El desastre del modelo energético ocasionado por el departamento de Teresa Ribera y su Gobierno ha conseguido cuadrar el círculo.
Teresa Ribera alardea de favorecer un modelo energético diseñado para la transición verde y la Agenda 2030. Pero lo cierto es que parece más enrolada dentro de las tesis de aquellos ecologistas enloquecidos que defienden, no un modelo u otro, sino la destrucción del crecimiento y de la riqueza: el modelo del decrecimiento económico y de la restricción del consumo por imposición política.
Y es que la ministra ha conseguido, simultáneamente, cerrar las puertas a las nucleares confirmando su muerte programada, encarecer el gas por medio de su lamentable gestión de los contratos baratos con Argelia -con la inestimable ayuda de su presidente Pedro Sánchez y su cesión del Sáhara Occidental a Marruecos- y, a la vez, enfadar al sector de renovables, a los que les ha limitado los beneficios, aumentado los impuestos y dejado sin planes de desarrollo con los sistemas del Gobierno de subvención pública al consumo de ese mismo gas que el Ejecutivo ha dificultado comprar a precios competitivos. Traducido: el modelo Ribera, mucho más que un determinado modelo técnico o ideológico, tiene todo el aspecto de un desastre.
El desastre del modelo energético ocasionado por el departamento de Teresa Ribera y su Gobierno ha conseguido cuadrar el círculo. Ya no es que se duelan del golpe político las nucleares, que también y con toda la razón. Ya no es que lo perciba el propio precio del gas -España ha sustituido compras baratas de gas de Argelia por gas de EEUU o Rusia, más caro o directamente inadmisible en un momento de ataque de Rusia a Ucrania-, que también. Ahora directamente hasta las renovables braman por el panorama que les ha generado un modelo energético caótico y sinsentido que les ha rebajado la rentabilidad y les ha disparado la carga fiscal mientras aseguraba que pretendía ayudarlas.
Y los motivos técnicos son abundantes. Para empezar, expertos del sector consultados por LD, destacan el aumento de las importaciones de gas. Las importaciones europeas de gas natural licuado (GNL) de Rusia han aumentado un 40% en 2023 frente a los niveles anteriores a la invasión de Ucrania, según un análisis de la ONG Global Witness basado en datos de la consultora Kpler, que sitúa a España y Bélgica como los mayores compradores. En los primeros siete meses de 2023, los Veintisiete han contratado un total de 22 millones de metros cúbicos a Rusia, frente a los 15 millones del mismo período de 2021, lo que supone un aumento del 40%, muy por encima del ascenso medio global del 6% de las importaciones de GNL ruso.
Y, en paralelo, ha llegado el aumento del consumo de gas para producir electricidad. Entre junio y agosto el mix de generación eléctrica en España lo encabezaron las centrales de ciclo combinado de gas, que representaron una media del 21,4% de la producción nacional, por delante de la energía nuclear. Ya el año pasado el comportamiento de los ciclos marcó claramente esta tendencia. Y ello explica el motivo de la subida de los precios del mercado mayorista de la electricidad (pool) en agosto, que se ha saldado con una media de 96,05 euros MWh e incluso por encima de los 100 euros en algunos de los últimos días. Se trata de los precios más elevados desde el pasado febrero, cuando se marcó una cotización de 133,47 euros MWh, según datos del operador del mercado, Omie.
Todo ello ha restado desarrollo y beneficio a las propias energías verdes, las mismas a las que dijo Ribera que pretendía beneficiar. Primero, por el nulo avance de la capacidad de interconexión eléctrica entre España y Francia: La interconexión eléctrica submarina entre España y Francia a través del Golfo de Vizcaya lleva lustros limitada a 2.800 MW. Y, si bien es cierto que este mismo año la Comisión Nacional de los Mercados y la Competencia (CNMC) ha dado el visto bueno a la propuesta del Ministerio para la Transición Ecológica para construir la interconexión eléctrica submarina con el país vecino, que permitirá aumentar la capacidad de interconexión desde los 2.800 megavatios (MW) actuales hasta los 5.000 MW, esta nueva interconexión tardará en estar operativa si es que llega a hacerlo.
Pero, sobre todo, las inversiones verdes están revaluando su plan de desarrollo en España la imposición de límites a las rentabilidades de las empresas de energías renovables. El Real Decreto-ley 17/2021, de 14 de septiembre, de medidas urgentes para mitigar el impacto de la escalada de precios del gas natural en los mercados minoristas de gas y electricidad y el Real Decreto-ley 3/2023, de 28 de marzo, de prórroga del mecanismo de ajuste de costes de producción para la reducción del precio de la electricidad en el mercado mayorista regulado en el Real Decreto-ley 10/2022, de 13 de mayo han supuesto una severa minoración de ingresos para las empresas de energías renovables españolas.
