Los conflictos por el control de los recursos naturales

Los conflictos sociales, en los que se encuentran incluidos los conflictos ambientales, tienen muchos frentes. Los derechos de nuestros pueblos se ven amenazados diariamente por la presión de las multinacionales en su afán de explotar y mercantilizar los recursos naturales, que en sus países de origen ya han sido devastados, se encuentran al borde del agotamiento o no son suficientes para abastecer la demanda.

Latinoamérica, a pesar de haber sufrido más de 500 años de explotación, aun tiene innumerables riquezas naturales que, desde la óptica del sistema economicista que subyuga al planeta, se ven simplemente como “materia prima” o “bienes de mercado”.

Es así que una montaña se percibe como un depósito de metales, un bosque es un almacén de madera, un río como fuente de provisión de agua y desaguadero de efluentes o una llanura como una fábrica de agrocombustibles.

La cultura y el ecosistema del lugar a explotar, carecen de valor alguno. Sus habitantes pueden servir a sus intereses o ser desterrados.

Así se ha manejado el mundo en los últimos siglos y esos métodos se han profundizado hasta límites increíbles en las últimas décadas.

Pero como ha sucedido a lo largo de toda la historia de la humanidad, cuando los pueblos se sienten atropellados, o sienten que está en peligro su supervivencia, se gesta una lógica reacción. Lo que alguna vez era resignada aceptación, comenzó a convertirse en destellante reacción y luego en conflictos sociales.

Hoy vemos en el continente americano a los descendientes de los pueblos originarios, a los de los hermanos africanos llevados como esclavos y a un gran porcentaje de mestizos, zambos y otras mezclas que se han convertido en nuevas y mayoritarias etnias, muriendo de hambre. Se les han talado los bosques y envenenado, o secado, o desviado los cursos de agua en los que conseguían sus alimentos. Nunca fueron consultados, nunca se les dio nada a cambio, jamás participaron de las ganancias. Nunca existieron para la maquinaria del progreso.

La desmedida ambición económica ha convertido a las inmensas riquezas naturales de América, en una gran maldición que pesa sobre cada ser vivo que la habite. Se ha convertido en motivo de envenenamiento de ríos, de pulverización de montañas, en motivo de desaparición de bosques, de especies vegetales y animales, de glaciares, de pueblos, de culturas. Es causa de inundaciones y sequías, de desertización, de pérdida de biodiversidad, de contaminación, de desnutrición y muerte.

El “desarrollo” es pujante, por eso empuja y empuja sin importar a quién, sin importar hacia donde. Se hace lugar, ocupa cada vez mas espacio y necesita cada vez menos de nosotros, los seres vivos. Cada día somos mas personas en el planeta, pero son menos las que el “desarrollo” requiere para seguir expandiéndose, ocupando cada rincón del globo.

Consumismo, la mala madre de muchos de nuestros problemas ambientales

Consumo es una palabra que deriva del latín: cosumere y cuyo significado es gastar o destruir. Una vez que algo ha sido consumido, es decir gastado o destruido para satisfacer nuestras necesidades o deseos, ese “algo” se convertirá parte en un residuo, en basura, y parte en una necesidad satisfecha o, en el peor y lamentablemente más común de los casos, en un innecesario deseo cumplido.

Muchos de los procesos de destrucción ambiental del planeta comparten una misma causa: el consumo excesivo e irresponsable.

En la sociedad de consumo en la que vivimos, todos y cada uno de nosotros jugamos un doble papel. Somos víctimas y victimarios.

Cada uno de nosotros recibe, desde que abrimos nuestros ojos por la mañana hasta que los cerramos por la noche, un constante bombardeo de la industria publicitaria que nos incita a consumir, que intenta generarnos nuevas adicciones, necesidades, deseos. Que prácticamente nos obliga a adquirir productos y servicios cuya gran mayoría son para nosotros totalmente innecesarios.

El modelo industrial-consumista ha conducido a que las economías de los países mas pobres dediquen gran parte de sus recursos humanos y naturales, a la satisfacción del desmedido consumo de las sociedades más industrializadas, y de los estratos mas pudientes de esas regiones, incluso dejando de satisfacer las necesidades fundamentales de sus propias poblaciones.

Existe una deuda contraída por los países industrializados con el resto, producida por el saqueo histórico y presente de los recursos naturales, por los impactos ambientales resultantes de la producción industrial y por la irresponsable utilización del espacio ambiental.

Cada año y desde hace décadas el exceso de emisiones provoca a nuestros países invaluables pérdidas económicas y humanas asociadas a inundaciones, proliferación de enfermedades infecto-contagiosas, sequías, desertización, pérdida de biodiversidad y otras tantas consecuencias directas e indirectas.

La Sociedad de Consumo es a todas luces ambientalmente insostenible. Ya ni siquiera puede sostenerse sobre la desigualdad entre norte y sur, que hizo durante muchos años las veces de compensadora de la presión sobre los recursos naturales, que ejerce el consumo excesivo de los países mas ricos. Este consumo implica un aumento constante de la extracción y explotación de recursos naturales, que se están agotando, y del vertido de residuos, que ha colmado ya hace años la capacidad de absorción del planeta.

De todo esto nace el concepto de pasivos ambientales, los daños al ecosistema que produce una empresa, ya sea en su actividad normal o en caso de accidente. Claro que para las actividades normales de una empresa contaminante el costo que debe pagar no es el mismo en un país del tercer mundo que en uno industrializado y menos aun en caso de accidentes.

