Se trata de una batalla en todos los frentes contra Pedro Sánchez y sus previsibles socios de Gobierno. Eso no se discute, pero a la vez es otra competición encarnizada entre las derechas que tres meses después de las elecciones del 23J -cuando el PP barrio a Vox- vuelven a medirse en las calles. Ambas fuerzas se movilizaron durante la pandemia, contra los indultos a los líderes del procés y ahora despliegan un calendario interminable de actos y manifestaciones contra la amnistía que además puede servir para reeditar otra coalición con Pedro Sánchez al frente del Gobierno.
El PP se ha impuesto en el Congreso de los Diputados -137 escaños frente a los 33 de Vox- y en el Senado, donde tiene mayoría absoluta pero la pugna ahora es por la calle, que ambos partidos prometen agitar para evitar la investidura de Sánchez o que al menos la que empieza a ser una legislatura corta. Y cada acto se mira con lupa. ¿Quién congregó a más gente contra la amnistía? ¿El PP, en el acto de la plaza de Felipe II de Madrid de hace un mes? ¿O Vox el anterior fin de semana, en Colón? La derecha y la extrema derecha andan a la gresca por la asistencia a sus respectivas manifestaciones para protestar por los acuerdos y negociaciones del PSOE con las fuerzas independentistas catalanas para la reelección de Pedro Sánchez como presidente del Gobierno. De fondo bulle una pugna por liderar la oposición y el rehazo a una medida a la que se aferrarán durante toda la legislatura, la amnistía, cuya redacción sigue sin conocerse, lo cual tampoco ha evitado que la derecha policial y judicial también se esté movilizando, en una estrategia sin precedentes -que incluye pronósticos sobre el fin de la democracia- contra el Ejecutivo en funciones.
Y en este contexto ha vuelto a emerger José María Aznar. El jueves, en un encuentro con Feijóo, aseguró que Sánchez «es un peligro para la democracia constitucional española». El expresidente llamó a la sociedad para que actúe contra la situación «extraordinariamente grave» que a su juicio está viviendo el país ante la futura ley de amnistía. En una situación así, dijo, «se podrán hacer muchas menos una: inhibirse».
Este mismo viernes, solo unas horas después de que los socialistas escenificaran su acuerdo con ERC en Barcelona y mientras seguían las conversaciones con Junts en Bruselas, el portavoz del PP en el Congreso anunció que su partido va a usar «todos los instrumentos» a su alcance contra la esa ley de amnistía, y eso que ni su partido ni el resto de los ciudadanos han podido leer el texto, ya que siguen las negociaciones. «Vamos a movilizar desde el punto de vista institucional, político y jurídico todos los instrumentos a nuestro alcance», dijo, en rueda de prensa.
Aunque Gamarra descartó derogar esa ley una vez que su formación llegue al Gobierno en el futuro, sí aseguró que recuperarán la «separación de poderes» que cercena la izquierda, según el PP. «Más pronto que tarde el PP llegará al Gobierno y será el momento en el que el PP volverá a recuperar la separación de poderes, las instituciones ejemplares y el valor personal del político. Las actuaciones empiezan desde ya. Ni nos van a callar ni nos vamos a quedar quietos», dijo Gamarra poco después de mantener una reunión en Génova 13 con el líder de su partido, Alberto Núñez Feijóo, y algunos de los miembros de su cúpula, precisamente para hablar de esas acciones futuras.
Desde Vox, su portavoz parlamentaria, Pepa Millán aseguró también el viernes que «España atraviesa un momento crucial en su historia» porque «quienes deben regir el bienestar del país han entregado la gobernabilidad de España a los que dieron un golpe de Estado en el año 2017 y lo han hecho en un ejercicio de corrupción sin precedentes». Con la amnistía, aseguró Millán sin conocer cómo será la ley, Sánchez «está diciendo a todos los españoles que la igualdad de la ley ya no existe», que los españoles ya no van a ser «iguales ante la ley porque va a ser el Gobierno el que decide en cada momento quién debe ser castigado y quién debe ser perdonado. «No vamos a aceptar que se desmantele España», añadía, advirtiendo de nuevas movilizaciones.
Por mucho que suba el tono el PP -y estas últimas horas lo ha hecho hasta el punto de que Feijóo dijo el jueves que «nadie conoce el límite de la inmoralidad» de Sánchez, la extrema derecha siempre va un paso más allá y ya piensa en convocar una huelga general a través de su pseudoindicato Solidaridad. Encabezado por la palabra «Urgente», envió a cargos, coordinadores y militantes de Vox un mensaje este mismo viernes en el que informó de que están «estudiando la forma legal para, pese a no ser sindicato mayoritario, poder convocar una huelga general». El mensaje continuaba explicando que «el derecho a convocar una huelga está muy restringido y prácticamente limitado a CCOO y UGT», pero justifica su necesidad y propone que “mientas tanto, es un deber de los españoles darse cuenta de baja de cualquier partido, asociación o sindicato que no condena esta vergüenza”.
