Presidente a cualquier precio/Sánchez trata de arrebatar a la derecha la bandera de España en su ofensiva pedagógica sobre la amnistía

Fermín Bocos.- Todo apunta a que estamos en puertas de conocer el acuerdo al que habrían llegado los negociadores socialistas con el equipo que asesora a Carles Puigdemont para qué los diputados de Junts apoyen la investidura presidencial de Pedro Sánchez.

Medios catalanes afines a los independentistas hablan de un anuncio que se estaría retrasando por nuevas exigencias de ERC, el otro partido separatista que no quiere quedarse atrás en la puja. Sí Puigdemont exige el reintegro de los fondos depositados a título de fianza en los tribunales -se baraja una cifra que rondaría lo siete millones de euros-, Junqueras emplaza a Sánchez para que en el preámbulo de la ley de amnistía se declare que no fue ilegal el referéndum unilateral del 1 de Octubre del 2017.

Al emplazar a Sánchez está señalando al Tribunal Supremo que enjuició y condenó la sedición -entonces en vigor- y la malversación hoy rebajada en su tipo penal tras la reforma del Código Penal llevada a cabo para indultar a los políticos separatistas. Dar por buena esta última exigencia vendría a cuestionar el andamiaje mismo del Estado de Derecho pues la impecable actuación de la Sala II del Supremo se fundamentó en el ordenamiento legal vigente respaldado por la Constitución. Otra de las demandas de Puigdemont, el reconocimiento de Cataluña como una nación, choca con una sentencia del Tribunal Constitucional de 2010 que señala que la Constitución no reconoce otra Nación que la española.

La seguridad con la que Pedro Sánchez se ha manifestado en las últimas horas respecto a la culminación de los acuerdos que permitirán su investidura, contrasta con las dudas que manifiestan algunos juristas aludiendo al encaje constitucional más que problemático de las exigencias de los separatistas. El precedente de la presión interpretativa a la que fueron sometidas algunas leyes en la legislatura anterior, cuando Sánchez recurrió a modificar el Código Penal para eliminar el carácter delictivo de la sedición y rebajar la malversación, induce a pensar que en esta ocasión también tensará la cuerda hasta el límite para conseguir su objetivo.

Sánchez quiere seguir siendo presidente del Gobierno a cualquier precio y está dispuesto a ceder lo que haya que ceder con tal de conseguirlo. Ante la gravedad de este asunto, en otras circunstancias y con otra composición en el Tribunal Constitucional, podríamos haber concluido este apunte evocando aquél famoso “Todavía hay jueces en Berlín”. Hoy no es el caso.

Presidente a cualquier precio

Sánchez trata de arrebatar a la derecha la bandera de España en su ofensiva pedagógica sobre la amnistía

Sánchez trata de arrebatar a la derecha la bandera de España en su ofensiva pedagógica sobre la amnistía

 
 

Por España, por los españoles, por el interés nacional y por la defensa de un futuro de reconciliación. Pedro Sánchez ha roto por fin su silencio para defender sin ambages la amnistía pero sin dar detalles ni de su alcance ni de los detalles del acuerdo que está a punto de cerrar con el independentismo catalán. Se erige así en el mesías de un reencuentro entre territorios que hará que los catalanes se sientan más “identificados con el proyecto común” (sic).

Hasta la antigua Grecia y el estoicismo viajó este sábado Pedro Sánchez para defender lo que hace unos meses no entraba en sus planos: la amnistía a los líderes del procés. El presidente del Gobierno en funciones sigue la filosofía de esta escuela de vida fundada por Zenon de Citio y según la cual cada situación, por adversa que parezca, tiene una explicación y todo se funda en el orden cósmico de tal modo que no se puede cambiar. lo que sucede, pero sí el modo en el que se afronta. Dicho de otro modo y, según sus propias palabras, “hacer de la necesidad virtud”. 

Sí, Pedro Sánchez reconoció ante el Comité Federal del PSOE que necesita los votos de los independentistas para ser investido, pero también que lo hace “en el nombre de España, en el del interés de España y en defensa de la convivencia entre españoles”. El secretario general de los socialistas trata así de arrebatar a las derechas la bandera de España en los primeros pasos de su ofensiva pedagógica sobre la amnistía y una vez construida ya el relato que acompañará al acuerdo con el independentismo catalán. 

Una de las conclusiones que sacaron los socialistas allí reunidos fue, en palabras de un dirigente madrileño, que “el elefante ya no está aquí porque el presidente lo ha desnudo y sacado de la habitación para hablar de futuro”. Lo hizo este sábado ante el Comité Federal del PSOE y lo repetirá en los próximos días, tras semanas de estruendoso silencio sobre sus negociaciones con el independentismo catalán mientras se sucedían las voces críticas desde dentro y fuera del PSOE. “Lo ha hecho con un discurso épico del socialismo, desde un ángulo que nadie esperaba y ante la plana mayor del PSOE, que es donde tocaba hacerlo y en el momento exacto en que debía hacerse”. defenderán desde el gobierno.

A falta de los últimos fleco para cerrar el acuerdo con Junts y con ERC, el presidente en funciones defendió ante el máximo órgano de su partido la coherencia de su decisión y explicó que siempre supo que debía proseguir “por el camino del reencuentro y que eso implicaría medidas adicionales de gracia” a las concedidas en la anterior legislatura. Por eso, se sirvió en varias ocasiones de los indultos aprobados en 2021 para señalar ahora la amnistía como una consecuencia natural de aquello. Los primeros, argumentaron, sirvieron para «desinflamar, pero no resolvían el problema». El carpetazo judicial que el PSOE negocia ahora con republicanos y ex convergentes, y que está prácticamente pendiente sólo de acordar una fecha para su anuncio, supondrá el «reencuentro total».