Es por eso que desde hace algún tiempo, las empresas transnacionales han comenzado a radicar sus plantas en los países del Sur, donde en la mayoría de los casos no se hacen cargo de los daños ambientales producidos. De tal forma los países industrializados adquieren aún mas Deuda Ecológica para con los demás.

En materia de consumo, no debemos pretender compensar para arriba, es decir que todo el planeta tenga la posibilidad de consumir en los niveles que los hacen los países industrializados, pues eso nos llevaría a acelerar el colapso ambiental, sino que es necesario compensar para abajo. Los países del primer mundo deben reducir sus niveles de consumo, si realmente están interesados en salvar al planeta de la catástrofe ambiental que se avecina.

Por primera vez nos encontramos ante un problema ambiental de características planetarias. Y el reto es actuar como especie, entender que las decisiones para solucionarlo deberán ser tomadas a nivel global. Ya no basta con esfuerzos individuales y aislados. Estamos todos en un mismo barco que se está hundiendo y cada uno de nosotros tiene la obligación de hacer nuestro aporte para que se mantenga a flote.

Las consecuencias sociales y ambientales del consumismo están a la vista de quien las quiera ver. Hemos enfermado al planeta y los síntomas se multiplican diariamente.

Algunos casos de explotación de los Recursos Naturales

Los Monocultivos

La social y ambientalmente devastadora historia de los monocultivos, no es para nada reciente en América. Tal es así, que lleva casi tanto tiempo en el continente como sus “descubridores”.

Si bien indudablemente el móvil que llevó a la conquista del continente americano en un principio fue la abundancia del oro y la plata, en su segundo viaje Colón llevó consigo algunas raíces de caña de azúcar y las plantó en una isla de Centroamérica.
Mala suerte para el continente, la riqueza y fertilidad de la tierra hicieron que tan codiciado elemento brotara y se multiplicara rápidamente.

Durante los tres siglos posteriores, el cultivo se expandió como una mancha de aceite cubriendo rápidamente otras islas y desembarcó en el continente, tomando la costa peruana y el nordeste de Brasil.

El preparado de los terrenos, plantado, cosecha y transporte de la caña, demandaba gran cantidad de mano de obra, que en los comienzos era abastecida con los conquistados pueblos indígenas. Pero pronto las muertes por las condiciones infrahumanas de vida que se les daban, hicieron necesario llevar mano de obra esclava desde el Africa.

La producción extensiva de la caña de azúcar comía con voraces incendios bosques enteros, extinguiendo a su paso toda diversidad biológica existente. Tierras que durante muchos miles de años habían sido fértiles y ricas en minerales, se convertían en suelos gastados y semidesérticos a medida que el “oro blanco” -que entre tanto producía fabulosas ganancias a Holanda, Inglaterra, Francia y Portugal- extendía sus dominios con su marcha ambientalmente catastrófica.

El elevado costo de esta primera experiencia con los monocultivos, aun hoy -cientos de años más tarde- sigue siendo una herencia macabra que recibe cada niño al nacer.

El informe que presentó la FAO sobre los recursos forestales “Evaluación de Recursos Forestales Mundiales 2005” (FRA2005), presenta un cuadro bastante completo de situación del estado de los recursos naturales de todo el globo.

De este trabajo se desprende que América Latina y el Caribe es la región con mayor concentración de bosques en el mundo, pero es también la región que ha sufrido la más importante deforestación del planeta en la última década, con una pérdida de 4,3 millones de hectáreas al año.

Sólo en Sudamérica se concentra el 65% de la pérdida anual de bosques del planeta, y la deforestación ocurre sobre todo en la región amazónica, donde se pierden 3,1 millones de hectáreas al año, es decir más del 40% de la deforestación del mundo.

Según la FAO, América del Sur cuenta con la mayor biodiversidad de la Tierra, y la deforestación no sólo la perjudica, sino que además afecta sus cuencas hidrográficas y la riqueza de sus suelos.

La deforestación en el mundo, sobre todo para convertir los bosques en tierras agrícolas, prosigue a un ritmo alarmante: unos 13 millones de hectáreas al año. (3)

Hoy en día Latinoamérica está siendo alfombrada, un perfecto verde cubre ya mas de 45 millones de hectáreas y crece a un ritmo de mas de 800 por día. Debajo de esa alfombra quedan sepultados bosques, montes, mariposas, pájaros, insectos, campesinos, pequeños agricultores, familias, culturas completas. Todo ser vivo está siendo tapado por ese tapiz monocromático llamado Soja, que ha tenido un gran impulso extra, desde su lanzamiento internacional como planta-combustible.

Hay un gran debate sobre el balance de energía necesaria para producir etanol o biodiesel con cultivos bioenergéticos. Los resultados de estudios de David Pimentel y Tad Patzek sostienen que el balance de energía de todos los cultivos, con los métodos de procesamiento actuales, gasta una mayor cantidad de energía fósil para producir el equivalente energético en agrocombustible.

Así, por cada unidad de energía gastada en energía fósil, el retorno es de 0,778 de energía de metanol de maíz; 0,688 unidades en etanol de switchgrass; 0,636 unidades de etanol de madera y, en el peor de los casos, 0,534 unidades de biodiesel de soya.

