El pranayama es una antigua práctica de control de la respiración que forma parte integral del yoga, un sistema filosófico y espiritual originario de la India. La palabra «pranayama» se deriva del sánscrito «prana» que significa «fuerza vital» o «energía vital,» y «yama» que significa «control» o «regulación.» Juntas, estas palabras implican la regulación y el control de la energía vital a través de técnicas respiratorias específicas. Esta práctica busca armonizar el cuerpo, la mente y el espíritu, y es considerada como una forma de preparación para estados más profundos de meditación. Con raíces en textos milenarios como el Yogasutra de Patanjali, el pranayama ha sido practicado y enseñado por yogis y maestros espirituales durante miles de años como una herramienta para mejorar la salud física y mental, así como para alcanzar un estado elevado de consciencia.
Grandes maestros contemporáneos del yoga como Iyengar y Shivananda enfatizan la importancia del pranayama como un puente entre lo físico y lo espiritual. Ambos describen el Pranayama como una «ciencia» y como una parte integral del ashtanga yoga, que se traduce en un control más profundo de la mente y del cuerpo.
Iyengar describe la práctica como crucial para la autorrealización, mientras que Shivananda añade que el control de la respiración conduce al control de las corrientes vitales internas. Ambos maestros presentan tipos específicos de respiración involucrados en el Pranayama: «puraka» para la inhalación, «rechaka» para la exhalación y «kumbhaka» para la retención del aliento.
Según textos antiguos y modernos, los beneficios del pranayama son numerosos y variados, abarcando tanto lo físico como lo espiritual. Tirumular, un maestro del siglo I d.C., escribió que el control de la respiración purifica nuestros canales de energía sutil (nadi) y contribuye al despertar y la integración de nuestro ser auténtico. Además, en el ámbito espiritual, se afirma que el pranayama puede otorgar poderes inusuales, como la levitación o la «habilidad de moverse a través del espacio».
En términos modernos, los estudios científicos han confirmado una serie de beneficios tangibles del pranayama, como el fortalecimiento del diafragma, la tonificación de los órganos abdominales, el aumento de la capacidad pulmonar, la mejora del sistema inmunológico, y la mejora de la circulación sanguínea y la eliminación de gases residuales como el dióxido de carbono.
También se ha descubierto que el pranayama puede calmar la mente, lo que reduce el estrés y mejora la concentración, además de ser beneficioso para tratar el insomnio. Según uno de los estudios modernos, el pranayama «aumenta el tono parasimpático, disminuye la actividad simpática, mejora las funciones cardiovascular y respiratoria, disminuye el efecto del estrés y la tensión en el cuerpo y mejora la salud física y mental»
El pramayama se usado también para el tratamiento del trastorno de ansiedad y se ha encontrado que mejora las funciones autonómicas y pulmonares en pacientes con asma. El pranayama, con sus raíces en la tradición milenaria de la India, ha encontrado confirmación en las investigaciones modernas para sus múltiples beneficios tanto físicos como espirituales.
En el ámbito espiritual, el pranayama no solo permite el acceso a estados superiores de conciencia, sino que también facilita la conexión con el «yo» universal, cumpliendo con las antiguas enseñanzas de las Upanishads. En el ámbito físico, los beneficios van desde la mejora de la capacidad pulmonar y el fortalecimiento del sistema inmunológico hasta el alivio del estrés y la mejora de la concentración mental.
En resumen, el pranayama es una técnica potente y efectiva que permite el bienestar integral del individuo y le brinda la capacidad de conectar con dimensiones más profundas de la existencia. Lo que es quizás más fascinante es que estos beneficios, aunque parecen divergentes en la superficie, están en realidad íntimamente conectados. El bienestar físico facilita el bienestar emocional y mental, lo cual a su vez facilita el acceso a estados espirituales más profundos. Em el Yogasutra, el pranayama tiene la función elemental de aquietar el sistema nervioso para que se pueda practicar meditación profunda y se alcance el samadhi. De esta manera, el pranayama sirve como un puente integral entre los distintos aspectos del ser humano, cumpliendo su objetivo último de unión del individuo con la divinidad, o lo que se conoce como el estado de yoga.
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