Me mandan un vídeo en que alguien, no sé quién, alerta de lo que está pasando en Ceuta y Melilla: oleadas y más oleadas de subsaharianos que Marruecos deja pasar para dirigirlos hacia las dos ciudades españolas.
Apenas hay mujeres, niños ni personas mayores, son prácticamente todos jóvenes entre 18 y 30 años, en edad militar, un verdadero ejército “desarmado”, como el de la marcha verde. Según él, están llegando además todas las noches vuelos a Murcia trayendo mujeres musulmanas que luego se distribuyen por la zona.
Otro política denuncia la llegada a Levante de gran número de argelinos, muchos de ellos delincuentes, que hacen pensar que Argelia está vaciando cárceles por ese medio. La Triple M, desde luego, silencia estas cosas, impide que la población española se informe, contradiciendo su misión democrática, constitucional y deontológica.
Marruecos nunca ha disimulado su hostilidad a España. Empezó invadiendo el Sahara ex español con protección de Usa, ha ampliado arbitrariamente sus aguas perjudicando la economía sobre todo de Canarias, y aspira sin ningún disimulo a ocupar Ceuta y Melilla, tal vez también las Canarias, hacia donde encauza un flujo emigratorio como en las ciudades citadas. Se trata de una estrategia a largo plazo, que va logrando sus objetivos. El autor del vídeo dice que Ceuta y Melilla son la frontera de Europa. No es cierto, lo son solo de España. Para “Europa”, es decir, la UE, como para la OTAN, Ceuta y Melilla son ciudades que deben pertenecer a Marruecos.
La “democracia” marroquí protegida por la OTAN y por la UE, que nos fuerza a enriquecer a Marruecos a costa de intereses españoles, sabe aprovechar los momentos de mayor debilidad política de España, como cuando la “marcha verde” sobre el Sahara. Y ahora España padece un momento singularmente débil, con un gobierno fomentador de las tensiones disgregadoras internas y favorable a los intereses marroquíes, posiblemente controlado por el propio espionaje de Rabat. Por otra parte su “opositor” Feijóo sigue la misma política interna y con respecto a Marruecos, a cuya “amistad” da la mayor importancia.
Desde hace muchos años, y con apoyo de los gobiernos PP-PSOE, Marruecos viene fomentando la emigración musulmana a Ceuta, Melilla y la península. Esa emigración recuerda a Al Ándalus, no va a integrarse, salvo casos particulares, y tiende a convertirse en una verdadera quinta columna contra la integridad y la cultura españolas. Saquen ustedes las conclusiones.
Marruecos, enemigo de España y amigo para los gobiernos españoles