De hecho ni Pimentel, ni Patzek, ni sus críticos han incluido los costos del tratamiento de desperdicios y desechos, o los impactos ambientales de los cultivos bioenergéticos intensivos, como la pérdida de suelos y la contaminación ambiental por el uso de fertilizantes o plaguicidas.

“En la actualidad, Brasil es el mayor productor de soya en América del Sur, con una extensión de cultivos de 20,58 millones de hectáreas. Durante la zafra 2004/2005 se deforestaron 1,2 millones de has de selva Amazónica como consecuencia principal de la expansión sojera.

Los estándares ambientales también han sido lamentables. La expansión de los cultivos de caña en Brasil ha destruido, en las décadas pasadas, gran parte de la Mata Atlántica, y hoy se prevé un incremento del 17 % en las plantaciones de caña, lo que significará 2 millones de hectáreas más de caña, expansión que se hará a costa de otros ecosistemas.

En Argentina, en el ciclo 2006/2007 se obtuvo un volumen récord de cosecha de 47,5 millones de toneladas, alcanzando 16 millones de hectáreas cultivadas, lo que representa más del 50 % de la superficie agrícola. En este último año, la soya se expandió 450 mil hectáreas y en los últimos 4 años se han deforestado 1 millón de hectáreas de bosques. Se calcula que se pierde un promedio de 821 hectáreas de bosques por día y la mayor parte de estas tierras han sido plantadas con soya.” (4)

Para tomar dimensiones del asunto, 100 hectáreas equivalen a 1 km2. En Latinoamérica hay plantadas 45 millones de hectáreas de soya, lo que equivale a 450.000 km2. La superficie de España entera es de 500.000 km2. Es decir que sólo en Latinoamérica hay casi una España entera, cubierta por soja.

En Paraguay hay constantes despojos de tierras de sus ocupantes tradicionales para la expansión del cultivo de soya.

En Argentina la soya ha desplazado otros cultivos de los que dependía la soberanía alimentaria de ese país, y existe una gran cantidad de “pueblos fumigados” que lo único que reciben de la cadena productiva de la soya es la proliferación de enfermedades letales.

En Chile los cultivos forestales han desplazado a las poblaciones mapuches tradicionales, y el cultivo de palma africana en Colombia opera con el apoyo de grupos armados ilegales.

Ya la soya ha causado la destrucción de 21 millones de hectáreas en el ecosistema del cerrado, bosques tropicales y Mata Atlántica, Pantanal, Caatinga en Brasil, más de 14 millones de hectáreas de Pampa húmeda, Yunga y Chaco en Argentina; 1.750.000 hectáreas de Pantanal, Mata Atlántica y Chaco en Paraguay, y 600.000 hectáreas de bosques tropicales en Bolivia (5). Las plantaciones forestales en Chile se han expandido a costa de los bosques boreales. En Ecuador y Colombia, las plantaciones de palma se han asentado sobre bosques tropicales tanto Amazónicos como del Chocó biogeográfico, y en muchos casos sobre territorios indígenas tradicionales.

La Unión Europea, en su afán por cumplir con sus obligaciones dentro del Protocolo de Kyoto, está empeñada en cambiar sus sistemas energéticos a base de combustibles fósiles, por agrocombustibles; pero como en Europa no existen tierras suficientes para la producción de la cantidad de agrocombustibles que se pretende utilizar, lo que se plantea es su importación.

Solo para suplir las necesidades energéticas de Estados Unidos logrando así superar la dependencia al diesel, se necesitaría duplicar la superficie agrícola, lo que significaría duplicar el área sembrada con soya transgénica.

El Departamento de Energía de Estados Unidos calcula que el potencial en biomasa existente en ese país es de 160 millones de toneladas al año, lo que significa un millón de barriles de petróleo diario de ahorro. Pero el consumo diario de ese país es de 21 millones de barriles. Por lo que aunque Estados Unidos tiene una gran extensión de tierras agrícolas, sus consumos de energía son tan altos, que también van a necesitar importar. ¿De dónde van a venir estos agrocombustibles? Por supuesto, de regiones como América Latina, Asia y África.

América Latina es la región del mundo donde más se ha expandido la producción de cultivos para la elaboración de agrocombustibles.

En este contexto, la Vía Campesina es la Red más importante de organizaciones campesinas. Se trata de un movimiento internacional de campesinos y campesinas, pequeños y medianos productores, mujeres rurales, indígenas, gente sin tierra, jóvenes rurales y trabajadores agrícolas.

Las organizaciones que forman la Vía Campesina provienen de 56 países de Asia, África, Europa y el continente Americano.

La Vía Campesina promueve un modelo campesino basado en la agricultura y en la producción sustentable, con recursos locales, en armonía con la cultura y las tradiciones locales.

A nivel Latinoamericano, inspirada en la necesidad de las comunidades de desarrollar estrategias globales para hacer frente a la introducción de organismos transgénicos, en enero de 1999, luego del “Seminario Latinoamericano sobre Organismos Transgénicos y Bioseguridad” realizado en Quito-Ecuador, se creó la red Por una América Latina Libre de Transgénicos.

El principal objetivo de sus creadores y las organizaciones que se le han ido sumando posteriormente, es evitar la introducción de organismos transgénicos en nuevas áreas de la región, apoyando procesos nacionales, principalmente aquellos que incluyan comunidades locales.

