En este artículo, el uso de la palabra «Uno» y en las analogías del «sol», se refieren al Sujeto Supremo, al Yo, a la Fuente, a la Consciencia, cualquiera que sea la etiqueta que prefiera tu mente. Ya sea que se vea o no, asumimos que el sol siempre está brillando, está siempre presente.
Advaita tradicional: un tipo de camino que utiliza el conocimiento, la razón, la lógica y la investigación para disipar las nubes de ideas falsas y hacer realidad el sol.
Neo-Advaita: un tipo de camino que pretende ignorar las nubes de ideas falsas y anima a ver la Unidad directamente.
Dado que el sol está siempre presente y es la única realidad, el Neo-Advaita tiene razón al decir que ésta es una ruta aparentemente más corta. Pero surge el pensamiento: «¿Qué pasa con las nubes?» ¿No es necesario dispersar las nubes para ver el sol? Sí, porque parecen tapar el sol. No, porque no son la realidad y no tapan el sol.
La cuestión de los «neo» versus los «tradicionalistas» se resume en la analogía de atravesar una puerta hacia la autorrealización y luego darse la vuelta y ver que nunca hubo una puerta. Debo estar de acuerdo en que los neo parecen olvidar que se produjo el paso por la puerta. En cuanto al Uno, se echó un velo sobre los ojos y, para la realización, hay que quitarlo. Pero debe ser eliminado por el Uno: la forma en que eso aparentemente ocurre ha creado innumerables religiones y filosofías, incluidas las tradicionales y las neo-advaita.
Es la mente la que piensa que ha encontrado un camino, neo, tradicional, meditación o medicación. El pensamiento del personaje del sueño es el problema número uno. El personaje del sueño que piensa que está haciendo algo es el problema número dos. El personaje del sueño que piensa que se ha realizado es el problema número tres. El personaje del sueño que piensa que puede compartir lo que ha realizado es el problema número cuatro. Otro personaje onírico, aparentemente separado, piensa que otro puede enseñarle cómo realizarse, otro más. Sin embargo, todo continúa.
Algunos dirían que las nubes son reales porque parecen existir en este momento. Y como sólo existe el Uno, las nubes son eso. Éste es un punto válido, pero para el Uno las nubes son el disfrute del ser, temporal y sin sentido. El Uno, en cualquier momento, puede dejar caer las nubes o la creación entera y nadie lo sabría.
Para la mente los pensamientos son reales. Para la mente, la mente es real. Cuando comenzamos a investigar la mente (Advaita tradicional), no es difícil ver que el pensamiento de algo que se ha considerado como real nunca es la cosa real. El pensamiento de una roca nunca es la roca real. El pensamiento de «yo» no es el Yo real. Si aplicamos una prueba bastante simple de la realidad última, se ve una perspectiva definitiva.
Si la definición de lo que es real es «lo que no cambia», entonces lo que está cambiando no es real. Las nubes no son reales frente a la realidad del Uno. Entonces, en lugar de decir que las nubes no son reales, consideremos simplemente que son eventos temporales, reales desde una perspectiva y no reales desde otra, pero en última instancia sin significado ni realidad ya que están cambiando.
La realidad temporal cambiante es sólo una apariencia dentro de la realidad última del Uno. Como dijo Nisargadatta Maharaj,
«Un hombre que se mueve con la tierra experimentará necesariamente días y noches. Aquel que está con el sol no conocerá la oscuridad. Mi mundo no es el suyo. Tal como yo lo veo, todos ustedes están actuando en un escenario. No hay realidad en sus idas y venidas. ¡Y los problemas de ustedes son tan irreales!»
Nisargadatta Maharaj hablaba desde la perspectiva del Uno, no desde la perspectiva de la mente limitada. Si imaginas tu sueño nocturno por un momento, sabiendo que es sólo una creación espontánea de la mente, ¿no podrías decir las mismas palabras sobre los personajes de tu sueño que Nisargadatta Maharaj dijo sobre la apariencia del mundo y los personajes en él?
Zen: Un monje regresa de una conferencia en un templo lejano y se pierde en el lado equivocado del río. Necesita cruzar para llegar a casa pero no puede encontrar el puente. Finalmente, ve al Maestro que dio la conferencia al otro lado y le grita. «Maestro, ¿cómo llego al otro lado del río?» El maestro responde: «Novicio, ¡ya estás en el otro lado del río!»
Si bien la verdad es, como diría el Neo-Advaita, «ya estás en el otro lado». Esa verdad no beneficia al monje, a menos que éstas sean las palabras que disipen las nubes. Entonces, el Advaita tradicional tiene razón. Pero surge el pensamiento: si tu verdadera naturaleza está siempre presente, ¿qué diferencia suponen las nubes?
Ninguna. Estás en el otro lado del río. El hecho de que no lo sepas no cambia ese hecho. Tradicional Vs Neo es representativo de la enfermedad de la mente. La misma mentira que ambos intentan disipar — «no dos». Un río no está en muchos lugares.
Neo, al parecer, ofrece la oportunidad de eliminar parte del equipaje tradicional Advaita que nació en una época y cultura diferentes. En última instancia, es el Uno, no la enseñanza o el maestro temporal, quien elimina el velo.
¿Cómo ve el monje que ya está en el otro lado? Tradicionalmente, lo resuelve mediante la investigación. Neo-mente* ve lo que es. Prácticamente, hace ambas cosas. En realidad, el Uno disfruta del ser temporal, independientemente de lo que parezca estar sucediendo.
* Neo-mente es la traducción literal del inglés “Neo-ly”, queriendo decir «a la manera Neo». Siguiendo la línea de «tradicionalmente» o «a la manera tradicional».