Los satélites Starlink de SpaceX están emitiendo radiación electromagnética, confirman los científicos

Elon Musk no solo ha roto funciones de Twitter, también está arruinando las observaciones radioastronómicas.

Representación artística de una gran constelación de satélites en órbita terrestre baja dando vueltas sobre el telescopio LOFAR. Crédito: Daniel Futselaar (artsource.nl).

Las constelaciones de satélites que pululan por los cielos orbitales de la Tierra están actualmente contaminando las bandas de longitud de onda que se supone que están protegidas para la radioastronomía.

Según una nueva investigación, la electrónica a bordo de los satélites Starlink de SpaceX está «filtrando» ondas de radio de baja frecuencia, separadas de sus bandas de enlace descendente asignadas, de una manera que podría afectar nuestra capacidad para realizar astronomía.

«Este estudio representa el último esfuerzo para comprender mejor el impacto de las constelaciones de satélites en la radioastronomía», dijo el ingeniero Federico Di Vruno del Observatorio SKA y la Unión Astronómica Internacional. «Talleres anteriores sobre Dark and Quiet Skies teorizaron sobre esta radiación, nuestras observaciones confirman que es medible».

Conforme los cielos de la Tierra se llenan más, el efecto que tienen los satélites en nuestro estudio del espacio se vuelve cada vez más preocupante. Actualmente, SpaceX tiene un estimado de 4.365 de sus pequeños satélites de Internet en órbita terrestre, con miles más planeados. Y no son la única empresa. OneWeb tiene más de 600. Amazon planea lanzar miles más a partir de 2024.

Problema para la radioastronomía

SpaceX ha escuchado las preocupaciones sobre la contaminación de la luz visible en el pasado, y por eso diseñó un nuevo satélite más tenue. Pero las longitudes de onda visibles solo representan un tipo de astronomía basada en la Tierra. La otra rama —posiblemente mucho más grande— es la radioastronomía, y aquí radica lo que podría ser un problema.

Las frecuencias de radio entre 10.7 y 12.7 gigahercios son utilizadas por los satélites para el enlace descendente de comunicaciones, al menos en Europa; los investigadores ya han expresado su preocupación al respecto.

Pero los científicos pensaron que los satélites podrían estar emitiendo ondas de radio no deseadas fuera de esa banda. Esto es lo que Di Vruno y sus colegas buscaron investigar.

Utilizaron el LOw Frequency ARray (LOFAR) en Europa, una red que comprende alrededor de 20.000 antenas de radio distribuidas en 52 ubicaciones. Con este nivel de sensibilidad observaron 68 satélites pertenecientes a la constelación Starlink. Y, efectivamente, detectaron una fuga electromagnética.

«Con LOFAR, detectamos radiación entre 110 y 188 MHz de 47 de los 68 satélites observados», informó el astrónomo Cees Bassa de ASTRON, el Instituto Holandés de Radioastronomía. «Este rango de frecuencia incluye una banda protegida entre 150.05 y 153 MHz asignada específicamente a la radioastronomía por la Unión Internacional de Telecomunicaciones».

Detección de radiación electromagnética procedente de satélites Starlink con el radiotelescopio LOFAR. Los círculos de azul a amarillo muestran los píxeles de la cámara de radio sintética, que forman una cuadrícula hexagonal en el cielo. Los círculos azules representan una señal débil, los círculos amarillos una fuerte. El satélite provocó una señal en los píxeles a lo largo de la pista. Las posiciones del satélite en el cielo coincidían perfectamente con los píxeles. Crédito: UAI/CPS.

Esta emisión parece no ser intencional, ya que proviene de la electrónica de los satélites. Tampoco está rompiendo ninguna regla. Aquí en la Tierra, la Comisión Electrotécnica Internacional impone estrictas restricciones a los dispositivos eléctricos para controlar la interferencia electromagnética, pero esas reglas no se aplican en el espacio.

El efecto es relativamente pequeño, hasta ahora. Pero no siempre será necesariamente así. Cuantos más satélites emitan esta señal de radio no intencional, más brillante se volverá.

Solución temprana

Sin embargo, ya se está trabajando en una solución. Los investigadores se han puesto en contacto con SpaceX, que está trabajando en formas de reducir o eliminar esta fuga involuntaria. Y aunque ya hay miles de artefactos allí arriba, en realidad solo estamos al comienzo de la tecnología de constelaciones de satélites.

Esto hace que la fuga de radio satelital sea un problema que se detectó relativamente temprano. Los diseños futuros se pueden ajustar en consecuencia mientras los reguladores trabajan para llenar el vacío inesperado en las reglas oficiales.

«El presente estudio destaca un ejemplo de los diversos canales de cómo el desarrollo tecnológico puede tener efectos secundarios imprevistos en la astronomía», sentenció el astrónomo Michael Kramer del Instituto Max Planck de Radioastronomía y la Sociedad Astronómica de Alemania. «Con SpaceX dando ejemplo, ahora esperamos un amplio apoyo de toda la industria satelital y los reguladores».

La investigación ha sido publicada en Astronomy & Astrophysics.

Fuente: MPIFR/SciAl. Edición: MP.

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