Monocultivos de árboles

La industria maderera está creciendo a pasos agigantados en muchos países de América del Sur. Empresas que realizan monocultivos forestales y fábricas de celulosa se están instalando a lo largo de todo el continente con impactos realmente devastadores sobre los ecosistemas que los rodean y sobre el ecosistema planetario con una importante contribución al calentamiento global.

Sobran los ejemplos como el de CELCO en Valdivia, Chile, donde los efectos que produjo el constante vertido de efluentes hacia los humedales del Río Cruces, difícilmente puedan ser reparados, con daños no solo ambientales, sino también económicos y sociales.

Otro caso, seguramente un poco menos conocido debido a las barreras idiomáticas y el desinterés o interés dirigido de los medios de comunicación, es el que se produjo en marzo del 2005 en Minas Gerais, Brasil, donde la ruptura de un depósito de productos químicos de la papelera “Industria Cataguazes”, instalada sobre el margen del río Pomba, provocó el derrame de millones de litros de soda cáustica, cloro, y otros productos tóxicos. Este río desagua a su vez en el río Paraíba do Sul, el principal del estado de Río de Janeiro, que como consecuencia también fue afectado por la contaminación, provocando que más de medio millón de personas quedaran sin abastecimiento de agua durante varios días, y que por 90 días se prohibiera la pesca en los dos ríos contaminados. El derrame afectó a aproximadamente un millón de personas.

En 1987 se aprobó una ley forestal en Uruguay cuyo objetivo era la promoción de las plantaciones de árboles a gran escala. Ese país cuenta hoy con casi 1.000.000 de hectáreas plantadas, en su gran mayoría, de eucaliptos.

La “fiebre de la forestación” a llegado al departamento uruguayo de Tacuarembó, con más de 200.000 hectáreas adquiridas para la forestación. Se estima que existen unas 12.000 personas desplazadas del campo y en forma paralela, se han cerrado 17 escuelas rurales. Donde se registra más claramente este cambio es en Rincón de Zamora, bordeado por el Río Tacuarembó, hacia su desembocadura en el Río Negro, donde se encontraban las tierras más apropiadas del departamento para la cría de ganado y que, en la actualidad, está totalmente cubierto por los monocultivos de árboles. (6)

En el caso de Argentina, las plantaciones de eucaliptos se han concentrado en las provincias de Corrientes y Entre Ríos, alcanzando el año 2005, la nada despreciable cifra de 220.000 ha entre ambas.

Otra provincia Argentina aporta números que asustan. Misiones es descrita como la “principal provincia forestal del país”. Originariamente, la provincia contaba con 2.7 millones de hectáreas de selva tropical, pero en la actualidad se estima esta superficie en 1.2 millones. Más de 350 mil han sido reemplazadas por pinos exóticos y otro tanto por plantas-combustibles. Por los agrotóxicos y la contaminación, en Misiones 5 de cada 1000 niños nacen con malformaciones.

Son constantes las marchas en la Ciudad de Gualeguaychú, Entre Ríos, Argentina, expresando su rechazo a la instalación de dos papeleras en la ciudad uruguaya de Fray Bentos, que cuentan con una importante financiación del Banco Mundial.

Los monocultivos además de contaminarnos nos están deshidratando. La altura del tallo del eucalipto es igual al largo de su raíz, crece muy rápido porque tiene largas raíces capaces de extraer grandes cantidades de agua del suelo y de sus napas freáticas. Los productores rurales ya están advirtiendo graves problemas de acceso al agua que necesitan para sus cultivos.

Megaminería

Debido a las guerras y al derroche de bienes perpetrado especialmente por parte de los países centrales durante el siglo XX, se produjo un rápido agotamiento de los minerales metalíferos de fácil acceso. Esto derivó en un cambio en los sistemas de extracción. Se pasó de la explotación intensiva a la extensiva, de la minería de galerías subterráneas a los enormes agujeros a cielo abierto.

Agotada la roca que contenía un alto porcentaje de mineral, comenzaron a procesarse mayores volúmenes de roca con menores porcentajes de metal. Ahora se utilizan explosiones para reducir a escombros montañas enteras o cavar inmensos agujeros en el suelo.

Luego, con palas mecánicas, camiones y cintas transportadoras —todas de tamaño gigantesco—, el escombro es transportado a lugares donde se lo muele hasta convertirlo en polvo o en piedras pequeñas de dos o tres centímetros, dependiendo del método adoptado para su posterior procesado.

Una mina a cielo abierto consume y envenena cada día, hasta 70 millones de litros de agua para mantener la producción en marcha. Esto es el equivalente al agua que utiliza una gran ciudad.

La minería es una actividad a corto plazo pero con efectos a largo plazo. A nadie puede (debe) caberle duda que cuando se realiza en zonas de bosque constituye un factor de depredación de los mismos. Se calcula que, conjuntamente con la exploración de petróleo, amenaza el 38% de las últimas extensiones de bosques primarios del mundo.

En Argentina, Perú, Chile, México, Guatemala, Ecuador, Honduras y otros países, se reproducen periódicamente asambleas de vecinos, foros, cortes de ruta, marchas y todo tipo de expresiones sociales en las que se manifiesta una activa oposición de las comunidades hacia la minería.

Sin embargo, la lucha es muy despareja. Las multinacionales de la minería cuentan con mucho dinero para destinar a “vender y enverdecer” su actividad y una vasta experiencia acumulada de proyectos anteriores, por lo que no dudan en aplicar sobre pueblos y gobiernos su bien diseñada estrategia de marketing pre-inicio de sus actividades productivas.

