Cuando los policías irrumpieron en la redacción de un periódico local de Kansas, en Estados Unidos, y registraron los domicilios de sus periodistas, es probable que no tuvieran en mente la repetitiva afirmación de Donald Trump –durante la campaña electoral y también durante su mandato presidencial. – de que los medios de comunicación estadounidenses son “el enemigo del pueblo”.
La copropietaria del semanario comparó la redada con “las tácticas de Hitler”. La mujer, de 98 años, murió un día más tarde tras verso sometida a «un estrés más allá de sus límites», según informó el periódico.
De acuerdo con los expertos, este episodio, así como otros ataques recientes contra periodistas y medios de comunicación a lo largo y ancho de Estados Unidos, están directamente relacionados con la hostilidad alimentada por el expresidente y sus seguidores.
«Sin lugar a dudas, la hostilidad contra los medios de comunicación ha ido en aumento, alimentada por los discursos de políticos y cargos públicos, que luego contagian a los niveles inferiores de la Administración, incluidos los departamentos de Policía, y derivan en situaciones como la que se ha vivido en Kansas», dice Seth Stern, director de Defensa de la Fundación para la Libertad de Prensa.
“Es difícil poder afirmar que cada incidente aislado forma parte de esta tendencia, pero lo cierto es que cuando estas actitudes se generalizan en la sociedad, incluso entre las fuerzas del orden, y cuando el público se cree algunas de estas ideas y los medios ya. no son los guardianes del poder político, surge el problema», añade.
La redada en el Marion County Record, supuestamente a instancias de un poderoso lugareño propietario de un restaurante que quería ocultar una condena por conducir ebrio, es el último episodio de una preocupante ola de casos de amenazas, intimidación y violencia contra periodistas en EEUU.
En junio, tres hombres de New Hampshire fueron acusados de acosar e intimidar a dos periodistas de la emisora de radio pública National Public Radio (NPR) y de causar destrozos en las casas de sus familias. En el condado de McCurtain, en Oklahoma, un periodista local tuvo una conversación entre el sheriff y varios funcionarios sobre la conveniencia de ejecutar a periodistas.
También se han producido ataques con muertos. El año pasado Jeff German, periodista de investigación del diario Las Vegas Review-Journal, fue asesinado a puñaladas en la entrada de su casa presuntamente a manos de un cargo público cuyas irregularidades había denunciado.
El asesinato guarda similitudes con la masacre del periódico Capital Gazette en Annapolis, Maryland, en 2018. En este caso, un hombre armado entró en el rotativo con la intención de matar a tantos periodistas como fuera posible y acabó con la vida de cinco.
La base de datos independiente US Press Freedom Tracker sobre libertad de prensa ha registrado casi 1.750 «incidentes» desde 2017, incluidos cientos de acciones contra los medios de comunicación por parte de las fuerzas del orden, políticos o ciudadanos.
Los incidentes coinciden con la crisis de los medios de comunicación y el cierre de muchos medios locales o, tal vez, son un reflejo de esta situación. Los periódicos locales cierran a un ritmo de dos por semana y eso ha dado pie a vastos «desiertos informativos» en todo el país que, a su vez, debilitan la democracia porque los cargos públicos ya no están sujetos a escrutinio y no tienen que rendir. cuentas.
«En el pasado, con independencia de lo que pensaran sobre los medios de comunicación nacionales, la mayoría de los ciudadanos leían periódicos locales, confiaban en una fuente cercana para saber lo que ocurría en sus propias comunidades. Cuando pensaban en periodistas, pensaban en los periodistas del rotativo local», explica Stern.
«Ahora muchos de periódicos esoss locales han quebrado o han quedado sumamente debilitados, por lo que la confianza que la gente solía depositar en los medios, basada en el hecho de que leían el periódico local, ha desaparecido. La gente sigue el bucle de las noticias por cable y reacciona ante los comentarios o noticias que más les ofenden, y su opinión sobre el periodismo, tanto de su valor como de su trabajo, se basa en esta experiencia», describe.