Esta limitación de sus beneficios penaliza a las empresas españolas frente a las de su entorno, restando atractivo a los inversores y reduciendo la capacidad de reinversión en proyectos renovables. La propia Comisión Europea considera estas medidas del Gobierno de España un desincentivo al desarrollo de las energías renovables.
La escasa apuesta por el almacenamiento y la nula reducción real de tiempos en la tramitación de proyectos de energías renovables que han percibido las empresas, ha terminado de dibujar un panorama imposible donde ya, ni las verdes ven sentido al proyecto oficial energético.
Expertos del sector señalan que, para colmo, Ribera se plantea «prorrogar las medidas excepcionales que minoran los ingresos de las nucleares, hidráulicas, eólicas y fotovoltaicas, justo cuando están intentando tener rentabilidades para invertir en la misma transición energética que, presuntamente, dice liderar este Gobierno». Hay que recordar que la Comisión Europea ya emitió un duro informe, que remitió al Parlamento europeo y al Consejo de la UE, exigiéndole a España la retirada de las medidas excepcionales. Y los inversores internacionales, «por supuesto, ante este panorama de incertidumbre y bandazos reguladores en España, buscan otras latitudes europeas en las que invertir en energía», añade la misma fuente.
https://www.libremercado.com/2023-10-25/ribera-lleva-espana-al-modelo-energetico-imposible-cierra-la-nuclear-encarece-el-gas-y-quita-rentabilidad-a-las-verdes-7062069/
El Gobierno destina 162 millones a sustituir 1.205 aerogeneradores antiguos y al reciclaje de palas eólicas
El Ministerio para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico ha aprobado destinar 162 millones de euros en ayudas del Plan de Recuperación a la repotenciación de parques eólicos y seis proyectos para crear las primeras plantas de reciclaje de palas eólicas en España.
Son subvenciones incluidas en la primera convocatoria del programa Repotenciación Circular que gestiona el Instituto para la Diversificación y el Ahorro Energético (IDAE). En total se han adjudicado 185,7 millones en ayudas a 169 proyectos de eólica y minihidráulica. La convocatoria se lanzó el pasado diciembre con más de 222 millones en ayudas.
La mayor parte, 147,8 millones repartidos en 34 expedientes, corresponden a la línea L1, de repotenciación eólica, para reemplazar 1.205 aerogeneradores antiguos por 167 molinos de última generación. Con ello, serán un 86% menos de máquinas cuya potencia media pasará de 600 kilovatios a 5 MW, por lo que serán capaces de casi duplicar la energía generada por los parques antiguos, cuya potencia instalada aumentará solo un 8%.
Otros 24,2 millones corresponden a una línea de modernización de minicentrales hidroeléctricas de hasta 10 megavatios (MW) para la que había previstos más de 42 millones y que beneficiará a 129 proyectos con una potencia global de 256 MW, más 11 MWh de almacenamiento; ya la línea L3, de reciclaje de palas, se destinan otros 14 millones, frente a los 30 millones que había dispuesto.
Tras la propuesta de resolución definitiva con los proyectos que se han adjudicado las ayudas, los promotores tienen diez días hábiles para aceptarlas o rechazarlas. Según los cálculos de las empresas adjudicatarias, su puesta en marcha generará más de 6.800 empleos (de ellos, 2.831 directos), muchos de ellos asociados a lo que el ministerio denomina zonas de Transición Justa y Reto Demográfico.
En el caso del reciclaje de componentes eólicos, la convocatoria estable que debían recuperarse al menos el 50% en peso de los residuos (palas u otros componentes del aerogenerador que utilizan materiales compuestos, los más difíciles de tratar) y transformarlos en materias primas secundarias que puedan introducirse en otros procesos productivos.
Finalmente, la media de recuperación de los seis proyectos escogidos es del 66%. Alguno prevé recuperar más del 70% para obtener un catálogo amplio de productos y materiales: de fibra de vidrio y carbono, a compuestos orgánicos como hidrocarburos y mezclas de disolventes.
Es una iniciativa pionera, ya que en la actualidad en España no hay ninguna instalación de este tipo capaz de operar a escala industrial. El objetivo es que esas palas y materiales compuestos no acaben en vertederos y generar con ellos nuevas cadenas de valor. La semana pasada, el director de la Oficina Nacional de Prospectiva y Estrategia País en Presidencia del Gobierno, Diego Rubio, defendió en unas jornadas organizadas por Redeia que Europa tiene una “oportunidad” con el reciclaje de millas de aerogeneradores de primera generación que esta década Llegan al final de su vida útil.