El combo incluye en la mayoría de los casos, previa cooptación de los medios de comunicación locales, una agresiva propaganda que mal informa sobre el uso y bondades de su tecnología de punta, oportunidades de empleo al por mayor, activación de la economía regional, como también promesas de aportes económicos para la educación, la salud, los servicios públicos y el turismo, entre otras. Si todo eso no da resultado, la corrupción, las amenazas, la criminalización de la resistencia y hasta la contratación de grupos paramilitares son opciones a las que no pocas veces se recurre.

Para completar los procesos de extracción y procesado, las minas necesitan además un gigantesco consumo de energía. Para poner un ejemplo en números, la extracción de la mina Bajo de La Alumbrera, en la Provincia de Catamarca, es el mayor consumidor individual de energía de la República Argentina. Consume además, entre 200.000 y 250.000 litros diarios de gasoil.

Los casos de resistencia a la minería a cielo abierto se multiplican a lo largo del continente americano, quizás un interesante caso testigo es el de la ciudad de Esquel, en la Patagonia Argentina.

Esquel (Chubut) es una ciudad de la Patagonia Argentina donde los gobiernos nacional, provincial y municipal avanzan con un proyecto minero de oro contaminante a sólo 6 Km. de la ciudad, apoyando a la empresa transnacional Meridian Gold (actualmente comprada por Yamana Gold) en contra del 81% del pueblo, que le dijo NO A LA MINA en el plebiscito del 23 de marzo de 2003. A través de la Asamblea de Vecinos Autoconvocados por el NO A LA MINA, aun hoy continúa la lucha y la resistencia de los vecinos de Esquel, contra la instalación de la minería en su territorio.

Las represas

Las represas han desarraigado entre 40 y 80 millones de personas en el mundo. El experto Pedro Arrojo define el drama de los desplazados como “hidrocausto”. Incluso el Banco Mundial, uno de los principales financistas de la hidroenergía, reconoce que la calidad de vida de la mayoría de los desplazados no mejora con su reubicación. Se calcula que unas cuatro millones de personas al año en el mundo deben dejar sus tierras a causa de las represas.

En Latinoamérica hay más de 1.000 grandes represas de 15 metros de altura o más, Brasil es uno de los países con mayor cantidad de represas en el mundo, tiene en funcionamiento alrededor de 600.

Las represas constituyen una de las principales causas directas e indirectas de pérdida de millones de hectáreas de bosques, muchas de ellas abandonadas bajo el agua y en descomposición. Es por eso que todas las represas emiten gases de efecto invernadero, que aportan al calentamiento global por la descomposición y putrefacción de la biomasa.

Las aguas estancadas de las represas generan enfermedades como la esquistosomiasis, la que por medio de los caracoles se produce en las aguas estancadas o de movimiento lento, tal como sucedió en las represas de Kariba, Aswan y Akosombo. Entre otras enfermedades que se asocian con la construcción de las represas están: disentería, diarreas, desnutrición, proliferación inusual de mosquitos, viruela, erupciones en la piel, infecciones vaginales, cáncer, tuberculosis, sífilis, fiebre amarilla, dengue y leishmaniasis.

Aunque hay muchas opiniones contrarias, entre los posibles impactos que generan las líneas de transmisión de energía de alta tensión asociadas a las represas, están las malformaciones físicas al nacer; el aumento de cáncer y leucemia en niños, los tumores cerebrales y problemas en el sistema nervioso.

Las represas y los trasvases son la principal razón del por qué el 33% de las especies de peces de agua dulce del mundo se hayan extinguido, estén en peligro de extinción o sean vulnerables. El porcentaje aumenta en países cuyos ríos han sido altamente represados – llega a ser casi un 75% en Alemania-. Las descargas de agua fría de las represas matan a algunas especies de peces y a toda la biodiversidad que depende de las inundaciones naturales. Desplazan y matan animales de ecosistemas; eliminan humedales, fuentes subterráneas de agua, bosques únicos y la fertilidad de las tierras por los sedimentos naturales que ya no llegan.

Quienes defienden las represas hidroeléctricas argumentan que es una fuente limpia de energía. Esto es mentira. Las represas constituyen una de las principales causas directas e indirectas de pérdida de millones de hectáreas de bosques, muchas de ellas abandonadas bajo el agua y en descomposición. De ahí que todas las represas emitan gases de efecto invernadero que aportan al calentamiento global, ya que la descomposición y putrefacción de la biomasa, emite grandes volúmenes de dióxido de carbono y de metano, los dos gases del efecto invernadero más importantes. Por otro lado, el río también va arrastrando más sedimentos orgánicos al embalse aumentando la biomasa en putrefacción.

“Las emisiones brutas de los embalses pueden representar entre el 4% y el 28% del potencial de calentamiento global de las emisiones de gases de efecto invernadero”. (7)

Gran parte de la resistencia a la construcción de grandes represas en Latinoamérica se ha unido en la Redlar, la Red Latinoamericana contra Represas, y por los Ríos, sus Comunidades y el Agua. Conformando la mayor iniciativa de organizaciones que se preocupan por el bienestar de sus comunidades y la soberanía sobre sus aguas.
La Red está compuesta por más de 250 organizaciones sociales, indígenas, ambientalistas, de derechos humanos, de mujeres, redes, frentes, y movimientos de 18 países de América Latina, que involucran a más de un millón de personas. Fue constituida en San Pablo, Brasil, en ocasión de encontrarse varias organizaciones de América Latina en la Consulta Regional convocada por la Comisión Mundial de Represas los días 12 y 13 de agosto de 1999 en la ciudad de San Pablo, Brasil.