“No era nuestro plan para este momento, pero uno no siempre puede elegir los momentos en que se realizan los planos”, afirmó ante el aplauso no unánime del Comité Federal, ya que gran parte de la delegación castellano-manchega encabezada por Emiliano García- Page evitó en todo momento las muestras de entusiasmo que exhibieron el resto de delegados.

Precisamente Page fue de los pocos críticos del cónclave al enhebrar una intervención en la que combinó su rechazo a la amnistía con una reflexión sobre las elecciones del 23J, en las que el PP fue el ganador de las elecciones. Desde la diplomacia pero desde la diferencia, tampoco se olvidó de recordar que la campaña de autonómicas y municipales se libró en clave nacional y que los resultados “tuvieron que ver también con los acuerdos con el independentismo”.

“El debate no es solo lo que quepa en la Constitución (en la Constitución también entra Vox) sino el choque con nuestro proyecto político. No hay garantías de que el independentismo renuncie a volver al punto de partida”, enfatizó Page, la única voz discrepante entre los secretarios generales junto a la del aragonés Javier Lambán, ausente del cónclave por motivos de salud. 

También el ex alcalde de San Sebastián y ex miembro de la dirección federal, Odón Elorza, pidió la palabra para preguntar al presidente qué cede el independentismo en cambio de la amnistía. “No podemos apoyarnos en Puigdemont que desprecia la democracia y desprecia a España. No es una medida para la convivencia, sino para la investidura”. 

Antes de las intervenciones de Elorza y ​​Page, Sánchez había a los socialistas a preguntarse qué había cambiado, además del paso del tiempo, para justificar el cambio de posición animado sobre la medida de gracia, a lo que él mismo respondió que las elecciones del 23J. . En su réplica a todas las intervenciones, pidió confianza y unidad a los suyos después de decir que «todos se sentirán cómodos cuando conozcan la propuesta definitiva».

En el argumentario que se desplegará en los próximos días hasta que llegue la investidura, se escuchará que el mandato de los electores obliga a optar entre PP y Vox o PSOE y Sumar con apoyo de otras fuerzas políticas y también que hay 56 diputados que reclaman una amnistía para apoyar la investidura. El presidente en funciones no ocultas ya que la medida es una condición para reeditar su gobierno, pero tampoco que él quiere transitar hacia el reencuentro y superar el conflicto. Lo dijo del siguiente modo: “Cataluña está lista para el reencuentro total. Los representantes de más del 80% de los catalanes respaldan esta medida”. Y por esas mismas razones, añadió: “En el nombre de España, en el interés de España, en defensa de la convivencia entre españoles, defendiendo hoy la amnistía en Cataluña por los hechos acaecidos en la década pasada. Nunca había sido tan claro ni tan rotundo hasta el momento. 

Y eso que Sánchez cuenta con que jamás hará cambiar de opinión a los que piensan que la amnistía nace exclusivamente de la necesidad de contar con los votos de Junts oa los que “se sienten más cómodos viviendo en el bucle de 2017 y miran con nostalgia un tiempo de crispación, odio y barricadas”. A todos ellos, les espetó que “el coraje también se manifiesta a veces haciendo de la necesidad virtud” y que “hay que cerrar heridas de las que nadie debe estar orgulloso”.

Una abrumadora mayoría de dirigentes del partido comparte que el PSOE se encuentra hoy ante un paso que el propio secretario general calificó de “discutible” y, sin embargo, cree responsable darlo para que “el pasado no cierre las puertas del futuro”, tal y como dijo Sánchez. “Nuestra historia -añadió el presidente- nos enseña que es con acuerdos y generosidad como nuestro país y nuestra democracia son más fuertes. Con los indultos primero y ahora con la amnistía haremos que muchos catalanes se sientan más identificados con nuestro proyecto común”. El PSOE en general y Sánchez en particular parecen sentirse en la necesidad de “asumir la responsabilidad de tirar del carro” y que les toca abrir un camino por el que, “más pronto que tarde, muchos de los que hoy pronostican el caos y alientan”. movilizaciones, acabarán transitando”, concluyó el líder de los socialistas, quien también confía en que, como tantas otras veces, el tiempo “será el encargado de dar y quitar razones”. Verás. De momento, Sánchez promete una Catalunya que se sentirá mucho más identificada con España y “nuestro proyecto común que es la España constitucional y que no es otra más que la España plural y la que trabaja por borrar cualquier atisbo de rencor”.

Con su discurso ante el máximo órgano entre partidos y el inicio de esa ofensiva pedagógica que anunció hace semanas, Sánchez se adentra en días decisivos para las negociaciones de su investidura. Está previsto, eso sí, otra comparecencia, con formato y fecha aún por decidir, en la que el presidente dará más detalles sobre el alcance de la amnistía, pero lo inmediato ahora es que la militancia le otorgue el plácet para la coalición con Sumar y las alianzas parlamentarias que se precisan para ser investido, tal y como se plantea en la consulta a los afiliados, que podrán votar desde el próximo lunes y hasta el 4 de noviembre de forma telemática o presencial en todas las sedes socialistas del país. 

¿Alguna duda sobre el resultado? No parece. Y menos después de que Page anunciase a su salida del cónclave, que dará libertad de voto en su federación para la consulta. Lo cierto es que tampoco habría dudas en caso contrario.

Intervención completa del presidente en funciones y líder del PSOE ante el Comité Federal de su partido.

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