Sería otro paso más en la carrera por ganar la calle después de que su último acto, el domingo 29 de octubre, Vox lograse congregar a decenas de millas de personas en Colón. La organización que correspondió a la polémica fundación Denaes comunicó una asistencia de 100.000 personas. La Delegación del Gobierno (que cuenta con datos de las fuerzas de seguridad) ratificó esta cifra, pero luego Denaes elevó su cálculo a 200.000 personas.
«Coincide sorprendentemente la cifra que dan los organizadores con los de la Delegación del Gobierno», dijo con socarronería durante una entrevista el coordinador general del PP, Elías Bendodo, el pasado lunes. Y continuó: «En las manifestaciones que convoca el PP la cifra real, que es la que medimos nosotros, es siempre menor a la que da la Delegación del Gobierno. En este caso, Vox y la Delegación del Gobierno de Sánchez se ponen de acuerdo en la cifra. Que cada uno saca sus conclusiones».
Un mes antes, en septiembre, fue el PP quien convocó una mitin-protesta en el centro de Madrid. La plaza de Felipe II se desbordó y los de Feijóo dijeron haber reunido a más de 60.000 personas, mientras la Delegación del Gobierno calculó 40.000.
Más allá del baile de cifras, la pugna entre el PP y Vox por capitalizar políticamente a quienes rechazan la amnistía es cada vez más feroz. De fondo, el intento de Santiago Abascal de conseguir, como en 2017, una imagen junto a Feijóo que le permita ponerse a su altura, pese a la clara diferencia de votos que ambos consiguieron el 23 de julio.
Las palabras de Bendodo recibieron una respuesta oficial desde el canal de Twitter de Vox. “Nos entristece y no entendemos este ataque a la multitudinaria manifestación contra la amnistía en Madrid sin importar su afiliación política”, escribió el partido tras hacer un llamamiento a “la responsabilidad y la unidad por encima de siglas”.
Las estrategias de PP y Vox difieren sobre esa «unidad» que reclama la extrema derecha. Los de Feijóo, ganadores claros de las elecciones del 23J, especialmente en su espectro ideológico, no quieren compartir con los de Abascal más espacios de los imprescindibles allí donde les necesitan para gobernar. Su objetivo es aparecer como única oposición real, posible, al Gobierno de coalición de PSOE y Sumar, y recuperar los votos de Vox en los siguientes cómics, como ya han hecho con los de Ciudadanos. El plan de Feijóo es reunificar el voto y que toda la derecha, partida en tres desde hace un lustro, vuelva a apoyar al Partido Popular, una vez desaparecido Ciudadanos y con Vox sumida en una grave crisis.
En este juego de estrategias el PP siempre va con más tiento que la extrema derecha, lo que a veces le permite salir airoso de situaciones complicadas, como la moción de censura contra Sánchez que lideró Ramón Tamames. Pero también ha provocado que para los sectores más duros Feijóo vaya a remolque de sus aliados en decenas de gobiernos autonómicos y municipales.
Ocurrió precisamente en septiembre, cuando todavía estaba intentando sacar los votos para su investidura, y el ala dura de su partido desempolvó el Espíritu de Ermua de las movilizaciones contra ETA y el guerracivilismo, impaciente por expresar su rechazo en la calle. La Sociedad Civil Catalana convocó una marcha en Barcelona que Vox secundó inmediatamente. Pero el PP tardó varios días en hacerlo. Primero dijo que era partidario de que la oposición se hiciese en las instituciones, luego Feijóo convocó su propio acto y solo al final anunció su presencia en el de Barcelona.
El ‘timing’ con el que se gestionó aquella comunicación recuerda mucho a lo ocurrido esta misma semana. Tras la concentración de Vox en Colón fue convocada otra, para el 18 de noviembre, en la Plaza de Cibeles de Madrid. Entre los organizadores, las asociaciones de Rosa Díez, Jaime Mayor Oreja o Juan Carlos Girauta, entre otros. Vox anunció de forma inmediata su presencia. Y la primera reacción del PP fue la de ponerse de perfil. En la habitual rueda de prensa de los lunes, Cuca Gamarra dijo desconocer la convocatoria, pero dejó la puerta abierta a que el PP secundara cualquier protesta “de la sociedad civil”.