Los movimientos de resistencia de la Redlar siguen planeando un sinfín de estrategias creativas en la lucha contra las represas. Las movilizaciones siguen siendo una herramienta de lucha fundamental contra las represas. Se desarrollan periódicamente plantones, mítines, marchas, tomas de carreteras, de embajadas, de oficinas gubernamentales, bloqueos, huelgas de hambre, entre otras registradas en los últimos años.

El 26 de Julio de 2008, en la ciudad de Santa Cruz de Lorica, Colombia, se desarrolló el IV Encuentro Latinoamericano de la Red Latinoamericana contra Represas, y por los Ríos, sus Comunidades y el Agua. En el encuentro, representantes de pueblos indígenas, afrodescendientes, campesinos y otros sectores sociales de México, Guatemala, Honduras, El Salvador, Costa Rica, Panamá, Colombia, Ecuador, Chile, Argentina, Uruguay, Paraguay, Brasil, Italia y Estados Unidos, se reunieron en Santa Cruz de Lorica, Colombia, para analizar la coyuntura regional, intercambiar experiencias de resistencia contra las represas y proponer estrategias para la defensa de los territorios, el agua, la cultura y la vida.

El agua

Uno de los grandes problemas que afronta la humanidad es sin lugar a dudas, la acelerada degradación de las reservas de agua potable. El agua se vislumbra como el mayor conflicto geopolítico del siglo XXI, ya que se calcula que en menos de 20 años, la demanda será mas de un 50% superior al suministro.

Ya hay en el planeta mas de 1.100 millones de personas que no disponen de instalaciones para abastecerse de agua potable y 2.600 millones no cuentan con sistemas de saneamiento.

América Latina, una gran beneficiada por la naturaleza en cuanto a recursos naturales en general, también lo es con el agua. Cuenta con las reservas de agua potable más grandes que quedan en el mundo. Sin embargo muestra uno de los mayores índices mundiales de consumo por habitante, esencialmente a causa del uso agrícola-forestal y minero.

Vendrán por el agua, se escucha decir alarmados a muchos de los ecologistas de Latinoamérica. Y quizás, alguien que no esté en el tema podría imaginarse enormes barcos, tal vez acarreando gigantescas bolsas llenas de agua dulce latinoamericana, cruzando el Océano Atlántico, para abastecer la sed de la Union Europea.

Pero el agua no se irá en bolsas, sino que desde hace muchos años está siendo saqueada al utilizarla de modo insustentable para los monocultivos de soya, maíz, girasol, trigo; o los monocultivos de pinos y eucaliptos con que reemplazan a los bosques nativos. Y el agua que no se llevan con la soja, con la madera o con la pulpa de los árboles, es contaminada con los agrotóxicos y las industrias extractivas, como la minería a cielo abierto y otras igualmente contaminantes.

Miles de empresas beben gratuitamente el agua de los ríos y acuíferos Latinoamericanos para luego vomitar en ellos toneladas de productos altamente contaminantes. Millones de toneladas de venenos herbicidas son arrojados en los campos sojeros y en las tierras que han sido deforestadas para plantar los pinos y eucaliptos que comen las pasteras, venenos que contaminan las napas y los ríos de donde proviene el agua que bebemos.

Se calcula que los eucaliptos de rápido crecimiento, como los que se plantan en Uruguay, absorben en promedio cuatro litros de agua por día, al tiempo que se estima que hay 1.000 árboles por hectárea plantada. De estos datos se deduce que 800.000 hectáreas forestadas consumen 3.200 millones de litros de agua por día en el país. (8)

Cada vez más gente conoce, aunque no todos entiendan su importancia, los graves problemas que enfrentamos y enfrentaremos por la escasez de agua potable. Muchos aprendimos como un versito que el agua dulce es menos de un 3% del total del agua del planeta y que, en realidad, solo el 0,5% está accesible para nuestra utilización.

En el planeta, el volumen de agua potable disponible por habitante es actualmente el 50% del de 50 años atrás. Mas de un tercio de la población mundial, sobre todo en América Latina, África y Asia, no disponen de agua potable, 31 países sufren ya escasez de agua.

Sin embargo, el agua podría igualmente alcanzar para satisfacer las necesidades de toda la población mundial. Lo realmente increíble para seres que se consideran racionales, es que en lugar de ocuparnos de distribuirla de tal forma que nadie tenga dificultades de acceso, nos estamos dedicando a desviar, contaminar y agotar esa cantidad limitada de agua potable a una velocidad vertiginosa.

Más preocupante aun es en que manos está quedando este recurso. Para muchos gobiernos latinoamericanos todo está en venta, incluso los recursos naturales más básicos, como son el aire y el agua. Estos están siendo, cada vez en mayor medida, controlados por un puñado de grandes multinacionales que van modelando las leyes nacionales e internacionales según el dictado de sus intereses.

El papel del estado se ha alterado profundamente en las últimas décadas. Las multinacionales están logrando transformar a las Naciones-Estado y amoldarlas a sus intereses, relativos a las inversiones y a la competitividad a nivel mundial.
La mayoría de los gobiernos y las instituciones gubernamentales, inclusive las Naciones Unidas, responden a estas fuerzas empresariales en el peor de los casos, y en el mejor, resultan incapaces de hacerles frente. El ciudadano se encuentra con que tiene que luchar y defender sus intereses por sí sólo.

