El humor es un concepto conocido por todos, pues forma parte de nuestro día a día. Nos reímos, contamos chistes y vemos cosas que nos parecen graciosas. Sin embargo, ¿qué se encuentra detrás de estas reacciones?
Al respecto, desde la antigüedad la filosofía ha producido interpretaciones sobre el acto de la risa. En este sentido, el humor ha sido visto de manera tanto positiva como negativa. Por ejemplo, en la antigua Grecia esta cualidad no era bien estimada. No obstante, a medida que fue pasando el tiempo esta visión fue cambiando.
Con la intención de que conozcas los principales postulados sobre este tema, en este artículo exploraremos cómo se ha interpretado el humor desde la filosofía, trayendo a colación las teorías y los filósofos más representativos.
3 teorías del humor desde la filosofía
La mayoría de los estudiosos de este tema coinciden en señalar que existen tres teorías filosóficas importantes sobre el humor. De este modo, Juan Carlos Siurana, profesor de Ética y Filosofía de la Universidad de Valencia, en su artículo Filosofía del humor: estado de la cuestión, sostiene que son las siguientes:
- teoría de la superioridad,
- teoría de la incongruencia,
- teoría de la liberación de la tensión.
Cada una de ellas tiene como exponentes a grandes filósofos, los cuales son Platón, Aristóteles y Henri Bergson.
Teoría de la superioridad: el humor según Platón
Según esta teoría, nos causa gracia el fracaso y los defectos del otro. En ese sentido, nos posicionamos en un estatus de superioridad en relación con nuestro objeto de burla. Debido a ello, Platón sostiene que es malo complacerse de las desgracias ajenas.
En un artículo de la revista Florentia Iliberritana, se señala que, en el diálogo Filebo, el filósofo define lo ridículo como la incapacidad del ser humano de conocerse a sí mismo. Por ende, alguien ridículo es el ignorante de sí. Esta ignorancia o incapacidad de observarse a sí mismo es lo que origina la risa, al encontrarse las torpezas o fallas en donde se supone debería estar la virtud.
Así las cosas, para Platón el humor pertenece a la categoría del mundo cotidiano e imperfecto, contrario al mundo ideal y justo, pues el acto de la risa vendría cargado de un aura de malicia ante el regocijo de las desgracias ajenas.
El punto medio del humor desde la filosofía aristotélica
Para Aristóteles el ridículo es un elemento principal de la comedia. En ese sentido, para este pensador griego el humor adecuado se halla en un punto medio. Detrás de la concepción aristotélica del humor se puede apreciar la presencia de su ética. Esto es así porque, para el filósofo, la virtud por excelencia del ser humano es la prudencia. Y esta se logra alcanzando el punto medio entre dos extremos.
Si la mímesis aristotélica plantea, como característica de lo trágico, la imitación de los hombres superiores en lo normal, la comedia origina la imitación de hombres inferiores, es decir, personajes que carecen de virtud (Cifuentes Acuña, 2016).
La comedia, como hemos dicho, es una imitación de la gente que es peor que la media.
Si el extremo negativo es la ausencia de humor, es decir, aquellas personas rudas que no se ríen ni practican la gracia, entonces, el exceso sería la bufonería, o sea, aquel que ríe por todo y de todos en los momentos inadecuados. En consecuencia, según Aristóteles, el humor no es algo negativo en sí, sino que debe ser medido y adecuado a las circunstancias en las que nos encontremos.
Teoría de la incongruencia
Según esta teoría, el humor se sale de la norma y de lo esperado. Nos causan risa aquellas situaciones que nos sorprenden de forma repentina y sin esperarlo. En este aspecto, el sentido del humor se encuentra con dos elementos opuestos o dispares.
Al respecto, el filósofo Immanuel Kant sostiene una concepción particular del humor. Según él, al escuchar un chiste generamos expectativas sobre el mismo. Ellas se desvanecen cuando la gracia termina. Esto genera un sentimiento de frustración para nuestra razón. Sin embargo, el humor produce un efecto de bienestar en nuestra fisiología humana, ya que anima nuestros órganos internos.
Teoría de la liberación de la tensión
Esta teoría sostiene que la risa nos proporciona un alivio para la tensión nerviosa o psíquica. Al respecto, un artículo de la revista Arbor interpreta a Bergson y Freud, dos pensadores que estudiaron la función social del humor. Según estos autores, los sentimientos y situaciones negativas se resuelven mediante la risa. El mecanismo es el siguiente:
- ruptura de la norma social,
- alivio mediante la risa,
- reaceptación de la norma,
- reintroducción al mundo social.
No obstante, hay que tomar en cuenta el aspecto subjetivo del humor o la risa. En este caso, lo que tiene gracia para unos puede que no la tenga para otros. Cuanto más profundo sea el quebrantamiento de la norma, el humor se volverá más brusco, lo que generará una intolerancia social.
El humor desde la filosofía de Henri Bergson
Este filósofo francés, en su libro titulado La risa, expone la función social del humor. Según este autor, la risa nos ayuda a alivianar la rigidez de nuestros comportamientos.
Además, la risa funciona como un castigo social hacia aquellos individuos que presentan una conducta maquinal y automatizada. Por ejemplo, pensemos en ciertas obras cómicas que buscan hacer reír mediante la actuación de movimientos robóticos.
Una lectura hipermoderna del libro de Bergson, realizada por Salvador Castro y publicada en la revista Areté, sostiene que alguien es objeto de risa cuando se encuentra desconectado de su entorno social y de sí mismo. En este sentido, una persona alienada por la cotidianeidad de la vida puede ser blanco de la risa de sus semejantes.
Dimensión ética del humor
En la Revista Internacional de Éticas Aplicadas se plantea que una ética del humor es posible si aprendemos a reír en los momentos oportunos y por los motivos correctos. El límite siempre será la ofensa hacia el otro. Es decir, en el momento en que despreciamos a los demás mediante el humor ya no estamos ante una ética del mismo.
De este modo, se define al sentido del humor como una capacidad de percibir lo cómico. Esta aptitud puede ser desarrollada por medio de la práctica. Así, el humor se convierte en una actitud ante la vida. Su objetivo es la armonía y el respeto a aquellos que nos rodean.
Por un humor con respeto
Tras esta exposición de conceptos sobre el humor desde la filosofía, se puede señalar que este tema ha sido de gran interés para grandes pensadores, quienes han intentado interpretar la manera en que este aspecto afecta nuestra vida y la forma de relacionarnos.
Independientemente de las evaluaciones que se puedan hacer sobre el tema, lo más seguro es que la risa y la gracia seguirán haciendo parte de nuestras interacciones. A fin de cuentas, estas nos permiten alcanzar cierto grado de felicidad.
En consecuencia, como se ha planteado en este texto, lo que siempre deberíamos tener presente es que el humor no debe implicar una agresión hacia alguien más. Su práctica debe tener como objetivo el respeto hacia cada persona.
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