Esa misma tarde se publicó la fotografía del secretario de Organización del PSOE, Santos Cerdán, con Carles Puigdemont en el Parlamento Europeo. Una imagen que, tras pactar la amnistía con ERC, deja pocas dudas sobre lo cerca que está la reelección de Pedro Sánchez. Horas después, el martes a primera hora, el PP informó de que Feijóo había «conversado en la tarde de ayer» (por el lunes) con los convocantes de la concentración, a quienes anunciaron su presencia el 18 de noviembre.
Mientras, Feijóo mantiene su propia agenda de movilizaciones. Tras el mitin-protesta de Madrid convocó otro el pasado domingo en Málaga. Y repitió este domingo en Valencia. Vox eleva el tono para la del 18 de noviembre. El vicepresidente de Castilla y León, Juan García-Gallardo, aseguró esta semana que el Gobierno está «preparando el mayor acto de corrupción posible en democracia». «Al PSOE hay que llamarle por su nombre, es una banda apoyada por golpistas, separatistas y filoterroristas», añadió en declaraciones a los medios, para llamar a continuación a la movilización en la calle contra la amnistía.
El PP, por su parte, bascula entre ofrecer una imagen muy dura contra Sánchez y su coalición con Sumar y el acercamiento a los electorados nacionalistas de derechas en País Vasco y Catalunya. Feijóo llegó a decir la semana pasada que «respeta» a Puigdemont, y uno de sus principales colaboradores, Esteban González Pons, puso en valor el pasado convergente de Junts cuando todavía albergaban esperanzas de atraer algún voto que pudiera hacer presidente al gallego.
Feijóo evitó la foto con Abascal en la marcha del 8 de octubre en Barcelona. El PP esquivó también a Vox en Colón. Pero el 18 de noviembre ambos volverán a coincidir en Madrid. Para entonces es probable que Pedro Sánchez ya haya sido reelegido presidente del Gobierno por el Congreso, por lo que la concentración puede ser la primera contra el nuevo Ejecutivo de coalición. La imagen pillará a la derecha y la extrema derecha juntas, pugnando por liderar la oposición en la calle que pretenden mantener agitada durante lo que dura la legislatura.
https://www.eldiario.es/politica/pp-vox-pugnan-liderar-calle-oposicion-amnistia-sanchez_1_10647236.html
El PSOE no cae ni con amnistía y, aunque el PP sube, la caída de Vox deja a la derecha al borde de la mayoría absoluta
Tres encuestas se publican este lunes con resultados muy similares y dejan todo en el aire: PP y Vox rozan la mayoría absoluta, pero no es segura.
Después de la negociación con Bildu, ERC y Puigdemont, el PSOE cae sólo unas décimas según los tres sondeos que publican este lunes El Mundo, El País y La Razón, de forma que a pesar de que el PP sube con fuerza en todas ellas, la derecha se queda al borda de la mayoría absoluta y hay no pocas posibilidades de un empate perfecto con los dos bloques en 175 escaños.
El sondeo de Sigma Dos para El Mundo, por ejemplo, es el más optimista para los populares: tendrían una subida de 3,6 puntos desde el 23J y llegaría al 36,7% del voto y tendría 151 diputados.
El problema para la derecha es que la fuerte subida de los de Feijóo llega con una caída algo menor pero también seria de Vox, que pierde un punto y medio hasta quedarse en el 10,9% y se dejaría once diputados para quedarse sólo en 22.
Con estas cifras, y contando con los diputados de UPN y CC el bloque que apoyó a Feijóo en su sesión de investidura tendría ahora 175 escaños, justo la mitad del Congreso.
El PSOE no cae
En la izquierda el PSOE muestra una fortaleza insólita, a pesar del coste que se supone que tendría que tener su negociación con Bildu, ERC y Puigdemont y la aceptación de la amnistía a los golpistas: los socialistas sólo se dejarían cuatro décimas, se quedan en el 31,2% e incluso ganarían dos diputados hasta los 123.
Sumar, en cambio, tiene un resultado peor: perdería un punto y, pese a superar por unas décimas a Vox con un 11,2% tendría cuatro diputados menos que los 31 actuales. En cuanto a los demás partidos, el único que cambia es, curiosamente, JxCat, que perdería un diputado.
A sólo un diputado en El País
La subida del PP es menor en la encuesta de 40DB que publica el periódico de PRISA: los populares ganarían 1,6 puntos y se quedarían en el 34,7% y 146 diputados, nueve más de los que tiene ahora. La que sí es muy similar es la caída de Vox: con 1,2 puntos menos para tener un 11,2% y 26 diputados, siete menos que los actuales.