El Banco Mundial “recomienda” a los países en desarrollo, la privatización a través de concesiones a empresas extranjeras de las reservas existentes, con el fin de adueñarse de este recurso que será en poco tiempo tan valioso como el oro o el petróleo.

Existe una serie de actividades cuyo furioso desarrollo en los países del llamado tercer mundo está modificando gravemente cuestiones como la diversidad biológica, la distribución geográfica, la cultura y hasta el clima de nuestras regiones.

Es tan fuerte el impacto que causa la instalación de cualquiera de estas industrias, que cada caso, al intentar analizarlo, parece ser emblemático y sin embargo es uno mas de los tantos que se están produciendo en nuestros territorios.

Todas estas actividades tienen algo en común. Además de provocar la devastación del ecosistema en el cual se instalan, provocando deforestación, contaminación, destrucción de hábitat, pérdida de biodiversidad, alteraciones sociales, necesitan utilizar y luego contaminar, millones de litros de agua cada día para su funcionamiento.

Están usando y contaminando el agua y no de a poco con todas estas industrias que instalan en las regiones tercermundistas. Y se la están llevando en cada embarque de pasta de celulosa, de oro, de soja o de cualquiera de sus productos.

Deberíamos tomar conciencia cabal de todo lo que estamos perdiendo. El agua es el bien mas preciado que tenemos, sin dudas. Sin agua no hay vida.

Conclusiones

Los casos citados son sólo algunas muestras, quizás las mas ejemplificadoras, pero son muchas mas las que pueden sumarse a la matriz del saqueo de los Recursos Naturales que está sufriendo el Tercer Mundo.

El Ser Humano está siendo víctima de su propia estupidez, de su egoísmo y de su obsesión por el poder y el dinero.

El cambio climático, el agujero en la capa de ozono, el agotamiento y contaminación de los recursos naturales, la acumulación de residuos y la degradación de tierra, agua y aire son consecuencias de un problema mucho mayor, mas de fondo, que es el modo de vida que se nos está imponiendo.

Quienes han tomado las decisiones a nivel global, especialmente en las últimas décadas, han optado por poner todos los conocimientos adquiridos por la humanidad al servicio del crecimiento económico, del confort, de la reducción del esfuerzo físico y mental. Han decidido avanzar sin medir consecuencias, sin poner reparos en los costos sociales y ambientales de ese “progreso”.

Con las tecnologías actuales, la decisión sobre el desencadenamiento o no de un colapso ambiental, ha pasado a ser meramente política. Con mucho menos presupuesto que el que se invierte en armas, podría darse rápida solución al Cambio Climático que nos acecha y cuyos efectos pueden llegar a límites insospechados.

Los volúmenes de producción y consumo de bienes han ido creciendo a velocidades siderales y, como tenía que suceder, en algún momento superamos la capacidad del planeta de absorber nuestros desperdicios, de comerse nuestra basura, de respirar nuestro CO2, nuestro metano, nuestros CFCs y de beber nuestros efluentes, nuestros derrames, y los vómitos de nuestras industrias.

La única opción que tenemos es intentar, entre todos, detener el derroche, disminuir los altos niveles de consumo, consumir de forma responsable y así detener el alud que se nos viene encima, y que de otra forma nos va a tapar a todos, estemos donde estemos.

Pero si bien consumir individualmente de forma responsable es muy importante, eso sólo no es suficiente. También debemos actuar de forma ambientalmente responsable como sociedad. Y ese cambio será bastante mas dificil de llevar adelante que el particular. Abandonar como sociedad la cultura del consumismo, significaría un cambio de paradigmas, donde valores como la solidaridad, el respeto por la diversidad y el amor por la vida, reemplacen al egoísmo, al individualismo y a la avaricia.

Deberemos transformarnos en una sociedad que piense y decida como especie y ya no de forma individual. En una sociedad que abandone el modelo económico vigente, dirigido por los dueños del capital y del poder, y construya un modelo ambientalmente sustentable y socialmente justo.

Deberemos transformarnos en una sociedad que no tenga motivos para celebrar el “día mundial del medioambiente” para acordarse de que existe, sino que se desarrolle en comunidad con él. www.ecoportal.net

Ricardo Natalichio – Economista, ecologista, periodista ambiental y escritor. Director del portal de ecología social Ecoportal.net y de la publicación Ambiente y Sociedad.

Notas

(1) Cinco siglos de prohibición del arcoiris en el cielo americano.
(2) ftp://ftp.fao.org/docrep/fao/009/a0773s/a0773s05.pdf ,
(3) Extensión de los recursos forestales, Informe FAO, Capítulo 2 ftp://ftp.fao.org/docrep/fao/009/a0400s/a0400s03.pdf
(4) La expansión de la soja en Latinoamérica. Javiera Rulli.
(5) (Dross, 2004)
(6) La plantación indiscriminada de árboles transgénicos “Fiebre de la forestación en Uruguay” Sylvia Ubal. Ecoportal.
(7) Impacto y Consecuencias de las Represas, Gustavo Castro Soto (Dross, 2004).
(8) Alertan sobre “contaminación y agotamiento” del agua en Uruguay. Ricardo Carrere. Radio Mundo Real. http://www.radiomundoreal.fm/rmr/?q=es/node/25572

