Cuando el cosmos tenía menos de una décima parte de su edad actual, los eventos parecían desarrollarse cinco veces más lento, como ya predijo Einstein. Así lo revela un análisis de casi 200 cuásares observados durante dos décadas.
Cuásar es el acrónimo de ‘fuente de radio cuasiestelar’ (en inglés: quasi-stellar radio source), que se forma cuando el agujero negro en el centro de una galaxia temprana comienza a «engullir» toda la materia a su alrededor, generándose una radiación muy intensa.
Ahora un estudio de estos objetos ha permitido determinar que el universo era cinco veces más lento que en la actualidad poco después del Big Bang, lo que confirma que parece acelerarse a medida que se expande. El estudio se publica en la revista Nature Astronomy.
Se han usado 190 cuásares como referencia para apreciar la mayor lentitud del universo en sus inicios, corroborando el concepto de dilatación del tiempo de la teoría de la relatividad de Einstein
Los autores son el astrónomo Geraint Lewis de la Universidad de Sídney (Australia) y el astroestadístico Brendon Brewer de la Universidad de Auckland (Nueva Zelanda).
Juntos utilizaron 190 cuásares, cuerpos celestes de pequeño tamaño y gran luminosidad, como referencia temporal para apreciar la mayor lentitud del universo en sus inicios, corroborando el concepto de dilatación del tiempo de la teoría de la relatividad de Albert Einstein.
Este fenómeno ya se había comprobado anteriormente, si bien con menos antigüedad, mediante la observación de supernovas (explosiones estelares), cuyo brillo también viaja a través del universo.
Estudiar el «tictac» de los cuásares
Lewis y Brewer examinaron casi dos centenares de cuásares observados durante dos décadas, lo que posibilitó estandarizar el «tictac» de cada uno, revelando «la influencia de la expansión del espacio», según el estudio.
«Mirando hacia atrás, a una época en la que el universo tenía poco más de mil millones de años, vemos que el tiempo parece fluir cinco veces más lento», afirma Lewis.
Mirando hacia atrás, a una época en la que el universo tenía poco más de mil millones de años, vemos que el tiempo parece fluir cinco veces más lento
«Si estuviéramos allí, en ese universo infantil, un segundo parecería un segundo, pero desde nuestra posición, más de 12.000 millones de años en el futuro, ese tiempo temprano parece retrasarse«, agrega.
Estos resultados ratifican aún más la imagen de Einstein de un universo en expansión y por primera vez identifican la dilatación del tiempo en una época muy temprana, según los autores.
Además, demuestran que «los cuásares también pueden usarse como marcadores estándar de tiempo para el universo primitivo», junto con otros objetos cosmológicos.
Referencia:
Geraint F. Lewis y Brendon J. Brewer. “Detection of the cosmological time dilation of high-redshift quasars”. Nature Astronomy, 2023