muerte de un joven de origen argelino a manos de la Policía cuando huía de ellos en coche , concretamente un Mercedes clase A, persecución en la que este joven saltó un paso de cebra poniendo en peligro a los la vida de un transeúnte y de un ciclista , por lo que la Policía acabó disparándole cuando, al intentar detenerle, pusieron en peligro la vida de dos agentes .
La extrema izquierda aprovecha la oportunidad para incendiar Francia
En el párrafo anterior me he referido a esa muerte como pretexto y no como causa de estos disturbios. Y es que a la protesta por esta muerte se ha sumado el partido de extrema izquierda La France Insoumise , que ha visto en estos hechos una excusa para intentar desestabilizar la democracia francesa , siguiendo los pasos de los comunistas que protagonizaron los famosos disturbios de mayo de 1968 en París. Y es que la extrema izquierda necesita de la inestabilidad para crecer , porque en condiciones normales no es capaz de hacerlo. Baste recordar que en las últimas elecciones europeas, en 2019, ese partido solo consiguió 5 de los 79 escaños asignados a Francia en el Parlamento Europeo. En el Senado francés no tiene un solo senador.
Las pocas reacciones a los crímenes cometidos por inmigrantes
La reacción ante la muerte de ese joven argelino contrasta con las pocas reacciones ante otras muertes. En octubre, una niña de 12 años fue torturada, violada y asesinada por una mujer argelina en Francia , un crimen que reabrió el debate sobre los riesgos de la inmigración masiva. Hace unas semanas, un refugiado sirio apuñaló a varios niños y adultos en ese país . Como en el caso de la niña que fue violada y asesinada, no se rompió un solo bote de basura en las pocas manifestaciones de rechazo al crimen .
Sorprende la desigual reacción ante estos crímenes y ante la muerte del joven argelino . Es como si la extrema izquierda nos estuviera transmitiendo la idea de que la vida de esa niña violada y asesinada o de esos niños apuñalados vale menos que la de ese joven argelino. Lo que no sorprende es que algunos solo buscaban un pretexto para desatar su sed de violencia. Una sed que en el caso de la extrema izquierda parece insaciable.
El modelo social promovido por socialistas y centristas en Francia
Hay que decir, eso sí, que aunque la extrema izquierda ha encendido la mecha de esta ola de violencia, los ingredientes para que Francia arda los han puesto otros , en concreto la izquierda socialista -incluido el actual presidente, Macron- y el centrismo. , actualmente representado por Les Républicains y antes por la Union pour un Mouvement Populaire, ambos socios del Partido Popular Europeo.
Socialistas y centristas han coincidido en convertir a Francia en la panacea del modelo social progresista: políticas antinatalistas que conducen al suicidio demográfico; la inmigración masiva para compensar la falta de niños, guetizando barrios enteros y creando problemas de seguridad; desintegración de la familia, adoctrinamiento sexual en las escuelas y educación en contravalores; estigmatización del cristianismo y de valores tradicionales como el patriotismo, la lealtad y el respeto a la autoridad; el multiculturalismo (la idea de que todas las culturas son comparables y, por lo tanto, no se debe hacer ningún esfuerzo por integrar a los que vienen de fuera); etc.
Un modelo que los progresistas franceses quieren imponer en Polonia
La clase política francesa no se ha conformado con impulsar este nuevo modelo social en su país, sino que se ha dedicado a exportarlo e imponerlo al resto de Europa , utilizando su posición de liderazgo en las instituciones europeas -junto con Alemania- para perseguir un país como Polonia, con un gobierno conservador , pisoteando su soberanía nacional por resistirse a estas imposiciones. Una forma de tratar a una nación independiente que recuerda peligrosamente a la forma en que la Unión Soviética trataba a sus países satélites.
Los europeos deben reflexionar sobre qué modelo quieren apoyar
Lo que está pasando ahora no es algo aislado. Desde hace años Francia arrastra serios problemas por insistir en este modelo social progresista. Los ciudadanos franceses sufren las consecuencias de este modelo en la calle , con una creciente inseguridad derivada de la inmigración masiva y sin hacer ningún esfuerzo por integrarse en las costumbres europeas. Esto es lo que ha provocado el surgimiento en Francia de una derecha conservadora que niega este modelo. Es el mismo fenómeno que se está produciendo en otros países europeos y por la misma razón.
Los europeos debemos reflexionar sobre qué modelo social queremos apoyar. El modelo social progresista es el que está incendiando Francia , sin que sus promotores hagan la más mínima autocrítica sobre su responsabilidad en estos hechos. Mientras tanto, la calma reina en la Polonia conservadora , al mismo tiempo que la izquierda y los centristas intentan convencer al resto de europeos de que el modelo correcto es el francés y no el polaco. Es más: políticos y medios progresistas intentan convencernos de que el modelo peligroso no es el de Francia, sino el de Polonia , simplemente porque contradice sus dogmas ideológicos, dogmas que parecen inmunes al contraste con la realidad e indiferentes al desastre que están provocando.
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Foto: Gonzalo Fuentes / Reuters.
The progressive social model burns France but they stigmatize the conservative Poland