En tan solo los próximos tres años, la humanidad podría desarrollar un agente de IA tan inteligente como los propios seres humanos, según afirmaciones de un destacado científico.
Ben Goertzel.
El brasileño Ben Goertzel, científico de la computación y CEO de SingularityNET, hizo esta afirmación durante sus conclusiones en la Cumbre Beneficial AGI 2024, llevada a cabo el 1 de marzo en la ciudad de Panamá. Goertzel es reconocido como el «padre de la IA general» por haber contribuido a popularizar dicho término a principios de la década de 2000.
Los actuales sistemas de IA más avanzados en funcionamiento se consideran «IA estrecha», ya que pueden ser más capaces que los humanos en un área específica, según los datos de entrenamiento, pero no logran superar a los humanos de manera más general. Estos sistemas de IA estrecha, que abarcan desde algoritmos de aprendizaje automático hasta grandes modelos de lenguaje como ChatGPT, enfrentan dificultades para razonar como los humanos y comprender el contexto.
Sin embargo, Goertzel señaló que la investigación en inteligencia artificial está ingresando en un período de crecimiento exponencial, y la evidencia sugiere que la inteligencia artificial general (IAG) —donde la IA se vuelve tan capaz como los humanos en varias áreas, independientemente de los datos de entrenamiento originales— está al alcance. Este punto hipotético en el desarrollo de la IA se conoce como la «singularidad».
El experto sugirió que 2029 o 2030 podrían ser los años más probables en los que la humanidad construirá el primer agente de IAG, pero que podría ocurrir tan pronto como en 2027.
Si dicho agente está diseñado para tener acceso y reescribir su propio código, podría evolucionar rápidamente hacia una superinteligencia artificial (SIA) —que Goertzel define de manera amplia como una IA con el poder cognitivo y de cómputo de toda la civilización humana combinada—.
«Nadie ha creado aún una inteligencia artificial general a nivel humano; nadie tiene un conocimiento sólido de cuándo llegaremos allí. Quiero decir, hay incógnitas conocidas y probablemente incógnitas desconocidas. Por otro lado, me parece bastante plausible que podamos llegar a una IAG a nivel humano dentro de, digamos, los próximos tres a ocho años», afirmó el brasileño.
Umbral de la singularidad tecnológica
En el umbral de la singularidad, destacó «tres líneas de evidencia convergente» para respaldar su tesis. La primera es el modelado del científico de la computación Ray Kurzweil en el libro La singularidad está cerca (Viking USA, 2005), que ha sido perfeccionado en su próximo libro La singularidad está más cerca (Bodley Head, junio de 2024). En su libro, el autor construyó modelos predictivos que sugieren que la IAG será alcanzable en 2029, centrando en gran medida en la naturaleza exponencial del crecimiento tecnológico en otros campos.
Goertzel también señaló las mejoras realizadas en los modelos de lenguaje grandes (LLM) en los últimos años, que han «despertado a gran parte del mundo al potencial de la IA». Aclaró que los LLM en sí mismos no conducirán a la IAG porque la manera en que muestran conocimiento no representa una comprensión genuina, pero que los LLM pueden ser un componente en un conjunto amplio de arquitecturas interconectadas.
Portada del último libro de Ray Kurzweil sobre la singularidad tecnológica.
La tercera pieza de evidencia, por último, radica en su trabajo construyendo dicha infraestructura, a la que ha llamado OpenCog Hyperon, así como sistemas de software asociados y un próximo lenguaje de programación de IAG —denominado MeTTa— para respaldarlo.
OpenCog Hyperon es una forma de infraestructura de IA que implica unir paradigmas existentes y nuevos de IA, incluidos los LLM como un componente. El punto final hipotético es una red distribuida a gran escala de sistemas de IA basados en arquitecturas diferentes que ayudan a representar diferentes elementos de la cognición humana, desde la generación de contenido hasta el razonamiento.
Este enfoque es respaldado por otros investigadores en IA, incluido el CTO de Databricks, Matei Zaharia, en una publicación de blog que coescribió el 18 de febrero en el sitio web de Berkeley Artificial Intelligence Research (BAIR).
Goertzel admitió, empero, que «podría estar equivocado» y que quizás necesitemos «una computadora cuántica con un millón de qubits o algo así».
«En mi opinión, una vez que la inteligencia artificial general alcance el nivel humano, es plausible que, en pocos años, experimentemos un avance hacia una IAG radicalmente superior, a menos que la propia IAG frene su desarrollo debido a cierta tendencia conservadora. Creo firmemente que cuando una IAG sea capaz de introspeccionar su propia mente, tendrá la capacidad de realizar tareas de ingeniería y ciencia a niveles tanto humanos como superhumanos. Esta habilidad le permitiría crear sucesivas versiones de IAG cada vez más inteligentes, desencadenando así una explosión de inteligencia. Este escenario podría resultar en un aumento exponencial que superaría incluso las expectativas de Ray Kurzweil», concluyó.
Fuente: Live Science. Edición: MP.