Con estos datos la derecha daría un pasito atrás respecto al resultado que prevé El Mundo: con CC y UPN tendrían 174 escaños, a uno de la mayoría absoluta que Sánchez podría volver a reunir de nuevo si contase con el apoyo de todo el separatismo.
Y es que el resultado del PSOE sería tremendamente parecido al del 23J: sólo perdería medio punto y, de nuevo, incluso ganaría un diputado, quedándose en 122. Sumar, por su parte, se dejaría seis décimas hasta el 11,7% y con ellas dirían adiós a cuatro de los escaños que tienen ahora para quedarse en 27.
La encuesta no ofrece datos sobre los resultados de los demás partidos más allá de que el bloque de «otros» que los reúne a todos tendría los mismos 29 diputados logró en las elecciones de julio.
Mayoría de la derecha en La Razón
Por último, la tercera encuesta de este lunes es la de NC Report que publica La Razón y que es la única que da casi por seguro un cambio de Gobierno si hubiese elecciones, aunque sería por un margen ajustadísimo.
Así, el PP subiría dos puntos y siete décimas hasta el 35,8% y eso le daría una horquilla entre 146 y 149 diputados, es decir, como mínimo nueve más de los que tiene en este momento.
Vox, por su parte, tendría una caída muy en la línea de la que predicen los otros sondeos: 1,2 puntos que dejarían a los de Abascal en el 11,2%, el mismo resultado por el que apuesta El País, pero con más escaños: estaría en una horquilla entre 27 y 29.
Así, sólo en la parte más baja de las predicciones de ambos partidos el bloque de la derecha se quedaría en 174 diputados, ya que CC pierde el suyo, mientras que en la parte alta tendría 179, contando con UPN y la mayoría absoluta incluso sin el concurso de los navarros.
Por su parte, el PSOE se dejaría sólo seis décimas hasta el 31%, pero podría tener hasta dos diputados menos, 119 e incluso uno más de los que tiene ahora y llegar a 122. Sumar se dejaría trece décimas hasta quedarse en el 11% y su grupo parlamentario se quedaría entre 25 y 27 escaños en lugar de los 31 que obtuvo el 23-J.
Y, por último, en los partidos minoritarios el único cambio sería que los de Puigdemont lograrían un diputado más y que, como ya hemos comentado, CC perdería el suyo.
Diferencias sutiles en las fichas técnicas
El sondeo de El Mundo ha contado con 1.788 entrevistas que se hicieron del 30 de octubre al 3 de noviembre; el de El País sería de 2.000 hechas un poco anteriores: del 27 al 30 del mes pasado; por último, el de La Razón ha sido de 1.000, hechas entre el 31 de octubre y el 4 de noviembre.
Así, la del diario de Prisa sería la única encuesta que no recogería en absoluto la reacción al pacto entre el PSOE y ERC que se anunció la tarde del pasado día dos y que recogía aspectos polémicos como el traspaso de Rodalíes y la condonación de 15.000 millones de deudas, mientras que los otros dos sondeos sí recogería, aunque sólo en parte, una hipotética reacción a este acuerdo.
https://www.libertaddigital.com/espana/politica/2023-11-06/el-psoe-no-cae-ni-con-amnistia-y-aunque-el-pp-sube-la-caida-de-vox-deja-a-la-derecha-al-borde-de-la-mayoria-absoluta-7066382/
Selenita consciente es una pagina para abrir la mente y expandir la conciencia, los posicionamientos politicos y dar publicidad a sectores que buscan todo lo contrario , no contribuyen (creo) a la ampliacion del conocimiento.
Querido Ramón, abrir la mente, al menos para mi, es ser capaz de leer dos artículos desde posiciones diferentes a nivel político.
En el post actual, el primer artículo es del diario. es (un medio con claro sesgo de izda) y el otro artículo es de libertad digital. com (un medio con sesgo claro de derechas).
Mucha gente sólo lee, los diarios y artículos afines y de esta manera se vuelve más radical y menos ecuánime ante cualquier noticia.
Por eso, la serie de artículos (contrarios), nos ayuda al menos a realizar el intento de ver las razones de quien no opina igual que nosotros.
Yo a eso lo considero abrir la mente, intentar el camino del medio y pensar en los otros, no solo en mis posiciones, mis opiniones, mis… Ese mi, yo, es un indicador de estimación propia. Lo que yo quiero, lo que yo opino.
Esta actitud no contribuye en nada a expandir la consciencia.
Expandir la consciencia, significa dejar el yo, lo mío y ver lo que hacen, dicen los demás.
Un saludo