Continúa la subasta por mantener el sillón de Moncloa. El bazar político del pasado miércoles donde el Gobierno de Pedro Sánchez consiguió «in extremis» salvar reales decretos mediante el despiece institucional ilimitado deja una radiografía de lo que pueden suponer las próximas cesiones para un «sí» en una ley de Presupuestos Generales. Y es que los pasillos de la Cámara Alta fueron testigos de un juego de ilusionismo y efectos especiales donde partidos de izquierdas como Podemos o Sumar asumían políticas impuestas por Junts que chocan incluso con su propia ideología.
Traspaso de inmigración
Junts reclamó por una abstención el traspaso de la competencia de inmigración que incluye el control de fronteras, expulsiones, devoluciones… Eso supondrá convertir a los mossos en una policía nacional y un paso más a la desaparición de las de las comisarías de la Policía que hay en Cataluña ya que solo ejercen la competencia de Extranjería e Información.
Ley de enjuiciamiento
Logran tumbar el artículo 43 bis de la ley de enjuiciamiento civil que regula la cuestión prejudicial europea en la que los jueces pueden elevar consultas al Tribunal de Justicia de la Unión Europea y que podía dejar en suspenso la ejecución de la amnistía.
Incentivos para el retorno de empresas
Pagar para forzar el regreso inmediato de las empresas que se fueron de Cataluña y vuelvan al lugar donde realizan mayoritariamente su actividad.
Balanzas fiscales
Exigen la publicación inmediata de las balanzas fiscales: es decir, calcular la diferencia sobre cuántos impuestos recaudados en Cataluña se utilizan para financiar servicios del Estado y cuánto gasto del Estado se produce en Cataluña. Junts calcula que son 22.000 millones aunque otros lo cifran en mucho menos.
Más recursos
Se multiplican por cinco los recursos económicos previstos para la digitalización de la administración de Justicia (pasa de 1,2 millones a 6,2 millones de euros) y el Estado asumirá la totalidad del coste sobre los descuentos y bonificaciones del precio del transporte público. Asimismo, el IVA del aceite baja al 0 por ciento.
Ley de amnistía
Supondrá la anulación de los procedimientos judiciales y de las penas derivadas de los hechos producidos en el marco del procés y Carles Puigdemont podrá volver a España. Para su acuerdo se cedió también a que un «verificador» salvadoreño, experto en guerrillas, asumiera la mediación de todo ello desde Ginebra.
Comisiones de investigación
Se aprobaron tres comisiones de investigación impulsadas por ERC y Junts: sobre los atentados del 17 de agosto en Barcelona y Cambrils; sobre la «Operación Cataluña» para abordar «las presuntas irregularidades que vinculan a altos cargos y mandos policiales con la existencia de una trama parapolicial» -lawfare-; y, sobre el presunto espionaje con «Pegasus».
Garantía del plurilingüismo
El Gobierno se comprometió a aprobar una Ley Orgánica que «garantice el derecho de la ciudadanía a dirigirse a la Administración General del Estado en lenguas cooficiales». También en el Congreso de los Diputados impusieron las lenguas cooficiales.
Cesión de Rodalies y el IMV
Fijan el traspaso de Rodalies de Cercanías para principios de este año donde concretarán las pautas del mismo. También les será cedido la gestión del Ingreso Mínimo Vital (IMV).
Cuarta Mesa de diálogo
El Gobierno se comprometió con ERC en llevar a cabo la primera mesa de diálogo en esta legislatura y la cuarta desde que se llevó a cabo la primera.
Fábrica de chips
Impulsar y financiar un centro tecnológico de producción de chips.
El camino de Catalunya para el nuevo año: vivienda, educación, sanidad y renovables
Un nuevo año, muchas prisas y un acuerdo de presupuestos que sigue sin llegar. El Govern pide responsabilidad a los partidos y afirma en público que quiere aprobar las cuentas este mismo mes, pero la realidad es que nos encontramos en el mismo punto que estábamos antes de terminar el año. Incumplimiento de los presupuestos del 2023, puerta abierta al casino más grande de Europa en el Camp de Tarragona y unas prioridades de gobierno que no conocemos.
