LA GRAN CRUZ entre los Nodos Lunares-Eris-Marte-Luna-Plutón y el conflicto en Israel/Desprenderse en Otoño

A medida que nos encontramos en camino a un Eclipse Solar en Aries-Libra, donde coincidentemente se encuentran los Nodos Lunares, alineados con Marte y Eris, estalla una guerra en Israel con Hammas, el grupo terrorista. Al mismo tiempo, un terremoto de magnitud 6,3 sacude. a Afganistán a 40 kilómetros de la ciudad de Herat, en la provincia occidental de Herat, el tercero más grande de Afganistán. Según el portavoz de los talibanes, el número de muertos por ahora ya son 2.053.

En el día de ayer, la T-cuadrada que venimos viviendo estos últimos días, entre Plutón en Capricornio, Nodo Norte en conjunción a Eris en Aries y Nodo Sur en conjunción a Marte, Dios de la Guerra, en Libra, se vió aumentada por la Luna en Cáncer completando la Gran Cruz cardinal desde los últimos grados del signo del Cangrejo sagrado, oponiendo así a Plutón y en cuadratura a los Nodos, Eris y Marte.

Al mismo tiempo, Saturno se encuentra en oposición a Lilith, la gran provocadora que se pasea con Venus y Juno, alterando las relaciones y nuestra habilidad de encontrar un compromiso.

Una vez más el poder de los Nodos Lunares al alinearse con planetas como Marte, y Eris su hermana, la Diosa de la Discordia, parece recordarnos que a veces estas coincidencias entre el Cosmos y la Tierra es prácticamente literal.

Pidamos por las almas de las víctimas de ese conflicto!

LA GRAN CRUZ entre los Nodos Lunares-Eris-Marte-Luna-Plutón y el conflicto en Israel

Desprenderse en Otoño

En esta ocasión hablaremos del otoño astrológico, que aunque guarda relación con el otoño climático, no es exactamente lo mismo.

 

El otoño climático se da en la latitud norte de la Tierra, hacia el 21 de septiembre, cuando el Sol está alineado al ecuador (lo que se llama equinoccio), y el día y la noche tienen igual duración. En ese momento, en la latitud sur, se da la primavera climática, y también el día y la noche duran lo mismo, pues el Sol está en equinoccio, o sea, frente a la línea que divide en dos partes iguales a la Tierra (el ecuador).

 

En Astrología no nos guiamos por el clima, sino por las características psicológicas que se asocian a las estaciones del año, que astrológicamente están ligadas a determinados signos zodiacales.

 

Para ello, siempre se toma como referencia la latitud norte de la Tierra, que es la que está enlazada con las características psicológicas de los signos.

 

Hay tres signos asociados a cada una de las cuatro estaciones: Aries, Tauro y Géminis para la primavera astrológica; Cáncer, Leo y Virgo para el verano; Libra, Escorpio y Sagitario para el otoño, y Capricornio, Acuario y Piscis para el invierno astrológico. Cada estación dura tres meses, un mes por signo.

 

Como en esta ocasión hablaremos del otoño, les explico que cuando el Sol ingresa a Libra (en este año entró el pasado 23 de septiembre), se produce el equinoccio de otoño en el norte, y el de primavera en el sur (climáticamente hablando), pero astrológicamente, para todos, entramos bajo un influjo otoñal, que se mantiene durante tres meses, bajo las energías de Libra, Escorpio y Sagitario.

 

Ahora bien, tenemos que considerar las características climáticas del otoño, cuyo impacto psicológico está impregnado en los tres signos zodiacales otoñales. El otoño es la preparación para el declive de la naturaleza, las hojas se desprenden de los árboles, la humanidad se prepara para cerrar un ciclo anual. Incluso en el sur, donde es primavera, se preparan para cerrar un ciclo.

 

Entonces, nos encontramos en las primeras semanas del otoño astrológico, que se mantendrá hasta el 21 de diciembre.

 

En la primera etapa de este otoño, bajo el influjo de Libra, el aprendizaje se centra en disminuir la individualidad, en ceder parte de nosotros mismos, en aras de conciliar con los demás seres humanos.

 

La segunda etapa, bajo el signo de Escorpio, ya no se trata de ceder parte de nosotros, sino de “morir” a todo aquello que ya cumplió su ciclo en nuestras vidas, a generar una transformación profunda de nuestro ser en las áreas que en un determinado momento necesitan de ese cambio.

Y la tercera etapa, la de Sagitario, nos lleva a alzar el vuelo hacia lo nuevo, es el desprendimiento total, es dar el salto en el vacío hacia lo nuevo que habrá de venir más adelante; es la transición de una realidad a otra.

 

En esta época es importante preguntarnos: ¿De qué debemos desprendernos? ¿Estamos ofreciendo resistencia al cambio o dejamos que fluya el ciclo natural de la vida? Muchas veces nos aferramos a cosas que ya debemos dejarlas ir, y entonces la vida nos da el trancazo para que soltemos a juro aquello a lo que nos aferramos.

 

Por eso, lo más recomendable es hacer caso a las señales que nos indican cuándo debemos desprendernos de algo, para que la energía fluya y nos permita avanzar revitalizados hacia nuevas experiencias.

https://termometrozodiacal.blogspot.com/2023/10/desprenderse-en-otono.html

Deja un comentario

Este sitio usa Akismet para reducir el spam. Aprende cómo se procesan los datos de tus comentarios.