Los misteriosos Hombres de Negro incluso aparecieron en el pequeño pueblo galés donde tuvo lugar el hecho para intentar recuperar los restos del objeto.
Lo que sea que dispersó todos los escombros (como el de la derecha) en el campo galés luego se habría alejado volando. Crédito: MysteryPlanet.com.ar/Flying Disk Press.
Cruzando campos helados para atender a sus corderos, el granjero galés Irwel Evans se detuvo en seco al ver montones de metal esparcidos hasta donde alcanzaba la vista. Una investigación más profunda reveló que estaban dispersos en un área del tamaño de tres campos de fútbol en la granja familiar, en las afueras del adormilado pueblo de Llanillar en Gales. Además, las copas de los árboles en un bosque cercano habían sido cortadas por algún tipo de impacto.
El incidente, ocurrido en enero de 1983, fue apodado el «Roswell galés», en referencia al infame choque de un ovni (o más bien dos) en Nuevo México en 1947.
Tras su sorprendente hallazgo, el granjero Evans alertó a la policía, que a su vez dio aviso a la Real Fuerza Aérea (RAF) y a agentes del Ministerio de Defensa (DoD) británico, quienes no tardaron en hacerse presentes en el área para peinar la tierra y los bosques cercanos, llevándose consigo los fragmentos encontrados.
Pero nunca se dio una explicación oficial sobre lo ocurrido ni se registraron detalles de la operación de esa noche. La RAF, por su parte, negó haber tenido alguna aeronave en el aire en el momento en que estos restos supuestamente cayeron, ni estaban realizando maniobras. Además, sus escáneres de radar no detectaron nada fuera de lo común.
Hombres de Negro
Después del suceso, Gary Rowe, un investigador local de ovnis, se acercó al lugar para inspeccionar in situ. A primera vista, parecía que no quedaba rastro alguno. Sin embargo, con astucia, sospechó que el gobierno podría no haber limpiado por completo el bosque. Y acertó. Al adentrarse en el bosque, descubrió seis piezas metálicas y dos fragmentos que se asemejaban a una especie de lámina de aluminio.
Gary Rowe conservó los restos del choque por 40 años. Dice que algunos de los restos (como los de la derecha) que no le cedió a Olly están escondidos en una ubicación secreta. Crédito: Flying Disk Press.
En un giro inquietante, más tarde relató que recibió la visita de enigmáticos individuos vestidos de negro, pertenecientes a una agencia gubernamental desconocida. Estos le exigieron entregar los restos, pero Rowe les informó que ya no los poseía.
Pruebas de laboratorio
Más recientemente y con motivo del 40 aniversario del incidente, Mark Olly, presentador de Ancient Aliens y profesor en la Universidad de Chester, inició una investigación para su próximo libro. Durante esta búsqueda, logró contactar a Rowe, quien había mantenido en secreto los fragmentos encontrados durante todo este tiempo.
Finalmente, Rowe accedió a cederle algunos de estos fragmentos al autor para su investigación. Estas muestras fueron enviadas a laboratorios en Australia y Estados Unidos, y los resultados superaron cualquier expectativa.
Se encontraron metales raros y costosos en los fragmentos. Crédito: Flying Disk Press.
«El laboratorio australiano confirmó que sí, es aluminio, pero espuma de aluminio», explicó. «Sabemos exactamente lo que es. Tiene algún tipo de pegamento de grado militar estadounidense. Está pintado de verde en un lado. Sin embargo, nadie tenía espuma de aluminio en 1983, por lo que pueden pensar que saben lo que es, pero claramente no debería haber existido en ese momento».
«Luego, el análisis estadounidense llega y su conclusión simplemente dice “Desconocido”. Indicaron que no tenían idea de cuál era el origen de esto, pero es lantano, un metal extremadamente exótico, masivamente costoso, difícil de encontrar y producir», continuó.
Una de las piezas es un extraño metal con un patrón en forma de panal de abejas. Crédito: Flying Disk Press.
«Así que tenemos la idea de que posiblemente sea espuma de aluminio y lantano. Si se construyera algún tipo de nave voladora con lantano, costaría miles de millones de dólares producir esa cantidad de metal», añadió
¿Origen extraterrestre?
«Pensábamos que cuando llegaran los análisis, cerrarían por completo el asunto, pero ha tenido el efecto contrario. De hecho, la madriguera del conejo se ha vuelto más profunda y ahora somos menos capaces de decir qué es, porque ahora tienes dos sustancias identificadas positivamente que no deberían existir en ese momento», comentó.
El investigador contempla la posibilidad de que lo que cayó en aquel campo galés en 1983 fuera en realidad una nave derivada de tecnología alienígena que había sido objeto de ingeniería inversa.
Además, considera que los recientes resultados de las pruebas representan un avance hacia la desclasificación, un término que señala el reconocimiento por parte del gobierno de la existencia de vida extraterrestre inteligente.
«No estamos abriendo de golpe la puerta de la desclasificación, pero ciertamente estamos rasguñándola… estamos diciendo, espera un momento, tenemos pruebas físicas. Esto no son luces intermitentes, ni extraños testigos hipnotizados o lo que sea, esto es sólido. Esto es evidencia física, contundente, de algo que es extraordinariamente inusual ya sea terrestre o extraterrestre», concluyó.
Mark Olly y su recientemente publicado libro. Crédito: Flying Disk Press.
El nuevo libro de Mark Olly, intitulado El Roswell de Europa: 40 años desde el impacto, ha sido publicado por Flying Disk Press y ya está disponible en Amazon.
Fuente: The Sun. Edición: MP.
El Roswell galés: Analizan restos de un OVNI estrellado en 1983