Siempre hemos trabajado para tener unos presupuestos que puedan ayudar a mejorar la vida de los catalanes y catalanas. Catalunya ha tenido tres presupuestos desde el 2017 y han sido posibles gracias a los comuns, incluso en el año electoral. Es más, estamos orgullosos de haber cambiado la lógica de ‘si no formo parte del gobierno, tumbo los presupuestos’, pero no estamos dispuestas a hacerlo a cualquier precio. No a cambio de hipotecar el futuro de Catalunya. Buena voluntad o querer presupuestos no es un cheque en blanco.
Se han tenido doce meses para cumplir con todo lo que se pactó, así que si alguna prisa tiene que tener el Govern es la de pararse a pensar y analizar cuál es el contexto, cómo y cuándo cumple el acuerdo del 2023 con un calendario realista y urgente y cuáles son las necesidades del país de ahora.
Nosotros tenemos claro que las necesidades no son Eurovegas, Barcelona World, Hard Rock o como se diga. Tres maneras diferentes para referirse a un mismo delirio. Después de más de 10 años hablando, todavía está sobre la mesa –incluso en medio de la peor sequía de la historia– la apuesta por el macroproyecto del Hard Rock, el casino más grande de Europa que iría instalado en el Camp de Tarragona.
Un proyecto con un gran impacto ambiental y social que promueve un modelo de precariedad laboral y se basa en el juego y las apuestas, un fenómeno que genera adicciones y ludopatía y que ahora mismo es un verdadero problema de salud pública. Hay que dejar claro que apostar o no para convertir Catalunya en Las Vegas de Europa es exclusivamente una decisión política.
Desde los comuns creemos que el 2024 tiene que ser el año en que el Govern realmente se sitúa como prioridades la vivienda, la salud, la educación y la planificación ecológica. Cuatro prioridades que no son de partido, sino que son de país, y que desgraciadamente coinciden con los ámbitos en que el Ejecutivo de ERC menos está cumpliendo.
Faltan millas de viviendas para hacer crecer el parque público en vez de ayudas al alquiler como promueve el Govern, que no ayudan a rebajar el precio. Hace falta valentía política para parar los pies a los especuladores y convertir el Govern de la Generalitat en el principal facilitador de vivienda pública.
En el ámbito sanitario, a pesar de tener el presupuesto en salud más grande de la historia, estamos viviendo un momento crítico para la salud pública: hospitales y centros sanitarios colapsados, huelga indefinida de enfermería o directivos de centros de atención primaria que amenazan con disminuir . En definitiva, unos profesionales que siguen diciendo que los refuerzos no llegan y que siguen como antes de la pandemia; sobrecargados y agotados.
En vez de hacer frente a la situación, el Govern ha anunciado que recorta un 80% el acceso a la pediatría: de 374 centros que hay en Catalunya, de ahora solo en 79 de estos habrá servicio pediátrico. Y se incumple lo que reconocía el acuerdo de los presupuestos de 2023 para fijar un plazo máximo de 5 días para poder acceder a la atención primaria.
En educación, nos encontramos con una crisis que se podría haber evitado, pero una vez la tenemos aquí hay que afrontarla y hay que hacerlo con diálogo, con recursos y con planificación, luchando contra la desigualdad y entendiendo la educación 24/7. Medidas como la sexta hora o tres tardes de extraescolares gratuitas son básicas.
Y en transición ecológica, aunque con algunas mejoras, seguimos a la cola en energías renovables, que es una energía más limpia y también más barata. Hay que seguir avanzando, pero también hay que hablar de la sequía. Después de una década de cuidado de planificación de política hídrica, vamos muy tarde y el Govern no está fijando las prioridades claras, pidiendo unos sacrificios extraordinarios al sector primario, pero, en cambio, dando barra libre al turismo. Hay que reequilibrar.
Querer aprobar presupuestos tendría que ser sinónimo de querer definir el proyecto de país que se quiere. La sensación de muchos catalanes y catalanas es que su Govern no tiene claro qué proyecto propone. Estar en minoría no tiene que significar renunciar al liderazgo. El camino de Catalunya para el 2024 pasa sí o sí por la vivienda, la educación, la sanidad y las renovables.
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