La afirmación fue realizada por el periodista y autor estadounidense Michael Shellenberger, quien sostiene que a pesar de los escollos puestos en el camino por el establishment, decenas de denunciantes gubernamentales han prestado testimonio ante el Congreso, el Pentágono y los inspectores generales de inteligencia.
Crédito: MysteryPlanet.com.ar.
En agosto, poco después de que el ex funcionario de inteligencia David Grusch declarara bajo juramento ante el Congreso sobre naves estrelladas y restos «biológicos» extraterrestres, muchos observadores se preguntaron cuánta credibilidad otorgar a su testimonio. Después de todo, Grusch es solo un individuo —los otros dos denunciantes que testificaron ante el Congreso eran ex pilotos de la Marina que se vieron involucrados en avistamientos de fenómenos anómalos no identificados (UAPs) sobre cielos restringidos—.
«Pero al menos otros 30 informantes que trabajan para el gobierno federal o contratistas gubernamentales han dado testimonio o una “divulgación protegida” a la Oficina del Inspector General de la Comunidad de Inteligencia (IC IG), el Inspector General del Departamento de Defensa (DoD IG) o al Congreso en los últimos meses, según múltiples fuentes entrevistadas», mencionó Shellenberger en su blog.
Esto, sin embargo, parecería contradecirse con una reciente declaración del Inspector General de la Comunidad de Inteligencia, Thomas A. Monheim, quien pareció negar el asunto en una carta al Congreso el 15 de septiembre.
CONGRESS UFO UPDATE
Inspector General of the Intelligence Community (IC IG) Thomas A. Monheim responds to six individual members of the House of Representatives: "As a matter of discretion, IC IG notes that it has not conducted any audit, inspection, evaluation, or review of… pic.twitter.com/B9QV0aLra4
— D. Dean Johnson (@ddeanjohnson) September 15, 2023
Monheim declaró que su oficina «no ha llevado a cabo ninguna auditoría, inspección, evaluación o revisión de presuntos programas de Fenómenos Aéreos No Identificados dentro de la autoridad de responsabilidad del DNI que permitiera … una respuesta completa».
Y aquí el diablo podría estar en los detalles. Como bien se destaca en el artículo del periodista, la forma en que Monheim formuló su respuesta sugiere que se dejó cierto margen de maniobra.
«La taxonomía oficial de las actividades de IC IG incluye: “auditorías, investigaciones, inspecciones y revisiones”. ¿No es curioso que no se niegue una “investigación”?… La División de Investigaciones está estructuralmente separada de las Divisiones de Auditoría e Inspecciones y Evaluación», escribió Shellenberger.
Afirmaciones extraordinarias
Los testimonios dados por los denunciantes recientemente habrían incluido informes tanto de primera como de segunda mano sobre programas de recuperación de accidentes e ingeniería inversa llevados a cabo por los gobiernos de Estados Unidos, Rusia y China.
Pero no solo eso, también sobre la prueba de materiales obtenidos de naves recuperadas; operaciones activas y en curso de desinformación gubernamental; acciones militares cinéticas con Fenómenos Aéreos No Identificados (UAP); contacto y colaboración con inteligencias no humanas (INH); y la exitosa ingeniería inversa de una nave con forma de triángulo y propulsión no convencional.
Michael Shellenberger ha coeditado y escrito varios libros, entre ellos «Break Through: From the Death of Environmentalism to the Politics of Possibility» (2007), «An Ecomodernist Manifesto» (2015) y «Apocalypse Never» (2020).
Y aunque hay quien piensa que estas denuncias no significan mucho sin que alguien muestre una evidencia sólida de lo que dice, cabe destacar que el contexto en el que son realizadas no es ni apto ni propenso a mentiras.
«Me resulta difícil creer que tantas personas se expondrían a un grave riesgo legal mintiendo deliberadamente a los inspectores generales», dijo Matthew Pines, un analista de inteligencia civil. «O bien decenas de funcionarios altamente autorizados están bajo el influjo de una extraña y perdurable ilusión, son participantes conscientes en un engaño psicológico a gran escala y de larga duración, o están transmitiendo información fáctica sobre programas encubiertos extraordinarios».
El proporcionar testimonio falso de manera consciente al Congreso o al IC IG conlleva penas de multas de hasta $10.000, prisión por hasta cinco años o ambas.
Al mismo tiempo, la historia de campañas pasadas de desinformación gubernamental en general, y en lo que respecta específicamente a los UAPs, involucra la mezcla de información precisa e información inexacta, lo que hace difícil o imposible sentir confianza en comprender el significado de los elementos fundamentales del fenómeno.
«Esta realidad y la necesidad de evitar que los funcionarios gubernamentales engañen deliberadamente a periodistas, legisladores y al público hacen que una mayor transparencia y divulgación sean esenciales, en lo que están de acuerdo tanto los escépticos como los creyentes en los OVNIs», concluyó Shellenberger.
Fuente: Public. Edición: MP.