El primer módulo lunar estadounidense en 50 años enfrenta problemas graves y no cumplirá su misión

Después del lanzamiento de hoy, la nave espacial ha experimentado varios problemas serios que la han dejado en jaque.

Foto tomada por Peregrine en el espacio. La cámara utilizada está montada en la parte superior de una plataforma de carga y muestra el Aislamiento de Múltiples Capas (MLI) en primer plano.

En un comunicado de prensa publicado en X, la compañía espacial Astrobotic con sede en Pittsburgh informó que su módulo de alunizaje Peregrine, financiado por la NASA, experimentó «una anomalía que impidió que la nave lograra una orientación estable hacia el Sol» y, por lo tanto, cargar su batería mediante sus paneles solares.

En respuesta, el equipo de la misión desarrolló y ejecutó una maniobra improvisada para reorientar los paneles, algo que a la vez provocó una pérdida temporal de comunicaciones con la nave. Para más inri, luego de lograr una orientación favorable para la carga de la batería, se descubrió otra anomalía aún peor.

«Lamentablemente, parece haber una falla dentro del sistema de propulsión que está causando una pérdida grave de propelente», comunicó Astrobiotic. «El equipo está trabajando para estabilizar esta pérdida, pero dada la situación, hemos priorizado maximizar la ciencia y los datos que podemos capturar. Actualmente estamos evaluando qué perfiles de misión alternativos podrían ser factibles en este momento».

Esto quiere decir que la misión principal de llegar a la Luna no se cumplirá, perdiendo en el espacio, además, sus cargas útiles —entre las que se encuentran un Bitcoin físico, una pieza del monte Everest y algunos restos del creador de Star Trek, Gene Roddenberry—.

«El escape continuo de propelente está causando que los propulsores del Sistema de Control de Actitud (ACS) de la nave operen mucho más allá de sus ciclos de vida esperados para evitar que el módulo de aterrizaje entre en un giro descontrolado. Si los propulsores pueden seguir funcionando, creemos que la nave podría mantenerse en una posición estable orientada hacia el Sol durante aproximadamente 40 horas más, según el consumo actual de combustible», añadió Astrobiotic en otro anuncio de seguimiento de la situación.

«En este momento, el objetivo es acercar a Peregrine lo más posible a la distancia lunar antes de que pierda la capacidad de mantener su posición hacia el Sol y, posteriormente, se quede sin energía».

Aprendiendo del fracaso

Patrocinado por el programa de Carga Útil Lunar Comercial (CLPS) de la NASA, el módulo de aterrizaje Peregrine estaba destinado a liderar una serie de cinco misiones comerciales espaciales contratadas por la agencia para transportar cargas a la superficie lunar. De haber tenido éxito, se habría convertido en la primera nave comercial en aterrizar en la Luna, marcando el regreso de una nave estadounidense al satélite en más de 50 años.

Aunque los contratiempos en la industria aeroespacial ocurren con frecuencia —basta ver a SpaceX—, lo sucedido hoy sigue siendo un golpe contra el inicio del gran año lunar de la NASA y los Estados Unidos. El resto del año verá los lanzamientos programados de otras dos naves del programa CLPS y, si todo sale según lo planeado, iniciará la segunda fase de la misión Artemis, que verá a cuatro astronautas en el primer sobrevuelo lunar desde la década de 1970.

En su propio comunicado, publicado en X, la NASA destacó los logros de su socio Astrobotic y mencionó que «cada misión es una oportunidad para aprender». Esta declaración amable encierra la idea de que el fracaso es una valiosa experiencia de aprendizaje y, con suerte, lo aprendido en este momento ayudará a que los futuros lanzamientos CLPS sean más exitosos.

Fuente: Astrobiotic/NASA/The Byte. Edición: MP.

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