¿Qué es la mente según el budismo?

Al pensar en la mente es difícil saber bien a qué nos referimos. ¿Podemos identificar nuestra identidad personal con la mente? ¿Existe una unidad denominada mente? El budismo intenta responderlo.
¿Qué es la mente según el budismo?

El budismo es una de las tradiciones milenarias que más atención recibe en las últimas décadas. Uno de los conceptos intrigantes y distintivos es su concepción de la mente y su relación con la idea del yo.

A menudo, esta religión es conocida por sus prácticas de meditación y el potencial que estas presentan para calmar nuestro ser. La teoría de la mente, según el budismo, intenta ayudar a mejorar la comprensión sobre los fenómenos de la consciencia y el entendimiento de quiénes somos en realidad.

¿Existe la mente para el budismo?

El budismo no asocia la realidad de los estados mentales a un yo sustancial, independiente y perdurable. En cambio, el yo es comprendido como un conjunto de componentes en constante transformación. Los seres humanos son reducibles a una serie de elementos agregados que los conforman. Esta perspectiva es una idea central en la filosofía budista y se conoce como la doctrina del «no-yo».

Tanto el cuerpo como la mente forman parte de estos principios y constituyen los flujos de consciencia que en lo cotidiano llamamos «personas». Esto se entiende como la teoría de los cinco agregados y es fundamental para comprender la filosofía budista.


Los cinco agregados según el budismo

Los primeros textos budistas se encuentran escritos en Pali, una lengua cercana al sánscrito que se hablaba en las regiones donde habitó Sidartha Gautama, el buda histórico. En Pali, los agregados se conocen como Khandas y cada uno de ellos posee las siguientes características:

  1. Forma material (rūpa): este agregado se refiere a toda estructura material. Incluye tanto a nuestros cuerpos como a los objetos físicos que percibimos a través de los sentidos.
  2. Sensación (vedanā): alude a toda sensación que surja en nuestro cuerpo cuando percibimos algún objeto externo o cuando entramos en contacto con determinado pensamiento.
  3. Percepción (saññā): cuando experimentamos algo lo reconocemos y lo etiquetamos. Así como percibimos objetos y les damos un nombre, juzgamos las sensaciones en agradables, desagradables o neutras.
  4. Volición (sankhāra): una vez que identificamos una sensación, como agradable, desagradable o neutra, la mente tiende a generar una reacción de apego o aversión a dicho estímulo.
  5. Consciencia (viññāna): este aspecto se relaciona con la consciencia pura o la capacidad de estar consciente de algo. Existen 6 tipos de viññāna, uno por cada sentido (tacto, gusto, oído, vista, olfato) a los que se le suma la mente.

Budismo y mindfulness

Para lograr investigar la naturaleza de la consciencia, las tradiciones budistas apelan a la experiencia subjetiva. Sin embargo, concentrarnos en la forma en la que surgen y desaparecen los distintos fenómenos mentales, implica tener una mente calma.

De acuerdo con un artículo de Sage Openel modelo de la mente budista ayuda a la práctica de la meditación y el mindfulness,al identificar los distintos fenómenos que se dan en la consciencia. Por su parte, una mente serena logra captar de manera clara la dinámica de los agregados mentales antes señalados.

Esto explica la importancia de la atención plena o mindfulness para el budismo. Tanto la teoría de la mente como la práctica se retroalimentan. Por su parte, existen amplios estudios sobre la ayuda de estos ejercicios aquietando los pensamientos, desarrollando mayor concentración y reduciendo los niveles de ansiedad, reseña Journal of Psychosomatic Research.

Observación de la mente y liberación

Es importante notar que los cinco agregados son considerados transitorios e interdependientes, lo que significa que están en constante cambio y dependen unos de otros para existir.

Una de las enseñanzas fundamentales del budismo es que el sufrimiento surge de apegarse a estos agregados como si fueran permanentes o como si constituyeran un «yo» sólido e independiente.

Por lo tanto, una parte importante de la práctica budista es aprender a ver y entender estos cinco agregados de manera clara, para liberarse del apego y del sufrimiento. Este es el objetivo principal de la práctica de la atención plena.

La mente en el budismo y en la filosofía occidental

Existe un punto de convergencia entre el budismo y ciertos pensadores de la filosofía occidental, en cuanto a la idea de un yo transitorio. Algunos filósofos como David Hume y Derek Parfit, cuestionan la noción de una identidad personal constante, argumentado que el yo está compuesto de elementos en constante cambio.

Estos pensadores plantearon ideas similares a la doctrina budista del «no-yo», al sugerir que la identidad personal no es una entidad fija y duradera, sino una construcción fluida y cambiante. Esta coincidencia en las ideas muestra cómo diferentes tradiciones filosóficas llegan a perspectivas similares sobre la naturaleza de la mente y la identidad.


El budismo sobre la mente y la noción del yo

Como vimos, el budismo plantea una concepción de la mente muy distinta a la que estamos acostumbrados a suponer. Esto desafía nuestras intuiciones más cotidianas sobre la noción del yo.

La propuesta de este complejo modelo de la mente se completa con la invitación a la práctica de atención plena, para observar con claridad el surgimiento de los fenómenos de la consciencia y su interdependencia.

https://lamenteesmaravillosa.com/que-es-la-mente-segun-el-budismo/

Deja un comentario

Este sitio usa Akismet para reducir el spam. Aprende cómo se procesan los datos de tus comentarios.