La República Democrática del Congo atraviesa actualmente un período de revisión de sus contratos mineros, en un intento por recuperar el control de sus minas de cobre y cobalto, que son operadas principalmente por empresas extranjeras.
Forma parte de una tendencia en la que los países expoliados, especialmente en los africanos, quieren aprovechar mejor sus riquezas naturales y garantizar un desarrollo más equitativo para sus habitantes.
Una de las empresas en el punto de mira es Eurasian Resources Group (ERG). Recientemente, la empresa pública Gecamines, apoyada por el gobierno congoleño, expresó su deseo de hacerse cargo de parte de los permisos de explotación de cobre y cobalto en poder de ERG, a la que acusa de no materializar las inversiones necesarias.
Este renovado interés en el control de los depósitos minerales se explica en parte por su creciente uso en la producción de baterías para vehículos eléctricos. Dado que la República Democrática del Congo proporciona alrededor del 75 por cien del cobalto del mundo, el valor de estos minerales nunca ha sido tan alto.
Sin embargo, la historia del expolio del Congo por las empresas mineras siempre ha sido dramático. El gobierno congoleño ha recordado a ERG sus promesas de inversión, que no se han cumplido, según el gobierno de Kinshasa.
ERG respondió mencionando sus planes de invertir 2.000 millones de dólares en la República Democrática del Congo en los próximos años. Es una empresa minera de Kazajstán y un importante productor de cobalto con docenas de permisos de exploración y minería en el Congo.
El gobierno congoleño sigue empeñado en reevaluar y, si es necesario, redefinir sus relaciones con las empresas mineras extranjeras. La mayor parte del cobalto y el cobre se extraen de la provincia de Katanga, donde las empresas mineras promovieron en 1960 una guerra para lograr su “independencia”, que costó la vida a Patrice Lumumba y el secretario general de la ONU, Dag Hammarskjöld.
El uranio con el que se fabricaron las dos bombas atómicas lanzadas en 1945 contra Hiroshima y Nasaki se extrajo de Katanga. Finalmente, la provincia, con una extensión territorial del tamaño de España, fue dividida a su vez en cuatro provincias.
Congo quiere recuperar el control de las minas en manos de empresas extranjeras