La próxima generación de exploradores robóticos espaciales – ¡alimentados por bacterias!

Artículo publicado por Paul Scott Anderson el 9 de enero de 2012 en Universe Today

Conforme avanza la tecnología, gran cantidad de aparatos tecnológicos y otras cosas que usamos se hacen más pequeños, ligeros y finos. Ahora, esta tendencia puede llevarse a otro extremo – pequeños exploradores robóticos espaciales que usan una minúscula fuente de energía – las bacterias.

Puede sonar a ciencia ficción, o simplemente como algo raro, pero es la idea que hay tras una nueva propuesta de la NASA como alternativa a las misiones solares o nuleares que son comunes hoy. Las bacterias podrían proporcionar una fuente de energía de vida larga que podría mantener a una minúscula sonda robótica; la cantidad de energía generada también sería pequeña, no obstante, no lo suficiente para alimentar a sondas de mayor tamaño como los róvers de Marte, por ejemplo. Las células de combustible microbiano duran mucho tiempo, no obstante, siempre que las propias bacterias tengan un suministro de alimento adecuado.

El microbio que se está considerando para este proyecto es el Geobacter sulfurreducens, que no requiere de oxígeno para su supervivencia.

Robot bacteriano © by Crédito: NASA

Un equipo de investigación del Laboratorio de Investigación Naval querría tener un prototipo funcional de tal robot, que pesaría aproximadamente un kilo, en los próximos diez años. Hay obstáculos tecnológicos, como en cualquier nuevo concepto de misión, que habrá que superar y que puede llevar varios años.

Sin embargo, otra gran preocupación es el problema de la contaminación. Las sondas planetarias, especialmente las que van a Marte, han sido esterilizadas antes del lanzamiento de acuerdo con un protocolo, para minimizar la introducción de bacterias terrestres en entornos alienígenas. Pero, ¿qué pasaría si se enviase una sonda alimentada por bacterias? Parece ser contraproducente enviar deliberadamente microbios que no sólo van como polizones, sino que son el combustible real.

De acuerdo con Gregory Scott, de NSL: ”Hay preocupación por la protección planetaria, así como por la protección de los propios microbios de la radiación. En algún momento tendremos que considerar si los microbios que estamos observando son los más efectivos para entornos de radiación o temperaturas extremas”.

Cualquier sistema de combustible basado en bacterias tendría que abordar el problema de la contaminación y desarrollarlo para intentar minimizar las posibilidades de un filtrado accidental, especialmente en un lugar como Marte, donde tales organismos podrían tener una posibilidad decente de supervivencia.

La idea es innovadora y emocionante, si pueden abordarse con éxito las distintas preocupaciones ambientales y tecnológicas. De ser así, nuestros diminutos amigos pueden ayudar a abrir un nuevo capítulo en la exploración espacial.

Scott continúa: ”Conforme avancemos en la utilización de células de combustible microbiano (MFCs) como método de generación de energía, esta investigación allanará el camino para la electrónica de baja potencia con potencial para aplicaciones robóticas y espaciales a largo plazo”, dice Scott. Las células de combustible microbiano acopladas a electrónica de potencia extremadamente baja y bajos requisitos energéticos para movilidad, cubre los huecos en la tecnología energética y es aplicable a todos los sistemas robóticos, especialmente la robótica interplanetaria”

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