Controlar la fiscalia, controlar las encuestas, controlar la justicia, controlar las redes, controlar las noticias, controlar a los periodistas… Parece que la izda se ha pasado al fascismo y quiere instaurar regímenes dictatoriales, donde todo lo que no le guste, se califique de reaccionario y se persiga hasta su extinción.
Dónde están los tiempos de la libertad de expresión, pluralidad de opiniones, sociedad abiertas donde se debatía con el ánimo de pensar no de asesinar al otro. ¿ Dónde quedaron Carrillo y Fraga, que fueron capaces de hablar y llegar a acuerdos?
Parece que la política consiste en prometer dinero y dinero que luego nunca llega a cambio de poltronas. El ejemplo de Chaves y Griñan ha tenido descendencia.
No me gusta esta forma de hacer política. me gustaba Julio Anguita y su incansable debate de ideas escritas previamente en un programa, no adaptadas y cambiadas según convenga al momento.
Estoy cansado de «los cambios de parecer», del cinismo, de la falta de ética, moralidad….Parece que hasta la propia Yolanda se dió cuenta de la repercusión de su «idea» y la han retirado, diciendo que fue un error de impresión. De nuevo el cinismo.
Los españoles deberíamos tener vacaciones de políticos en nuestras vacaciones de verano.
maestroviejo
Teóricamente, una de las funciones del periodismo debería ser vigilar la acción del poder político para denunciar los abusos que comete.
El partido de Yolanda Díaz apoya a una brutal dictadura y ningún medio informa sobre ello
El negacionismo de una ministra del Gobierno de España: «el comunismo es la democracia»
Un nuevo intento de amedrentar a los periodistas independientes
Hace ya tiempo que el gobierno de Pedro Sánchez dedica enormes cantidades de dinero público a ganarse el favor de los medios, para que olviden su función de vigilancia y se dediquen a ser meros altavoces del poder político. Pero como sigue habiendo medios independientes que no se pliegan a ello, la vicepresidenta Yolanda Díaz, militante del Partido Comunista de España (PCE) y candidata de la coalición Sumar, ha tenido una nueva idea para amedrentar a los periodistas díscolos.
Según ha comunicado esta tarde la agencia Europa Press, la coalición de Yolanda Díaz propone expulsar «de la carrera periodística» a los informadores que «manipulen y desinformen». La información también señala que Díaz se propone acabar «con las informaciones falsas», contemplando «graves sanciones» para los que las publiquen.
Una propuesta que viola el Artículo 20 de la Constitución Española
Algunos estarán encantados escuchando esas ocurrencias, pero tal vez no se dan cuenta de sus implicaciones. En un país democrático, los encargados de frenar los abusos a la libertad de información son los jueces, y no los políticos. En una democracia es el Poder Judicial el que debe sancionar los abusos de cualquier derecho fundamental, y por si Yolanda Díaz lo desconoce, la libertad de información es un derecho fundamental recogido por el Artículo 20 de la Constitución, que protege el derecho a «expresar y difundir libremente los pensamientos, ideas y opiniones mediante la palabra, el escrito o cualquier otro medio de reproducción» y a «comunicar o recibir libremente información veraz por cualquier medio de difusión», añadiendo: «El ejercicio de estos derechos no puede restringirse mediante ningún tipo de censura previa«.
El partido de Yolanda Díaz debe creer que la Constitución está para saltársela, porque Sumar no se conforma con la censura previa, sino que quiere impedir informar a ciertos periodistas, como si para poder ejercer el derecho a la información en España hubiese que obtener una licencia otorgada, casualmente, por los mismos que están interesados en que los medios no les critiquen. Lo que Yolanda Díaz propone recuerda mucho al «Ministerio de la Verdad» de la novela «1984» de George Orwell, ambientada en un régimen totalitario que sometía a un estricto control a todos los ciudadanos, periodistas incluidos.
El partido de Yolanda Díaz apoya abiertamente a la dictadura comunista cubana
Cuando alguien propone que el poder político pueda calificar lo que es «manipulación» o «desinformación», siendo ese poder una parte históricamente interesada en limitar el ejercicio de la libertad de información, lo que propone se parece mucho más a lo que hay en una dictadura que a una democracia. Una dictadura es el tipo de régimen en la que el poder político establece qué medios pueden informar y de lo que pueden informar. Díaz es comunista y su partido, el PCE, apoya abiertamente a la dictadura comunista cubana, así que podemos imaginarnos cuál es su modelo ideal en lo que respecta al periodismo.
En 2021 Díaz afirmó que «el comunismo es la democracia»
Lo más revelador de la propuesta de Sumar es que la coalición de Díaz no propone nada parecido para los políticos, que son los que mienten con más frecuencia para intentar así obtener el apoyo de los electores. A algunos políticos les hemos visto mentir de una forma descarada y hasta obscena. Una de las mentiras más brutales la dijo Yolanda Díaz, precisamente, en abril de 2021, cuando afirmó que «el comunismo es la democracia». Y eso haciendo referencia a un movimiento que es abiertamente totalitario y que ha instaurado más de medio centenar de dictaduras, entre ellas una que todavía existe en el país más poblado del mundo, la China comunista. Además, ese movimiento totalitario ha matado a más de 100 millones de seres humanos.
¿Qué sanción sugiere Yolanda Díaz que debería imponérsele a un periodista que hubiese mentido de forma tan descarada como lo hizo ella en esa declaración? ¿O acaso considera que era ella la que decía la verdad y que el que miente es el que diga lo contrario? Imaginemos por un momento lo que significaría que el derecho a la información en España estuviese sometido a los dictados de una comunista que opina que esa ideología totalitaria es democrática. ¿Con qué cara se queja alguien así de que haya periodistas que manipulan y desinforman?
Yolanda Díaz pide castigos por mentir para los periodistas pero no para los políticos
El problema no es que se castigue a los periodistas, o a cualquiera, por mentir o difundir información falsa. El problema es quién decide si lo que se dice es falso o no.
Tradicionalmente la izquierda, al menos en España y por sorprendente que resulte, siempre ha sido más fascista que la derecha. Y ahora más aún.
Franco quería hacernos buenos a la fuerza. Curiosamente la izquierda plantea exactamente lo mismo.