Bibliografia:

1.- Editoriales de la Revista Ambiente y Sociedad años 2006 a Julio de 2008 escritas por Ricardo Natalichio. www.ecoportal.net

2.- Ecoportal.Net- Articulos Varios. Temas especiales- Agua – http://agua.ecoportal.net/

3.- Ecoportal.Net- Articulos Varios. Temas especiales- Biodiversidad – http://biodiversidad.ecoportal.net/

4.- Ecoportal.Net- Articulos Varios. Temas especiales- Energias – http://energias.ecoportal.net/

5.- Ecoportal.Net- Articulos Varios. Temas especiales- Mineria – http://mineria.ecoportal.net/

6.- Ecoportal.Net- Articulos Varios. Temas especiales- Basura Residuos – http://residuos.ecoportal.net/

7.- Ecoportal.Net- Articulos Varios. Temas especiales- Cambio Climatico – http://clima.ecoportal.net/

8.- Ecoportal.Net- Articulos Varios. Temas especiales- Economia -http://economia.ecoportal.net/

9.- Ecoportal.Net- Articulos Varios. Temas especiales- Globalizacion – http://globalizacion.ecoportal.net/

10.- Ecoportal.Net- Articulos Varios. Temas especiales- Pueblos Indigenas – http://indigenas.ecoportal.net/

11.- Ecoportal.Net- Articulos Varios. Temas especiales- Transgenicos – http://transgenicos.ecoportal.net/

12.- Ecoportal.Net- Articulos Varios. Temas especiales- Suelos http://suelos.ecoportal.net/

13.- Ecoportal.Net- Articulos Varios. Temas especiales- Derechos Humanos http://derechos.ecoportal.net/

14.- Movimiento Mundial por los Bosques (WRM) – El WRM distribuye mensualmente un boletín electrónico en inglés, español, francés y portugués, que constituye una herramienta para la diseminación de información sobre luchas locales y sobre procesos globales que pueden afectar a los bosques y a los pobladores locales – www.wrm.org.uy/inicio.html

15.- Red Latinoamericana contra las Presas y por los Ríos sus Comunidades y el Agua (REDLAR), www.redlar.org

16.- Via Campesina – La Vía Campesina es un movimiento internacional que coordina organizaciones campesinas de medianos y pequeños agricultores, de trabajadores agrícolas, mujeres y comunidades indígenas de Asia, Africa, América y Europa. www.viacampesina.org

17.- Otros Mundos, A.C., Analisis sobre el proceso mexicano, guatemalteco, mesoamericano, latinoamericano e internacional de lucha contra las represas www.otrosmundoschiapas.org

18.- GRAIN – www.grain.org

19.- Acción Ecológica, Ecuador – Acciones y documentos sobre biopiratería, transgénicos, petróleo, bosques, ALCA, minería y todas las actividades de esta organización. www.accionecologica.org

20.- ETC Group – El Sitio del Grupo sobre Erosión, Tecnología y Concentración (ante RAFI). En inglés, con algunos documentos en españolwww.etcgroup.org

21.- RAP-AL – Red de Acción en Plaguicidas y sus Alternativas para América Latina – www.rap-al.org/

22.- Revista Semillas – Excelente revista colombiana con una mirada completa sobre la problemática de los recursos genéticos www.semillas.org.co/

23.- CIEPAC, México – Centro de Investigaciones Económicas y Políticas de Acción Comunitaria – www.ciepac.org

24.- Grupo Guayubira – El grupo “Guayubira”, Grupo Ambientalista sobre Montes y Forestación, fue creado en mayo de 1997, para nuclear a personas y organizaciones preocupadas por la conservación del monte indígena y por los impactos socioeconómicos y ambientales del actual modelo de desarrollo forestal impulsado desde el gobierno – www.guayubira.org.uy

25.- Grupo de Reflexion Rural – GRR – http://www.grr.org.ar/

26.- No a la Mina – Minería en Argentina
Asambleas de Vecinos Autoconvocados por el NO A LA MINA. Los esquelenses estamos luchando con dignidad, conocimientos científicos, con amor por la vida, por la naturaleza y en contra del enorme robo al país que propician las leyes de minería. http://www.noalamina.org/

27.- Grupo Guayubira
Grupo Ambientalista sobre Montes y Forestación, fue creado en mayo de 1997, para nuclear a personas y organizaciones preocupadas por la conservación del monte indígena y por los impactos socioeconómicos y ambientales del actual modelo de desarrollo forestal impulsado desde el gobierno. http://www.guayubira.org.uy/

28.- CENSAT Agua viva
Agua y energia en biodiversidad de mercados ecologicos, mineria y petroleo, como servicios publicos, instituciones financieras, comercio y ambientalismo http://www.censat.org/
29.- OLCA – Observatorio Latinoamericano de Conflictos Ambientales
El OBSERVATORIO asesora a comunidades en conflicto, para potenciar sus capacidades de gestión a favor de sus derechos ambientales.
http://www.olca.cl/oca/index.htm

30.- Mapuexpress – Informativo Mapuche
Noticias-Comunicados-Publicaciones-Entrevistas-Libros-Enlaces del pueblo Mapuche, desde territorio Mapuche
http://www.mapuexpress.net/

https://www.ecoportal.net/temas-especiales/globalizacion/recursos-naturales/

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