«Si la situación de los medios de comunicación locales fuera más sólida, no necesariamente se podría contrarrestar de todo el discurso de odio de los políticos, pero la situación mejoraría considerablemente», añade Stern.
Katherine Jacobsen, coordinadora del programa para EEUU y Canadá del Comité para la Protección de los Periodistas (CPJ), con sede en Nueva York, también ve una promoción entre la hostilidad contra los medios de comunicación alimentados por Trump y otros, y el «muy preocupante» aumento de las agresiones contra la prensa.
En declaraciones al periódico británico The Guardian desde Marion, Kansas, donde ha estado apoyando al equipo del Marion County Record en la gestión de las consecuencias de la redada, Jacobsen ha calificado la acción policial de «flagrante violación del proceso judicial».
«Todavía no está claro exactamente por qué la Policía local se sintió tan envalentonada para llevar a cabo un registro tan exhaustivo del periódico de la ciudad, [pero] parte de ello es, por supuesto, el discurso del odio que ha calado en todo el país y la politización de los medios de comunicación, que crea una especie de permisividad para que las autoridades se sientan empoderadas para perseguir a los periodistas locales oa los periodistas en general”, señala.
«Pero hay que matizar, no siempre se trata de una cuestión política. A veces, los funcionarios locales que quieren salirse con la suya se sienten capaces de pasar por encima de los precedentes judiciales y de las garantías de la libertad de prensa», indica Jacobsen, que se muestra esperanzada por el apoyo que ha recibido el periódico a través de correos electrónicos, llamadas telefónicas y un aumento de las suscripciones.
«Los ciudadanos han tomado conciencia de la importancia de un periódico local y de contar con periodistas locales que están en la comunidad, sobre el terreno, que comprenden y piden responsabilidades a los poderosos», afirma.
«Parece una afirmación muy simplona, pero hay que apoyar a los medios de comunicación locales. Los ciudadanos de Estados Unidos y de todo el mundo deben reflexionar sobre la labor de los medios de comunicación locales y reconocer la importancia del trabajo de los periodistas. Tienen salarios cada vez más bajos, trabajan cada vez más horas, a estos medios les falta personal ya veces el panorama es desolador», lamenta Jacobsen.
«Es importante reconocer la labor de los periodistas locales y el papel vital que desempeñan para garantizar que nuestra democracia siga siendo fuerte», concluye.
John Daniszewski, vicepresidente y redactor jefe de estándares de la agencia de noticias Associated Press, organizó hace dos años en calidad de copresidente del Comité para América del Norte del Instituto Internacional de Prensa una asamblea pública sobre el aumento de la violencia contra los periodistas en EEUU. tras el asalto al Capitolio del 6 de enero de 2021.
Asegura que desde entonces ha constatado que la hostilidad ha ido en aumento: «Lamentablemente existe un clima y un ambiente que empodera a determinadas personas a emprender acciones extremas contra la prensa. Todavía es marginal, pero el discurso del expresidente Trump de que los medios de comunicación son el enemigo del pueblo es utilizado desde hace décadas por los gobiernos autoritarios».
«Mucha gente, especialmente en los extremos, personas con actitudes extremas y consumidos por la ira, se han creído esta afirmación y sienten que los periodistas son blancos fáciles. Nosotros, como periodistas, tenemos que denunciar estos incidentes y decir que la libertad de prensa es tu libertad, tu vehículo para acceder a la información y exigir responsabilidades a los funcionarios», explica Daniszewski.
A pesar de todo, sigue siendo optimista, dice: «No sé cómo ni cuándo se recuperará nuestro país de esta terrible polarización, pero espero que suceda. Ha habido otros periodos en la historia en los que los medios de comunicación han sido vilipendiados y atacados y al final el péndulo ha vuelto a oscilar a favor de la libertad de prensa».
Traducción de Emma Reverter.
https://www.eldiario.es/internacional/theguardian/polemica-redada-periodico-kansas-efectos-declive-prensa-local-eeuu_1_10456532.html