Una investigación dirigida por la Universidad de Monash sobre el crecimiento de células cerebrales humanas en chips de silicio, con nuevas capacidades para transformar el aprendizaje automático, ha recibido una financiación de casi 600.000 dólares australianos.
Crédito: MysteryPlanet.com.ar.
El nuevo programa de investigación, dirigido por el profesor asociado Adeel Razi, del Instituto Turner para la Salud Mental y Cerebral, en colaboración con la empresa emergente de Melbourne, Cortical Labs, implica cultivar alrededor de 800.000 células cerebrales que viven en un plato, a las que luego se les «enseña» a realizar tareas dirigidas a objetivos.
El año pasado, la capacidad de las células cerebrales para realizar un simple juego de computadora similar al tenis, Pong, recibió atención mundial por la investigación del equipo.
Según Razi, el trabajo que utiliza células cerebrales cultivadas en laboratorio incrustadas en chips de silicio, «combina los campos de la inteligencia artificial y la biología sintética para crear plataformas informáticas biológicas programables».
«Esta nueva capacidad tecnológica en el futuro puede eventualmente superar el rendimiento del hardware existente, puramente basado en silicio», dijo. «Los resultados de la investigación tendrían implicaciones significativas en múltiples campos, como —entre otras— planificación, robótica, automatización avanzada, interfaces cerebro-máquina y descubrimiento de fármacos, lo que le daría a Australia una ventaja estratégica significativa».
El proyecto obtuvo fondos del prestigioso organismo de subvenciones australiano porque la nueva generación de aplicaciones de aprendizaje automático, como automóviles y camiones autónomos, drones autónomos, robots de entrega, y dispositivos portátiles inteligentes, «requerirá un nuevo tipo de inteligencia artificial que sea capaz de aprender a lo largo de su vida».
Este «aprendizaje continuo a lo largo de la vida» significa que las máquinas pueden adquirir nuevas habilidades sin comprometer las antiguas, adaptarse a los cambios y aplicar el conocimiento aprendido previamente a nuevas tareas, todo mientras conservan recursos limitados como potencia de cómputo, memoria y energía. La IA actual no puede hacer esto y sufre de un «olvido catastrófico».
Por el contrario, los cerebros sobresalen en el aprendizaje continuo durante toda la vida.
El objetivo del ambicioso proyecto es cultivar células cerebrales humanas en un plato de laboratorio, llamado sistema DishBrain, para comprender los diversos mecanismos biológicos que subyacen al aprendizaje continuo a lo largo de la vida.
«Utilizaremos esta subvención para desarrollar mejores máquinas de IA que repliquen la capacidad de aprendizaje de estas redes neuronales biológicas. Esto nos ayudará a ampliar la capacidad del hardware y los métodos hasta el punto en que se conviertan en un reemplazo viable para la computación in silico», concluyó el profesor asociado Razi.
Fuente: Monash. Edición: MP.
Científicos están trabajando en la fusión de inteligencia artificial con células cerebrales humanas