Durante el verano de 2022, el más cálido de la historia de España desde que hay registros, podrían haber muerto prematuramente en Europa más de 70.000 personas. Así lo constata un informe del Institut de Salut Global de Barcelona (ISGlobal), que ha elaborado un informe usando métodos epidemiológicos para relacionar la temperatura y la mortalidad.
Este es el primer estudio que usa esta metodología y viene a actualizar una investigación del mismo equipo de científicos, publicada en julio de este año, en la que se estimaba que la cifra de muertes prematuras a causa de las altas temperaturas se situaba en 62.800 personas. . En ese mismo texto, -que también usó una metodología pionera- el equipo ya alertó que las cifras podrían ser incluso más altas si se usaran datos más adecuados.
Y es que en el primer informe se analizaron rangos de datos por temperatura semanales o mensuales, cosa que podía llevar a una infraestimación de la mortalidad y dificultaba la comparación entre países. El problema durante la elaboración del primer informe era la baja disponibilidad de datos abiertos de temperatura diaria en diversas regiones de Europa.
Ahora, para este nuevo informe, el equipo de ISGlobal ha obtenido datos agregados en tiempo real de instituciones europeas como Eurostat, que les han permitido observar las cifras diarias. Esta nueva metodología ha creado un mapa mucho más preciso del impacto de las temperaturas sobre la mortalidad. Esto se debe a que, así como los efectos del frío en la mortalidad se pueden alargar hasta un mes después de un pico de bajas temperaturas, los del calor se manifiestan pocos días después, casi nunca pasada una semana.
Así, para este nuevo estudio, los investigadores han podido analizar las series diarias de temperatura y mortalidad de 147 regiones de 16 países europeos desde 1998. A continuación, se analizaron y compararon las estimaciones de la mortalidad asociadas al calor y al frío por distintos niveles. de agregación: diaria, semanal, quincenal y mensual.
De esta manera, se ha podido constatar que los estudios que usan modelos semanales, quincenales y mensuales “subestiman los efectos del calor y el frío” dando lugar a cifras que pueden ser hasta un 21% más bajas que las reales. En otras palabras, este estudio pionero arroja luz a unas cifras de mortalidad que eran más altas de lo que se creía.
El equipo investigador ha aplicado este nuevo marco teórico para reestimar la mortalidad causada por las temperaturas récord del año 2022. Según los cálculos realizados, en el primer estudio se habría subestimado la mortalidad en un 10,28%, lo que implicaría que la verdadera mortalidad relacionado con el calor durante el año 2022 sería de 70.066 muertes, según el modelo de datos diarios, y no los 62.800 muertos originalmente estimados.
El análisis de estos datos más desagregados es más efectivo, no sólo para mejorar la estimación de la mortalidad, sino para “la vigilancia epidemiológica y la generación de políticas públicas, como por ejemplo la activación de aviones de emergencia para prevenir los impactos de las olas. de calor y de frío”, señala Joan Ballester Claramunt, investigador de ISGlobal que lidera el proyecto.
Este hecho supone una ventaja, ya que los equipos de investigación a menudo se encuentran con obstáculos burocráticos que dificultan o imposibilitan el diseño de estudios epidemiológicos a gran escala con datos diarios. Según Ballester, en aquellos casos en los que no sea posible disponer de datos diarios, el uso de series temporales semanales, que son fácilmente accesibles en tiempo real a escala europea, son una buena solución ya que ofrecen “una buena aproximación de las estimaciones obtenidas”. en el modelo de datos diarios”.
Estas cifras se han dado a conocer justo cuando se va viendo el final de este veranillo de San Miguel con temperaturas inusualmente cálidas e inusualmente tardío. Este año, se ha dado un episodio que ha provocado más de 10 jornadas seguidas de récord diario de temperatura global, una racha inédita desde la década de 1970.
Lo que los datos muestran, pues, es que hace más calor y, además, las temperaturas elevadas se producen durante más jornadas. De ahí que, según la Aemet, el verano actualmente abre casi cinco semanas más que a comienzos de los años 80.
En los años 70, el período estival comenzó el 15 de julio y terminó el 16 de septiembre. En la actualidad, el promedio que marca el termómetro es que comienza el 11 de junio y finaliza el 22 de septiembre.
Este alargamiento del verano tiene diversas consecuencias que van desde la extensión del riesgo de incendios hasta la disponibilidad de recursos hídricos. Esto, entre otros factores, explica que Cataluña esté actualmente inmersa en la peor sequía de toda su historia. La racha seca acumula ya 31 meses.
Para volver a una situación de normalidad sería necesaria una precipitación equivalente a la lluvia que cae de media en Barcelona en todo un año. Pero según el Servei Meteorològic de Catalunya (SMC) no se prevé ningún episodio de lluvia abundante en el corto y medio plazo.
https://www.eldiario.es/catalunya/calor-causo-70-000-muertes-prematuras-europa-durante-2022_1_10701978.html
Si hubiera sido el calor en África se habrían extinguido.