Esta industria incipiente, dijo, puede “garantizar la competitividad y centralidad de la economía europea” si la empezamos a “cultivar”. Rubio señaló que dar una “segunda vida” a esas máquinas y reciclar los metales raros que contienen permitirá “generar unos conocimientos que no existen en otros países”, y “dentro de 20-30 años” permitirá obtener “grandes contratos” en el exterior , “igual que hoy hacemos el tren en Arabia Saudí”.
Según cálculos preliminares, los seis proyectos seleccionados en esta convocatoria suman una capacidad conjunta de tratamiento de residuos de cerca de 18.000 toneladas anuales. Ese porcentaje medio de recuperación del 66% equivale a dar una segunda vida a casi 12.000 toneladas.
Se estima que hasta 2030 España generará, de media, unas 10.000 toneladas anuales de palas y otros elementos de los aerogeneradores que alcanzarán el final de su vida útil. La capacidad de tratamiento de estas 6 instalaciones superaría el volumen anual previsto de estos residuos en el mercado español a medio plazo, pudiendo contribuir al reciclaje y valoración de palas de aerogeneradores de otros mercados europeos.
Las elegidas son seis instalaciones ubicadas en Almazán (Soria), Cubillos del Sil (Compostilla, León), en las localidades navarras de Lumbier y Cortes y en Málaga y Tarragona.
El ministerio destaca que la capacidad de tratamiento anual de palas de aerogeneradores superaría el volumen anual previsto de estos residuos en el mercado español en el medio plazo, pudiendo contribuir al reciclaje y valoración de palas de aerogeneradores de otros mercados europeos.
El resultado será casi 12.000 toneladas de elementos reciclados listos para reintroducirse en el circuito productivo en sectores industriales, químico, aeronáutico, automovilístico, metalúrgico y construcción, entre otros, generando nuevas cadenas de valor.
España fue pionera en el desarrollo e instalación de eólica y quiere serlo también en la recuperación de estos materiales. Es uno de los tres países europeos, junto a Alemania y Dinamarca, en los que se concentra el grueso de la inversión pública y privada en I+D+i paren el ámbito de la eólica y, según la patronal AEE, puede cubrir el 100 % de la cadena de valor de un aerogenerador.
La eólica ha superado ya la barrera de los 30 GW instalados en España y es la primera tecnología del sistema, con una cuota del 22%. El borrador del nuevo Plan Nacional de Energía y Clima (PNIEC) prevé duplicar esa potencia en siete años, hasta los 60 GW. Hace poco más de 25 años se instalaron los primeros parques eólicos en España y esos molinos están llegando al final de su vida útil. Se calcula que más de 6 GW del parque español ha alcanzado ya los 20 años de antigüedad y casi 1 GW tiene 25 años o más.
En estos años, el salto tecnológico de los aerogeneradores ha sido espectacular. Han pasado de una potencia inicial de 1,25 MW, con unos 20-30 metros de altura, a los 6 MW que se están instalando actualmente, que alcanzan los 200 metros de altura. Los primeros aerogeneradores producían 300 MWh al año, equivalente al consumo de unas 150 familias. Los actuales generan 15.000 MWh, suficientes para suministrar electricidad a 6.000 familias (una ciudad de 18.000 habitantes).
En la actualidad es técnicamente viable reciclar o reutilizar casi el 80% de los materiales de un aerogenerador. La mayoría de los componentes están hechos de materiales como acero, cobre, aluminio, hierro fundido, hormigón y plásticos que ya cuentan con cadenas de reciclaje totalmente establecidas, pero aún es complicado encontrar soluciones técnicas viables con criterios de economía circular para las palas de los rotores, fabricados con una combinación de materiales compuestos de resinas poliméricas reforzadas con fibra de vidrio, de carbono o fibras híbridas, difíciles de separar.
El Ministerio también ha asignado otros 147 millones en ayudas de los fondos NextGenEU a 21 proyectos para el ensayo y demostración de energías renovables. Esta línea de subvenciones impulsa la creación de plataformas de ensayos, demostradores tecnológicos y proyectos mixtos para consolidar una I+D+i de referencia internacional en energía eólica marina, energía de las olas, fotovoltaica flotante o los híbridos de estas tecnologías renovables. Las iniciativas seleccionadas suponen movilizar cerca de 384 millones de inversión.
https://www.eldiario.es/economia/gobierno-destina-162-millones-sustituir-1-205-aerogeneradores-antiguos-reciclaje-palas-eolicas_1_10625965.html